'Palo' en la Biblia
Y si alguno hiriere a su siervo o a su sierva con palo, y muriere bajo de su mano, será castigado:
entonces el sacerdote mandará que se tomen para el que ha de ser purificado dos avecillas vivas, limpias, y palo de cedro, grana e hisopo.
En cuanto a la avecilla viva, la tomará con el palo de cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas corrientes;
Entonces tomará para limpiar la casa dos avecillas, y palo de cedro, y grana, e hisopo;
Y tomará el palo de cedro, y el hisopo, y la grana, y la avecilla viva, y lo mojará en la sangre de la avecilla muerta y en las aguas corrientes, y rociará la casa siete veces.
Y purificará la casa con la sangre de la avecilla, y con las aguas corrientes, y con la avecilla viva, y el palo de cedro, y el hisopo y la grana.
Y llegaron hasta el valle de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo, y de las granadas y de los higos.
Y viendo el asna al Ángel de Jehová, se echó debajo de Balaam; y se enojó Balaam, y golpeó al asna con un palo.
Y si con instrumento de palo de mano, de que pueda morir, lo hiriere, y muriere, homicida es; el homicida morirá.
Jehová te llevará a ti y a tu rey, al que hubieres puesto sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres habéis conocido; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra.
Y mató a un egipcio, hombre de grande estatura; y tenía el egipcio una lanza en su mano; mas descendió a él con un palo, y arrebató la lanza de la mano del egipcio, y lo mató con su propia lanza.
Y el varón de Dios dijo: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo nadar el hierro.
El mismo venció a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura: y el egipcio traía una lanza como un rodillo de tejedor; mas él descendió a él con un palo, y arrebató la lanza de la mano del egipcio, y lo mató con su propia lanza.
Porque no se trilla el eneldo con el trillo, ni sobre el comino rodará rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara.
Oscuro más que la negrura es su aspecto; no los conocen por las calles: Su piel está pegada a sus huesos, seca como un palo.
¡Ay del que dice al palo; Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí él está cubierto de oro y plata, y no hay espíritu dentro de él.