4643 casos

'Para' en la Biblia

Bien que todos los pueblos anduvieren cada uno en el nombre de sus dioses, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre.

Y haré un remanente de la que cojea, y de la descarriada una nación poderosa; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sión desde ahora para siempre.

Pueblo mío, acuérdate ahora qué aconsejó Balac rey de Moab, y qué le respondió Balaam, hijo de Beor, desde Sitim hasta Gilgal, para que conozcas las justicias de Jehová.

Porque los mandamientos de Omri se han guardado, y toda obra de la casa de Acab; y en los consejos de ellos anduvisteis, para que yo te pusiese en asolamiento, y a tus moradores para escarnio. Llevaréis, por tanto, el oprobio de mi pueblo.

¡Ay de mí! porque he venido a ser como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, que no queda racimo para comer; mi alma desea los primeros frutos.

Dios celoso y vengador es Jehová; vengador es Jehová y lleno de indignación; Jehová tomará venganza de sus adversarios, y guarda ira para sus enemigos.

El león arrebataba en abundancia para sus cachorros, y ahogaba para sus leonas, y llenaba de presa sus cavernas, y de robo sus guaridas.

Provéete de agua para el asedio, refuerza tus fortalezas; entra en el lodo, pisa el barro, refuerza el horno.

No hay alivio para tu quebradura; tu herida es incurable; todos los que oigan tu fama aplaudirán sobre ti, porque ¿sobre quién no pasó continuamente tu maldad?

Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, gente amarga y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las habitaciones ajenas.

¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? ¡No moriremos! Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar.

Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza estaré firme; y velaré para ver qué habrá de decirme, y qué habré de responder cuando yo sea reprendido.

Y también, por cuanto peca por el vino, es un hombre soberbio, y no queda en casa; el cual ensancha como el infierno su alma, y es como la muerte, que no se sacia; antes reúne para sí todas las naciones, y amontona para sí todos los pueblos.

Tomaste consejo vergonzoso para tu casa, asolaste muchos pueblos, y has pecado contra tu alma.

¿No es esto de Jehová de los ejércitos? Los pueblos pues, trabajarán para el fuego, y las gentes se fatigarán en vano.

Saliste para salvar a tu pueblo, para salvar con tu ungido. Traspasaste la cabeza de la casa del impío, desnudando el cimiento hasta el cuello (Selah).

Horadaste con sus propias varas las cabezas de sus villas, que como tempestad acometieron para dispersarme; su regocijo era como para devorar al pobre encubiertamente.

Y la ribera del mar será para moradas de cabañas de pastores, y corrales de ovejas.

Y la ribera será para el resto de la casa de Judá; allí apacentarán: en las casas de Ascalón dormirán a la noche; porque Jehová su Dios los visitará, y hará volver a sus cautivos.

Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana.

Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el día que me levante al despojo: porque mi determinación es reunir a las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el furor de mi ira; porque del fuego de mi celo será consumida toda la tierra.

Entonces daré a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que de un consentimiento le sirvan.

Reuniré a los fastidiados por causa del largo tiempo; tuyos fueron; para quienes el oprobio de ella era una carga.

Antes que fuesen estas cosas, venían al montón de veinte, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros del lagar, y había veinte.

Y estoy muy indignado contra las naciones que están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos ayudaron para el mal.

Y yo dije: ¿Qué vienen a hacer éstos? Y me respondió, diciendo: Éstos son los cuernos que dispersaron a Judá, tanto que ninguno alzó su cabeza; mas éstos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones, que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla.

Y le dije: ¿A dónde vas? Y Él me respondió: A medir a Jerusalén, para ver cuánta es su anchura, y cuánta su longitud.

Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelero todo de oro, con un tazón sobre la parte superior, y sus siete lámparas encima del candelero; y siete tubos para las lámparas que están encima de él;

Y Él me respondió: Para que le sea edificada casa en tierra de Sinar; y será establecido y puesto allí sobre su base.

Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí?

Así dice Jehová de los ejércitos: Fortaleced vuestras manos, vosotros los que oís en estos días estas palabras de la boca de los profetas, desde el día que se echó el cimiento de la casa de Jehová de los ejércitos, para edificar el templo.

Porque antes de estos días no había paga para el hombre, ni paga para la bestia, ni había paz alguna para el que entraba ni para el que salía, a causa de la aflicción; y yo puse a todo hombre, cada cual contra su compañero.

Así dice Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, y el ayuno del quinto, y el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán en gozo y alegría para la casa de Judá, y en fiestas de regocijo. Amad, pues, la verdad y la paz.

Y quitaré la sangre de su boca, y sus abominaciones de entre sus dientes, mas el que quedare, aun él será para nuestro Dios, y será como capitán en Judá, y Ecrón como el jebuseo.

Porque he entesado para mí a Judá como arco, llené a Efraín; y despertaré tus hijos, oh Sión, contra tus hijos, oh Grecia, y te haré como espada de valiente.

Apacentaré, pues, las ovejas de la matanza, esto es, a vosotros los pobres del rebaño. Y tomé para mí dos cayados; al uno puse por nombre Hermosura, y al otro Lazos; y apacenté las ovejas.

Tomé luego mi cayado Hermosura, y lo quebré, para deshacer mi pacto que concerté con todos los pueblos.

Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y la gloria del morador de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá.

Y será en aquel tiempo, que todos los profetas se avergonzarán de su visión cuando profetizaren; y nunca más se vestirán de manto velloso para mentir.

y a Esaú aborrecí, y torné sus montes en asolamiento, y su posesión para los dragones del desierto.

Aunque Edom dijere: Nos hemos empobrecido, pero volveremos y edificaremos lo arruinado; así dice Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, pero yo destruiré; y les llamarán provincia de Impiedad, y pueblo contra quien Jehová se indignó para siempre.

Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Ofrécelo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.

Ahora pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento.

Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, dice Jehová de los ejércitos.

Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano.

¿No hizo Él uno, aunque tenía el remanente del espíritu? ¿Y por qué uno? Para que procurara una simiente de Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales contra la esposa de vuestra juventud.

Y Él se sentará como refinador y purificador de plata, y purificará a los hijos de Leví y los refinará como a oro y como a plata, para que ofrezcan a Jehová ofrenda en justicia.

Entonces los que temen a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de Él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre.

Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.

y enviándolos a Belén, dijo: Id y preguntad con diligencia por el niño; y cuando le hubiereis hallado, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.

Y habiendo ellos partido, he aquí el ángel del Señor apareció en un sueño a José, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y quédate allá hasta que yo te diga; porque Herodes buscará al niño para matarlo.

y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret; para que se cumpliese lo dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.

Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.

y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán para que no tropieces con tu pie en piedra.

para no parecer a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; mas ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece el presente que mandó Moisés, para testimonio a ellos.

Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados (dijo entonces al paralítico): Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.

De cierto os digo: En el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.

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