'Les' en la Biblia
- 1.Gé 1:28-Éx 18:16
- 2.Éx 28:40-Josué 1:2
- 3.Josué 1:6-Rut 4:2
- 4.1 Samuel 2:23-2 Crónicas 10:9
- 5.2 Crónicas 10:10-Salmos 18:41
- 6.Salmos 25:14-Jeremías 16:21
- 7.Jeremías 18:17-Daniel 4:7
- 8.Daniel 7:12-Mateo 21:13
- 9.Mateo 21:16-Marcos 9:35
- 10.Marcos 9:36-Lucas 11:5
- 11.Lucas 11:17-Juan 7:50
- 12.Juan 8:2-Hechos 12:17
- 13.Hechos 12:21-Apocalipsis 20:4
y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les respondió*: Sí, ¿nunca habéis leído: ``DE LA BOCA DE LOS PEQUEÑOS Y DE LOS NIÑOS DE PECHO TE HAS PREPARADO ALABANZA"?
Respondiendo Jesús, les dijo: En verdad os digo que si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que aun si decís a este monte: ``Quítate y échate al mar", {así} sucederá.
Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, que si me la contestáis, yo también os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. El a su vez les dijo: Tampoco yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.
¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Ellos dijeron*: El primero. Jesús les dijo*: En verdad os digo que los recaudadores de impuestos y las rameras entran en el reino de Dios antes que vosotros.
Volvió a mandar otro grupo de siervos, mayor que el primero; y les hicieron lo mismo.
Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ``Respetarán a mi hijo."
Jesús les dijo*: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: ``LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES, ESA, EN PIEDRA ANGULAR SE HA CONVERTIDO; ESTO FUE HECHO DE PARTE DEL SEÑOR, Y ES MARAVILLOSO A NUESTROS OJOS"?
Tomando Jesús la palabra, les habló otra vez en parábolas, diciendo:
Y El les dijo*: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción?
Ellos le dijeron*: Del César. Entonces El les dijo*: Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
Pero Jesús respondió y les dijo: Estáis equivocados por no comprender las Escrituras ni el poder de Dios.
Estando reunidos los fariseos, Jesús les hizo una pregunta,
El les dijo*: Entonces, ¿cómo es que David en el Espíritu le llama ``Señor", diciendo:
Mas respondiendo El, les dijo: ¿Veis todo esto? En verdad os digo: no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.
Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.
Por tanto, si os dicen: ``Mirad, El está en el desierto", no vayáis; {o} ``Mirad, El está en las habitaciones interiores", no {les} creáis.
¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente a quien su señor puso sobre los de su casa para que les diera la comida a su tiempo?
Al tardarse el novio, a todas les dio sueño y se durmieron.
Porque {el reino de los cielos es} como un hombre que al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encomendó sus bienes.
Respondiendo el Rey, les dirá: ``En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, {aun a} los más pequeños, a mí lo hicisteis."
El entonces les responderá, diciendo: ``En verdad os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de los más pequeños de éstos, tampoco a mí lo hicisteis."
Pero Jesús, dándose cuenta, les dijo: ¿Por qué molestáis a la mujer? Pues buena obra ha hecho conmigo.
Entonces los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.
Entonces Jesús les dijo*: Esta noche todos vosotros os apartaréis por causa de mí, pues escrito está: ``HERIRE AL PASTOR, Y LAS OVEJAS DEL REBAÑO SE DISPERSARAN."
Entonces les dijo*: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo.
Entonces vino* a los discípulos y les dijo*: ¿Todavía estáis durmiendo y descansando? He aquí, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.
Y el que le entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo bese, ése es; prendedle.
Por lo cual, cuando ellos se reunieron, Pilato les dijo: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?
Y respondiendo, el gobernador les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos respondieron: A Barrabás.
Pilato les dijo*: ¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo? Todos dijeron*: ¡Sea crucificado!
Entonces les soltó a Barrabás, pero a Jesús, después de hacerle azotar, le entregó para que fuera crucificado.
Pilato les dijo: Una guardia tenéis; id, aseguradla como vosotros sabéis.
Y he aquí que Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¿Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies y le adoraron.
Entonces Jesús les dijo*: No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán.
Ellos tomaron el dinero e hicieron como se les había instruido. Y este dicho se divulgó extensamente entre los judíos hasta hoy.
Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había señalado.
Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.
Y Jesús les dijo: Seguidme, y yo haré que seáis pescadores de hombres.
Y se admiraban de su enseñanza; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
{Jesús} se le acercó, y tomándola de la mano la levantó, y la fiebre la dejó; y ella les servía.
Y El les dijo*: Vamos a otro lugar, a los pueblos vecinos, para que predique también allí, porque para eso he venido.
Y se reunieron muchos, tanto que ya no había lugar ni aun a la puerta; y El les exponía la palabra.
Y al instante Jesús, conociendo en su espíritu que pensaban de esa manera dentro de sí mismos, les dijo*: ¿Por qué pensáis estas cosas en vuestros corazones?
Y El salió de nuevo a la orilla del mar, y toda la multitud venía a El, y les enseñaba.
Al oír {esto,} Jesús les dijo*: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Y Jesús les dijo: ¿Acaso pueden ayunar los acompañantes del novio mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar.
Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán en aquel día.
Y El les dijo*: ¿Nunca habéis leído lo que David hizo cuando tuvo necesidad y sintió hambre, él y sus compañeros,
Y El les decía: El día de reposo se hizo para el hombre, y no el hombre para el día de reposo.
Entonces les dijo*: ¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar? Pero ellos guardaban silencio.
Y les advertía con insistencia que no revelaran su identidad.
Y llamándolos junto a sí, les hablaba en parábolas: ¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?
Les enseñaba muchas cosas en parábolas; y les decía en su enseñanza:
Y les decía: A vosotros os ha sido dado el misterio del reino de Dios, pero los que están afuera reciben todo en parábolas;
Y les dijo*: ¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, comprenderéis todas las parábolas?
Y les decía: ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un almud o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?
También les decía: Cuidaos de lo que oís. Con la medida con que midáis, se os medirá, y aun más se os dará.
Con muchas parábolas como éstas les hablaba la palabra, según podían oír{la;}
y sin parábolas no les hablaba, sino que lo explicaba todo en privado a sus propios discípulos.
Ese día, caída ya la tarde, les dijo*: Pasemos al otro lado.
Entonces les dijo: ¿Por qué estáis amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?
Y El les dio permiso. Y saliendo los espíritus inmundos, entraron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se precipitó por un despeñadero al mar, y en el mar se ahogaron.
Y los que lo habían visto les describieron cómo le había sucedido {esto} al endemoniado, y lo de los cerdos.
Y entrando les dijo*: ¿Por qué hacéis alboroto y lloráis? La niña no ha muerto, sino que está dormida.
Entonces les dio órdenes estrictas de que nadie se enterara de esto; y dijo que le dieran de comer a la niña.
Y Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa.
y les ordenó que no llevaran nada para el camino, sino sólo un bordón; ni pan, ni alforja, ni dinero en el cinto;
--les dijo-- y dondequiera que entréis en una casa, quedaos allí hasta que salgáis de la población.
Y El les dijo*: Venid, apartaos de los demás a un lugar solitario y descansad un poco. (Porque había muchos que iban y venían, y ellos no tenían tiempo ni siquiera para comer.)
Pero respondiendo El, les dijo: Dadles vosotros de comer. Y ellos le dijeron*: ¿{Quieres} que vayamos y compremos doscientos denarios de pan y les demos de comer?
Y El les dijo*: ¿Cuántos panes tenéis? Id y ved. Y cuando se cercioraron le dijeron*: Cinco, y dos peces.
Y les mandó que todos se recostaran por grupos sobre la hierba verde.
Y al verlos remar fatigados, porque el viento les era contrario, como a la cuarta vigilia de la noche, fue* hacia ellos andando sobre el mar, y quería pasarles de largo.
porque todos le vieron y se turbaron. Pero enseguida El habló con ellos y les dijo*: ¿Tened ánimo; soy yo, no temáis!
Y dondequiera que El entraba en aldeas, ciudades o campos, ponían a los enfermos en las plazas, y le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.
Y El les dijo: Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: ``ESTE PUEBLO CON LOS LABIOS ME HONRA, PERO SU CORAZON ESTA MUY LEJOS DE MI.
También les decía: Astutamente violáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
Y llamando de nuevo a la multitud, les decía: Escuchadme todos y entended:
Y El les dijo*: ¿También vosotros sois tan faltos de entendimiento? ¿No comprendéis que todo lo que de afuera entra al hombre no le puede contaminar,
Y {Jesús} les ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban.
En aquellos días, cuando de nuevo había una gran multitud que no tenía qué comer, {Jesús} llamó a sus discípulos y les dijo*:
Y El les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete.
Y El les encargaba diciendo: ¿Tened cuidado! Guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.
Dándose cuenta Jesús, les dijo*: ¿Por qué discutís que no tenéis pan? ¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿Tenéis el corazón endurecido?
Y les dijo: ¿Aún no entendéis?
El les preguntó {de nuevo:} Pero vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Pedro, le dijo*: Tú eres el Cristo.
Y El les advirtió severamente que no hablaran de El a nadie.
Y les decía estas palabras claramente. Y Pedro le llevó aparte y comenzó a reprenderle.
Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.
Y les decía: En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios después de que haya venido con poder.
Y se les apareció Elías junto con Moisés, y estaban hablando con Jesús.
Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos.
Y El les dijo: Es cierto que Elías, al venir primero, restaurará todas las cosas. Y, {sin embargo,} ¿cómo está escrito del Hijo del Hombre que padezca mucho y sea despreciado?
Cuando volvieron a los discípulos, vieron una gran multitud que les rodeaba, y a unos escribas que discutían con ellos.
Y El les preguntó: ¿Qué discutís con ellos?
Y El les dijo: Esta clase con nada puede salir, sino con oración.
Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y le matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.
Y llegaron a Capernaúm; y estando ya en la casa, les preguntaba: ¿Qué discutíais por el camino?
Sentándose, llamó a los doce y les dijo*: Si alguno desea ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos.
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