'Puse' en la Biblia
Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta es sobre ti; yo puse mi sierva en tu seno, y viéndose embarazada, me mira con desprecio; juzgue el SEÑOR entre mí y ti.
Entonces le pregunté, y dije: ¿De quién eres hija? Y ella respondió: Hija de Betuel, hijo de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse un pendiente sobre su nariz, y brazaletes sobre sus manos;
Y tomé los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por príncipes sobre vosotros, príncipes de millares, y príncipes de cientos, y príncipes de cincuenta, y príncipes de diez, y gobernadores a vuestras tribus.
Y volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están, como el SEÑOR me mandó.
Viendo, pues, que tú no me defendíais, puse mi alma en mi palma, y pasé contra los hijos de Amón, y el SEÑOR los entregó en mi mano; ¿por qué pues habéis subido hoy contra mí para pelear conmigo?
Yo entonces me puse sobre él, y lo maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la diadema que tenía en su cabeza, y la ajorca que traía en su brazo, y las he traído acá a mi señor.
desde el día que puse jueces sobre mi pueblo Israel. Y yo te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo el SEÑOR te hace saber, que él te quiere hacer casa a ti.
Pues que yo te levanté del polvo, y te puse por príncipe sobre mi pueblo Israel, y tú has andado en el camino de Jeroboam, y has hecho pecar a mi pueblo Israel, provocándome a ira con sus pecados;
Y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel, humillé a todos tus enemigos, y te hice anunciar: El SEÑOR te ha de edificar casa.
Y el Dios que hizo habitar allí su nombre, destruya todo rey y pueblo que pusiere su mano para mudar o destruir esta Casa de Dios, la cual está en Jerusalén. Yo Darío puse el decreto; sea hecho prestamente.
y los envié a Iddo, capitán en el lugar de Casifia, y puse en boca de ellos las palabras que habían de hablar a Iddo, y a sus hermanos los netineos en el lugar de Casifia, para que nos trajesen ministros para la Casa de nuestro Dios.
Entonces puse por los bajos del lugar, detrás del muro, en las alturas de los peñascos, puse el pueblo por familias con sus espadas, con sus lanzas, y con sus arcos.
Hice luego subir a los príncipes de Judá sobre el muro, y puse dos coros grandes que fueron en procesión; el uno a la mano derecha sobre el muro hacia la puerta del Muladar.
Y reprendí a los magistrados, y dije: ¿Por qué está la Casa de Dios desamparada? Y los junté, y los puse en su lugar.
Y puse sobre los cilleros a Selemías sacerdote, y a Sadoc escriba, y de los levitas, a Pedaías; y a mano de ellos Hanán hijo de Zacur, hijo de Matanías; porque eran tenidos por fieles, y de ellos eran el repartir a sus hermanos.
Sucedió pues, que cuando la sombra llegó a las puertas de Jerusalén antes del sábado, dije que se cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta después del sábado; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de sábado no entrasen carga.
Los limpié, pues , de todo extranjero, y puse las ordenanzas a los sacerdotes y levitas, a cada uno en su obra;
Si puse en el oro mi esperanza, y dije al oro: Mi confianza eres tú;
cuando puse yo nubes por vestidura suya, y por su faja oscuridad?
Y determiné sobre él mi decreto, y le puse puertas y cerrojo,
Al cual yo puse casa en la soledad, y sus moradas en la tierra salada.
Puse además cilicio por mi vestido; y vine a serles por proverbio.
Sino que me puse en silencio , e hice callar mi alma, sea yo como el destetado de su madre; como el destetado de mi propia vida.
Y yo miré, y lo puse en mi corazón; lo vi, y tomé castigo.
He aquí mi siervo, me reclinaré sobre él; escogido mío, en quien mi alma toma contentamiento; puse mi Espíritu sobre él, dará juicio a los gentiles.
Y ahora, así dice el SEÑOR Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; yo te puse nombre, mío eres tú.
Por tanto, yo profané los príncipes del Santuario, y puse por anatema a Jacob, y a Israel por vergüenza.
Por mi siervo Jacob, y por Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse tu sobrenombre, aunque no me conociste.
Porque el Señor DIOS me ayudará, por tanto no me avergoncé, por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado.
Que puse en tu boca mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí; para que plantases los cielos y fundases la tierra; y que dijeses a Sion: pueblo mío eres tú.
Y éste será mi Pacto con ellos, dijo el SEÑOR: el Espíritu mío que está sobre ti; y mis palabras, que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, y de la boca de tu simiente, y de la boca de la simiente de tu simiente, dijo el SEÑOR, desde ahora y para siempre.
¿A mí no me temeréis? Dice el SEÑOR; ¿delante de mi presencia no os amedrentaréis, que puse arena por término al mar por ordenación eterna, la cual no quebrantará? Se levantarán tempestades, mas no prevalecerán; bramarán sus ondas, mas no lo pasarán.
Y compré el cinto conforme a la palabra del SEÑOR, y lo puse sobre mis lomos.
¿Se da por ventura mal por bien para que caven hoyo a mi alma? Acuérdate que me puse delante de ti para hablar bien por ellos, para apartar de ellos tu ira.
Porque así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: Yugo de hierro puse sobre el cuello de todos estos gentiles, para que sirvan a Nabucodonosor rey de Babilonia, y le servirán; y aun también le he dado las bestias del campo.
Y puse delante de los hijos de la familia de los recabitas tazas y copas llenas de vino, y les dije: Bebed vino.
No se han quebrantado hasta el día de hoy, ni han tenido temor, ni han caminado en mi ley, ni en mis derechos que puse delante de vosotros y delante de vuestros padres.
Te puse lazos, y aun fuiste tomada, oh Babilonia, y tú no lo supiste; fuiste hallada, y aun presa, porque provocaste al SEÑOR.
Y he aquí que yo puse sobre ti cuerdas, y no te tornarás de un lado al otro lado, hasta que hayas cumplido los días de tus vueltas.
Así dijo el Señor DIOS: Esta es Jerusalén: yo la puse en medio de los gentiles y de las tierras alrededor de ella.
En millares, como la hierba del campo, te puse, y fuiste aumentada y engrandecida, y viniste a ser adornada grandemente; los pechos te crecieron, y tu pelo reverdeció; mas tú estabas desnuda y descubierta.
Y te atavíe con ornamentos, y puse ajorcas en tus brazos, y collar a tu cuello;
y puse cerquillos sobre tus narices, y zarcillos en tus orejas, y diadema de hermosura en tu cabeza.
Y te salió renombre entre los gentiles a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dijo el Señor DIOS.
Para hacer subir la ira para hacer venganza, yo puse su sangre sobre el lugar alto de la piedra, para que no sea cubierta.
Tú, querubín grande, cubierto, y yo te puse; en el santo monte de Dios estuviste; en medio de piedras de fuego anduviste.
Con la multitud de tus maldades, y con la iniquidad de tu contratación ensuciaste tu santuario; yo , pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.
Porque yo puse mi terror en la tierra de los vivientes, también yacerá entre los incircuncisos con los muertos a cuchillo, Faraón y toda su multitud, dijo el Señor DIOS.
Y pondré mi gloria entre los gentiles, y todos los gentiles verán mi juicio que hice, y mi mano que sobre ellos puse.
Por lo cual yo puse mandamiento para hacer venir delante de mí todos los sabios de Babilonia, que me mostrasen la declaración del sueño.
y estando hablando conmigo semejantes palabras, puse mis ojos en tierra, y enmudecí.
Y hablé por los profetas, y yo aumenté las visiones, y por mano de los profetas puse semejanzas.
Porque he aquí aquella Piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí, yo esculpiré su labor, dice el SEÑOR de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día.
Y apacentaré, pues, las ovejas de la matanza, es a saber, a los pobres del rebaño. Porque yo me tomé dos cayados; al uno puse por nombre Suavidad, y al otro Ligaduras; y apacenté las ovejas.
Entonces él le dijo: Mal siervo, de tu boca te juzgo. Sabías que yo era hombre recio, que quito lo que no puse, y que siego lo que no sembré;
En el cual cuando puse los ojos, consideré y vi animales terrestres de cuatro pies, y fieras, y reptiles, y aves del cielo.
Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como sabio maestro de obra, puse el fundamento, mas otro prosigue el edificio, pero cada uno vea cómo prosigue el edificio.