58 casos

'Le' en la Biblia

¿No le has tú cercado á él, y á su casa, y á todo lo que tiene en derredor? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto su hacienda ha crecido sobre la tierra.

Y vino un mensajero á Job, que le dijo: Estando arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos,

Y tres amigos de Job, Eliphaz Temanita, y Bildad Suhita, y Sophar Naamathita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían concertado de venir juntos á condolecerse de él, y á consolarle.

Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que el dolor era muy grande.

No tornará más á su casa, Ni su lugar le conocerá más.

Si le arrancaren de su lugar, Este negarále entonces, diciendo: Nunca te vi.

¿Cuánto menos le responderé yo, Y hablaré con él palabras estudiadas?

Que si yo le invocase, y él me respondiese, Aun no creeré que haya escuchado mi voz.

Entonces hablaré, y no le temeré: Porque así no estoy en mí mismo.

Yo soy uno de quien su amigo se mofa, Que invoca á Dios, y él le responde: Con todo, el justo y perfecto es escarnecido.

He aquí, él derribará, y no será edificado: Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra.

Estruendos espantosos hay en sus oídos; En la paz le vendrá quien lo asuele.

Tribulación y angustia le asombrarán, Y esforzaránse contra él como un rey apercibido para la batalla.

El le acometerá en la cerviz, En lo grueso de las hombreras de sus escudos:

No tendrá hijo ni nieto en su pueblo, Ni quien le suceda en sus moradas.

Llamé á mi siervo, y no respondió; De mi propia boca le suplicaba.

Mi aliento vino á ser extraño á mi mujer, Aunque por los hijos de mis entrañas le rogaba.

Con su estiércol perecerá para siempre: Los que le hubieren visto, dirán: ¿Qué es de él?

El ojo que le habrá visto, nunca más le verá; Ni su lugar le echará más de ver.

Si le parecía bien, y no lo dejaba, Mas antes lo detenía entre su paladar;

Huirá de las armas de hierro, Y el arco de acero le atravesará.

Esta es la parte que Dios apareja al hombre impío, Y la heredad que Dios le señala por su palabra.

¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos á él?

¿Quién le denunciará en su cara su camino? Y de lo que él hizo, ¿quién le dará el pago?

Los terrones del valle le serán dulces; Y tras de él será llevado todo hombre, Y antes de él han ido innumerables.

Los que le quedaren, en muerte serán sepultados; Y no llorarán sus viudas.

Batirán sus manos sobre él, Y desde su lugar le silbarán.

¿Qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él visitara, ¿qué le respondería yo?

Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, Y me regocijé cuando le halló el mal;

Yo le contaría el número de mis pasos, Y como príncipe me llegaría á él.

Ahora bien, Job no enderezó á mí sus palabras, Ni yo le responderé con vuestras razones.

Que le hace que su vida aborrezca el pan, Y su alma la comida suave.

Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender al sepulcro, Que halló redención:

Porque él pagará al hombre según su obra, Y él le hará hallar conforme á su camino.

Si pecares, ¿qué habrás hecho contra él? Y si tus rebeliones se multiplicaren, ¿qué le harás tú?

Si fueres justo, ¿qué le darás á el? ¿O qué recibirá de tu mano?

¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Y quién le dirá: Iniquidad has hecho?

Muéstranos qué le hemos de decir; Porque nosotros no podemos componer las ideas á causa de las tinieblas.

Y establecí sobre ella mi decreto, Y le puse puertas y cerrojo,

¿Confiarás tú en él, por ser grande su fortaleza, Y le fiarás tu labor?

Porque le privó Dios de sabiduría, Y no le dió inteligencia.

¿Le intimidarás tú como á alguna langosta? El resoplido de su nariz es formidable:

¿SACARAS tú al leviathán con el anzuelo, O con la cuerda que le echares en su lengua?

Saeta no le hace huir; Las piedras de honda se le tornan aristas.

Y vinieron é él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y condoliéronse de él, y consoláronle de todo aquel mal que sobre él había Jehová traído; y cada uno de ellos le dió una

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