14369 casos

'Que' en la Biblia

Entonces el siervo contó a Isaac todo lo que había hecho.

Y lo sepultaron Isaac e Ismael sus hijos en la cueva de Macpela, en la heredad de Efrón, hijo de Zohar heteo, que está enfrente de Mamre;

la heredad que compró Abraham de los hijos de Het; allí está sepultado, y Sara su mujer.

Y sucedió, después de muerto Abraham, que Dios bendijo a Isaac su hijo; y habitó Isaac junto al pozo del Viviente que me ve.

Y estas son las generaciones de Ismael, hijo de Abraham, que dio a luz Agar, la egipcia, sierva de Sara a Abraham:

Y habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto, viniendo a Asiria; y delante de todos sus hermanos cayó.

Y le respondió el SEÑOR: Dos naciones hay en tu vientre, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; mas un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor.

Y crecieron los niños, y Esaú fue varón sabio en la caza, hombre del campo; Jacob, empero, era varón entero, que estaba en las tiendas.

dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de eso bermejo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.

Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?

Y hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que fue en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar.

Y se le apareció el SEÑOR, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré;

permanezca en esta tierra, y yo seré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu simiente daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que juré a Abraham tu padre:

Y sucedió que, después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que jugaba con Rebeca su mujer.

Y Abimelec dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros el pecado.

Entonces Abimelec mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su mujer, de cierto morirá.

Y todos los pozos que habían abierto, los siervos de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cerrado y llenado de tierra.

Y dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más fuerte que nosotros te has hecho.

Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cerrado, muerto Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado.

Y les dijo Isaac: ¿Por qué venís a mí, pues que me habéis aborrecido, y me enviaste, que no estuviera con vosotros?

Y ellos respondieron: Hemos visto que el SEÑOR es contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre nosotros y tú, y haremos alianza contigo:

Que no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos hecho bien, y te enviamos en paz; tú ahora, bendito del SEÑOR.

Y en aquel día sucedió que vinieron los criados de Isaac, y le dieron nuevas acerca del pozo que habían abierto, y le dijeron: Agua hemos hallado.

Y aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron de vista, llamó a Esaú, su hijo el mayor, y le dijo: Mi hijo. Y él respondió: Heme aquí.

y hazme guisados, como yo amo, y tráemelo, y comeré; para que te bendiga mi alma antes que muera.

Y Rebeca oyó, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para coger la caza que había de traer.

Entonces Rebeca habló a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído a tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo:

Ahora pues, hijo mío, escucha mi voz en lo que te mando:

y tú los llevarás a tu padre, y comerá, para que te bendiga antes de su muerte.

Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo menor:

y dio los guisados y pan que había aderezado, en mano de Jacob su hijo.

Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste; levántate ahora, y come de mi caza, para que me bendiga tu alma.

Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Qué es esto, que tan presto hallaste hijo mío? Y él respondió: Porque el SEÑOR tu Dios hizo que se encontrara delante de mí.

Y dijo: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que te bendiga mi alma; y él se la acercó, y comió; le trajo también vino, y bebió.

Y él se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, y dijo: Mira, el olor de mi hijo, como el olor del campo que el SEÑOR ha bendecido.

Sírvante pueblos, y naciones se inclinen a ti: Sé señor de tus hermanos, e inclínense a ti los hijos de tu madre; malditos los que te maldijeren, y benditos los que te bendijeren.

Y aconteció, luego que hubo Isaac acabado de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano vino de su caza.

E hizo él también guisados, y trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga tu alma.

Entonces se estremeció Isaac con grande estremecimiento, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que tomó caza, y me trajo, y comí de todo antes que vinieras? Yo le bendije, y será bendito.

Y él respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, que ya me ha engañado dos veces; se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?

Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he fortalecido, ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío?

Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.

Hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y se olvide de lo que le has hecho; yo enviaré entonces, y te traeré de allá, ¿por qué seré privada de vosotros dos en un día?

Y dijo Rebeca a Isaac: Fastidio tengo de mi vida, a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?

y te dé la bendición de Abraham, y a tu simiente contigo, para que heredes la tierra de tus peregrinaciones, que Dios dio a Abraham.

Y vio Esaú como Isaac había bendecido a Jacob, y le había enviado a Padan-aram, para tomar para sí mujer de allí; y que cuando le bendijo, le había mandado, diciendo: No tomarás mujer de las hijas de Canaán;

y que Jacob había escuchado a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram.

Vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán parecían mal a Isaac su padre;

Y he aquí, el SEÑOR estaba encima de ella, el cual dijo: YO SOY el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu simiente.

Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, bien que Luz era el nombre de la ciudad primero.

Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él; porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo.

Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños, y remuevan la piedra de sobre la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas.

Y sucedió que, cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán, hermano de su madre, y a las ovejas de Labán, el hermano de su madre, se acercó Jacob, y removió la piedra de sobre la boca del pozo, y abrevó el ganado de Labán, hermano de su madre.

Y así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, y lo besó, y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas.

Entonces dijo Labán a Jacob: ¿Por ser tú mi hermano, me has de servir de balde? Declárame qué será tu salario.

Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; estate conmigo.

Y sucedió que a la noche tomó a Lea su hija, y se la trajo; y él entró a ella.

Y venida la mañana, he aquí que era Lea; y él dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?

Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor.

Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hicieres conmigo otros siete años.

Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó el SEÑOR que yo era aborrecida, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón.

Y Jacob se enojaba contra Raquel, y decía: ¿Soy yo en lugar de Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?

Y viendo Lea que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva, y la dio a Jacob por mujer.

Y fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.

Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.

Y aconteció, cuando Raquel dio a luz a José, que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra.

Dame mis mujeres y mis hijos, por las cuales he servido contigo, porque tú sabes el servicio que te he hecho.

Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, he experimentado que el SEÑOR me ha bendecido por tu causa.

Y dijo: Señálame tu salario, que yo lo daré.

Y él dijo: ¿Qué te daré? Respondió Jacob: No me des nada; si hicieres por mí esto, volveré a apacentar tus ovejas.

Así responderá por mí mi justicia mañana cuando me viniere mi salario delante de ti; todo lo que no fuere pintado ni manchado en las cabras y bermejo en las ovejas mías, se me ha de tener por de hurto.

Y dijo Labán: Mira, Deseo que fuera como tú dices.

Y apartó Labán aquel día los machos cabríos cinchados y manchados; y todas las cabras pintadas y manchadas, y todo lo que tenía en sí algo de blanco, y todo lo bermejo entre las ovejas, y las puso en la mano de sus hijos;

Y puso las varas que había mondado en las pilas, en los abrevaderos del agua donde las ovejas venían a beber, delante de las ovejas, las cuales se calentaban viniendo a beber.

Y apartaba Jacob los corderos, y ponía con su rebaño los cinchados y todo lo que era bermejo en el hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán.

Y sucedía que cuantas veces se calentaban las fuertes, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en las pilas, para que concibieran delante de las varas.

Y oía él las palabras de los hijos de Labán que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre; y de lo que era de nuestro padre ha hecho toda esta gloria.

Miraba también Jacob el rostro de Labán, y veía que no era para con él como ayer y antes de ayer.

y les dijo: Veo que el rostro de vuestro padre no es para conmigo como ayer y antes de ayer; mas el Dios de mi padre ha sido conmigo.

Y sucedió que al tiempo que las ovejas se calentaban, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y he aquí que los machos que subían sobre las hembras eran cinchados, pintados y overos.

Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás todos los machos que suben sobre las ovejas cinchados, pintados y overos; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.

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