10959 casos

'Los' en la Biblia

No conoce su valor el hombre, Ni se halla en la tierra de los vivientes.

Porque encubierta está á los ojos de todo viviente, y á toda ave del cielo es oculta.

Porque él mira hasta los fines de la tierra, Y ve debajo de todo el cielo.

Cuando él hizo ley á la lluvia, Y camino al relámpago de los truenos:

Quién me tornase como en los meses pasados, Como en los días que Dios me guardaba,

Como fué en los días de mi mocedad, Cuando el secreto de Dios estaba en mi tienda;

Los príncipes detenían sus palabras, Ponían la mano sobre su boca;

La voz de los principales se ocultaba, Y su lengua se pegaba á su paladar:

Cuando los oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, Y los ojos que me veían, me daban testimonio:

Y quebraba los colmillos del inicuo, Y de sus dientes hacía soltar la presa.

MAS ahora los más mozos de días que yo, se ríen de mí; Cuyos padres yo desdeñara ponerlos con los perros de mi ganado.

Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, En los cuales había perecido con el tiempo?

Que cogían malvas entre los arbustos, Y raíces de enebro para calentarse.

Habitaban en las barrancas de los arroyos, En las cavernas de la tierra, y en las rocas.

A la mano derecha se levantaron los jóvenes; Empujaron mis pies, Y sentaron contra mí las vías de su ruina.

Mi senda desbarataron, Aprovecháronse de mi quebrantamiento, Contra los cuales no hubo ayudador.

Mas él no extenderá la mano contra el sepulcro; ¿Clamarán los sepultados cuando él los quebrantare?

He venido á ser hermano de los dragones, Y compañero de los buhos.

¿No hay quebrantamiento para el impío, Y extrañamiento para los que obran iniquidad?

Porque es maldad é iniquidad, Que han de castigar los jueces.

Si encubrí, como los hombres mis prevaricaciones, Escondiendo en mi seno mi iniquidad;

Espantáronse, no respondieron más; Fuéronseles los razonamientos.

Por sueño de visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho;

Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo;

El mira sobre los hombres; y el que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, Y no me ha aprovechado;

Para apartar su alma del sepulcro, Y para iluminarlo con la luz de los vivientes.

Y va en compañía con los que obran iniquidad, Y anda con los hombres maliciosos.

¿Hase de decir al rey: Perverso; Y á los príncipes: Impíos?

En un momento morirán, y á media noche Se alborotarán los pueblos, y pasarán, Y sin mano será quitado el poderoso.

No hay tinieblas ni sombra de muerte Donde se encubran los que obran maldad.

El quebrantará á los fuertes sin pesquisa, Y hará estar otros en su lugar.

Por tanto él hará notorias las obras de ellos, Cuando los trastornará en la noche, y serán quebrantados.

Los hombres de seso dirán conmigo, Y el hombre sabio me oirá:

Deseo yo que Job sea probado ampliamente, A causa de sus respuestas por los hombres inicuos.

A causa de la multitud de las violencias clamarán, Y se lamentarán por el poderío de los grandes.

No quitará sus ojos del justo; Antes bien con los reyes los pondrá en solio para siempre, Y serán ensalzados.

Fallecerá el alma de ellos en su mocedad, Y su vida entre los sodomitas.

No anheles la noche, En que desaparecen los pueblos de su lugar.

Acuérdate de engrandecer su obra, La cual contemplan los hombres.

Los hombres todos la ven; Mírala el hombre de lejos.

Las cuales destilan las nubes, Goteando en abundancia sobre los hombres.

Bien que por esos medios castiga á los pueblos, A la multitud da comida.

Debajo de todos los cielos lo dirige, Y su luz hasta los fines de la tierra.

Después de ella bramará el sonido, Tronará él con la voz de su magnificencia; Y aunque sea oída su voz, no los detiene.

Así hace retirarse á todo hombre, Para que los hombres todos reconozcan su obra.

¿Extendiste tú con él los cielos, Firmes como un espejo sólido?

He aquí aún: no se puede mirar la luz esplendente en los cielos, Luego que pasa el viento y los limpia,

Para que ocupe los fines de la tierra, Y que sean sacudidos de ella los impíos?

Mas la luz de los impíos es quitada de ellos, Y el brazo enaltecido es quebrantado.

¿Has entrado tú hasta los profundos de la mar, Y has andado escudriñando el abismo?

¿Quién repartió conducto al turbión, Y camino á los relámpagos y truenos,

¿Sacarás tú á su tiempo los signos de los cielos, O guiarás el Arcturo con sus hijos?

¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?

¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y diránte ellos: Henos aquí?

¿Quién puso por cuenta los cielos con sabiduría? Y los odres de los cielos, ¿quién los hace parar,

Cuando el polvo se ha convertido en dureza, Y los terrones se han pegado unos con otros?

¿CAZARAS tú la presa para el león? ¿Y saciarás el hambre de los leoncillos,

¿Contaste tú los meses de su preñez, Y sabes el tiempo cuando han de parir?

Lo oculto de los montes es su pasto, Y anda buscando todo lo que está verde.

¿Atarás tú al unicornio con su coyunda para el surco? ¿Labrará los valles en pos de ti?

El cual desampara en la tierra sus huevos, Y sobre el polvo los calienta,

Y olvídase de que los pisará el pie, Y que los quebrará bestia del campo.

Antes como que dice entre los clarines: ­Ea! Y desde lejos huele la batalla, el grito de los capitanes, y la vocería.

Su cola mueve como un cedro, Y los nervios de sus genitales son entretejidos.

El es la cabeza de los caminos de Dios: El que lo hizo, puede hacer que su cuchillo á él se acerque.

Ciertamente los montes producen hierba para él: Y toda bestia del campo retoza allá.

Echaráse debajo de las sombras, En lo oculto de las cañas, y de los lugares húmedos.

Los árboles sombríos lo cubren con su sombra; Los sauces del arroyo lo cercan.

¿Harán de él banquete los compañeros? ¿Partiránlo entre los mercaderes?

¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Los órdenes de sus dientes espantan.

Con sus estornudos encienden lumbre, Y sus ojos son como los párpados del alba.

Su aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama.

De su grandeza tienen temor los fuertes, Y á causa de su desfallecimiento hacen por purificarse.

Menosprecia toda cosa alta: Es rey sobre todos los soberbios.

Y vinieron é él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y condoliéronse de él, y consoláronle de todo aquel mal que sobre él había Jehová traído; y cada uno de ellos le dió una

Y después de esto vivió Job ciento y cuarenta años, y vió á sus hijos, y á los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación.

Por tanto no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos.

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