6875 casos

'No' en la Biblia

Y Mardoqueo estaba criando a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, pues ella no tenía ni padre ni madre. La joven era de hermosa figura y de buen parecer, y cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la tomó como hija suya.

Ester no dio a conocer ni su pueblo ni su parentela, porque Mardoqueo le había mandado que no {los} diera a conocer.

Ella entraba por la tarde y a la mañana {siguiente} volvía al segundo harén, bajo la custodia de Saasgaz, eunuco del rey, encargado de las concubinas. Ella no iba otra vez al rey a menos que el rey se complaciera en ella y fuera llamada por nombre.

Cuando a Ester, hija de Abihail, tío de Mardoqueo, que la había tomado como hija, le tocó venir al rey, ella no pidió cosa alguna sino lo que le aconsejó Hegai, eunuco del rey, encargado de las mujeres. Y Ester hallaba favor ante los ojos de cuantos la veían.

Ester todavía no había dado a conocer ni su parentela ni su pueblo, tal como Mardoqueo le había mandado, porque Ester hizo lo que le había dicho Mardoqueo, como cuando estaba bajo su tutela.

Y él no se contentó con echar mano sólo a Mardoqueo, pues le habían informado {cuál era} el pueblo de Mardoqueo; por tanto Amán procuró destruir a todos los judíos, el pueblo de Mardoqueo, que {estaban} por todo el reino de Asuero.

Y Amán dijo al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino; sus leyes son diferentes de {las} de todos {los demás} pueblos, y no guardan las leyes del rey, así que no conviene al rey dejarlos {vivos}.

Vinieron las doncellas de Ester y sus eunucos y se {lo} comunicaron, y la reina se angustió en gran manera. Y envió ropa para que Mardoqueo se vistiera y se quitara el cilicio de encima, pero él no {la} aceptó.

Todos los siervos del rey y el pueblo de las provincias del rey saben que para cualquier hombre o mujer que vaya al rey en el atrio interior, sin ser llamado, él tiene una sola ley, que se le dé muerte, a menos que el rey le extienda el cetro de oro para que viva. Y yo no he sido llamada para ir al rey por estos treinta días.

Entonces Mardoqueo {les} dijo que respondieran a Ester: No pienses que {estando} en el palacio del rey {sólo} tú escaparás entre todos los judíos.

Ve, reúne a todos los judíos que se encuentran en Susa y ayunad por mí; no comáis ni bebáis por tres días, ni de noche ni de día. También yo y mis doncellas ayunaremos. Y así iré al rey, lo cual no es conforme a la ley; y si perezco, perezco.

Salió Amán aquel día alegre y con corazón contento; pero cuando Amán vio a Mardoqueo en la puerta del rey y que éste no se levantaba ni temblaba delante de él, Amán se llenó de furor contra Mardoqueo.

Y Amán añadió: Aun la reina Ester no permitió que nadie, excepto yo, viniera con el rey al banquete que ella había preparado; y también para mañana estoy invitado por ella junto con el rey.

Aquella noche el rey no podía dormir y dio orden que trajeran el libro de las Memorias, las crónicas, y que las leyeran delante del rey.

Entonces el rey dijo a Amán: Toma presto el manto y el caballo como has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que está sentado a la puerta del rey; no omitas nada de todo lo que has dicho.

Y Amán contó a su mujer Zeres y a todos sus amigos todo lo que le había acontecido. Entonces sus sabios y su mujer Zeres le dijeron: Si Mardoqueo, delante de quien has comenzado a caer, es de descendencia judía, no podrás con él, sino que ciertamente caerás delante de él.

porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para el exterminio, para la matanza y para la destrucción. Y si {sólo} hubiéramos sido vendidos como esclavos o esclavas, hubiera permanecido callada, porque el mal no se podría comparar con el disgusto del rey.

Vosotros, pues, escribid acerca de los judíos como os parezca bien, en nombre del rey, y sellad{lo} con el anillo del rey; porque un decreto que está escrito en nombre del rey y sellado con el anillo del rey no puede ser revocado.

los diez hijos de Amán, hijo de Hamedata, enemigo de los judíos; pero no echaron mano a los bienes.

Los judíos que {se hallaban} en Susa se reunieron también el día catorce del mes de Adar y mataron a trescientos hombres en Susa, pero no echaron mano a los bienes.

Y los demás judíos que {se hallaban} en las provincias del rey se reunieron para defender sus vidas y librarse de sus enemigos; y mataron a setenta y cinco mil de los que los odiaban, pero no echaron mano a los bienes.

los judíos establecieron e hicieron una costumbre para ellos, para sus descendientes y para todos los que se aliaban con ellos, de que no dejarían de celebrar estos dos días conforme a su ordenanza y conforme a su tiempo señalado cada año.

Así estos días serían recordados y celebrados por todas las generaciones, por cada familia, cada provincia y cada ciudad; para que estos días de Purim no dejaran de celebrarse entre los judíos, ni su memoria se extinguiera entre sus descendientes.

Y todos los actos de su autoridad y poder, y todo el relato de la grandeza de Mardoqueo, con que el rey le engrandeció, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Media y Persia?

Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay ninguno como él sobre la tierra, hombre intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.

¿No has hecho tú una valla alrededor de él, de su casa y de todo lo que tiene, por todos lados? Has bendecido el trabajo de sus manos y sus posesiones han aumentado en la tierra.

Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, {verás} si no te maldice en tu {misma} cara.

Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay otro como él sobre la tierra, hombre intachable, recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Y él todavía conserva su integridad, aunque tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa.

Sin embargo, extiende ahora tu mano y toca su hueso y su carne, {verás} si no te maldice en tu {misma} cara.

Y cuando alzaron los ojos desde lejos y no lo reconocieron, levantaron sus voces y lloraron. Cada uno de ellos rasgó su manto y esparcieron polvo hacia el cielo sobre sus cabezas.

Sea ese día tinieblas, no lo tome en cuenta Dios desde lo alto, ni resplandezca sobre él la luz.

{Y en cuanto a} aquella noche, apodérense de ella las tinieblas; que no se alegre entre los días del año, ni se cuente en el número de los meses.

He aquí, sea estéril aquella noche, no entren en ella gritos de júbilo.

Oscurézcanse las estrellas de su alba; que espere la luz mas no la tenga, que tampoco vea el rayar de la aurora;

porque no cerró las puertas del vientre {de mi madre,} ni escondió la aflicción de mis ojos.

Juntos reposan los prisioneros; no oyen la voz del capataz.

No tengo reposo ni estoy tranquilo, no descanso, sino que {me} viene turbación.

¿No es tu temor {a Dios} tu confianza, y la integridad de tus caminos tu esperanza?

{Algo} se detuvo, pero no pude reconocer su aspecto; una figura {estaba} delante de mis ojos, {hubo} silencio, después oí una voz:

`` ¿No les es arrancada la cuerda de su tienda? Mueren, mas sin sabiduría."

Sus hijos no tienen seguridad alguna, aun en la puerta son oprimidos, y no hay quien los libre.

Porque la aflicción no viene del polvo, ni brota el infortunio de la tierra;

Y sabrás que tu tienda está segura, porque visitarás tu morada y no temerás pérdida alguna.

¿Es que mi ayuda no está dentro de mí, y está alejado de mí {todo} auxilio?

Para el abatido, {debe haber} compasión de parte de su amigo; no sea que abandone el temor del Todopoderoso.

Desistid, por favor; que no haya injusticia; sí, desistid; en ello está aún mi justicia.

¿Acaso hay injusticia en mi lengua? ¿No puede mi paladar discernir calamidades?

Recuerda, {oh Dios,} que mi vida es un soplo, mis ojos no volverán a ver el bien.

El ojo del que me ve no me verá más; tus ojos {estarán} sobre mí, pero yo no existiré.

no volverá más a su casa, ni su lugar lo verá más.

Por tanto, no refrenaré mi boca, hablaré en la angustia de mi espíritu, me quejaré en la amargura de mi alma.

Languidezco; no he de vivir para siempre. Déjame solo, pues mis días son un soplo.

Entonces, ¿por qué no perdonas mi transgresión y quitas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo; y tú me buscarás, pero ya no existiré.

¿No te instruirán ellos {y} te hablarán, y de sus corazones sacarán palabras?

Confía en su casa, pero {ésta} no se sostiene; se aferra a ella, pero {ésta} no perdura.

Los que te odian serán cubiertos de vergüenza, y la tienda de los impíos no existirá más.

Si alguno quisiera contender con El, no podría contestarle ni una {vez} entre mil.

{El es} el que remueve los montes, y {éstos} no saben {cómo} cuando los vuelca en su furor;

Si El pasara junto a mí, no {le} vería; si me pasara adelante, no le percibiría.

Dios no retirará su ira; bajo El quedan humillados los que ayudan a Rahab.

Porque aunque yo tuviera razón, no podría responder; tendría que implorar la misericordia de mi juez.

Si yo llamara y El me respondiera, no podría creer que escuchara mi voz.

La tierra es entregada en manos de los impíos; El cubre el rostro de sus jueces; si no {es El,} ¿quién será?

temeroso estoy de todos mis dolores, sé que tú no me absolverás.

No hay árbitro entre nosotros, que ponga su mano sobre ambos.

{Entonces} yo hablaré y no le temeré; porque en mi opinión yo no soy así.

Le diré a Dios: ``No me condenes, hazme saber por qué contiendes conmigo.

``Según tu conocimiento ciertamente no soy culpable; sin embargo no hay salvación de tu mano.

`` ¿No me derramaste como leche, y como queso me cuajaste?

`` ¿No me vestiste de piel y de carne, y me entretejiste con huesos y tendones?

``Si soy malvado, ¡ay de mí!, y {si} soy justo, no me atrevo a levantar la cabeza. {Estoy} harto de deshonra y consciente de mi aflicción.

``Sería como si no hubiera existido, llevado del vientre a la sepultura."

¿No dejará El {en paz} mis breves días? Apártate de mí para que me consuele un poco

antes que me vaya, para no volver, a la tierra de tinieblas y sombras profundas;

si en tu mano hay iniquidad {y} la alejas {de ti} y no permites que la maldad more en tus tiendas,

entonces, ciertamente levantarás tu rostro sin mancha, estarás firme y no temerás.

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Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso