'Nos' en la Biblia
Y aquéllos, á la verdad, por pocos días nos castigaban como á ellos les parecía, mas éste para lo que nos es provechoso, para que recibamos su santificación.
El, de su voluntad nos ha engendrado por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
He aquí nosotros ponemos frenos en las bocas de los caballos para que nos obedezcan, y gobernamos todo su cuerpo.
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos ha regenerado en esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesucristo:
Porque nos debe bastar que el tiempo pasado de nuestra vida hayamos hecho la voluntad de los Gentiles, cuando conversábamos en lascivias, en concupiscencias, en embriagueces, abominables idolatrías.
Mas el Dios de toda gracia, que nos ha llamado á su gloria eterna por Jesucristo, después que hubiereis un poco de tiempo padecido, él mismo os perfeccione, coforme, corrobore y establezca.
Como todas las cosas que pertenecen á la vida y á la piedad nos sean dadas de su divina potencia, por el conocimiento de aquel que nos ha llamado por su gloria y virtud:
Por las cuales nos son dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas fueseis hechos participantes de la naturaleza divina, habiendo huído de la corrupción que está en el mundo por concupiscencia.
(Porque la vida fué manifestada, y vimos, y testificamos, y os anunciamos aquella vida eterna, la cual estaba con el Padre, y nos ha aparecido;)
Mas si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión entre nosotros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos á nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.
Y esta es la promesa, la cual él nos prometió, la vida eterna.
MIRAD cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce á él.
Porque, este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos á otros.
Porque si nuestro corazón nos reprendiere, mayor es Dios que nuestro corazón, y conoce todas las cosas.
Carísimos, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos á otros como nos lo ha mandado.
Y el que guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
Nosotros somos de Dios: el que conoce á Dios, nos oye: el que no es de Dios, no nos oye. Por esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.
En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado á Dios, sino que él nos amó á nosotros, y ha enviado á su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos á otros.
Ninguno vió jamás á Dios. Si nos amamos unos á otros, Dios está en nosotros, y su amor es perfecto en nosotros:
En esto conocemos que estamos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
Nosotros le amamos á él, porque él nos amó primero.
Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si demandáremos alguna cosa conforme á su voluntad, él nos oye.
Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que demandáremos, sabemos que tenemos las peticiones que le hubiéremos demandado.
Empero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero: y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino aquel que nosotros hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos á otros.
Yo he escrito á la iglesia: mas Diótrefes, que ama tener el primado entre ellos, no nos recibe.
Y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre,
Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; á él sea gloria é imperio para siempre jamás. Amén.
Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro, y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y nos has redimido para Dios con tu sangre, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (561)
- LBDA (590)
- NBLH (595)
- RV (563)
- SEV (561)
- RV1909 (536)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (31)
- Éxodo (20)
- Números (19)
- Deuteronomio (21)
- Josué (19)
- Jueces (11)
- 1 Samuel (24)
- 2 Samuel (6)
- 1 Reyes (3)
- 2 Reyes (9)
- 1 Crónicas (1)
- 2 Crónicas (7)
- Esdras (11)
- Nehemías (6)
- Job (5)
- Salmos (48)
- Eclesiastés (1)
- Cantares (2)
- Isaías (27)
- Jeremías (23)
- Lamentaciones (11)
- Ezequiel (5)
- Daniel (5)
- Oseas (3)
- Amós (2)
- Jonás (3)
- Miqueas (3)
- Malaquías (3)
- Mateo (11)
- Marcos (6)
- Lucas (21)
- Juan (10)
- Hechos (27)
- Romanos (12)
- 1 Corintios (10)
- 2 Corintios (25)
- Gálatas (6)
- Efesios (7)
- Filipenses (2)
- Colosenses (5)
- 1 Tesalonicenses (10)
- 2 Tesalonicenses (3)
- 1 Timoteo (1)
- 2 Timoteo (4)
- Tito (2)
- Hebreos (10)
- Santiago (2)
- 1 Pedro (4)
- 2 Pedro (2)
- 1 Juan (21)
- 2 Juan (1)
- 3 Juan (1)
- Apocalipsis (4)