'Que' en la Biblia
- 1.Mateo 1:6-Mateo 7:9
- 2.Mateo 7:11-Mateo 12:16
- 3.Mateo 12:17-Mateo 17:24
- 4.Mateo 17:25-Mateo 22:44
- 5.Mateo 23:3-Mateo 26:63
- 6.Mateo 26:64-Marcos 4:8
- 7.Marcos 4:9-Marcos 8:9
- 8.Marcos 8:12-Marcos 12:14
- 9.Marcos 12:15-Marcos 16:7
- 10.Marcos 16:10-Lucas 4:22
- 11.Lucas 4:23-Lucas 8:4
- 12.Lucas 8:5-Lucas 10:26
- 13.Lucas 10:31-Lucas 13:30
- 14.Lucas 13:33-Lucas 19:11
- 15.Lucas 19:13-Lucas 22:61
- 16.Lucas 22:63-Juan 3:2
- 17.Juan 3:3-Juan 6:11
- 18.Juan 6:12-Juan 9:2
- 19.Juan 9:3-Juan 12:38
- 20.Juan 12:43-Juan 17:22
- 21.Juan 17:23-Hechos 2:9
- 22.Hechos 2:10-Hechos 7:3
- 23.Hechos 7:5-Hechos 10:43
- 24.Hechos 10:44-Hechos 16:3
- 25.Hechos 16:4-Hechos 21:20
- 26.Hechos 21:21-Hechos 26:14
- 27.Hechos 26:16-Romanos 3:22
- 28.Romanos 3:24-Romanos 9:8
- 29.Romanos 9:11-Romanos 15:18
- 30.Romanos 15:19-1 Corintios 7:11
- 31.1 Corintios 7:13-1 Corintios 14:7
- 32.1 Corintios 14:9-2 Corintios 4:3
- 33.2 Corintios 4:4-2 Corintios 12:7
- 34.2 Corintios 12:8-Gálatas 6:7
- 35.Gálatas 6:8-Filipenses 1:29
- 36.Filipenses 1:30-1 Tesalonicenses 1:10
- 37.1 Tesalonicenses 2:1-1 Timoteo 3:4
- 38.1 Timoteo 3:5-Tito 1:10
- 39.Tito 1:11-Hebreos 7:5
- 40.Hebreos 7:6-Hebreos 12:28
- 41.Hebreos 13:3-1 Pedro 2:24
- 42.1 Pedro 3:1-1 Juan 2:29
- 43.1 Juan 3:1-Apocalipsis 1:13
- 44.Apocalipsis 1:18-Apocalipsis 10:8
- 45.Apocalipsis 10:9-Apocalipsis 19:10
- 46.Apocalipsis 19:11-Apocalipsis 22:20
Y Jessé engendró al rey David: y el rey David engendró á Salomón de la que fué mujer de Urías:
De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones: y desde David hasta la transmigración de Babilonia, catorce generaciones: y desde la transmigración de Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
Y el nacimiento de Jesucristo fué así: Que siendo María su madre desposada con José, antes que se juntasen, se halló haber concebido del Espíritu Santo.
Y pensando él en esto, he aquí el ángel del Señor le aparece en sueños, diciendo: José, hijo de David, no temas de recibir á María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
Todo esto aconteció para que se cumpliese lo que fué dicho por el Señor, por el profeta que dijo:
He aquí la virgen concebirá y parirá un hijo, Y llamarás su nombre Emmanuel, que declarado, es: Con nosotros Dios.
Y no la conoció hasta que parió á su hijo primogénito: y llamó su nombre JESUS.
Diciendo: ¿Dónde está el Rey de los Judíos, que ha nacido? porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos á adorarle.
Y tú, Bethlehem, de tierra de Judá, No eres muy pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará á mi pueblo Israel.
Y enviándolos á Bethlehem, dijo: Andad allá, y preguntad con diligencia por el niño; y después que le hallareis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron: y he aquí la estrella que habían visto en el oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando, se puso sobre donde estaba el niño.
Y siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen á Herodes, se volvieron á su tierra por otro camino.
Y partidos ellos, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños á José, diciendo: Levántate, y toma al niño y á su madre, y huye á Egipto, y estáte allá hasta que yo te lo diga; porque ha de acontecer, que Herodes buscará al niño para matarlo.
Y estuvo allá hasta la muerte de Herodes: para que se cumpliese lo que fué dicho por el Señor, por el profeta que dijo: De Egipto llamé á mi Hijo.
Herodes entonces, como se vió burlado de los magos, se enojó mucho, y envió, y mató á todos los niños que había en Bethlehem y en todos sus términos, de edad de dos años abajo, conforme al tiempo que había entendido de los magos.
Entonces fué cumplido lo que se había dicho por el profeta Jeremías, que dijo:
Voz fué oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido: Rachêl que llora sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron.
Diciendo: Levántate, y toma al niño y á su madre, y vete á tierra de Israel; que muertos son los que procuraban la muerte del niño.
Y oyendo que Archelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, temió ir allá: mas amonestado por revelación en sueños, se fué á las partes de Galilea.
Y vino, y habitó en la ciudad que se llama Nazaret: para que se cumpliese lo que fué dicho por los profetas, que había de ser llamado Nazareno.
Y diciendo: Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado.
Porque éste es aquel del cual fué dicho por el profeta Isaías, que dijo: Voz de uno que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor, Enderezad sus veredas.
Y viendo él muchos de los Fariseos y de los Saduceos, que venían á su bautismo, decíales: Generación de víboras, ¿quién os ha enseñado á huir de la ira que vendrá?
Y no penséis decir dentro de vosotros: á Abraham tenemos por padre: porque yo os digo, que puede Dios despertar hijos á Abraham aun de estas piedras.
Ahora, ya también la segur está puesta á la raíz de los árboles; y todo árbol que no hace buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Yo á la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras mí, más poderoso es que yo; los zapatos del cual yo no soy digno de llevar; él os bautizará en Espíritu Santo y en fuego
Su aventador en su mano está, y aventará su era: y allegará su trigo en el alfolí, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.
Y Jesús, después que fué bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vió al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento.
Y llegándose á él el tentador, dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se hagan pan.
Mas él respondiendo, dijo: Escrito está: No con solo el pan vivirá el hombre, mas con toda palabra que sale de la boca de Dios.
Y le dice: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; que escrito está: A sus ángeles mandará por ti, Y te alzarán en las manos, Para que nunca tropieces con tu pie en piedra.
Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y á él solo servirás.
Mas oyendo Jesús que Juan era preso, se volvió á Galilea;
Para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta Isaías, que dijo:
Desde entonces comenzó Jesús á predicar, y á decir: Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado.
Y andando Jesús junto á la mar de Galilea, vió á dos hermanos, Simón, que es llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en la mar; porque eran pescadores.
Y pasando de allí vió otros dos hermanos, Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en el barco con Zebedeo, su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.
Y corría su fama por toda la Siria; y le trajeron todos los que tenían mal: los tomados de diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y lunáticos, y paralíticos, y los sanó.
Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán hartos.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos.
Gozaos y alegraos; porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron á los profetas que fueron antes de vosotros.
Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres.
Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, mas sobre el candelero, y alumbra á todos los que están en casa.
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen á vuestro Padre que está en los cielos.
No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino á cumplir.
Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas.
De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare á los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y de los Fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Oísteis que fué dicho á los antiguos: No matarás; mas cualquiera que matare, será culpado del juicio.
Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio; y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo; y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego.
Por tanto, si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti,
Concíliate con tu adversario presto, entre tanto que estás con él en el camino; porque no acontezca que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en prisión.
De cierto te digo, que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.
Oísteis que fué dicho: No adulterarás:
Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala, y échala de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
También fué dicho: Cualquiera que repudiare á su mujer, déle carta de divorcio:
Mas yo os digo, que el que repudiare á su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casare con la repudiada, comete adulterio.
Además habéis oído que fué dicho á los antiguos: No te perjurarás; mas pagarás al Señor tus juramentos.
Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; No, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
Oísteis que fué dicho á los antiguos: Ojo por ojo, y diente por diente.
Mas yo os digo: No resistáis al mal; antes á cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra;
Y al que quisiere ponerte á pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa;
Y á cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos.
Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses.
Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo.
Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos.
Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos?
Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles?
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
MIRAD que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos: de otra manera no tendréis merced de vuestro Padre que está en los cielos.
Cuando pues haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, para ser estimados de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su recompensa.
Mas cuando tú haces limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha;
Para que sea tu limosna en secreto: y tu Padre que ve en secreto, él te recompensará en público.
Y cuando oras, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en las sinagogas, y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su pago.
Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora á tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público.
Y orando, no seáis prolijos, como los Gentiles; que piensan que por su parlería serán oídos.
No os hagáis, pues, semejantes á ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Vosotros pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Y cuando ayunáis, no seáis como los hipócritas, austeros; porque ellos demudan sus rostros para parecer á los hombres que ayunan: de cierto os digo, que ya tienen su pago.
Para no parecer á los hombres que ayunas, sino á tu Padre que está en secreto: y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público.
La lámpara del cuerpo es el ojo: así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso:
Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Así que, si la lumbre que en ti hay son tinieblas, ¿cuántas serán las mismas tinieblas?
Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, ó que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido?
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?.
Y por el vestido ¿por qué os congojáis? Reparad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan;
Mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fué vestido así como uno de ellos.
Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más á vosotros, hombres de poca fe?
No os congojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, ó qué beberemos, ó con qué nos cubriremos?
Porque los Gentiles buscan todas estas cosas: que vuestro Padre celestial sabe que de todas estas cosas habéis menester.
Así que, no os congojéis por el día de mañana; que el día de mañana traerá su fatiga: basta al día su afán.
NO juzguéis, para que no seáis juzgados.
Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados; y con la medida con que medís, os volverán á medir.
Y ¿por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu ojo?
Porque cualquiera que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se abrirá.
¿Qué hombre hay de vosotros, á quien si su hijo pidiere pan, le dará una piedra?
Resutados de la Búsqueda continuados...
- 1.Mateo 1:6-Mateo 7:9
- 2.Mateo 7:11-Mateo 12:16
- 3.Mateo 12:17-Mateo 17:24
- 4.Mateo 17:25-Mateo 22:44
- 5.Mateo 23:3-Mateo 26:63
- 6.Mateo 26:64-Marcos 4:8
- 7.Marcos 4:9-Marcos 8:9
- 8.Marcos 8:12-Marcos 12:14
- 9.Marcos 12:15-Marcos 16:7
- 10.Marcos 16:10-Lucas 4:22
- 11.Lucas 4:23-Lucas 8:4
- 12.Lucas 8:5-Lucas 10:26
- 13.Lucas 10:31-Lucas 13:30
- 14.Lucas 13:33-Lucas 19:11
- 15.Lucas 19:13-Lucas 22:61
- 16.Lucas 22:63-Juan 3:2
- 17.Juan 3:3-Juan 6:11
- 18.Juan 6:12-Juan 9:2
- 19.Juan 9:3-Juan 12:38
- 20.Juan 12:43-Juan 17:22
- 21.Juan 17:23-Hechos 2:9
- 22.Hechos 2:10-Hechos 7:3
- 23.Hechos 7:5-Hechos 10:43
- 24.Hechos 10:44-Hechos 16:3
- 25.Hechos 16:4-Hechos 21:20
- 26.Hechos 21:21-Hechos 26:14
- 27.Hechos 26:16-Romanos 3:22
- 28.Romanos 3:24-Romanos 9:8
- 29.Romanos 9:11-Romanos 15:18
- 30.Romanos 15:19-1 Corintios 7:11
- 31.1 Corintios 7:13-1 Corintios 14:7
- 32.1 Corintios 14:9-2 Corintios 4:3
- 33.2 Corintios 4:4-2 Corintios 12:7
- 34.2 Corintios 12:8-Gálatas 6:7
- 35.Gálatas 6:8-Filipenses 1:29
- 36.Filipenses 1:30-1 Tesalonicenses 1:10
- 37.1 Tesalonicenses 2:1-1 Timoteo 3:4
- 38.1 Timoteo 3:5-Tito 1:10
- 39.Tito 1:11-Hebreos 7:5
- 40.Hebreos 7:6-Hebreos 12:28
- 41.Hebreos 13:3-1 Pedro 2:24
- 42.1 Pedro 3:1-1 Juan 2:29
- 43.1 Juan 3:1-Apocalipsis 1:13
- 44.Apocalipsis 1:18-Apocalipsis 10:8
- 45.Apocalipsis 10:9-Apocalipsis 19:10
- 46.Apocalipsis 19:11-Apocalipsis 22:20
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (4607)
- LBDA (4518)
- NBLH (4535)
- RV (4466)
- SEV (4608)
- RV1909 (4547)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (681)
- Éxodo (462)
- Levítico (377)
- Números (426)
- Deuteronomio (559)
- Josué (290)
- Jueces (318)
- Rut (54)
- 1 Samuel (460)
- 2 Samuel (365)
- 1 Reyes (410)
- 2 Reyes (384)
- 1 Crónicas (212)
- 2 Crónicas (374)
- Esdras (103)
- Nehemías (139)
- Ester (104)
- Job (358)
- Salmos (670)
- Proverbios (301)
- Eclesiastés (140)
- Cantares (49)
- Isaías (568)
- Jeremías (722)
- Lamentaciones (50)
- Ezequiel (526)
- Daniel (181)
- Oseas (46)
- Joel (19)
- Amós (52)
- Abdías (9)
- Jonás (23)
- Miqueas (41)
- Nahúm (18)
- Habacuc (23)
- Sofonías (18)
- Hageo (12)
- Zacarías (99)
- Malaquías (33)
- Mateo (543)
- Marcos (365)
- Lucas (650)
- Juan (520)
- Hechos (575)
- Romanos (270)
- 1 Corintios (240)
- 2 Corintios (153)
- Gálatas (90)
- Efesios (77)
- Filipenses (65)
- Colosenses (48)
- 1 Tesalonicenses (53)
- 2 Tesalonicenses (32)
- 1 Timoteo (64)
- 2 Timoteo (47)
- Tito (31)
- Filemón (13)
- Hebreos (177)
- Santiago (56)
- 1 Pedro (64)
- 2 Pedro (34)
- 1 Juan (88)
- 2 Juan (10)
- 3 Juan (9)
- Judas (15)
- Apocalipsis (258)
Artículos Relacionados
- Abnegación
- Aceptar a Cristo
- Afán
- Agradar a Dios
- Aliento, ejemplos de
- Amor
- Amor, naturaleza de
- Audiencia
- Audiencia Cristo
- Babilonia
- Beneficios de la fe en Cristo
- Comer reclinable
- Comprensión
- Compromiso a Jesucristo
- Compromiso con el mundo
- Comunicación
- Comunión con Cristo
- Conclusión
- Conocer la voluntad de Dios
- Corazón, Divino
- Crecimiento
- Cristo Subirían
- Cristo dice la verdad
- Cristo ocultando cosas
- Cristo sabiendo acerca de personas
- Cristo, el carácter de
- Cristo, nombres para
- Dar de Sí Mismo
- De pie
- Derrota
- Dice ser el Cristo
- Dinero, la rectoría de
- Dios como prioridad
- Dios, a fin de
- Dios, gloria de
- Dios, revelación de
- Dios, unidad de
- El Ministerio, en la Iglesia
- El acto de apertura
- El amor de Dios
- El amor ágape
- El amor, el abuso de
- El amor, el uno para el otro
- El bautismo del Espíritu Santo
- El castigo, por Dios
- El discipulado, naturaleza de
- El evangelismo, la naturaleza de
- El infierno, como una experiencia
- El judaísmo
- El pecado, causas de
- El pecado, la salvación de Dios
- El sufrimiento, ánimos en
- Elogio
- En el nombre de Cristo.
- Enemigos, de creyentes
- Enseñanza
- Escribir cartas
- Evangelio, confirmación de
- Evangelismo, tipos de
- Exorcismos
- Expiación
- Futuro
- Hacer las obras de Dios
- Herald
- Hijos
- Incesante
- Inicio
- Judas de traicionar a Cristo
- Juicio Final
- La Paternidad de Dios,
- La Perfección Humana
- La auto disciplina
- La enseñanza de Cristo
- La esperanza, como la confianza
- La fe, como un cuerpo de creencias
- La fe, la naturaleza de
- La gracia y la vida cristiana
- La guerra espiritual, los enemigos en
- La incredulidad, la naturaleza y los efectos de
- La misión de Jesucristo
- La misión de la Iglesia
- La participación, en Cristo
- La persecución, las actitudes a
- La predicación, el contenido de
- La salvación, la naturaleza del
- La santificación, medios y resultados
- La unidad, del pueblo de Dios
- La victoria sobre el mal,
- La victoria sobre las fuerzas espirituales
- La vida eterna, la naturaleza de
- La voz de Dios
- La ética, la base de
- La ética, personal
- La ética, y la gracia
- Las multitudes
- Letras
- Los Cristianos
- Los comandos, en NT
- Los discípulos de Cristo sufrirán
- Los evangelistas, identidad de
- Los fallos
- Los huéspedes
- Los muertos
- Lázaro
- Mal, orígenes de
- Mendigos
- Moisés, significado de
- Mérito
- Necesidad
- No saber acerca de Cristo
- Nombres y Títulos Para Cristo
- Nombres y Títulos Para el cristiano
- Objetivos
- Pedro, el Discípulo
- Pedro, predicador y profesor
- Pensamiento
- Pensando correctamente
- Pies
- Presciencia
- Presenciando, importancia de
- Profecías dice Jesús
- Profesores
- Receptividad
- Reclamaciones
- Reino de Dios, entrada en
- Restaurado en Cristo Jesús
- Salvos por Fe
- Santos
- Satanás
- Satanás, como tentador
- Ser nacido de nuevo
- Señorío, divina y humana
- Soledad
- Testigos de Jesucristo
- Tipos
- Tipos de Cristo
- Vitalidad espiritual
- Ajustar cuentas
- Amar a todos
- Amarse unos a otros
- Amarte a uno mismo
- Aquellos que creyeron en Cristo
- Atestigüar
- Ayudar a los más necesitados
- Ayudar a los necesitados
- Compartir
- Compartir en Cristo
- Conocer a Dios
- Conocer el reino de Dios
- Cosechar lo que uno siembra
- Creer
- Creer en uno mismo
- Cuidar el cuerpo propio
- Dar animo a los demás
- Dar cuenta de las cosas
- Dar dinero a la Iglesia
- Dar lo mejor de uno
- Decir la verdad
- El Evangelio de la salvación
- El abuso
- El amor de Dios
- El amor de Dios por nosotros
- El amor de los hermanos
- El amor de un padre
- El amor fraternal
- El amor verdadero
- El amor y las relaciones
- El arrebatamiento
- El bautizo
- El comportamiento
- El cumplimiento
- El cumplimiento de las Escrituras Bsagradas
- El cumplimiento de las órdenes de Cristo
- El desempeño
- El discipulado
- El día del juicio final
- El ejercicio
- El empoderamiento
- El fin del mundo
- El hijo de Dios
- El juicio
- El ministerio
- El mundo
- El nacimiento de Jesús
- El orden
- El padre
- El pan
- El propósito de la vida
- El que envió a Cristo
- El reconocimiento
- El renacimiento
- El respeto por el cuerpo de uno
- El respeto por la autoridad
- El suceso de su venida
- El sufrimiento
- El trabajo duro y la perseverancia
- Estar contento
- Estar perdido
- Estudiar
- Hacer lo correcto
- Ir a la iglesia
- Ir al cielo
- Juzgar las acciones ajenas
- La aceptación
- La administración del dinero
- La audacia
- La autoestima
- La competencia
- La comunión
- La conciencia
- La condena
- La confianza en uno mismo y el autoestima
- La creencia
- La cruz
- La divulgación del Evangelio
- La doctrina
- La eficiencia
- La esperanza y la fe
- La eternidad
- La evangelización
- La expulsión de los demonios
- La fe en Dios
- La forma de tratar a los demás
- La gracia
- La gracia dada a los hombres
- La hipocresía
- La identidad en Cristo
- La ignorancia
- La importancia
- La inmoralidad sexual
- La jactancia
- La ley
- La libertad
- La madurez
- La muerte de Jesús
- La muerte de un ser querido
- La muerte que provoca el pecado
- La obediencia
- La ocultación de las cosas de Dios
- La oración de Jesús
- La oscuridad
- La palabra de Dios
- La pasión
- La persecución
- La perseverancia
- La persistencia
- La preocupación y el estrés
- La práctica
- La pureza sexual
- La raza
- La relación entre padre e hijo
- La resiliencia
- La revelación
- La revelación de las cosas de Dios
- La sanación de Jesus
- La segunda venida
- La superación
- La testificación
- La vida eterna
- La vocación
- La voluntad de Dios
- Las acciones propias
- Las aflicciones
- Las luchas
- Las luchas de la vida
- Las matemáticas
- Las promesas
- Las pruebas
- Las señales de arrepentimiento
- Las señales de los tiempos finales
- Las señales y maravillas del Evangelio
- Los cananistas
- Los dones espirituales
- Los dones y talentos
- Los esclavos de Dios
- Los fantasmas
- Los fariseos
- Los homosexuales
- Los juicios
- Los justos por la fe
- Los líderes
- Los principados
- Los ríos
- Los talentos
- Mantener la fe
- No preocuparse
- No rendirse nunca
- Nuestro padre en el cielo
- Orar
- Orar por los demás
- Perder a alguien
- Perder a un amigo
- Perder a un ser querido
- Perdonar a los que le han hecho daño a uno
- Perseverar
- Predicar
- Preocuparse
- Preocuparse por el futuro
- Que todo pasa por algo
- Ser amado
- Ser buen padre
- Ser diferente
- Ser paciente
- Ser paciente
- Ser salvado
- Ser soltero
- Ser único
- Servir a la Iglesia
- Tener fe
- Terminar fuerte
- Trabajar de manera conjunta
- Trabajar por Dios
- Una mentalidad positiva
- Vivir por Dios
- ¿Cuál será el cielo
- ¿Quién es Jesús?
- Ángeles haciendo el trabajo de Dios
- Órdenes de Cristo
- Últimas cosas