46 casos

'Mío' en la Biblia

Levántate, oh Jehová; sálvame, oh Dios mío; porque tú heriste a todos mis enemigos en la quijada; los dientes de los malos quebrantaste.

Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré.

«Sigaión de David, que cantó a Jehová sobre las palabras de Cus, hijo de Benjamín.» Jehová Dios mío, en ti he confiado: Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;

Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, si hay en mis manos iniquidad;

Levántate, oh Jehová, en tu ira; levántate a causa de la furia de mis angustiadores, y despierta en favor mío el juicio que mandaste.

Dios mío, clamo de día, y no me escuchas; y de noche, y no hay para mí sosiego.

Por tanto a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.

Muévete y levántate para mi juicio, para mi causa, Dios mío y Señor mío.

No me desampares, oh Jehová: Dios mío, no te alejes de mí.

Dios mío, mi alma está abatida dentro de mí; me acordaré por tanto de ti desde la tierra del Jordán, y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.

Oye, pueblo mío, y hablaré: Escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo.

«Al Músico principal: sobre No destruyas: Mictam de David, cuando envió Saúl, y guardaron la casa para matarlo» Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que contra mí se levantan.

Porque he aquí están acechando mi vida; se han juntado contra mí poderosos, no por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová.

Sin delito mío, corren y se aperciben; despierta para ayudarme, y mira.

Mío es Galaad, y mío es Manasés; y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá, mi legislador;

Dios mío, líbrame de la mano del impío, de la mano del perverso y violento.

Oh Dios, no estés lejos de mí: Dios mío, apresúrate a socorrerme.

Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, oh Dios mío: tu verdad cantaré a ti con el arpa, oh Santo de Israel.

«Masquil de Asaf» Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.

Oye, pueblo mío y te protestaré. ¡Oh Israel, si me oyeres!

Dios mío, ponlos como a torbellinos; como a hojarascas delante del viento.

Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, en tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.

Guarda mi alma, porque soy piadoso: Salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.

Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; por generación de generaciones son tus años.

Bendice, alma mía, a Jehová. Jehová, Dios mío, mucho te has engrandecido; te has vestido de gloria y de magnificencia.

Mío es Galaad, mío es Manasés; y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi legislador;

Ayúdame, Jehová Dios mío; sálvame conforme a tu misericordia.

Mi Dios eres tú, y te alabaré: Dios mío, te exaltaré.

He dicho a Jehová: Dios mío eres tú; escucha, oh Jehová, la voz de mis ruegos.

Misericordia mía y mi castillo, fortaleza mía y mi Libertador, escudo mío, en quien he confiado; el que somete a mi pueblo delante de mí.

Reina Valera Gómez (© 2010)