14300 casos

'Que' en la Biblia

¿cómo escaparemos nosotros, si tuviéremos en poco una salvación tan grande? La cual, habiendo sido publicada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que le oyeron;

pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que le visites?

Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos.

Porque ciertamente no tomó para sí la naturaleza de los ángeles, sino que tomó la de la simiente de Abraham.

entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.

Porque algunos de los que habían salido de Egipto con Moisés, habiendo oído, provocaron, aunque no todos.

¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que no creyeron?

Temamos, pues, que quedando aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.

Porque también a nosotros se nos ha predicado el evangelio como a ellos; pero no les aprovechó la palabra predicada a los que la oyeron al no mezclarla con fe.

Así que, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero fue predicado no entraron por causa de incredulidad,

Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.

Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres, es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente también ofrendas y sacrificios por los pecados;

Así también Cristo no se glorificó a sí mismo haciéndose Sumo Sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy;

Porque debiendo ser ya maestros, por causa del tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.

Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios;

Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores y que acompañan la salvación, aunque hablamos así.

Porque los hombres ciertamente juran por el que es mayor; y el juramento para confirmación es para ellos el fin de toda controversia.

para que por dos cosas inmutables, en las cuales, es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos hemos refugiado asiéndonos de la esperanza puesta delante de nosotros.

Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, el cual salió a recibir a Abraham que volvía de la matanza de los reyes, y le bendijo,

a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y luego también Rey de Salem, que es, Rey de paz;

Y ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos aunque también éstos hayan salido de los lomos de Abraham.

Mas Aquél cuya genealogía no es contada entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.

Y aquí ciertamente los hombres mortales toman los diezmos; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.

Así que, si la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley) ¿qué necesidad había aún de que se levantase otro sacerdote según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?

Pues mudado el sacerdocio, necesario es que se haga también mudanza de la ley;

Porque manifiesto es que nuestro Señor nació de Judá, de cuya tribu nada habló Moisés tocante al sacerdocio.

el cual no es hecho conforme a la ley del mandamiento carnal, sino según el poder de una vida que no tiene fin.

porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero Éste, con juramento por Aquél que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

Y los otros ciertamente fueron muchos sacerdotes, ya que por causa de la muerte no podían permanecer;

que no tuviese necesidad cada día, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose a sí mismo.

Así que, la suma de lo que hemos dicho es: Tenemos tal Sumo Sacerdote el cual está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos;

ministro del santuario, y del verdadero tabernáculo que el Señor levantó, y no el hombre.

Porque todo sumo sacerdote es constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también Éste tenga algo que ofrecer.

Porque si Él estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan ofrendas según la ley;

los cuales sirven de ejemplo y sombra de las cosas celestiales, como fue advertido por Dios a Moisés cuando estaba por comenzar el tabernáculo: Mira, dice, haz todas las cosas conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.

No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto: Porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo los desatendí, dice el Señor.

Porque éste es el pacto que haré con la casa de Israel, después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus mentes, y sobre sus corazones las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo:

Y al decir: Nuevo pacto, da por viejo al primero; y lo que es dado por viejo y se envejece, cerca está a desvanecerse.

Y tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo que es llamado el Lugar Santísimo;

el cual tenía el incensario de oro, y el arca del pacto cubierta de todas partes alrededor de oro; en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, y la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto;

Lo cual era figura de aquel tiempo presente, en el cual se presentaban ofrendas y sacrificios que no podían hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que servía con ellos;

ya que consistía sólo en comidas y bebidas, y en diversos lavamientos y ordenanzas acerca de la carne, que les fueron impuestas hasta el tiempo de la restauración.

Mas estando ya presente Cristo, Sumo Sacerdote de los bienes que habían de venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación;

Porque el testamento con la muerte es confirmado; de otra manera no tiene validez entre tanto que el testador vive.

Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas con estas cosas; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que éstos.

De otra manera cesarían de ofrecerse, ya que los adoradores, limpios una vez, no tendrían más conciencia de pecado.

Entonces dije: He aquí que vengo (en la cabecera del libro está escrito de mí) para hacer, oh Dios, tu voluntad.

Entonces dijo: He aquí que vengo para hacer, oh Dios, tu voluntad. Quita lo primero, para establecer lo postrero.

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