14300 casos

'Que' en la Biblia

Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que amé; y meditaré en tus estatutos.

JET. Tú eres mi porción, oh Jehová, he dicho que guardaré tus palabras.

Sea ahora tu misericordia para consolarme, conforme a lo que has dicho a tu siervo.

Tórnense a mí los que te temen y conocen tus testimonios.

Sea mi corazón íntegro en tus estatutos; para que no sea yo avergonzado.

¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?

Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos; porque siempre están conmigo.

Más que todos mis enseñadores he entendido; porque tus testimonios son mi meditación.

Te ruego, oh Jehová, que te sean agradables las ofrendas voluntarias de mi boca; y enséñame tus juicios.

Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; y no dejes que me avergüence de mi esperanza.

Responde por tu siervo para bien; no permitas que me opriman los soberbios.

Mírame, y ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman tu nombre.

Se me han acercado los que siguen la maldad; Lejos están de tu ley.

Hace ya mucho que he entendido tus testimonios, que para siempre los has establecido.

Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos; vivifícame conforme a tu misericordia.

Que tu mano me ayude; Porque tus mandamientos he escogido.

¿Qué se te dará, o qué te aprovechará, oh lengua engañosa?

¡Ay de mí, que peregrino en Mesec, y habito entre las tiendas de Cedar!

Jerusalén, que se ha edificado como una ciudad que está bien unida entre sí.

«Cántico gradual» A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en los cielos.

He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora; así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios; hasta que tenga misericordia de nosotros.

Muy hastiada está nuestra alma del escarnio de los que están en holgura, y del menosprecio de los soberbios.

Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra.

Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la heredad de los justos; para que no extiendan los justos sus manos a la iniquidad.

Haz bien, oh Jehová, a los buenos, y a los que son rectos en sus corazones.

Mas a los que se apartan tras sus perversidades, Jehová los llevará con los que obran iniquidad: Paz sea sobre Israel.

«Cántico gradual» Cuando Jehová hizo volver la cautividad de Sión, éramos como los que sueñan.

Serán como la hierba de los tejados, que se seca antes que crezca;

de la cual no llenó el segador su mano, ni sus brazos el que hace gavillas.

Ni dijeron los que pasaban: Bendición de Jehová sea sobre vosotros; os bendecimos en el nombre de Jehová.

Mi alma espera a Jehová más que los centinelas a la mañana; más que los vigilantes a la mañana.

En verdad que me he comportado y he acallado mi alma, como un niño destetado de su madre; como un niño destetado está mi alma.

que juró él a Jehová, prometió al Fuerte de Jacob:

hasta que halle un lugar para Jehová, una morada para el Fuerte de Jacob.

Si tus hijos guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo les enseñaré, sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.

Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y que baja hasta el borde de sus vestiduras;

como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sión; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna.

«Cántico gradual» Mirad, bendecid a Jehová, vosotros todos los siervos de Jehová, los que en la casa de Jehová estáis por las noches.

Jehová, que hizo el cielo y la tierra, te bendiga desde Sión.

los que estáis en la casa de Jehová, en los atrios de la casa de nuestro Dios.

Porque yo sé que Jehová es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses.

Todo lo que Jehová quiso, ha hecho, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.

Casa de Leví, bendecid a Jehová: los que teméis a Jehová, bendecid a Jehová:

Al único que hace grandes maravillas, porque para siempre es su misericordia.

Al que extendió la tierra sobre las aguas, porque para siempre es su misericordia;

al que hizo las grandes luminarias, porque para siempre es su misericordia;

el sol para que señorease en el día, porque para siempre es su misericordia;

la luna y las estrellas para que señoreasen en la noche, porque para siempre es su misericordia.

Al que sacó a Israel de en medio de ellos, porque para siempre es su misericordia;

Al que pastoreó a su pueblo por el desierto, porque para siempre es su misericordia.

Y los que allí nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos alguno de los cánticos de Sión.

Hija de Babilonia, serás destruida, bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste.

Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día: lo mismo te son las tinieblas que la luz.

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