5748 casos

'Por' en la Biblia

Aun el loco cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es entendido.

Quítale su ropa al que salió por fiador del extraño; y tómale prenda al que fía la extraña.

La rapiña de los impíos los destruirá; por cuanto no quisieron hacer juicio.

Considera el justo la casa del impío; cómo los impíos son trastornados por el mal.

Los ojos del SEÑOR miran por la ciencia; mas él trastorna las cosas de los prevaricadores.

Si no tuvieres para pagar, ¿por qué han de quitar tu cama de debajo de ti?

si dijeres: Ciertamente no lo supimos; ¿no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, y dará al hombre según sus obras.

y he aquí que por toda ella habían ya crecido espinas, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida.

El que da un cargo al que no tiene facultad para ejercitarlo, es el que envía algo por mano del loco; y beberá el daño.

El que hace errar a los rectos por el mal camino, él caerá en su misma sima; mas los perfectos heredarán el bien.

Tener acepción de personas en el juicio, no es bueno; hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.

Por tres cosas se alborota la tierra, y la cuarta no puede sufrir:

por la mujer aborrecida cuando se casare; y por la sierva cuando heredare a su señora.

El león, fuerte entre todos los animales, que no vuelve atrás por nadie;

El viento va al mediodía, y rodea al norte; va rodeando de continuo, y por sus rodeos vuelve el viento de nuevo hasta completar su ciclo.

Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al loco me sucederá también a mí. ¿Para qué pues he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.

Aborrecí por tanto la vida, porque toda obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo era vanidad y aflicción de espíritu.

Yo asimismo aborrecí todo mi trabajo que había puesto por obra debajo del sol; el cual dejaré a otro que vendrá después de mí.

Volvió, por tanto, a desesperanzarse mi corazón acerca de todo el trabajo en que trabajé, y en que me hice sabio debajo del sol.

Y tuve por mejor que ellos al que no ha sido aún, porque no ha visto las malas obras que se hacen debajo del sol.

No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.

No sueltes tu boca para hacer pecar a tu carne; ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se aíre a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?

Hay otra enfermedad maligna que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal;

Todo lo he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.

No seas muy listo a condenar, ni seas loco; ¿por qué morirás en medio del hilo de tus empresas?

Yo he rodeado con mi corazón por saber, y examinar, e inquirir la sabiduría, y la razón; y por saber la maldad de la locura, y el desvarío del error;

He aquí, esto he hallado, dice el Predicador, pesando las cosas una por una para hallar la razón;

y que al impío nunca le irá bien, ni le serán prolongados los días, que son como sombra; por cuanto no temió delante de la presencia de Dios.

Por tanto alabé yo la alegría; que no tenga el hombre bien debajo del sol, sino que coma y beba, y se alegre; y que esto le quede de su trabajo los días de su vida que Dios le dio debajo del sol.

Por lo cual yo di mi corazón a conocer sabiduría, y a ver la ocupación que se hace sobre la tierra (porque hay quien ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos).

Ciertamente a todo esto di mi corazón, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; y que no sabe el hombre ni el amor ni el odio por todo lo que pasa delante de él.

Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al ungüento del perfumador; así una pequeña locura, al que es estimado por sabio y honorable.

Y aun mientras va el loco por el camino, le falta cordura; y dice a todos, que es loco.

Hay otro mal que debajo del sol he visto; como salido de delante del gobernador por yerro:

¡Bienaventurada, tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas, y no por el beber!

cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas, porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;

y las puertas de afuera se cerrarán, por la bajeza de la voz de la muela; y se levantará a la voz del ave, y todas las hijas de canción serán humilladas;

cuando también temerán de lo alto, y los tropezones en el camino; y florecerá el almendro, y se cargará la langosta, y se perderá el apetito; porque el hombre va a la casa de su siglo, y los endechadores andarán en derredor por la plaza.

Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados, las de los maestros de las congregaciones, puestas por debajo de un Pastor.

Por el olor de tus suaves ungüentos (Ungüento derramado es tu nombre), por eso las doncellas te amaron.

Hazme saber, o tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas tu rebaño al mediodía; pues, ¿por qué había yo de estar como vagueando tras los rebaños de tus compañeros?

Si tú no lo sabes, ¡oh hermosa entre las mujeres!, sal, yéndote por las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.

Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por las gamas y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor hasta que él quiera.

Por las noches busqué en mi cama al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé.

Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé.

Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por las gamas y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que él quiera.

Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra; cada uno su espada sobre su muslo, por los temores de la noche.

Sus columnas hizo de plata, su solado de oro, su cielo de grana, su interior enlosado de amor, por las doncellas de Jerusalén.

Yo duermo, pero mi corazón vela por la voz de mi amado que toca a la puerta: Abreme, hermana mía, compañera mía, paloma mía, perfecta mía; porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas de la noche.

Mi amado metió su mano por el agujero, y mis entrañas se conmovieron dentro de mí.

Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diera el hombre toda la hacienda de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarán.

Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, la cual entregó a guardas, cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por su fruto.

Por tanto, dice el Señor DIOS de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios;

Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el Monte de la Casa del SEÑOR por cabeza de los montes; y será ensalzado sobre los collados; y correrán a él todos los gentiles;

Y todo hombre se ha inclinado, y todo varón se ha humillado, por tanto, no los perdonarás.

Y se meterán en las cavernas de las peñas, y en las aberturas de la tierra, por la presencia espantosa del SEÑOR, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levantará para herir la tierra.

Asimismo dice el SEÑOR: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y los ojos descompuestos; y cuando andan, van como danzando, y haciendo son con los pies;

Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en el cuerno de los hijos de aceite.

Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo ciencia; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed.

Por tanto el Seol ensanchó su alma, y sin medida extendió su boca; y su gloria y su multitud descendió allá; y su fausto, y el que se regocijaba en él.

los que dan por justo al impío por sobornos, y al justo quitan su justicia!

Por tanto, como la lengua del fuego consume las aristas, y la paja es desecha por la llama, así será su raíz como pudrición, y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley del SEÑOR de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel.

Por esta causa se encendió el furor del SEÑOR contra su pueblo; y extendiendo contra él su mano, lo hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, antes está su mano todavía extendida.

Entonces dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis.

y dile: Guarda, y repósate; no temas, ni se enternezca tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el furor de la ira de Rezín y del sirio, y del hijo de Remalías.

Por haber acordado maligno consejo contra ti el sirio, con Efraín y con el hijo de Remalías, diciendo:

Vamos contra Judá, y la despertaremos, y la repartiremos entre nosotros, y pondremos en medio de ella por rey al hijo de Tabeel.

Y junté conmigo por testigos fieles a Urías, el sacerdote, y a Zacarías hijo de Jeberequías.

Y me junté con la profetisa, la cual concibió, y dio a luz un hijo. Y me dijo el SEÑOR: Ponle por nombre Maher-salal-hasbaz.

Por cuanto desechó este pueblo las aguas de Siloé, que corren mansamente, y con Rezín y con el hijo de Remalías se regocijó,

he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de río, impetuosas y muchas, es a saber, al rey de Asiria con todo su poder: el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas;

Porque el SEÑOR me dijo de esta manera con mano fuerte, y me enseñó que no caminara por el camino de este pueblo, diciendo:

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