'Que' en la Biblia
«El piadoso será prosperado, el impío perecerá» Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Y será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.
No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.
¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan vanidad?
El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.
Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en Él confían.
Pero tú, oh Jehová, eres escudo alrededor de mí, mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
No temeré de diez millares de pueblos, que pusieren sitio contra mí.
Sabed, pues, que Jehová hizo apartar al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a Él clamare.
Tú diste alegría a mi corazón, más que la de ellos en el tiempo que se multiplicó su grano y su mosto.
Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el malo no habitará junto a ti.
Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que obran iniquidad.
Destruirás a los que hablan mentira; al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.
Pero alégrense todos los que en ti confían; para siempre den voces de júbilo, porque tú los defiendes: En ti se regocijen los que aman tu nombre.
Sean avergonzados y muy aterrados todos mis enemigos; que se vuelvan y súbitamente sean avergonzados.
«Sigaión de David, que cantó a Jehová sobre las palabras de Cus, hijo de Benjamín.» Jehová Dios mío, en ti he confiado: Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;
no sea que desgarren mi alma cual león, despedazándola, sin que haya quien libre.
si di mal pago al que estaba en paz conmigo (Hasta he libertado al que sin causa era mi enemigo),
Levántate, oh Jehová, en tu ira; levántate a causa de la furia de mis angustiadores, y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
Mi defensa está en Dios, que salva a los rectos de corazón.
Dios es el que juzga al justo; y Dios está airado todos los días contra el impío.
Asimismo ha preparado para él armas de muerte; ha labrado sus saetas para los que persiguen.
Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; y en el hoyo que hizo caerá.
«Al Músico principal: sobre Gitit: Salmo de David» Oh Jehová, Señor nuestro, ¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu gloria sobre los cielos!
De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos, para hacer cesar al enemigo y al vengativo.
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste:
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?
Le has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra.
Oh enemigo, acabados son para siempre los asolamientos, y las ciudades que derribaste; su memoria pereció con ellas.
En ti confiarán los que conocen tu nombre; por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.
Cantad a Jehová, que habita en Sión; proclamad entre los pueblos sus obras.
Ten misericordia de mí, oh Jehová; mira mi aflicción que padezco de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte;
Para que cuente yo todas tus alabanzas en las puertas de la hija de Sión, y me goce en tu salvación.
Se hundieron las naciones en la fosa que hicieron; en la red que escondieron fue atrapado su pie.
Jehová es conocido por el juicio que hizo; en la obra de sus propias manos fue enlazado el malo. (Higaion. Selah)
Los malos serán trasladados al infierno, y todas las naciones que se olvidan de Dios.
Pon, oh Jehová, temor en ellos; conozcan las naciones que no son sino hombres. (Selah)
¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación?
Con arrogancia el malo persigue al pobre; sean atrapados en los artificios que han ideado.
¿Por qué irrita el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás.
Quiebra tú el brazo del impío y del maligno; persigue su maldad hasta que no halles ninguna.
Para juzgar al huérfano y al oprimido, a fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra.
Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué podrá hacer el justo?
Jehová prueba al justo; pero al malo y al que ama la violencia, su alma aborrece.
Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, y la lengua que habla soberbias;
los que han dicho: Por nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios son nuestros; ¿quién es señor sobre nosotros?
Por la opresión de los pobres, por el gemido de los necesitados, ahora me levantaré, dice Jehová; los pondré a salvo del que contra ellos se engríe.
Mira, óyeme, Jehová Dios mío; alumbra mis ojos, para que no duerma en muerte;
para que no diga mi enemigo: Lo he vencido: Mis enemigos se alegrarán, si yo resbalare;
Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios.
¿No tendrán conocimiento todos los obradores de iniquidad, que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, y a Jehová no invocan?
¡Oh que de Sión viniese la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
El que anda en integridad y obra justicia, y habla verdad en su corazón.
El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche contra su prójimo
Aquel a cuyos ojos es menospreciado el vil; mas honra a los que temen a Jehová; el que aun jurando en daño suyo, no cambia;
quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente tomó cohecho. El que hace estas cosas, jamás será removido.
sino a los santos que están en la tierra, y a los íntegros, en quienes está toda mi complacencia.
Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré sus nombres.
Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad que me ha tocado.
Bendeciré a Jehová que me aconseja; aun en las noches me enseñan mis riñones.
Porque no dejarás mi alma en el infierno; ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada hallaste; me he propuesto que mi boca no ha de propasarse.
Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen.
Muestra tus maravillosas misericordias, tú que con tu diestra salvas a los que en ti confían de los que se levantan contra ellos.
de la vista de los malos que me oprimen, de mis enemigos mortales que me rodean.
Como el león que desea hacer presa, y como el leoncillo acechando en su escondite.
De los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres del mundo, que tienen su porción en esta vida, y cuyo vientre llenas de tu tesoro; sacian a sus hijos, y dejan el resto a sus pequeños.
«Al Músico principal: Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dijo a Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo:» Te amaré, oh Jehová, fortaleza mía.
Me libró de mi poderoso enemigo, y de los que me aborrecían, pues ellos eran más fuertes que yo.
En cuanto a Dios, perfecto es su camino: La palabra de Jehová es acrisolada: Es escudo a todos los que en Él esperan.
Porque ¿quién es Dios fuera de Jehová? ¿Y qué roca hay aparte de nuestro Dios?
Dios es el que me ciñe de poder, y hace perfecto mi camino;
Ensanchaste mis pasos debajo de mí, para que mis pies no resbalasen.
Los herí, de modo que no pudieron levantarse; cayeron debajo de mis pies.
Pues me ceñiste de fuerza para la pelea; has sometido bajo mis pies a los que se levantaron contra mí.
Y me has dado la cerviz de mis enemigos, para que yo destruya a los que me aborrecen.
Me libraste de las contiendas del pueblo; me pusiste por cabeza de gentes; pueblo que yo no conocía, me servirá.
Así que hubieren oído de mí, me obedecerán; los hijos de extraños se someterán a mí;
El que me libra de mis enemigos: Tú me enalteciste sobre los que se levantan contra mí; me has librado del hombre violento.
Y éste, como un novio que sale de su tálamo, se alegra cual gigante para correr el camino.
De un extremo de los cielos es su salida, y su giro hasta el término de ellos; y nada hay que se esconda de su calor.
La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová, es puro, que alumbra los ojos.
El temor de Jehová, es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos.
Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que la miel, y la que destila del panal.
¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
Detén asimismo a tu siervo de pecados de soberbia; que no se enseñoreen de mí: Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran transgresión.
Ahora entiendo que Jehová guarda a su ungido; lo oirá desde su santo cielo, con la fuerza salvadora de su diestra.
Salva, Jehová; que el Rey nos oiga el día que lo invoquemos.
Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.
«Al Músico principal, sobre Ajelet-sahar. Salmo de David» Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
Todos los que me ven, se burlan de mí; estiran los labios, menean la cabeza, diciendo:
Confió en Jehová, líbrele Él; sálvele, puesto que en Él se complacía.
Pero tú eres el que me sacó del vientre; Me hiciste estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
Los que teméis a Jehová, alabadle; glorificadle, simiente toda de Jacob; y temedle, vosotros, simiente toda de Israel.
Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre, ni de él escondió su rostro; sino que cuando clamó a Él, le oyó.
De ti será mi alabanza en la gran congregación; mis votos pagaré delante de los que le temen.
Comerán los pobres, y serán saciados: Alabarán a Jehová los que le buscan: Vivirá vuestro corazón para siempre.
Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra; se postrarán delante de Él todos los que descienden al polvo, si bien ninguno puede conservar la vida de su propia alma.