171 casos

'Lo' en la Biblia

Y dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.

Y os he dado a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se mueve sobre la tierra en que hay vida; y toda planta verde les será para comer. Y fue así.

Y dijo Caín a Jehová: Mi castigo es más grande de lo que puedo soportar.

Y le respondió Jehová: Ciertamente que cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.

Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para preservarles la vida contigo; macho y hembra serán.

E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.

De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra,

Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, de todo lo que había en la tierra, murió.

Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca.

Y el temor y el pavor de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar. En vuestra mano son entregados.

Y estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto eterno entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la tierra.

Y despertó Noé de su vino, y supo lo que había hecho con él su hijo el más joven;

Éste fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová.

Entonces Faraón dio orden a sus hombres acerca de Abram; y le acompañaron, y a su esposa con todo lo que tenía.

Subió, pues, Abram de Egipto hacia el sur, él y su esposa, con todo lo que tenía, y con él Lot.

Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré.

Y vino uno de los que escaparon, y lo dijo a Abram el hebreo, que habitaba en el valle de Mamre amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales estaban confederados con Abram.

que desde un hilo hasta la correa de un calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram;

excepto solamente lo que comieron los jóvenes, y la porción de los varones que fueron conmigo, Aner, Escol, y Mamre; los cuales tomarán su porción.

Y respondió Abram a Sarai: He ahí tu sierva en tu mano, haz con ella lo que bien te pareciere. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia.

Por lo cual llamó al pozo, Pozo del Viviente que me ve. He aquí está entre Cades y Bered.

Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a aderezarlo.

Y tomó mantequilla y leche, y el becerro que había aderezado, y lo puso delante de ellos; y él estaba junto a ellos debajo del árbol; y comieron.

descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré.

Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor de los cuarenta.

Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare; quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta.

Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar:

Ahora, pues, devuélvele su esposa a este hombre; porque él es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si tú no la devolvieres, sabe que de cierto morirás, con todo lo que fuere tuyo.

Después llamó Abimelec a Abraham y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿En qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan gran pecado? lo que no debiste hacer has hecho conmigo.

Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y lo dio a Abraham, y le devolvió a Sara su esposa.

Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo.

Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.

Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella partió, y andaba errante por el desierto de Beerseba.

Y respondió Abimelec: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy.

Escúchanos, señor mío, eres un príncipe de Dios entre nosotros; en lo mejor de nuestras sepulturas sepulta a tu muerta; ninguno de nosotros te impedirá su sepultura, para que entierres tu muerta.

Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,

He ahí Rebeca delante de ti; tómala y vete, y sea esposa del hijo de tu señor, como lo ha dicho Jehová.

Entonces respondió su hermano y su madre: Espere la doncella con nosotros a lo menos diez días, y después irá.

Entonces el criado contó a Isaac todo lo que había hecho.

Y lo sepultaron Isaac e Ismael sus hijos en la cueva de Macpela, en la heredad de Efrón, hijo de Zoar heteo, que está enfrente de Mamre;

Y lo llamó Seba; por cuya causa el nombre de aquella ciudad es Beerseba hasta este día.

Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para cazar lo que había de traer.

Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando.

y tú lo llevarás a tu padre, y comerá, para que te bendiga antes de su muerte.

Y él también hizo un guisado, y lo trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga su alma.

hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y se olvide de lo que le has hecho: yo enviaré entonces, y te traeré de allá: ¿por qué seré privada de vosotros ambos en un día?

Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac: la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu simiente.

Y despertó Jacob de su sueño y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.

Y sucedió que cuando Labán oyó las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, y lo besó, y le trajo a su casa: y él contó a Labán todas estas cosas.

Y dijo: Señálame tu salario, que yo lo daré.

Y se tomó Jacob varas de álamo verdes y de avellano, y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas.

Y apartaba Jacob los corderos, y ponía con su rebaño los listados, y todo lo que era oscuro en el hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán.

Y oía él las palabras de los hijos de Labán que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta grandeza.

Así quitó Dios el ganado de vuestro padre, y me lo dio a mí.

Y Él dijo: Alza ahora tus ojos, y mira; todos los machos que cubren a las ovejas son listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.

Porque toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre, nuestra es y de nuestros hijos; ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.

Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó, y pasó el río, y puso su rostro hacia el monte de Galaad.

¿Por qué te escondiste para huir, y me hurtaste; y no me lo hiciste saber para que yo te enviara con alegría y con cantares, con tamborín y arpa?

En quien hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tuviere tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.

Nunca te traje lo arrebatado por las fieras; yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, de mi mano lo requerías.

Y respondió Labán, y dijo a Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas han dado a luz?

Y lo llamó Labán Jegar Sahaduta; y lo llamó Jacob Galaad.

Y dijo: Si viniere Esaú contra un campamento y lo hiriere, el otro campamento escapará.

Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un presente para su hermano Esaú.

Y lo entregó en mano de sus siervos, cada manada de por sí; y dijo a sus siervos: Pasad delante de mí, y poned espacio entre manada y manada.

Los tomó, pues, y los hizo pasar el arroyo, e hizo pasar lo que tenía.

Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y Él respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

Y dijo Esaú: Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.

Acepta, te ruego, mi bendición que te es traída; porque Dios me ha favorecido, y tengo lo suficiente. Y porfió con él, y la tomó.

Y los hijos de Jacob vinieron del campo cuando lo supieron; y se entristecieron los varones, y se llenaron de ira, porque hizo vileza en Israel acostándose con la hija de Jacob, lo que no se debía haber hecho.

Siquem también dijo al padre y a los hermanos de ella: Halle yo gracia en vuestros ojos, y daré lo que me dijereis.

Tomaron sus ovejas y vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y en el campo,

y todos sus bienes; se llevaron cautivos a todos sus niños y sus esposas, y saquearon todo lo que había en casa. 33 44

Y aconteció, morando Israel en aquella tierra, que fue Rubén y durmió con Bilha la concubina de su padre; lo cual escuchó Israel. Ahora bien, los hijos de Israel fueron doce:

Y soñó José un sueño y lo contó a sus hermanos; y ellos vinieron a aborrecerle más todavía.

Y soñó aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.

Reina Valera Gómez (© 2010)