'Por' en la Biblia
Por tanto no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos.
¿POR qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan vanidad?
Pídeme, y te daré por heredad las gentes, Y por posesión tuya los términos de la tierra.
Desbarátalos, oh Dios; Caigan de sus consejos: Por la multitud de sus rebeliones échalos, Porque se rebelaron contra ti.
Vuelve, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericordia.
Y te rodeará concurso de pueblo; Por cuyo amor vuélvete luego á levantar en alto.
Las aves de los cielos, y los peces de la mar; Todo cuanto pasa por los senderos de la mar.
Por haber sido mis enemigos vueltos atrás: Caerán y perecerán delante de ti.
Y en ti confiarán los que conocen tu nombre; Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste á los que te buscaron.
¿POR qué estás lejos, oh Jehová, Y te escondes en el tiempo de la tribulación?
Por cuanto se alaba el malo del deseo de su alma, Y bendice al codicioso ó quien Jehová aborrece.
El malo, por la altivez de su rostro, no busca á Dios: No hay Dios en todos sus pensamientos.
¿Por qué irrita el malo á Dios? En su corazón ha dicho que no lo inquirirás.
Tú lo tienes visto: porque tú miras el trabajo, y la vejación, para vengar le por tu mano: A ti se acoge el pobre, Tú eres el amparo del huérfano.
Que dijeron: Por nuestra lengua prevaleceremos; Nuestros labios están con nosotros: ¿quién nos es señor?
Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, Ahora me levantaré, dice Jehová: Pondrélos en salvo del que contra ellos se engríe.
Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Por ver si había algún entendido, Que buscara á Dios.
El consejo del pobre habéis escarnecido, Por cuanto Jehová es su esperanza.
Aquel á cuyos ojos es menospreciado el vil; Mas honra á los que temen á Jehová: Y habiendo jurado en daño suyo, no por eso muda.
Alegróse por tanto mi corazón, y se gozó mi gloria: También mi carne reposará segura.
Para las obras humanas, por la palabra de tus labios Yo me he guardado de las vías del destructor.
Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios: Inclina á mí tu oído, escucha mi palabra.
De delante de los malos que me oprimen, De mis enemigos que me cercan por la vida.
Nuestros pasos nos han cercado ahora: Puestos tienen sus ojos para echar nos por tierra.
Humo subió de su nariz, Y de su boca consumidor fuego; Carbones fueron por él encendidos.
Puso tinieblas por escondedero suyo, su pabellón en derredor de sí; Oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
Por el resplandor delante de él, sus nubes pasaron; Granizo y carbones ardientes.
Y aparecieron las honduras de las aguas, Y descubriéronse los cimientos del mundo, A tu reprensión, oh Jehová, Por el soplo del viento de tu nariz.
Librásteme de contiendas de pueblo: Pusísteme por cabecera de gentes: Pueblo que yo no conocía, me sirvió.
Por tanto yo te confesaré entre las gentes, oh Jehová, Y cantaré á tu nombre.
Por toda la tierra salió su hilo, Y al cabo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol.
Nosotros nos alegraremos por tu salud, Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios: Cumpla Jehová todas tus peticiones.
Vida te demandó, y dístele Largura de días por siglos y siglos.
Por cuanto el rey confía en Jehová, Y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.
Al Músico principal, sobre Ajeleth-sahar Salmo de David. DIOS mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor?
La posteridad le servirá; Será ella contada por una generación de Jehová.
Confortará mi alma; Guiárame por sendas de justicia por amor de su nombre.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida: Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
De los pecados de mi mocedad, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme á tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh Jehová.
Bueno y recto es Jehová: Por tanto él enseñará á los pecadores el camino.
Encaminará á los humildes por el juicio, Y enseñará á los mansos su carrera.
Por amor de tu nombre, oh Jehová, Perdonarás también mi pecado; porque es grande.
Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud, A causa de mis enemigos.
Jehová es mi fortaleza y mi escudo: En él esperó mi corazón, y fuí ayudado; Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi canción le alabaré.
Jehová preside en el diluvio, Y asentóse Jehová por rey para siempre.
Porque un momento será su furor; Mas en su voluntad está la vida: Por la tarde durará el lloró, Y á la mañana vendrá la alegría.
Porque tú, Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fuí conturbado.
Por tanto á ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
Inclina á mí tu oído, líbrame presto; Séme por roca de fortaleza, por casa fuerte para salvarme.
Porque tú eres mi roca y mi castillo; Y por tu nombre me guiarás, y me encaminarás.
Porque he oído afrenta de muchos; Miedo por todas partes, Cuando consultaban juntos contra mí, E ideaban quitarme la vida.
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo: Sálvame por tu misericordia.
Por esto orará á ti todo santo en el tiempo de poder hallarte: Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas á él.
Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el espíritu de su boca.
El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
Bienaventurada la gente de que Jehová es su Dios; El pueblo á quien escogió por heredad para sí.
El rey no es salvo con la multitud del ejército: No escapa el valiente por la mucha fuerza.
Vanidad es el caballo para salvarse: Por la grandeza de su fuerza no librará.
Por tanto en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado.
Volviéronme mal por bien, Para abatir á mi alma.
Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.
Lisonjéase, por tanto, en sus propios ojos, Hasta que su iniquidad sea hallada aborrecible.
Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.
Calla á Jehová, y espera en él: No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.
Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y aprueba su camino.
La ley de su Dios está en su corazón; Por tanto sus pasos no vacilarán.
Y Jehová los ayudará, Y los librará: y libertarálos de los impíos, y los salvará, Por cuanto en él esperaron.
Por tanto denunciaré mi maldad; Congojaréme por mi pecado.
Y pagando mal por bien Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
Líbrame de todas mis rebeliones; No me pongas por escarnio del insensato.
Bienaventurado el hombre que puso á Jehová por su confianza, Y no mira á los soberbios, ni á los que declinan á la mentira.
Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, Por siglos de siglos. Amén y Amén.
Al Músico principal: Masquil á los hijos de Coré. COMO el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te conturbas en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar Por las saludes de su presencia.
Dios mío, mi alma está en mí abatida: Acordaréme por tanto de ti desde tierra del Jordán, Y de los Hermonitas, desde el monte de Mizhar.
Diré á Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te conturbas en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar; Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío.
Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te conturbes en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar; Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío.
Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.
Por medio de ti sacudiremos á nuestros enemigos: En tu nombre atropellaremos á nuestros adversarios.
Pusístenos por vergüenza á nuestros vecinos, Por escarnio y por burla á los que nos rodean.
Pusístenos por proverbio entre las gentes, Por movimiento de cabeza en los pueblos.
Por la voz del que me vitupera y deshonra, Por razón del enemigo y del que se venga.
Empero por tu causa nos matan cada día; Somos tenidos como ovejas para el matadero.
Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre.
¿Por qué escondes tu rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?
Levántate para ayudarnos, Y redímenos por tu misericordia.
Haste hermoseado más que los hijos de los hombres; La gracia se derramó en tus labios: Por tanto Dios te ha bendecido para siempre.
Amaste la justicia y aborreciste la maldad: Por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de gozo sobre tus compañeros.
Haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las generaciones: Por lo cual te alabarán los pueblos eternamente y para siempre.
Por tanto no temeremos aunque la tierra sea removida; Aunque se traspasen los montes al corazón de la mar.
Dios en sus palacios es conocido por refugio.
Alegraráse el monte de Sión; Se gozarán las hijas de Judá Por tus juicios.
¿Por qué he de temer en los días de adversidad, Cuando la iniquidad de mis insidiadores me cercare?
Este su camino es su locura: Con todo, corren sus descendientes por el dicho de ellos. (Selah.)
Como rebaños serán puestos en la sepultura; La muerte se cebará en ellos; Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana: Y se consumirá su bien parecer en el sepulcro de su morada.
No te reprenderé sobre tus sacrificios, Ni por tus holocaustos, que delante de mí están siempre.
A ti, á ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos: Porque seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.
Al Músico principal: Masquil de David, cuando vino Doeg Idumeo y dió cuenta á Saúl, diciéndole: David ha venido á casa de Ahimelech. ¿POR qué te glorías de maldad, oh poderoso? La misericordia de Dios es continua.
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