11244 casos

'Los' en la Biblia

el jefe Disón, el jefe Ezer {y} el jefe Disán. Estos son los jefes {que descendieron} de los horeos, jefe por jefe, en la tierra de Seir.

Estos son los reyes que reinaron en la tierra de Edom, antes de que rey alguno reinara sobre los hijos de Israel:

Murió Jobab, y reinó en su lugar Husam, de la tierra de los temanitas.

Estos son los nombres de los jefes {que descendieron} de Esaú, según sus familias {y} sus localidades, por sus nombres: el jefe Timna, el jefe Alva, el jefe Jetet,

el jefe Magdiel y el jefe Iram. Estos son los jefes de Edom, es decir, Esaú, padre de los edomitas, según sus moradas en la tierra de su posesión.

Esta {es la historia de} las generaciones de Jacob: José, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos; el joven {estaba} con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre. Y José trajo a su padre malos informes sobre ellos.

Y el hombre respondió: Se han ido de aquí, pues yo {les} oí decir: ``Vamos a Dotán." Entonces José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán.

Ahora pues, venid, matémoslo y arrojémoslo a uno de los pozos; y diremos: ``Una fiera lo devoró." Entonces veremos en qué quedan sus sueños.

Entonces se sentaron a comer, y cuando levantaron los ojos y miraron, he aquí, una caravana de ismaelitas venía de Galaad con sus camellos cargados de resina aromática, bálsamo y mirra, que iban bajando hacia Egipto.

Venid, vendámoslo a los ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, pues es nuestro hermano, carne nuestra. Y sus hermanos {le} hicieron caso.

Pasaron entonces unos mercaderes madianitas, y ellos sacaron a José, subiéndolo del pozo, y vendieron a José a los ismaelitas por veinte {piezas} de plata. Y {éstos} llevaron a José a Egipto.

Mientras tanto, los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia.

Pero Er, primogénito de Judá, era malvado ante los ojos del SEÑOR, y el SEÑOR le quitó la vida.

Pero lo que hacía era malo ante los ojos del SEÑOR; y también a él le quitó la vida.

Pasaron muchos días y murió la hija de Súa, mujer de Judá. Y pasado el duelo, Judá subió a los trasquiladores de sus ovejas en Timnat, él y su amigo Hira adulamita.

Y él respondió: ¿Qué prenda {tengo} que darte? Y ella dijo: Tu sello, tu cordón y el báculo que tienes en la mano. Y él se {los} dio y se llegó a ella, y ella concibió de él.

Y preguntó a los hombres del lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera que estaba en Enaim, junto al camino? Y ellos dijeron: Aquí no ha habido ninguna ramera.

Y él volvió donde Judá, y {le} dijo: No la encontré; y además, los hombres del lugar dijeron: ``Aquí no ha habido ninguna ramera."

Y sucedió que como a los tres meses, informaron a Judá, diciendo: Tu nuera Tamar ha fornicado, y he aquí, ha quedado encinta a causa de las fornicaciones. Entonces Judá dijo: Sacadla y que sea quemada.

Judá {los} reconoció, y dijo: Ella es más justa que yo, por cuanto yo no la di {por mujer} a mi hijo Sela. Y no volvió a tener más relaciones con ella.

Cuando José fue llevado a Egipto, Potifar, un oficial egipcio de Faraón, capitán de la guardia, lo compró a los ismaelitas que lo habían llevado allá.

Pero sucedió un día que él entró en casa para hacer su trabajo, y no había ninguno de los hombres de la casa allí dentro;

llamó a los hombres de su casa y les dijo: Mirad, nos ha traído un hebreo para que se burle de nosotros; vino a mí para acostarse conmigo, pero yo grité a gran voz.

Entonces el amo de José lo tomó y lo echó en la cárcel, {en} el lugar donde se encerraba a los presos del rey; y allí permaneció en la cárcel.

Mas el SEÑOR estaba con José y le extendió {su} misericordia, y le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel.

Y el jefe de la cárcel confió en mano de José a todos los presos que estaban en la cárcel, y de todo lo que allí se hacía él era responsable.

Y Faraón se enojó contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos.

Y los puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel, {en} el {mismo} lugar donde José estaba preso.

El capitán de la guardia se los asignó a José, y él les servía; y estuvieron bajo custodia por algún tiempo.

Y José vino a ellos por la mañana y los observó, y he aquí, estaban decaídos.

Y preguntó a los oficiales de Faraón que estaban con él bajo custodia en casa de su señor: ¿Por qué están vuestros rostros tan tristes hoy?

Contó, pues, el jefe de los coperos su sueño a José, y le dijo: En mi sueño, he aquí, {había} una vid delante de mí,

Entonces José le dijo: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días.

Porque la verdad es que yo fui secuestrado de la tierra de los hebreos, y aun aquí no he hecho nada para que me pusieran en el calabozo.

Cuando el jefe de los panaderos vio que había interpretado favorablemente, dijo a José: Yo también {vi} en mi sueño, y he aquí, {había} tres cestas de pan blanco sobre mi cabeza;

y sobre la cesta de encima {había} toda clase de manjares hechos por un panadero para Faraón, y las aves los comían de la cesta sobre mi cabeza.

Y sucedió que al tercer día, {que era} el día del cumpleaños de Faraón, {éste} hizo un banquete para todos sus siervos, y levantó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos en medio de sus siervos.

Y restauró al jefe de los coperos a su cargo de copero y éste puso la copa en manos de Faraón;

pero ahorcó al jefe de los panaderos, tal como les había interpretado José.

Y sucedió que por la mañana su espíritu estaba turbado, y mandó llamar a todos los adivinos de Egipto, y a todos sus sabios. Y Faraón les contó sus sueños, pero no hubo quien se los pudiera interpretar a Faraón.

Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Quisiera hablar hoy de mis faltas.

Cuando Faraón se enojó con sus siervos y me puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, a mí y al jefe de los panaderos,

Y {estaba} allí con nosotros un joven hebreo, un siervo del capitán de la guardia; y se {los} contamos, y él nos interpretó los sueños. A cada uno interpretó su sueño.

y las espigas menudas devoraron a las siete espigas buenas. Y {se lo} conté a los adivinos, pero no hubo quien me {lo} pudiera explicar.

Entonces José dijo a Faraón: Los {dos} sueños de Faraón son uno; Dios ha anunciado a Faraón lo que El va a hacer.

Las siete vacas buenas son siete años, y las siete espigas buenas son siete años; los dos sueños son uno.

Haga {esto} Faraón: nombre intendentes sobre el país y exija un quinto {de la producción} de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia.

Y que ellos recojan todos los víveres de esos años buenos que vienen, y almacenen en las ciudades el grano para alimento bajo la autoridad de Faraón, y que {lo} protejan.

Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que el país no perezca durante el hambre.

Y le nacieron a José dos hijos antes de que llegaran los años de hambre, los que le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.

Cuando pasaron los siete años de abundancia que había habido en la tierra de Egipto,

y comenzaron a venir los siete años de hambre, tal como José había dicho, entonces hubo hambre en todas las tierras; pero en toda la tierra de Egipto había pan.

Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan; y Faraón dijo a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os diga.

Y el hambre se extendió sobre toda la faz de la tierra. Entonces José abrió todos los graneros y vendió a los egipcios, pues el hambre era severa en la tierra de Egipto.

Y {de} todos los países venían a Egipto para comprar grano a José, porque el hambre era severa en toda la tierra.

Y fueron los hijos de Israel con los que iban a comprar {grano,} pues también había hambre en la tierra de Canaán.

Y José era el que mandaba en aquella tierra; él era quien vendía a todo el pueblo de la tierra. Y llegaron los hermanos de José y se postraron ante él rostro en tierra.

Cuando José vio a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlos y les habló duramente. Y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Y ellos dijeron: De la tierra de Canaán para comprar alimentos.

José se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: Sois espías; habéis venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra.

Y los puso {a todos} juntos bajo custodia por tres días.

Ellos, sin embargo, no sabían que José los entendía, porque había un intérprete entre él y ellos.

Y sucedió que cuando estaban vaciando sus sacos, he aquí que el atado del dinero de cada uno {estaba} en su saco; y cuando ellos y su padre vieron los atados de su dinero, tuvieron temor.

Entonces su padre Israel les dijo: Si así {tiene que ser,} haced esto: tomad de los mejores productos de la tierra en vuestras vasijas, y llevad a aquel hombre como presente un poco de bálsamo y un poco de miel, resina aromática, mirra, nueces y almendras.

Tomaron, pues, los hombres este presente, y tomaron doble {cantidad de} dinero en su mano y a Benjamín, y se levantaron y descendieron a Egipto y se presentaron delante de José.

El hombre hizo como José le dijo, y llevó a los hombres a casa de José.

Y los hombres tenían miedo porque eran llevados a casa de José y dijeron: Por causa del dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez hemos sido traídos aquí, para tener pretexto contra nosotros y caer sobre nosotros y tomarnos por esclavos con nuestros asnos.

Después el hombre llevó a los hombres a casa de José, y les dio agua y se lavaron los pies; y dio forraje a sus asnos.

Y le sirvieron a él aparte, y a ellos aparte, y a los egipcios que comían con él, {también} aparte; porque los egipcios no podían comer con los hebreos, pues esto es abominación para los egipcios.

Y los sentaron delante de él, el primogénito conforme a su primogenitura, y el más joven conforme a su juventud, y los hombres se miraban unos a otros con asombro.

Entonces {José} ordenó al mayordomo de su casa, diciendo: Llena de alimento los costales de los hombres, todo lo que puedan llevar, y pon el dinero de cada uno de ellos en la boca de su costal.

Al rayar el alba, fueron despedidos los hombres con sus asnos.

Cuando habían salido ellos de la ciudad, {y} no estaban muy lejos, José dijo al mayordomo de su casa: Levántate, sigue a esos hombres; y cuando los alcances, diles: `` ¿Por qué habéis pagado mal por bien?

Así que los alcanzó, les dijo estas palabras.

Y él dijo: Sea ahora también conforme a vuestras palabras; aquel que sea hallado con ella será mi esclavo, y {los demás de} vosotros seréis inocentes.

Entonces Judá se le acercó, y dijo: Oh señor mío, permite a tu siervo hablar una palabra a los oídos de mi señor, y que no se encienda tu ira contra tu siervo, pues tú eres como Faraón mismo.

Y respondimos a mi señor: ``Tenemos un padre {ya} anciano y un hermano pequeño, {hijo} de {su} vejez. Y su hermano ha muerto, así que sólo queda él {de los hijos} de su madre, y su padre lo ama."

José no pudo ya contenerse delante de todos los que estaban junto a él, y exclamó: Haced salir a todos de mi lado. Y no había nadie con él cuando José se dio a conocer a sus hermanos.

Y lloró tan fuerte que {lo} oyeron los egipcios, y la casa de Faraón se enteró {de ello.}

Porque en estos dos años {ha habido} hambre en la tierra y todavía quedan otros cinco años en los cuales no habrá ni siembra ni siega.

Ahora pues, no fuisteis vosotros los que me enviasteis aquí, sino Dios; y El me ha puesto por padre de Faraón y señor de toda su casa y gobernador sobre toda la tierra de Egipto.

`Y habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos y los hijos de tus hijos, tus ovejas y tus vacas y todo lo que tienes.

Y he aquí, vuestros ojos y los ojos de mi hermano Benjamín ven que es mi boca la que os habla.

Cuando se oyó la noticia en la casa de Faraón, de que los hermanos de José habían venido, le agradó a Faraón y a sus siervos.

Y así lo hicieron los hijos de Israel; y José les dio carretas conforme a la orden de Faraón, y les dio provisiones para el camino.

Entonces Jacob partió de Beerseba; y los hijos de Israel llevaron a su padre Jacob, y a sus pequeños y a sus mujeres, en las carretas que Faraón había enviado para llevarlo.

Y tomaron sus ganados y los bienes que habían acumulado en la tierra de Canaán y vinieron a Egipto, Jacob y toda su descendencia con él:

Estos son los nombres de los hijos de Israel, Jacob y sus hijos, que fueron a Egipto: Rubén, primogénito de Jacob.

Los hijos de Rubén: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi.

Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar y Saúl, hijo de la cananea.

Los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari.

Los hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fares y Zara (pero Er y Onán murieron en la tierra de Canaán). Y los hijos de Fares fueron Hezrón y Hamul.

Los hijos de Isacar: Tola, Fúa, Job y Simrón.

Los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Jahleel.

Estos son los hijos de Lea, los que le dio a luz a Jacob en Padán-aram, y además su hija Dina; todos sus hijos y sus hijas {eran} treinta y tres.

Los hijos de Gad: Zifión, Hagui, Suni, Ezbón, Eri, Arodi y Areli.

Los hijos de Aser: Imna, Isúa, Isúi, Bería y Sera, hermana de ellos. Y los hijos de Bería: Heber y Malquiel.

Estos son los hijos de Zilpa, a quien Labán dio a su hija Lea, y que le dio a luz a Jacob estas dieciséis personas.

Los hijos de Raquel, mujer de Jacob: José y Benjamín.

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