cualquiera que me saliere a recibir de las puertas de mi casa, cuando volviere de los amonitas en paz, será del SEÑOR, y le ofreceré en holocausto.

Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré al SEÑOR mi Dios holocaustos que no me cuestan nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.

Pero el rey David dijo a Ornán: No, sino que ciertamente {lo} compraré por su justo precio; porque no tomaré para el SEÑOR lo que es tuyo, ni ofreceré un holocausto que no me cueste nada.

Multiplicarán sus dolores los que se apresuraren tras otro dios; no ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré sus nombres.

Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan; y en su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; cantaré, sí, cantaré alabanzas al SEÑOR.

Están sobre mí, oh Dios, los votos que te hice; ofrendas de acción de gracias te ofreceré.

Holocaustos de cebados te ofreceré, con perfume de carneros; sacrificaré bueyes y machos cabríos. (Selah.)

Te ofreceré sacrificio de alabanza, e invocaré el Nombre del SEÑOR.

mas yo con voz de acción de gracias te ofreceré sacrificios. Lo que prometí, pagaré. La salvación es del SEÑOR.

¿Se agrada el SEÑOR de millares de carneros, de miríadas de ríos de aceite? ¿Ofreceré mi primogénito {por} mi rebeldía, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?