11244 casos

'Los' en la Biblia

El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR conforme a todo lo que había hecho Joacim.

Por causa de la ira del SEÑOR sucedió {esto} en Jerusalén y en Judá, hasta que El los echó de su presencia. Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.

Y aconteció que en el año noveno de su reinado, en el mes décimo, a los diez {días} del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén y acamparon contra ella, y edificaron un muro de asedio alrededor de ella.

En el mes cuarto, a los nueve {días} del mes, cuando se agravó el hambre en la ciudad y no había alimento para el pueblo,

se abrió brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta entre los dos muros que {había} junto al jardín del rey, a pesar de que los caldeos {estaban} alrededor de la ciudad, y se fueron por el camino del Arabá.

Pero el ejército de los caldeos persiguió al rey y alcanzó a Sedequías en los llanos de Jericó, y todo su ejército se dispersó de su lado.

Y el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus ojos y también degolló a todos los príncipes de Judá en Ribla.

Después sacó los ojos a Sedequías, y el rey de Babilonia lo ató con grillos de bronce y lo llevó a Babilonia y lo puso en prisión hasta el día de su muerte.

Y en el mes quinto, a los diez {días} del mes, siendo el año diecinueve del rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, que estaba al servicio del rey de Babilonia.

Y todo el ejército de los caldeos que {estaba} con el capitán de la guardia derribó todas las murallas alrededor de Jerusalén.

Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó al destierro a algunos de los más pobres del pueblo, al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia, y al resto de los artesanos.

Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, dejó a algunos de los más pobres de la tierra para {que fueran} viñadores y labradores.

Y los caldeos rompieron en pedazos las columnas de bronce que {estaban} en la casa del SEÑOR, también las basas y el mar de bronce que {estaban} en la casa del SEÑOR, y llevaron todo su bronce a Babilonia.

Se llevaron además los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, los cucharones y todos los utensilios de bronce que se usaban en el servicio {del templo}.

El capitán de la guardia también se llevó los cuencos, los braseros, los tazones, los calderos, los candelabros, los cucharones y los tazones de libación, lo que era de oro puro y lo que era de plata pura.

En cuanto a las dos columnas, el mar, los doce toros de bronce que estaban debajo del mar {y} las basas que el rey Salomón había hecho para la casa del SEÑOR, no era posible calcular el peso del bronce de todos estos objetos.

Entonces el capitán de la guardia tomó a Seraías, el principal sacerdote, y a Sofonías, el segundo sacerdote, y a los tres oficiales del templo.

También tomó de la ciudad a un oficial que estaba encargado de los hombres de guerra, a siete de los consejeros del rey que se hallaban en la ciudad, al escriba del comandante del ejército que reclutaba al pueblo de la tierra, y a sesenta hombres del pueblo que se hallaban dentro de la ciudad.

Nabuzaradán, capitán de la guardia, los tomó y los llevó al rey de Babilonia en Ribla.

Entonces el rey de Babilonia los hirió y les dio muerte en Ribla en la tierra de Hamat. Así fue llevada Judá al destierro lejos de su tierra.

Y en el año treinta y siete del destierro de Joaquín, rey de Judá, en el mes doce, a los veinticinco {días} del mes, Evil-merodac, rey de Babilonia, en el año {primero} de su reino, favoreció a Joaquín, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel.

Y le habló amigablemente y puso su trono por encima de los tronos de los reyes que {estaban} con él en Babilonia.

{Joaquín} se quitó sus vestidos de prisión y comió siempre en la presencia {del rey}, todos los días de su vida;

y {para} su sustento, se le dio de continuo una ración de parte del rey de Babilonia, una porción para cada día, todos los días de su vida hasta el día de su muerte.

Los caminos de Sion están de luto, porque nadie viene a las fiestas solemnes. Todas sus puertas están desoladas, gimen sus sacerdotes, sus vírgenes están afligidas, y ella misma está amargada.

Jerusalén recuerda en los días de su aflicción y de su vagar todos sus tesoros que existían desde los tiempos antiguos, cuando su pueblo cayó en mano del adversario sin que nadie la ayudara. Al verla sus adversarios, se burlaron de su ruina.

En gran manera ha pecado Jerusalén, por lo cual se ha vuelto cosa inmunda. Todos los que la honraban la desprecian porque han visto su desnudez, y ella gime y se vuelve de espaldas.

Vosotros, todos los que pasáis por el camino, ¿no os importa esto? Observad y ved si hay dolor como mi dolor, con el que fui atormentada, con el que el SEÑOR {me} afligió el día de su ardiente ira.

Sion extiende sus manos, no hay quien la consuele. El SEÑOR ha ordenado contra Jacob que los que lo rodean sean sus adversarios; Jerusalén se ha vuelto cosa inmunda en medio de ellos.

El SEÑOR ha rechazado su altar, ha despreciado su santuario; ha entregado en manos del enemigo los muros de sus palacios. Gritos se han dado en la casa del SEÑOR como en día de fiesta solemne.

En tierra están sentados, en silencio, los ancianos de la hija de Sion. Han echado polvo sobre sus cabezas, se han ceñido de cilicio. Han inclinado a tierra sus cabezas las vírgenes de Jerusalén.

Baten palmas contra ti todos los que pasan por el camino; silban y mueven sus cabezas contra la hija de Jerusalén, {diciendo:} ¿Es ésta la ciudad de la cual decían: ``La perfección de la hermosura, el gozo de toda la tierra"?

Han abierto contra ti su boca todos tus enemigos; silban y rechinan los dientes, dicen: {La} hemos devorado. Ciertamente este es el día que esperábamos; {lo} hemos alcanzado, {lo} hemos visto.

Mira, oh SEÑOR, y observa: ¿a quién has tratado así? ¿Habían de comer las mujeres el fruto {de sus entrañas}, a los pequeños criados con cariño? ¿Habían de ser muertos en el santuario del Señor el sacerdote y el profeta?

Como en día de fiesta solemne convocaste mis terrores de todas partes; y no hubo en el día de la ira del SEÑOR quien escapara ni sobreviviera. A los que crié y mantuve, mi enemigo los exterminó.

En lugares tenebrosos me ha hecho morar, como los que han muerto hace tiempo.

Porque El no castiga por gusto, ni aflige a los hijos de los hombres.

Aplastar bajo los pies a todos los prisioneros de un país,

Basura y escoria nos has hecho en medio de los pueblos.

los labios de mis agresores y sus murmuraciones {están} contra mí todo el día.

Se sienten o se levanten, míra{los}, yo soy el objeto de su copla.

Los hijos preciados de Sion, que valían su peso en oro puro, ¿cómo son tenidos por vasijas de barro, obra de manos de alfarero!

Aun los chacales dan las ubres, dan de mamar a sus crías; {pero} la hija de mi pueblo se ha vuelto cruel como los avestruces en el desierto.

La lengua del niño de pecho se le pega al paladar por la sed; los pequeños piden pan, {pero} no hay quien {lo} reparta.

Sus consagrados eran más puros que la nieve, más blancos que la leche, más rojizos de cuerpo que los corales, {como} el zafiro su apariencia.

Más dichosos son los que mueren a espada que los que mueren de hambre, que se consumen, extenuados, por falta de los frutos de los campos.

No creyeron los reyes de la tierra, ni ninguno de los habitantes del mundo, que pudieran entrar el adversario y el enemigo por las puertas de Jerusalén.

La presencia del SEÑOR los dispersó, no volverá a mirarlos. No honraron a los sacerdotes, ni tuvieron piedad de los ancianos.

Nuestros perseguidores eran más veloces que las águilas del cielo; por los montes nos persiguieron, en el desierto nos tendieron emboscadas.

Los jóvenes trabajaron en el molino, y los muchachos cayeron bajo {el peso de} la leña.

Sucedió que en el año treinta, al quinto {día} del cuarto mes, estando yo entre los desterrados junto al río Quebar, los cielos se abrieron y vi visiones de Dios.

Bajo sus alas, a sus cuatro lados, {tenían} manos humanas. En cuanto a las caras y a las alas de los cuatro,

Y la forma de sus caras {era como} la cara de un hombre; los cuatro tenían cara de león a la derecha y cara de toro a la izquierda, y los cuatro tenían cara de águila;

En medio de los seres vivientes había algo que parecía carbones encendidos en llamas, como antorchas que se lanzaban de un lado a otro entre los seres vivientes. El fuego resplandecía, y del fuego salían rayos.

Y los seres vivientes corrían de un lado a otro como el fulgor del relámpago.

Miré a los seres vivientes, y he aquí, había una rueda en la tierra junto a {cada uno de} los seres vivientes de cuatro caras.

Sus aros eran altos e imponentes, y los aros de las cuatro estaban llenos de ojos alrededor.

Y cuando los seres vivientes andaban, las ruedas se movían con ellos. Y cuando los seres vivientes se levantaban de la tierra, las ruedas {también} se levantaban.

Y adondequiera que iba el espíritu, iban ellos en esa dirección. Y las ruedas se levantaban juntamente con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes {estaba} en las ruedas.

Cuando ellos andaban, andaban ellas, y cuando ellos se detenían, se detenían ellas. Y cuando ellos se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban juntamente con ellos, porque el espíritu de los seres vivientes {estaba} en las ruedas.

Sobre las cabezas de los seres vivientes {había} algo semejante a un firmamento con el brillo deslumbrante de un cristal, extendido por encima de sus cabezas.

Entonces me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a una nación de rebeldes que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han levantado contra mí hasta este mismo día.

Y ve a los desterrados, a los hijos de tu pueblo; háblales y diles, escuchen o dejen de {escuchar:} ``Así dice el Señor DIOS."

{Oí} el ruido de las alas de los seres vivientes que se tocaban una a la otra, y el ruido de las ruedas junto a ellos, un gran ruido atronador.

Entonces vine a los desterrados de Tel-abib que habitaban junto al río Quebar, y allí donde ellos vivían, estuve sentado siete días, atónito, en medio de ellos.

Y sucedió que al cabo de los siete días vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

Porque yo te he asignado un número de días igual a los años de su iniquidad, trescientos noventa días; tú cargarás, pues, con la iniquidad de la casa de Israel.

Cuando los hayas cumplido, te acostarás por segunda vez, {pero} sobre el lado derecho, y llevarás la iniquidad de la casa de Judá; te la he asignado por cuarenta días, un día por cada año.

He aquí, te ataré con cuerdas para que no puedas volverte de un lado a otro, hasta que hayas cumplido los días de tu sitio.

Entonces el SEÑOR dijo: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo entre las naciones donde yo los arrojaré.

Una tercera parte quemarás a fuego en medio de la ciudad cuando terminen los días del sitio. Otra tercera parte tomarás {y} golpearás con la espada alrededor de la ciudad; y la otra tercera parte esparcirás al viento, y yo desenvainaré la espada detrás de ellos.

Así dice el Señor DIOS: ``Esta es Jerusalén; yo la coloqué en el centro de las naciones y de los territorios a su alrededor.

``Pero ella se ha rebelado contra mis ordenanzas con más impiedad que las naciones, y contra mis estatutos más que los territorios alrededor de ella; porque ellos han desechado mis ordenanzas y no han andado en mis estatutos."

``Por eso, los padres se comerán a {sus} hijos en medio de ti, y los hijos se comerán a sus padres; ejecutaré juicios en ti y esparciré cuantos te queden a todos los vientos.

``Una tercera parte de ti morirá de pestilencia o será consumida por el hambre en medio de ti, otra tercera parte caerá a espada alrededor de ti y la otra tercera parte esparciré a todos los vientos, y yo desenvainaré la espada tras ellos.

``Te haré desolación y oprobio entre las naciones que te rodean, a los ojos de todos los que pasen.

Hijo de hombre, pon tu rostro hacia los montes de Israel, profetiza contra ellos,

y di: ``Montes de Israel, escuchad la palabra del Señor DIOS. Así dice el Señor DIOS a los montes, a las colinas, a las barrancas y a los valles: `He aquí, yo mismo traeré sobre vosotros la espada y destruiré vuestros lugares altos.

`También pondré los cadáveres de los hijos de Israel delante de sus ídolos, y esparciré vuestros huesos alrededor de vuestros altares.

`Dondequiera {que tengáis} vuestras moradas, las ciudades quedarán desoladas y los lugares altos devastados, para que queden desolados y devastados vuestros altares, rotos y eliminados vuestros ídolos, derribados vuestros altares de incienso y borradas vuestras obras.

`Los muertos caerán en medio de vosotros, y sabréis que yo soy el SEÑOR.

`Sin embargo dejaré un remanente, porque tendréis entre las naciones a los que escaparon de la espada cuando seáis esparcidos por las tierras.

`Entonces los que de vosotros escapen me recordarán entre las naciones adonde serán llevados cautivos, porque he sufrido a causa de sus corazones adúlteros que se apartaron de mí, y a causa de sus ojos que se prostituyeron tras sus ídolos; y se aborrecerán a sí mismos por los males que han cometido, por todas sus abominaciones.

`Y sabréis que yo soy el SEÑOR, cuando sus muertos estén en medio de sus ídolos alrededor de sus altares, en toda colina elevada, en todas las cumbres de los montes, bajo todo árbol verde y bajo toda encina frondosa, lugares donde ofrecían aroma agradable a todos sus ídolos.

Y tú, hijo de hombre, di: ``Así dice el Señor DIOS a la tierra de Israel: ` ¿El fin, el fin viene sobre los cuatro extremos de la tierra!

``Te ha llegado tu turno, oh habitante de la tierra. Ha llegado el tiempo, se acerca el día; pánico, y no júbilo, en los montes.

``Aun cuando escapen los sobrevivientes, estarán sobre los montes como palomas de los valles, todos ellos gimiendo por su iniquidad.

``Se ceñirán de cilicio y los cubrirá el terror; {habrá} en todos los rostros vergüenza y todas las cabezas estarán rapadas.

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Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso