'Me' en la Biblia
Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi Hijo eres tú; yo te engendré hoy.
Con mi voz clamé a Jehová, y Él me respondió desde su monte santo. (Selah)
Yo me acosté y dormí, y desperté; porque Jehová me sostuvo.
«Al Músico principal: sobre Neginot: Salmo de David» Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; estando en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración.
En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque sólo tú, Jehová, me haces estar confiado.
«Al Músico principal: en Neginot sobre Seminit: Salmo de David» Oh Jehová, no me reprendas en tu furor, ni me castigues con tu ira.
«Sigaión de David, que cantó a Jehová sobre las palabras de Cus, hijo de Benjamín.» Jehová Dios mío, en ti he confiado: Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;
Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo;
Ten misericordia de mí, oh Jehová; mira mi aflicción que padezco de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte;
Para que cuente yo todas tus alabanzas en las puertas de la hija de Sión, y me goce en tu salvación.
Dice en su corazón: No seré movido: Nunca me alcanzará el infortunio.
Por la opresión de los pobres, por el gemido de los necesitados, ahora me levantaré, dice Jehová; los pondré a salvo del que contra ellos se engríe.
«Al Músico principal: Salmo de David» ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
Cantaré a Jehová, porque me ha hecho bien.
Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad que me ha tocado.
Bendeciré a Jehová que me aconseja; aun en las noches me enseñan mis riñones.
Me mostrarás la senda de la vida: Plenitud de gozo hay en tu presencia; delicias en tu diestra para siempre.
Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada hallaste; me he propuesto que mi boca no ha de propasarse.
En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de tus labios yo me he guardado de las sendas de los violentos.
Yo te he invocado, porque tú me oirás, oh Dios: Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
de la vista de los malos que me oprimen, de mis enemigos mortales que me rodean.
Me rodearon los dolores de la muerte, y torrentes de hombres perversos me atemorizaron.
Dolores del infierno me rodearon, me previnieron lazos de muerte.
Envió desde lo alto; me tomó, me sacó de las muchas aguas.
Me libró de mi poderoso enemigo, y de los que me aborrecían, pues ellos eran más fuertes que yo.
Me asaltaron en el día de mi quebranto; pero Jehová fue mi apoyo.
Él me sacó a lugar espacioso; me libró, porque se agradó de mí.
Jehová me pagó conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
Porque yo he guardado los caminos de Jehová, y no me aparté impíamente de mi Dios.
Y fui íntegro para con Él, y me guardé de mi maldad.
Por tanto Jehová me pagó conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos delante de sus ojos.
Dios es el que me ciñe de poder, y hace perfecto mi camino;
quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas;
Me diste asimismo el escudo de tu salvación, y tu diestra me sustentó, y tu benignidad me ha engrandecido.
Pues me ceñiste de fuerza para la pelea; has sometido bajo mis pies a los que se levantaron contra mí.
Y me has dado la cerviz de mis enemigos, para que yo destruya a los que me aborrecen.
Me libraste de las contiendas del pueblo; me pusiste por cabeza de gentes; pueblo que yo no conocía, me servirá.
Así que hubieren oído de mí, me obedecerán; los hijos de extraños se someterán a mí;
El que me libra de mis enemigos: Tú me enalteciste sobre los que se levantan contra mí; me has librado del hombre violento.
¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
«Al Músico principal, sobre Ajelet-sahar. Salmo de David» Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
Dios mío, clamo de día, y no me escuchas; y de noche, y no hay para mí sosiego.
Todos los que me ven, se burlan de mí; estiran los labios, menean la cabeza, diciendo:
Pero tú eres el que me sacó del vientre; Me hiciste estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
Me han rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me han cercado.
Se secó como un tiesto mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte.
Porque perros me han rodeado, me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies.
Contar puedo todos mis huesos; ellos me miran, y me observan.
Sálvame de la boca del león, porque tú me has escuchado de los cuernos de los unicornios.
«Salmo de David.» Jehová es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.
Restaurará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Mira mis enemigos, que se han multiplicado, y con odio violento me aborrecen.
Integridad y rectitud me guarden; porque en ti he esperado.
No me he sentado con hombres falsos, ni entraré con los hipócritas.
He aborrecido la reunión de los malignos, y no me sentaré con los impíos.
Porque Él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su pabellón; me pondrá en alto sobre una roca.
Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean; y yo ofreceré en su tabernáculo sacrificios de júbilo: Cantaré y entonaré salmos a Jehová.
No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siervo: Mi ayuda has sido; no me dejes, no me desampares, Dios de mi salvación.
Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá.
No me entregues a la voluntad de mis enemigos; porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
No me arrebates a una con los malos, y con los obradores de iniquidad; los cuales hablan paz con su prójimo, pero la maldad está en su corazón.
«Salmo cantado en la dedicación de la casa de David» Te glorificaré, oh Jehová; porque me has levantado, y no hiciste a mis enemigos alegrarse de mí.
Jehová Dios mío, a ti clamé, y me sanaste.
Oh Jehová, hiciste subir mi alma del sepulcro; me diste vida, para que no descendiese a la fosa.
Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
Porque tú eres mi Roca y mi castillo; y por amor a tu nombre me guiarás, y me encaminarás.
Me sacarás de la red que han escondido para mí; porque tú eres mi fortaleza.
En tu mano encomiendo mi espíritu: Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
Me gozaré y alegraré en tu misericordia; porque has visto mi aflicción; has conocido mi alma en las angustias:
Y no me encerraste en mano del enemigo; hiciste estar mis pies en lugar espacioso.
De todos mis enemigos he sido oprobio, más de mis vecinos, y horror a mis conocidos; los que me veían fuera, huían de mí.
Tú eres mi refugio; me guardarás de angustia: Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah)
Busqué a Jehová, y Él me oyó, y me libró de todos mis temores.
Se levantaron testigos falsos; me demandaron lo que no sabía;
me devolvieron mal por bien, para abatir a mi alma.
Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía en mi seno.
Anduve como si fuesen mis amigos, mis hermanos; como el que trae luto por su madre, enlutado me humillaba.
Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; se juntó contra mí gente despreciable, y yo no lo entendía; me despedazaban, y no cesaban;
No se alegren de mí los que injustamente son mis enemigos; ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.
«Al Músico principal: Salmo de David, siervo del Señor» La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.
No venga contra mí pie de soberbia; y mano de impíos no me mueva.
«Salmo de David, para recordar» Jehová, no me reprendas en tu furor, ni me castigues en tu ira.
Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor; y aun la misma luz de mis ojos se ha ido de mí.
Por tanto confesaré mi maldad; Me contristaré por mi pecado.
Porque mis enemigos están vivos y fuertes; y se han aumentado los que me aborrecen sin causa:
Y pagando mal por bien me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
No me desampares, oh Jehová: Dios mío, no te alejes de mí.
Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno; y se agravó mi dolor.
Líbrame de todas mis transgresiones; no me pongas por escarnio del insensato.
Y me sacó del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado; y tu ley está en medio de mi corazón.
Tú, oh Jehová, no retengas de mí tus misericordias; tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
Porque me han rodeado males sin número; me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista; son más numerosas que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.
Sean asolados en pago de su afrenta los que me dicen: ¡Ajá, ajá!
Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen; contra mí piensan mal, diciendo de mí:
En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, y me has hecho estar delante de ti para siempre.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
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