17107 casos en 6 traducciones

'Que' en la Biblia

Y levantará bandera como ejemplo a los gentiles de lejos, y silbará al que está en el cabo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente.

No habrá entre ellos cansado, ni que vacile; ninguno se dormirá ni le tomará sueño; á ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la correa de sus zapatos.

Su rugido es como de leona, ruge como leoncillos; gruñe y atrapa la presa, y se {la} lleva sin que nadie {la} libre.

Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba; y la Casa se llenó de humo.

Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón encendido en su mano, que había tomado del altar con las tenazas;

Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas, y sin morador, ni hombre en las casas, y la tierra sea tornada en desierto;

Pues aun quedará en ella una décima parte, y volverá, bien que habrá sido asolada: como el olmo y como el alcornoque, de los cuales en la tala queda el tronco, así será el tronco de ella la simiente santa.

Aconteció en los días de Acaz hijo de Jotam, hijo de Uzías, rey de Judá, que Rezín rey de Siria, y Peca hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a Jerusalén para combatirla; mas no la pudieron tomar.

y dile: Guarda, y repósate; no temas, ni se enternezca tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el furor de la ira de Rezín y del sirio, y del hijo de Remalías.

Pide para ti una señal del SEÑOR tu Dios que sea tan profunda como el Seol o tan alta como el cielo.

Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿No os basta ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios?

Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra que tú aborreces será dejada de sus dos reyes.

El SEÑOR hará venir sobre ti, y sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde el día que Efraín se apartó de Judá, es a saber, al rey de Asiria.

Y acontecerá que aquel día silbará el SEÑOR a la mosca que está en el fin de los ríos de Egipto, y a la abeja que está en la tierra de Asiria.

En aquel día raerá el Señor con navaja alquilada, con los que habitan del otro lado del río, es a saber, con el rey de Asiria, cabeza y pelos de los pies; y aun la barba también quitará.

Y acontecerá en aquel tiempo, que críe un hombre una vaca y dos ovejas;

y será que a causa de la abundancia de leche que darán, comerá manteca; ciertamente manteca y miel comerá el que quedare en medio de la tierra.

Acontecerá también en aquel tiempo, que el lugar donde había mil vides que valían mil siclos de plata, será para los espinos y para los cardos.

Mas a todos los montes que se cavaban con azada, no llegará allá el temor de los espinos y de los cardos; mas serán para pasto de bueyes, y para ser hollados de los ganados.

Y tomé conmigo como testigos fieles para que confirmaran, al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías.

Porque antes que el niño sepa decir, Padre mío, y Madre mía, será quitada la fuerza de Damasco y los despojos de Samaria, en la presencia del rey de Asiria.

Por cuanto desechó este pueblo las aguas de Siloé, que corren mansamente, y con Rezín y con el hijo de Remalías se regocijó,

he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de río, impetuosas y muchas, es a saber, al rey de Asiria con todo su poder: el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas;

Juntaos, pueblos, y seréis quebrantados; oíd, todos los que sois de lejanas tierras; poneos a punto, y seréis quebrantados; ceñíos, y seréis quebrantados.

Porque el SEÑOR me dijo de esta manera con mano fuerte, y me enseñó que no caminara por el camino de este pueblo, diciendo:

No llaméis, conjuración, a todas las cosas a que este pueblo llama conjuración; ni temáis su temor, ni le tengáis miedo.

He aquí, yo y los hijos que me dio el SEÑOR, somos por señales y prodigios en Israel, de parte del SEÑOR de los ejércitos, que mora en el Monte de Sion.

Y si os dijeren: Preguntad a los espiritistas y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿Por ventura no consultará el pueblo a su Dios? ¿Apelará por los vivos a los muertos?

Entonces pasarán por esta tierra fatigados y hambrientos. Y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios. Y levantando el rostro en alto,

Aunque no será esta oscuridad tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón, y a la tierra de Neftalí; ni después cuando agravaron por la vía del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.

Porque toda bota que calza el guerrero en el fragor {de la batalla,} y el manto revolcado en sangre, serán para quemar, combustible para el fuego.

Y la sabrá el pueblo, todo él, Efraín y los moradores de Samaria, que con soberbia y con altivez de corazón dicen:

los arameos en el oriente y los filisteos en el occidente, que devoran a Israel a boca llena. Con todo eso no se aparta su ira, y aún está su mano extendida.

El viejo y venerable de rostro es la cabeza; el profeta que enseña mentira, éste es cola.

Porque los que guían a este pueblo {lo} extravían; y los guiados por ellos son confundidos.

Cortan de un tajo {lo que está} a la derecha, pero {aún} tienen hambre, y comen {lo que está} a la izquierda, pero no se sacian; cada cual come la carne de su propio brazo.

¿Y qué haréis en el día de la visitación? ¿Y a quién os acogeréis que os ayude, cuando viniere de lejos el asolamiento? ¿Y a dónde dejaréis vuestra gloria?

Le mandaré contra una gente falsa; y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa; y que lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.

Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera; sino que su pensamiento será desarraigar y cortar gentes no pocas.

Como halló mi mano los reinos de los ídolos, siendo sus imágenes más que Jerusalén y Samaria;

Mas acontecerá que después que el Señor hubiere acabado toda su obra en el Monte de Sion, y en Jerusalén, visitaré sobre el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y sobre la gloria de la altivez de sus ojos.

Porque dijo: Con la fortaleza de mi mano lo he hecho, y con mi sabiduría; porque he sido prudente; y quité los términos de los pueblos, y saqueé sus tesoros, y derribé como valientes a los que estaban sentados;

¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? Como si el bordón se levantara contra los que lo levantan; como si se levantara la vara, ¿no es leño?

Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinas.

Y los árboles que quedaren en su bosque, serán en número que un niño los pueda contar.

Y acontecerá en aquel tiempo, que los que hubieren quedado de Israel, y los que hubieren quedado de la casa de Jacob, nunca más estriben sobre el que los hirió; sino que se apoyarán sobre el SEÑOR, el Santo de Israel con verdad.

Por tanto, así dice el Señor, DIOS de los ejércitos: Pueblo mío que moras en Sion, no temas al asirio que te hiere con vara y levanta su báculo contra ti a la manera de Egipto.

Y el SEÑOR de los ejércitos levantará un azote contra él como la matanza de Madián en la peña de Oreb; su báculo estará sobre el mar y lo levantará de la manera que {lo hizo en} Egipto.

Grita en alta voz, hija de Galim; Lais haz que te oiga la pobre Anatot.

Sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

Y acontecerá en aquel tiempo, que la Raíz de Jessé, la cual estará puesta por bandera como ejemplo a los gentiles, será buscada de los gentiles; y su Reino de paz será glorioso.

Y acontecerá en aquel tiempo, que el SEÑOR tornará a poner otra vez su mano, para poseer el remanente de su pueblo que fue dejado de Assur, de Egipto, de Patros, de Etiopía, de Elam, de Caldea, de Hamat, y de las islas del mar.

Entonces se disipará la envidia de Efraín, y los que hostigan a Judá serán exterminados; Efraín no envidiará a Judá, y Judá no hostigará a Efraín.

Y secará el SEÑOR la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con fortaleza de su espíritu sobre el Río, y lo herirá en siete riberas, y hará que pasen por él con zapatos.

Y habrá camino para el remanente de su pueblo, lo que quedó de Assur, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto.

Y diréis en aquel día: Cantad á Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido.

Levantad bandera de ejemplo sobre un alto monte; alzad la voz a ellos; alzad la mano para que entren por puertas de príncipes.

Yo mandé a mis santificados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, que se alegran con mi gloria.

Y será que como gacela perseguida, y como oveja sin pastor; cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra.

Cualquiera que fuere hallado, será alanceado; y cualquiera que a ellos se juntare, caerá a espada.

He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no buscarán la plata, ni codiciarán oro.

Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios.

Sino que dormirán allí bestias fieras, y sus casas se llenarán de hurones, allí habitarán hijas del buho, y allí saltarán peludos.

Y los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de Israel los poseerá por siervos y criadas en la tierra del SEÑOR; y cautivarán a los que los cautivaron, y señorearán a los que los oprimieron.

Y será que en el día que el SEÑOR te diera reposo de tu trabajo, y de tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir,

Que levantarás esta parábola sobre el rey de Babilonia, y dirás: ­Cómo paró el exactor, cómo cesó la ciudad codiciosa del oro!

que con ira hería los pueblos de llaga perpetua, el cual se enseñoreaba de los gentiles con furor; al perseguido no defendió.

Aun las hayas se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros.

El Seol abajo se espantó de ti; te despertó muertos que en tu venida salieran a recibirte, hizo levantar de sus tronos a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de los gentiles.

que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto junto a las estrellas de Dios ensalzaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, y en los lados del aquilón;

Se han de inclinar hacia ti los que te vieren y te considerarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos.

Que puso el mundo como un desierto? ¿Que asoló sus ciudades? ¿Que a sus presos nunca abrió la cárcel?

Mas tú echado eres de tu sepulcro como tronco abominable; como vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado.

No estarás unido con ellos en el sepelio, porque has destruido tu tierra, has matado a tu pueblo. Que no se nombre jamás la descendencia de los malhechores.

Preparad para sus hijos el matadero a causa de la iniquidad de sus padres; que no se levanten y tomen posesión de la tierra, y llenen de ciudades la faz del mundo.

Que quebrantaré al Asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro.

Este es el consejo que está acordado sobre toda la tierra; y ésta es aquella mano extendida sobre todos los gentiles.

no te alegres tú, toda Filistea, por haberse quebrado la vara del que te hería. Porque de la raíz de la culebra saldrá basilisco, y su fruto, serpiente voladora.

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