12837 casos

'La' en la Biblia

El SEÑOR escuchó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él y revivió.

Y Elías tomó al niño, lo bajó de la cámara alta a la casa y se lo dio a su madre; y Elías dijo: Mira, tu hijo vive.

Y sucedió que {después de} muchos días, la palabra del SEÑOR vino a Elías en el tercer año, diciendo: Ve, muéstrate a Acab, y enviaré lluvia sobre la faz de la tierra.

Y Acab llamó a Abdías que {era} mayordomo de la casa. (Y Abdías temía en gran manera al SEÑOR;

Entonces Acab dijo a Abdías: Ve por la tierra a todas las fuentes de agua y a todos los valles; quizá hallaremos hierba y conservaremos con vida los caballos y los mulos, y no tendremos que matar parte del ganado.

Y dividieron la tierra entre ellos para recorrerla; Acab se fue solo por un camino, y Abdías se fue solo por otro.

Vive el SEÑOR tu Dios, que no hay nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte; y cuando decían: ``No está {aquí",} hacía jurar al reino o a la nación que no te habían hallado.

Y él respondió: Yo no he perturbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, porque habéis abandonado los mandamientos del SEÑOR y habéis seguido a los baales.

Ahora pues, envía a reunir conmigo a todo Israel en el monte Carmelo, {junto} con cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y cuatrocientos profetas de la Asera que comen a la mesa de Jezabel.

Que nos den, pues, dos novillos; que escojan un novillo para ellos y lo despedacen, y lo coloquen sobre la leña, pero que no {le} pongan fuego {debajo;} y yo prepararé el otro novillo y lo colocaré sobre la leña, y no {le} pondré fuego.

Entonces invocad el nombre de vuestro dios, y yo invocaré el nombre del SEÑOR; y el Dios que responda por fuego, ése es Dios. Y todo el pueblo respondió y dijo: La idea es buena.

Entonces tomaron el novillo que les dieron y {lo} prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: Oh Baal, respóndenos. Pero no hubo voz ni nadie respondió. Y danzaban alrededor del altar que habían hecho.

Y gritaban a grandes voces y se sajaban, según su costumbre, con espadas y lanzas hasta que la sangre chorreaba sobre ellos.

Y sucedió que pasado el mediodía, se pusieron a gritar frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio {de la tarde}; pero no hubo voz, ni nadie respondió ni nadie hizo caso.

Elías tomó doce piedras conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien había venido la palabra del SEÑOR, diciendo: Israel será tu nombre.

Dispuso después la leña, cortó el novillo en pedazos y {lo} colocó sobre la leña.

Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua y derramad{la} sobre el holocausto y sobre la leña. Después dijo: Hacedlo por segunda vez; y lo hicieron por segunda vez. Y añadió: Hacedlo por tercera vez; y lo hicieron por tercera vez.

El agua corría alrededor del altar, y también llenó la zanja de agua.

Y sucedió que a la hora de ofrecerse el sacrificio de la {tarde}, el profeta Elías se acercó y dijo: Oh SEÑOR, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que tú eres Dios en Israel, que yo soy tu siervo y que he hecho todas estas cosas por palabra tuya.

Entonces cayó el fuego del SEÑOR, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y lamió el agua de la zanja.

Acab subió a comer y a beber, pero Elías subió a la cumbre del Carmelo; y allí se agachó en tierra y puso su rostro entre las rodillas.

Y sucedió que a la séptima {vez,} él dijo: He aquí, una nube tan pequeña como la mano de un hombre sube del mar. Y dijo: Sube, {y} di a Acab: ``Prepara {tu carro} y desciende, para que la {fuerte} lluvia no te detenga."

Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías, diciendo: Así me hagan los dioses y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu vida como la vida de uno de ellos.

Se levantó, pues, y comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.

Allí entró en una cueva y pasó en ella la noche; y he aquí, {vino} a él la palabra del SEÑOR, y El le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?

Y sucedió que cuando Elías {lo} oyó, se cubrió el rostro con su manto, y salió y se puso a la entrada de la cueva. Y he aquí, una voz {vino} a él y {le} dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?

Y sucederá que al que escape de la espada de Hazael, Jehú lo matará, y al que escape de la espada de Jehú, Eliseo lo matará.

Y partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando con doce yuntas {de bueyes} delante de él, y él {estaba} con la última. Elías pasó adonde él estaba y le echó su manto encima.

Entonces se volvió, dejando de seguirle, tomó el par de bueyes y los sacrificó, y con los aparejos de los bueyes coció su carne, y {la} dio a la gente y ellos comieron. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía.

Entonces envió mensajeros a la ciudad, a Acab, rey de Israel, diciéndole: Así dice Ben-adad:

Entonces él respondió a los mensajeros de Ben-adad: Decid a mi señor el rey: ``Haré todo lo que mandaste a tu siervo la primera vez, pero esto {otro} no lo puedo hacer." Se fueron los mensajeros y le llevaron la respuesta.

Y cuando {Ben-adad} oyó esta palabra, estaba bebiendo con los reyes en las tiendas, y dijo a sus siervos: Tomad posiciones. Y tomaron posiciones contra la ciudad.

Y he aquí, un profeta se acercó a Acab, rey de Israel, y {le} dijo: Así dice el SEÑOR: `` ¿Has visto toda esta gran multitud? He aquí, la entregaré hoy en tu mano, y sabrás que yo soy el SEÑOR."

Y Acab dijo: ¿Por medio de quién? Y él dijo: Así dice el SEÑOR: ``Por medio de los jóvenes de los jefes de las provincias." Entonces dijo: ¿Quién comenzará la batalla? Y él respondió: Tú.

Salieron, pues, aquéllos de la ciudad, los jóvenes de los jefes de las provincias y el ejército que los seguía.

Entonces el profeta se acercó al rey de Israel, y le dijo: Ve, fortalécete, y entiende y mira lo que tienes que hacer; porque a la vuelta del año el rey de Aram subirá contra ti.

Y los siervos del rey de Aram le dijeron: Sus dioses son dioses de los montes, por eso fueron más fuertes que nosotros; mejor peleemos contra ellos en la llanura, pues ¿no seremos más fuertes que ellos?

y alista un ejército como el ejército que perdiste, caballo por caballo y carro por carro. Entonces pelearemos contra ellos en la llanura, pues ¿no seremos más fuertes que ellos? El escuchó su consejo y lo hizo así.

Y sucedió que a la vuelta del año, Ben-adad alistó a los arameos y subió a Afec para pelear contra Israel.

Y los hijos de Israel fueron alistados y provistos de raciones, y fueron a su encuentro; los hijos de Israel acamparon delante de ellos como dos rebañuelos de cabras pero los arameos llenaban la tierra.

Acamparon unos frente a otros por siete días. Y sucedió que al séptimo día comenzó la batalla, y los hijos de Israel mataron de los arameos a cien mil hombres de a pie en un solo día.

Los demás huyeron a Afec, a la ciudad, y el muro cayó sobre los veintisiete mil hombres que quedaban. También Ben-adad huyó y se refugió en la ciudad en un aposento interior.

Y sus siervos le dijeron: He aquí, hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos; te rogamos que nos dejes poner cilicio en nuestros lomos y cuerdas sobre nuestras cabezas, y salgamos al rey de Israel; quizás él salve tu vida.

Se ciñeron cilicio en sus lomos, pusieron cuerdas sobre sus cabezas y vinieron al rey de Israel, y dijeron: Tu siervo Ben-adad dice: ``Te ruego que me perdones la vida." Y él dijo: ¿Vive todavía? Es mi hermano.

Y los hombres tomaron esto como señal, y tomando de él la palabra prestamente dijeron: Tu hermano Ben-adad {vive.} Y él dijo: Id, traedlo. Entonces Ben-adad salió a él, y él le hizo subir en el carro.

Entonces le dijo: Porque no has atendido a la voz del SEÑOR, he aquí, tan pronto como te apartes de mí, un león te matará. Y tan pronto se apartó de él, un león lo encontró y lo mató.

Cuando el rey pasaba, clamó al rey y dijo: Tu siervo fue al centro de la batalla; y he aquí, un hombre se apartó {de las filas} y me trajo a uno, y {me} dijo: ``Guarda a este hombre; si por alguna razón llega a faltar, entonces tu vida responderá por su vida o pagarás un talento de plata."

Entonces él se apresuró a quitarse la venda de los ojos, y el rey de Israel lo reconoció como uno de los profetas.

Y él le dijo: Así dice el SEÑOR: ``Porque has dejado salir de {tu} mano al hombre a quien yo había destinado a la destrucción, he aquí, tu vida responderá por su vida y tu pueblo por su pueblo."

Acab entonces se fue a su casa disgustado y molesto a causa de la palabra que Nabot de Jezreel le había dicho; pues dijo: No te daré la herencia de mis padres. Y se acostó en su cama, volvió su rostro y no comió.

Su mujer Jezabel le dijo: ¿No reinas ahora sobre Israel? Levántate, come, y alégrese tu corazón. Yo te daré la viña de Nabot de Jezreel.

Y ella escribió cartas en nombre de Acab, las selló con su sello y envió las cartas a los ancianos y a los nobles que vivían en la ciudad con Nabot.

Y escribió en las cartas, diciendo: Proclamad ayuno y sentad a Nabot a la cabeza del pueblo.

Proclamaron ayuno y sentaron a Nabot a la cabeza del pueblo.

Entonces entraron los dos hombres malvados y se sentaron delante de él; y los dos hombres malvados testificaron contra él, es decir, contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo llevaron fuera de la ciudad, lo apedrearon y murió.

Y cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y había muerto, Jezabel dijo a Acab: Levántate, toma posesión de la viña de Nabot de Jezreel, la cual él se negó a dártela por dinero, porque Nabot no está vivo, sino muerto.

Y sucedió que cuando Acab oyó que Nabot había muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella.

Entonces vino la palabra del SEÑOR a Elías tisbita, diciendo:

Levántate, desciende al encuentro de Acab, rey de Israel, que está en Samaria; he aquí, él está en la viña de Nabot, adonde ha descendido a tomar posesión de ella.

Le hablarás, diciendo: ``Así dice el SEÑOR: ` ¿Has asesinado, y además has tomado posesión {de la viña}?'" También le hablarás, diciendo: ``Así dice el SEÑOR: `En el lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán tu sangre, tu misma {sangre}.'"

haré tu casa como la casa de Jeroboam, hijo de Nabat, y como la casa de Baasa, hijo de Ahías, por la provocación con la que {me} has provocado a ira y {porque} has hecho pecar a Israel.

También de Jezabel ha hablado el SEÑOR, diciendo: ``Los perros comerán a Jezabel en la parcela de Jezreel."

Cualquiera de Acab que muera en la ciudad, lo comerán los perros, y el que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo.

Entonces la palabra del SEÑOR vino a Elías tisbita, diciendo:

Josafat dijo además al rey de Israel: Te ruego que consultes primero la palabra del SEÑOR.

Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, unos cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Debo ir a pelear contra Ramot de Galaad o debo desistir? Y ellos respondieron: Sube porque el Señor {la} entregará en manos del rey.

El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos con {sus} mantos, en la era a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas estaban profetizando delante de ellos.

Y todos los profetas profetizaban así, diciendo: Sube a Ramot de Galaad y tendrás éxito, pues el SEÑOR {la} entregará en manos del rey.

Y el mensajero que fue a llamar a Micaías le habló, diciendo: He aquí, las palabras de los profetas son unánimes en favor del rey. Te ruego que tu palabra sea como la palabra de uno de ellos, y que hables favorablemente.

Y cuando llegó al rey, el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a Ramot de Galaad a pelear, o debemos desistir? Y él le respondió: Sube, y tendrás éxito, y el SEÑOR {la} entregará en manos del rey.

Entonces el rey le dijo: ¿Cuántas veces he de tomarte juramento de que no me digas más que la verdad en el nombre del SEÑOR?

Respondió {Micaías:} Por tanto, escucha la palabra del SEÑOR. Yo vi al SEÑOR sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a El, a su derecha y a su izquierda.

Entonces se acercó Sedequías, hijo de Quenaana, y golpeó a Micaías en la mejilla y dijo: ¿Cómo es que el Espíritu del SEÑOR pasó de mí para hablarte a ti?

Y el rey de Israel dijo: Toma a Micaías y devuélvelo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey,

y di: ``Así dice el rey: `Echad a éste a la cárcel, y alimentadlo con poco pan y poca agua hasta que yo vuelva en paz.'"

Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, pero tú ponte tus ropas {reales.} El rey de Israel se disfrazó y entró en la batalla.

Y un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre la juntura de la armadura. Y él dijo a su cochero: Da la vuelta y sácame de la batalla, pues estoy gravemente herido.

Pero la batalla arreció aquel día, y el rey fue sostenido en su carro frente a los arameos y al atardecer murió; la sangre de la herida corría hasta el fondo del carro.

A la puesta del sol, pasó un grito por el ejército que decía: Cada hombre a su ciudad y cada uno a su tierra.

Lavaron el carro junto al estanque de Samaria y los perros lamieron su sangre (y {allí} se bañaban las rameras), conforme a la palabra que el SEÑOR había hablado.

Los demás hechos de Acab y todo lo que hizo, la casa de marfil que edificó y todas las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?

También Josafat hizo la paz con el rey de Israel.

Y echó fuera de la tierra al resto de los sodomitas que habían quedado en los días de su padre Asa.

Y Josafat durmió con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de su padre David; y su hijo Joram reinó en su lugar.

Y Ocozías se cayó por la celosía del aposento alto que {tenía} en Samaria, y se enfermó. Y envió mensajeros, a los que dijo: Id, consultad a Baal-zebub, dios de Ecrón, si he de sanar de esta enfermedad.

Entonces {el rey} envió a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta {hombres.} Y {éste} subió a él, y he aquí, {Elías} estaba sentado en la cumbre del monte, y le dijo: Hombre de Dios, el rey dice: ``Desciende."

De nuevo {el rey} le envió al tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta. Y cuando el tercer capitán de cincuenta subió, vino y se postró de rodillas delante de Elías y le rogó, diciéndole: Hombre de Dios, te ruego que mi vida y la vida de estos cincuenta siervos tuyos sean preciosas ante tus ojos.

Ocozías murió conforme a la palabra del SEÑOR que Elías había hablado. Y Joram reinó en su lugar en el año segundo de Joram, hijo de Josafat, rey de Judá, porque {Ocozías} no tenía ningún hijo.

También recogió el manto de Elías que se le había caído, y regresó y se paró a la orilla del Jordán.

Pero cuando le insistieron hasta la saciedad, dijo: Enviad{los.} Entonces enviaron cincuenta hombres; y buscaron durante tres días, pero no lo hallaron.

Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí, ahora el emplazamiento de esta ciudad es bueno, como mi señor ve, pero el agua es mala y la tierra estéril.

Y él dijo: Traedme una vasija nueva, y poned sal en ella. Y se {la} trajeron.

Y las aguas han quedado purificadas hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo.

Y Mesa, rey de Moab, era criador de ovejas, y pagaba al rey de Israel cien mil corderos y la lana de cien mil carneros.

Y Josafat dijo: La palabra del SEÑOR está con él. Y el rey de Israel y Josafat y el rey de Edom descendieron a él.

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Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso