'Presos' en la Biblia
Y tomó su señor a José, y le puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel.
Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que hacían allí, él lo dirigía.
Enviad uno de vosotros, y traiga a vuestro hermano; y vosotros quedad presos, y vuestras palabras serán probadas, si hay verdad en vosotros; y si no, vive Faraón, que sois espías.
por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios; sean presos por su soberbia, y por la maldición y mentira que profieren.
Entre ante tu presencia el gemido de los presos; conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte.
para oír el gemido de los presos, para soltar a los sentenciados a muerte;
La justicia de los rectos los librará; mas los pecadores en su pecado serán presos.
Porque el hombre tampoco conoce su tiempo; como los peces que son presos en la mala red, y como las aves que se prenden en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando éste cae de repente sobre ellos.
Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.
que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades; que a sus presos nunca abrió la cárcel?
La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; para que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, y enlazados, y presos.
para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.
para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Manifestaos. En los caminos serán apacentados, y en todas las cumbres tendrán sus pastos.
El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ha ungido Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron presos: he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen?
¡Ay de ti, Moab! pereció el pueblo de Quemos: porque tus hijos fueron presos para cautividad, y tus hijas para cautiverio.
Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva; yo he sacado a tus presos de la cisterna en la que no hay agua.
y pidió de él cartas para las sinagogas de Damasco, para que si hallase algunos de este Camino, ya fuesen hombres o mujeres, los trajese presos a Jerusalén.
Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los príncipes de los sacerdotes?
Pero a media noche, Pablo y Silas oraban, y cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
Y despertando el carcelero, como vio abiertas las puertas de la cárcel, sacó su espada y se quería matar, pensando que los presos se habían escapado.
como también el sumo sacerdote me es testigo, y todos los ancianos; de los cuales también recibí cartas para con los hermanos; e iba a Damasco para traer presos a Jerusalén a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados.
Y cuando fue determinado que habíamos de navegar para Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros presos a un centurión llamado Julio, de la compañía Augusta.
Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando.
Y cuando llegamos a Roma, el centurión entregó los presos al prefecto de la guardia, mas a Pablo le fue permitido estar aparte, con un soldado que le guardase.
Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.