130 casos

'Me' en la Biblia

Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay otro como él sobre la tierra, hombre intachable, recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Y él todavía conserva su integridad, aunque tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa.

¿Por qué me recibieron las rodillas, y para qué los pechos que me dieron de mamar?

No tengo reposo ni estoy tranquilo, no descanso, sino que {me} viene turbación.

Una palabra me fue traída furtivamente, y mi oído percibió un susurro de ella.

me sobrevino un espanto, un temblor que hizo estremecer todos mis huesos.

¿Quién me diera que mi petición se cumpliera, que Dios me concediera mi anhelo,

así me han dado en herencia meses inútiles, y noches de aflicción me han asignado.

Cuando me acuesto, digo: `` ¿Cuándo me levantaré?" Pero la noche sigue, y estoy dando vueltas continuamente hasta el amanecer.

El ojo del que me ve no me verá más; tus ojos {estarán} sobre mí, pero yo no existiré.

Por tanto, no refrenaré mi boca, hablaré en la angustia de mi espíritu, me quejaré en la amargura de mi alma.

Si digo: ``Mi cama me consolará, mi lecho atenuará mi queja",

entonces tú me asustas con sueños y me aterrorizas con visiones;

¿Nunca apartarás de mí tu mirada, ni me dejarás solo hasta que trague mi saliva?

Entonces, ¿por qué no perdonas mi transgresión y quitas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo; y tú me buscarás, pero ya no existiré.

Si El pasara junto a mí, no {le} vería; si me pasara adelante, no le percibiría.

Si yo llamara y El me respondiera, no podría creer que escuchara mi voz.

Porque El me quebranta con tempestad, y sin causa multiplica mis heridas.

Aunque soy justo, mi boca me condenará; {aunque} soy inocente, El me declarará culpable.

Aunque yo diga: ``Olvidaré mi queja, cambiaré mi {triste} semblante y me alegraré",

temeroso estoy de todos mis dolores, sé que tú no me absolverás.

aun así me hundirías en la fosa, y mis propios vestidos me aborrecerían.

Le diré a Dios: ``No me condenes, hazme saber por qué contiendes conmigo.

``Tus manos me formaron y me hicieron, ¿y me destruirás?

`` ¿No me derramaste como leche, y como queso me cuajaste?

`` ¿No me vestiste de piel y de carne, y me entretejiste con huesos y tendones?

``Si soy malvado, ¡ay de mí!, y {si} soy justo, no me atrevo a levantar la cabeza. {Estoy} harto de deshonra y consciente de mi aflicción.

``Si {mi cabeza} se levantara, como león me cazarías, y mostrarías tu poder contra mí.

¿No dejará El {en paz} mis breves días? Apártate de mí para que me consuele un poco

antes que me vaya, para no volver, a la tierra de tinieblas y sombras profundas;

¿Por qué me he de quitar la carne con mis dientes, y poner mi vida en mis manos?

¿Quién contenderá conmigo?, porque entonces me callaría y moriría.

Sólo dos cosas {deseo} que hagas conmigo, y no me esconderé de tu rostro:

¿Por qué escondes tu rostro y me consideras tu enemigo?

Pues escribes contra mí cosas amargas, y me haces responsable de las iniquidades de mi juventud.

¿Oh, si me escondieras en el Seol, si me ocultaras hasta que tu ira se pasara, si me pusieras un plazo y de mí te acordaras!

Pero ahora El me ha agobiado; tú has asolado toda mi compañía,

y me has llenado de arrugas que en testigo se han convertido; mi flacura se levanta contra mí, testifica en mi cara.

Su ira me ha despedazado y me ha perseguido, contra mí El ha rechinado los dientes; mi adversario aguza los ojos contra mí.

Han abierto contra mí su boca, con injurias me han abofeteado; a una se aglutinan contra mí.

Dios me entrega a los impíos, y me echa en manos de los malvados.

Estaba yo tranquilo, y El me sacudió, me agarró por la nuca y me hizo pedazos; también me hizo su blanco.

Me rodean sus flechas, parte mis riñones sin compasión, derrama por tierra mi hiel.

Porque El me ha hecho proverbio del pueblo, y soy uno a quien los hombres escupen.

Estas diez veces me habéis insultado, ¿no os da vergüenza perjudicarme?

sabed ahora que Dios me ha agraviado y me ha envuelto en su red.

También ha encendido su ira contra mí y me ha considerado su enemigo.

Los moradores de mi casa y mis criadas me tienen por extraño, extranjero soy a sus ojos.

¿Por qué me perseguís como Dios {lo hace}, y no os saciáis ya de mi carne?

Por esto mis pensamientos me hacen responder, a causa de mi inquietud interior.

He escuchado la reprensión que me insulta, y el espíritu de mi entendimiento me hace responder.

En cuanto a mí, ¿me quejo yo al hombre? ¿Y por qué no he de ser impaciente?

Aun cuando me acuerdo, me perturbo, y el horror se apodera de mi carne.

He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, y los designios con los cuales me dañaríais.

¿Cómo, pues, me consoláis en vano? Vuestras respuestas están {llenas de} falsedad.

¿Quién me diera saber dónde encontrarle, para poder llegar hasta su trono!

Aprendería yo las palabras {que} El me respondiera, y entendería lo que me dijera.

¿Contendería El conmigo con la grandeza de {su} poder? No, ciertamente me prestaría atención.

He aquí, me adelanto, y El no está {allí,} retrocedo, pero no le puedo percibir;

Mi pie ha seguido firme en su senda, su camino he guardado y no me he desviado.

Por tanto, me espantaría ante su presencia; {cuando lo} pienso, siento terror de El.

{Es} Dios {el que} ha hecho desmayar mi corazón, y el Todopoderoso {el que} me ha perturbado;

pero no me hacen callar las tinieblas, ni la densa oscuridad {que} me cubre.

El ojo del adúltero espera el anochecer, diciendo: ``Ningún ojo me verá", y disfraza su rostro.

¿Quién me diera volver a ser como en meses pasados, como en los días en que Dios velaba sobre mí;

cuando en leche se bañaban mis pies, y la roca me derramaba ríos de aceite!

me veían los jóvenes y se escondían, y los ancianos se levantaban {y} permanecían en pie.

Porque el oído que oía me llamaba bienaventurado, y el ojo que veía daba testimonio de mí;

Me escuchaban y esperaban, y guardaban silencio para {oír} mi consejo.

Les escogía el camino y me sentaba como jefe, y moraba como rey entre las tropas, como el que consuela a los que lloran.

En verdad, la fuerza de sus manos ¿de qué me servía? Había desaparecido de ellos el vigor.

Por cuanto El ha aflojado la cuerda de su arco y me ha afligido, se han quitado el freno delante de mí.

De noche El traspasa mis huesos dentro de mí, y los {dolores} que me corroen no descansan.

Una gran fuerza deforma mi vestidura, me aprieta como el cuello de mi túnica.

Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso