'Nunca' en la Biblia
O ¿por qué no fui escondido como abortivo, como los pequeñitos que nunca vieron luz?
Nunca tuve prosperidad, nunca me aseguré, ni nunca me reposé; y me vino turbación.
La nube se acaba, y se va; así el que desciende al Seol, que nunca más subirá;
¿Nunca apartarás de mí tu mirada, ni me dejarás solo hasta que trague mi saliva?
Si le arrancaren de su lugar, éste le negará entonces, diciendo: Nunca te vi.
Mis días han sido más ligeros que un correo; huyeron, y nunca vieron bien.
Fuera, como si nunca hubiera sido, llevado desde el vientre a la sepultura.
El ojo que le habrá visto, nunca más le vera; ni su lugar le echará más de ver.
Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida.
Ellos son entre los rebeldes a la luz, nunca conocieron sus caminos, ni estuvieron en sus veredas.
Son livianos sobre las aguas; su porción es maldita en la tierra; nunca vienen por el camino de las viñas.
El Misericordioso se olvidará de ellos; de ellos sentirán los gusanos dulzura; nunca más habrá de ellos memoria, y como un árbol será quebrantada la iniquidad.
A la mujer estéril que no concebía, afligió; y a la viuda nunca hizo bien.
Nunca tal me acontezca que yo os justifique; hasta morir no quitaré de mí mi integridad.
Senda que nunca la conoció ave, ni ojo de buitre la vio;
El hombre nunca supo su valor, ni se halla en la tierra de los vivientes.
cuando mis domésticos decían: ¡Quién nos diera de su carne! Nunca nos hartaríamos.
Sus hijos son sanos, crecen con el grano; salen y nunca más vuelven a ellas.
Pon tu mano sobre él; te acordarás de la batalla, y nunca más tornarás.
Dice en su corazón: No seré movido: Nunca me alcanzará el infortunio.
Dice en su corazón: Dios está olvidado, ha encubierto su rostro; nunca lo vio.
Aborrecí la congregación de los malignos, y con los impíos nunca me senté.
que viva adelante para siempre, y nunca vea la sepultura.
irá a {reunirse con} la generación de sus padres, {quienes} nunca verán la luz.
Echa sobre el SEÑOR tu carga, y él te sustentará; nunca permitará que resbale el justo.
{Que sean} como el caracol, que se deslíe según se arrastra, {como} los que nacen muertos, que nunca ven el sol.
Sólo El es mi roca y mi salvación, mi baluarte, nunca seré sacudido.
Sólo El es mi roca y mi salvación, mi refugio, nunca seré sacudido.
Porque nunca será sacudido; para siempre será recordado el justo.
Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos; porque con ellos me has vivificado.
La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón.
Plaga y vergüenza hallará; y su afrenta nunca será raída.
El justo nunca será conmovido, mas los impíos no habitarán en la tierra.
El perverso de corazón nunca hallará bien; y el que revuelve con su lengua, caerá en mal.
Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la maldición sin causa nunca vendrá.
Nunca respondas al loco en conformidad a su locura, para que no seas tú también como él.
El Seol y el infierno nunca se sacian; así los ojos del hombre nunca están satisfechos.
El que da al pobre, nunca tendrá pobreza; mas el que del pobre aparta sus ojos, tendrá muchas maldiciones.
Hay generación limpia en su opinión, y nunca se ha limpiado su inmundicia.
La sanguijuela tiene dos hijas que se llaman, dame, dame. Tres cosas hay que nunca se sacian; aun la cuarta nunca dice, basta:
El Seol, la matriz estéril, la tierra que jamás se sacia de agua, y el fuego que nunca dice: ¡Basta!
Todas las cosas andan en trabajo más de lo que el hombre pueda decir; los ojos nunca se sacian de ver, ni los oídos de oír.
¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia, y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.
Pero mejor que ambos está el que nunca ha existido, que nunca ha visto las malas obras que se cometen bajo el sol.
Es el hombre solo y sin sucesor; que ni tiene hijo ni hermano; mas nunca cesa de trabajar, ni aun sus ojos se sacian de sus riquezas, ni piensa: ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.
Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueran mejores que éstos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.
Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.
lo que aún busca mi alma, y no encuentro: un hombre entre mil he hallado; mas mujer de todas éstas nunca hallé.
y que al impío nunca le irá bien, ni le serán prolongados los días, que son como sombra; por cuanto no temió delante de la presencia de Dios.
En verdad, su amor, su odio y su celo ya han perecido, y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace bajo el sol.
En todo tiempo serán blancos tus vestidos, y nunca faltará ungüento sobre tu cabeza.
El que al viento mira, nunca sembrará; y el que mira a las nubes, nunca segará.
Tu ombligo, {como} una taza redonda que nunca le falta vino mezclado; tu vientre como montón de trigo cercado de lirios.
Porque la cabeza de Siria será Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezín; y dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado y nunca mas será pueblo.
El SEÑOR hará venir sobre ti, y sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde el día que Efraín se apartó de Judá, es a saber, al rey de Asiria.
Y acontecerá en aquel tiempo, que los que hubieren quedado de Israel, y los que hubieren quedado de la casa de Jacob, nunca más estriben sobre el que los hirió; sino que se apoyarán sobre el SEÑOR, el Santo de Israel con verdad.
Nunca más será habitada, ni morará en ella de generación en generación; ni hincará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada;
Que puso el mundo como un desierto? ¿Que asoló sus ciudades? ¿Que a sus presos nunca abrió la cárcel?
Avergüénzate, Sidón, porque el mar, la fortaleza del mar habló, diciendo: Nunca estuve de parto, ni di a luz, ni crié jóvenes, ni levanté vírgenes.
Temblará la tierra vacilando como un borracho; y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará.
Que tornaste la ciudad en montón, la ciudad fuerte en ruina; el alcázar de los extraños que no sea ciudad, ni nunca jamás sea reedificada.
Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia tendrá misericordia de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.
Mas el Señor os dará pan de congoja y agua de angustia; tu lluvia nunca más te será quitada, mas tus ojos verán tu lluvia.
El mezquino nunca más será llamado liberal, ni será dicho generoso el avariento. Porque el mezquino hablará mezquindades, y su corazón fabricará iniquidad, para hacer la impiedad; y para hablar escarnio contra el SEÑOR; dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.
¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; el que haces deslealtad, y que nadie la hizo contra ti! Cuando acabares de saquear, serás tú también saqueado; y cuando acabares de hacer deslealtad, se hará también contra ti.
Contempla a Sion, ciudad de nuestras fiestas señaladas; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será plegada, cuyas estacas no serán arrancadas nunca, ni rotas ninguna de sus cuerdas.
No se apagará de noche ni de día, perpetuamente subirá su humo; de generación en generación será asolada, nunca jamás pasará nadie por ella.
¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó?
Como si nunca fueran plantados, como si nunca fueran sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; y aun soplando en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca.
Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado.
Y guiaré a los ciegos por camino, que nunca supieron, les haré pisar por las sendas que nunca conocieron; delante de ellos tornaré las tinieblas en luz, y los rodeos en llanura. Estas cosas les haré, y nunca los desampararé.
Desciende, y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia; siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos, que nunca más te llamarán tierna, y delicada.
Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los caldeos, porque nunca más te llamarán señora de reinos.
Ciertamente, nunca lo habías oído, ciertamente nunca lo habías conocido; ciertamente nunca antes se abrió tu oreja. Porque sabía que siendo desleal habías de desobedecer, por tanto te llamé rebelde desde el vientre.
Fuera, como la arena, tu simiente; y los renuevos de tus entrañas como las pedrezuelas de ella; nunca su nombre fuera cortado, ni raído de mi presencia.
Nunca tendrán hambre, ni sed; ni el calor los afligirá, ni el sol; porque el que tiene de ellos misericordia, los guiará, y en manaderos de aguas los pastoreará.
Así dijo tu Señor, YO SOY tu Dios, el cual pleitea por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de angustia, la hez del cáliz de mi furor, nunca más lo beberás.
Despiértate, despiértate, vístete tu fortaleza, oh Sion; vístete tus ropas de hermosura, oh Jerusalén, ciudad santa, porque nunca más acontecerá, que venga en ti incircunciso, ni inmundo.
Pero él rociará a muchos gentiles. Los reyes cerrarán sobre él sus bocas, porque verán lo que nunca les fue contado; y entenderán, lo que nunca oyeron.
Y puso con los impíos su sepultura, y su muerte con los ricos; aunque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca.
Alégrate, oh estéril, la que no daba a luz: levanta canción, y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más serán los hijos de la dejada, que los de la casada, dijo el SEÑOR.
Porque esto me será como las aguas de Noé, que juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así también juré que no me enojaré mas contra ti, ni te reprenderé.
En lugar de la zarza crecerá haya; y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será al SEÑOR por nombre, por señal eterna que nunca será raída.
Yo les daré lugar en mi casa, y dentro de mis muros, y nombre, mejor que a los hijos y a las hijas; nombre perpetuo les daré que nunca perecerá.
¿Y a quién reverenciaste y temiste? ¿Por qué mientes; que no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? ¿No he disimulado desde tiempos antiguos, y nunca me has temido?
y el SEÑOR te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y engordará tus huesos; y serás como huerta de riego, y como manadero de aguas, cuyas aguas nunca faltan.
Por esto se alejó de nosotros el juicio, y justicia nunca nos alcanzó, esperamos luz, y he aquí tinieblas, resplandores y andamos en oscuridad.
Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción y quebrantamiento en tus términos; mas a tus muros llamarás Salud, y a tus puertas Alabanza.
El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará; mas te será el SEÑOR por luz perpetua, y por tu gloria el Dios tuyo.
Nunca más se pondrá tu sol, ni menguará tu luna, porque tendrás al SEÑOR por luz eterna, y se habrán acabado los días de tu luto.
Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Asolamiento: sino que serás llamada Hefziba, (Mi voluntad en ella) y tu tierra, Beula (Casada) porque el querer del SEÑOR será en ti, y tu tierra será casada.
El SEÑOR ha jurado por su diestra y por su fuerte brazo: Nunca más daré tu grano por alimento a tus enemigos, ni hijos de extranjeros beberán tu mosto por el que trabajaste;
El que los hizo ir por los abismos, como un caballo por el desierto, nunca tropezaron.
Hemos sido como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste, sobre los cuales nunca fue llamado tu nombre.
Como descendiste, cuando hiciste cosas terribles cuales nunca esperábamos, que los montes escurrieron delante de ti.
Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron; ni ojo ha visto un Dios fuera de ti, que hiciera otro tanto por el que en él espera.
Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.
Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a los gentiles, a Tarsis, a Pul y Lud, que disparan arco; a Tubal y a Javán, a las islas apartadas, que nunca oyeron mi nombre, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre los gentiles.
Y saldrán, y verán los cadáveres de los varones que se rebelaron contra mí, porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará; y serán abominables a toda carne.
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