385 casos

'Otra' en la Biblia

Y conoció aún Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set; porque Dios (dijo ella) me ha dado otra simiente por Abel, al cual mató Caín.

Y tomó él todas estas cosas, y las partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de otra; mas no partió las aves.

Y se dio prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos.

Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hicieres conmigo otros siete años.

Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó el SEÑOR que yo era aborrecida, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón.

Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez será juntado mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos: por tanto, llamó su nombre Leví.

Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré al SEÑOR; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz.

Y concibió otra vez Bilha, la sierva de Raquel, y dio a luz el hijo segundo a Jacob.

Y concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob.

Y se apareció otra vez Dios a Jacob, cuando se había vuelto de Padan-aram, y le bendijo.

Y Esaú tomó sus mujeres, y sus hijos, y sus hijas, y todas las personas de su casa, y sus ganados, y todas sus bestias, y toda su hacienda que había adquirido en la tierra de Canaán, y se fue a otra tierra de delante de Jacob su hermano.

Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Onán.

Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo:

Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno; y él volvió a meter su mano en su seno; y volviéndola a sacar del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.

Porque de otra manera yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón, y en tus siervos, y en tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra.

Y subió la langosta sobre toda la tierra de Egipto, y se asentó en todos los términos de Egipto, en gran manera grave; antes de ella no hubo langosta semejante, ni después de ella vendrá otra tal;

Y los querubines extenderán por encima las dos alas, cubriendo con sus alas el asiento de la reconciliación; sus caras la una enfrente de la otra, mirando al asiento de la reconciliación las caras de los querubines.

tres copas en forma de almendras en una caña, una manzana y una flor; y tres copas, en forma de almendras en la otra caña, una manzana y una flor; así pues, en las seis cañas que salen del candelero.

Habrá una manzana debajo de las dos cañas, de lo mismo, otra manzana debajo de las otras dos cañas, de lo mismo, otra manzana debajo de las otras dos cañas de lo mismo, en las seis cañas que salen del candelero.

Las cinco cortinas estarán juntas la una con la otra, y las otras cinco cortinas unidas la una con la otra.

Cincuenta lazadas harás en una cortina, y otras cincuenta lazadas harás en el borde de la cortina que está en la segunda juntura; las lazadas estarán contrapuestas la una a la otra.

Harás también cincuenta corchetes de oro, con los cuales juntarás las cortinas la una con la otra, y se formará un tabernáculo.

Y harás cincuenta lazadas en la orilla de una cortina, al borde, en la juntura, y otras cincuenta lazadas en la orilla de la segunda cortina en la otra juntura.

Harás también a la tienda una cubierta de cueros de carneros, teñidos de rojo, y otra cubierta de cueros de tejones encima.

Dos quicios tendrá cada tabla, trabadas la una con la otra; así harás todas las tablas del tabernáculo.

Y harás cuarenta basas de plata para debajo de las veinte tablas; dos basas debajo de una tabla para sus dos quicios, y dos basas debajo de la otra tabla para sus dos quicios.

y sus cuarenta basas de plata: dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de la otra tabla.

Así que serán ocho tablas, con sus basas de plata, dieciséis basas; dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de la otra tabla.

Los seis nombres en una piedra, y los otros seis nombres en la otra piedra, conforme al nacimiento de ellos.

Una campanilla de oro y una granada, otra campanilla de oro y otra granada, por las orlas del manto alrededor.

Como la confección que harás, no os haréis otra según su composición: santidad te será para el SEÑOR.

Cualquiera que hiciere otra como ella para olerla, será cortado de su pueblo.

Y juntó las cinco cortinas la una con la otra; asimismo unió las otras cinco cortinas la una con la otra.

Hizo también cincuenta corchetes de oro, con los cuales juntó las cortinas, la una con la otra; y se hizo un tabernáculo.

Hizo además cincuenta lazadas en la orilla de la postrera cortina en la juntura, y otras cincuenta lazadas en la orilla de la otra cortina en la juntura.

E hizo una cubierta para la tienda de cueros rojos de carneros, y otra cubierta encima de cueros de tejones.

Hizo también las cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas: dos basas debajo de una tabla para sus dos quicios, y dos basas debajo de la otra tabla para sus dos quicios.

con sus cuarenta basas de plata: dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de la otra tabla.

las cuales se juntaban por abajo, y asimismo por arriba a un gozne; y así hizo a la una y a la otra en las dos esquinas.

en una caña había, tres copas figura de almendras, una manzana y una flor; y en la otra caña había tres copas figura de almendras, otra manzana y otra flor; y así en todas las seis cañas que salían del candelero.

y una manzana debajo de las dos cañas de lo mismo, y otra manzana debajo de las otras dos cañas de lo mismo, y otra manzana debajo de las otras dos cañas de lo mismo, por las seis cañas que salían de él.

al otro lado, de una parte y de la otra de la puerta del atrio, cortinas de a quince codos, sus tres columnas, y sus tres basas.

Mas si hubiere ido creciendo la postilla en la piel, después que fue mostrado al sacerdote para ser limpio, será visto otra vez del sacerdote;

entonces el sacerdote mandará que laven donde está la plaga, y lo encerrará otra vez por siete días.

y tomarán otras piedras, y las pondrán en el lugar de las piedras quitadas; y tomarán otra mezcla, y recubrirán la casa.

Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por el SEÑOR, y la otra suerte por Azazel. \'

Y Edom le respondió: No pasarás por mi país, de otra manera, saldré contra ti armado.

Y los hijos de Israel dijeron: Por el camino seguido iremos; y si bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de ellas; ciertamente sin hacer otra cosa, pasaré de seguida.

Y volvió Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables que los otros.

Tomó su parábola otra vez, y dijo: ¡Ay! ¿quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas?

Si os volviereis de en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en el desierto, y echaréis a perder a todo este pueblo.

Estas seis ciudades serán de refugio para los hijos de Israel, y al peregrino, y al que morare entre ellos, para que huya allá cualquiera que hiriere de muerte a otra persona por yerro.

Para que no ande la heredad rodando de una tribu a otra; mas cada una de las tribus de los hijos de Israel se vinculará a su heredad.

Pregunta, pues, ahora de los tiempos pasados, que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre sobre la tierra, y pregunta desde un extremo del cielo al otro, si se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella.

¿O ha Dios probado a venir a tomar para sí nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros, y con guerra, y mano fuerte, y brazo extendido, y grandes espantos, según todas las cosas que hizo con vosotros el SEÑOR vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?

Cuando algún varón tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le hubieren dado a luz hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida;

Y el SEÑOR los desarraigó de su tierra con enojo, y con saña, y con furor grande, y los echó a otra tierra, como se ve hoy.

Así dieron otra vuelta a la ciudad el segundo día, y volvieron al campamento; de esta manera hicieron por seis días.

Y cuando los hombres de Hai miraron atrás, observaron, y he aquí el humo de la ciudad que subía al cielo, y no tuvieron poder para huir ni a una parte ni a otra; y el pueblo que iba huyendo hacia el desierto, se volvió contra los que le seguían.

Y los otros salieron de la ciudad a su encuentro; y así fueron encerrados en medio de Israel, los unos por un lado, y los otros por la otra. Y así los hirieron hasta que no quedó ninguno de ellos que escapara.

Y todo Israel, y sus ancianos, oficiales, y jueces, estaban a uno y otro lado junto al arca, delante de los sacerdotes levitas que llevan el arca del pacto del SEÑOR; así los extranjeros como los naturales, la mitad de ellos estaba hacia el monte de Gerizim, y la otra mitad hacia el monte de Ebal; de la manera que Moisés, siervo del SEÑOR, lo había mandado antes, para que bendijeran al pueblo de Israel.

Porque la otra media recibió su heredad con los rubenitas y gaditas, la cual les dio Moisés del otro lado del Jordán al oriente, según que se la dio Moisés siervo del SEÑOR;

Y estas ciudades estaban apartadas la una de la otra cada cual con sus ejidos alrededor de ellas; lo cual fue en todas estas ciudades.

También a la media tribu de Manasés había dado Moisés posesión en Basán; mas a la otra media tribu dio Josué heredad entre sus hermanos de este lado del Jordán al occidente; y también a éstos envió Josué a sus tiendas, después de haberlos bendecido.

Y toda aquella generación fue también recogida con sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación, que no conocía al SEÑOR, ni la obra que él había hecho a Israel.

He aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que has de salvar a Israel por mi mano, como lo has dicho.

Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que la sequedad sea sólo en el vellón, y el rocío sobre la tierra.

Y su compañero respondió, y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel; Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento.

Y el SEÑOR oyó la voz de Manoa; y el ángel de Dios volvió otra vez a la mujer, estando ella en el campo; mas su marido Manoa no estaba con ella.

Asió luego Sansón las dos columnas del medio sobre las cuales se sustentaba la casa, y estribó en ellas, la una con la mano derecha, y la otra con la izquierda;

los cuales tomaron para sí mujeres de Moab, el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí como diez años.

Mas ellas alzando otra vez su voz, lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella.

Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el nombre de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía.

Y así hacía cada año; cuando subía a la Casa del SEÑOR, la otra la enojaba así; por lo cual ella lloraba, y no comía.

Y si le respondía el varón: Quemen luego el sebo hoy, y después tome tanta como quisieras; él respondía: No, sino ahora la has de dar; de otra manera yo la tomaré por la fuerza.

Y el SEÑOR volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve, y acuéstate.

Preguntaron, pues, otra vez al SEÑOR, si había aún de venir allí aquel varón. Y respondió el SEÑOR: He aquí que él está escondido entre el bagaje.

Y Saúl dijo en sí: Yo se la daré, para que le sea por lazo, y para que la mano de los filisteos sea contra él. Dijo, pues, Saúl a David: Con la otra serás mi yerno hoy.

Y el sacerdote respondió: La espada de Goliat el filisteo, que tú venciste en el valle del Alcornoque, está aquí envuelta en un velo detrás del efod; si tú quieres tomarla, tómala; porque aquí no hay otra sino esa. Y dijo David: No hay otra tal; dámela.

David entonces se levantó con sus hombres, que eran como seiscientos, y salieron de Keila, y fueron de una parte a otra. Y vino la nueva a Saúl de como David se había escapado de Keila; y dejó de salir.

Y como todo el pueblo viniera a dar de comer pan a David siendo aún de día, David juró, diciendo: Así me haga Dios y así me añada, si antes que se ponga el sol gustare yo pan, o cualquier otra cosa.

Entonces David dijo a todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos, y huyamos, porque no podremos escapar de otra manera delante de Absalón; daos prisa a andar, no sea que apresurándose él nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera la ciudad a filo de espada.

Y puso la tercera parte del pueblo bajo la mano de Joab, y otra tercera bajo la mano de Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, y la otra tercera parte bajo la mano de Itai, el geteo. Y dijo el rey al pueblo: Yo también saldré con vosotros.

Por otra parte, habría yo hecho traición contra mi alma (pues que al rey nada se le esconde), y tú mismo estarías en contra.

Otra segunda guerra hubo después en Gob contra los filisteos; entonces Sibecai, el husatita, hirió a Saf, que era de los hijos del gigante.

Otra guerra hubo en Gob contra los filisteos, en la cual Elhanán, hijo de Jaare-oregim de Belén, hirió a Goliat, el geteo, el asta de cuya lanza era como el rodillo de un telar.

Después hubo otra guerra en Gat, donde hubo un varón de grande altura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en los pies, veinticuatro en todos; y también era de los hijos del gigante.

Después envió el rey, e hizo venir a Simei, y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalén, y mora ahí, y no salgas de allá a una parte ni a otra;

Entonces la otra mujer dijo: No; mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto. Y la otra volvió a decir: No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Así hablaban delante del rey.

El rey entonces dijo: Esta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, mas el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive.

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