'Rs' en la Biblia
- 1.Mateo 3:15-Mateo 7:14
- 2.Mateo 7:15-Mateo 11:25
- 3.Mateo 11:26-Mateo 15:14
- 4.Mateo 15:16-Mateo 20:9
- 5.Mateo 20:10-Mateo 23:29
- 6.Mateo 23:30-Mateo 25:41
- 7.Mateo 25:42-Marcos 4:24
- 8.Marcos 4:25-Marcos 10:12
- 9.Marcos 10:14-Marcos 13:36
- 10.Marcos 13:37-Lucas 6:48
- 11.Lucas 6:49-Lucas 10:32
- 12.Lucas 10:33-Lucas 12:51
- 13.Lucas 12:52-Lucas 16:9
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- 15.Lucas 19:40-Lucas 22:70
- 16.Lucas 23:3-Juan 5:40
- 17.Juan 5:41-Juan 8:49
- 18.Juan 8:50-Juan 13:31
- 19.Juan 13:32-Juan 17:8
- 20.Juan 17:9-Apocalipsis 2:7
- 21.Apocalipsis 2:8-Apocalipsis 22:20
Pero yo no busco mi gloria; hay Uno que {la} busca, y juzga.
En verdad, en verdad os digo que si alguno guarda mi palabra, no verá jamás la muerte.
Los judíos le dijeron: Ahora sí sabemos que tienes un demonio. Abraham murió, y {también} los profetas, y tú dices: ``Si alguno guarda mi palabra no probará jamás la muerte."
Jesús respondió: Si yo mismo me glorifico, mi gloria no es nada; es mi Padre el que me glorifica, de quien vosotros decís: ``El es nuestro Dios."
Y vosotros no le habéis conocido, pero yo le conozco; y si digo que no le conozco seré un mentiroso como vosotros; pero {sí} le conozco y guardo su palabra.
Vuestro padre Abraham se regocijó esperando ver mi día; y {lo} vio y se alegró.
Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy.
Jesús respondió: Ni éste pecó, ni sus padres; sino {que está ciego} para que las obras de Dios se manifiesten en él.
Nosotros debemos hacer las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar.
Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo.
y le dijo: Ve {y} lávate en el estanque de Siloé (que quiere decir, Enviado). El fue, pues, y se lavó y regresó viendo.
El respondió: El hombre que se llama Jesús hizo barro, {lo} untó {sobre} mis ojos y me dijo: ``Ve al Siloé y lávate." Así que fui, me lavé y recibí la vista.
Jesús oyó decir que lo habían echado fuera, y hallándolo, {le} dijo: ¿Crees tú en el Hijo del Hombre?
Jesús le dijo: Pues tú le has visto, y el que está hablando contigo, ése es.
Y Jesús dijo: Yo vine a este mundo para juicio; para que los que no ven, vean, y para que los que ven se vuelvan ciegos.
Jesús les dijo: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero ahora, {porque} decís: ``Vemos", vuestro pecado permanece.
En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.
Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas.
A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera.
Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
Entonces Jesús les dijo de nuevo: En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas.
Todos los que vinieron antes de mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso.
Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto.
El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que {la} tengan {en} abundancia.
Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.
{Pero} el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, y abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y {las} dispersa.
{El huye} porque {sólo} trabaja por el pago y no le importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y las mías me conocen,
de igual manera que el Padre me conoce y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas.
Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño {con} un solo pastor.
Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo.
Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en el nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de mí.
Pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas.
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;
y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre que me {las} dio es mayor que todos, y nadie {las} puede arrebatar de la mano del Padre.
Yo y el Padre somos uno.
Jesús les dijo: Os he mostrado muchas obras buenas {que son} del Padre. ¿Por cuál de ellas me apedreáis?
Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: ``YO DIJE: SOIS DIOSES"?
Si a aquellos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses (y la Escritura no se puede violar),
¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: ``Blasfemas", porque dije: ``Yo soy el Hijo de Dios"?
Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis;
pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed las obras; para que sepáis y entendáis que el Padre está en mí y yo en el Padre.
Cuando Jesús {lo} oyó, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella.
Luego, después de esto, dijo* a sus discípulos: Vamos de nuevo a Judea.
Jesús respondió: ¿No hay doce horas en el día? Si alguno anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo.
Pero si alguno anda de noche, tropieza, porque la luz no está en él.
Dijo esto, y después de esto añadió: Nuestro amigo Lázaro se ha dormido; pero voy a despertarlo.
Entonces Jesús, por eso, les dijo claramente: Lázaro ha muerto;
y por causa de vosotros me alegro de no haber estado allí, para que creáis; pero vamos a {donde está} él.
Jesús le dijo*: Tu hermano resucitará.
Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá,
y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?
Jesús dijo*: Quitad la piedra. Marta, hermana del que había muerto, le dijo*: Señor, ya hiede, porque hace cuatro días {que murió.}
Jesús le dijo*: ¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?
Entonces quitaron la piedra. Jesús alzó los ojos a lo alto, y dijo: Padre, te doy gracias porque me has oído.
Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que {me} rodea, para que crean que tú me has enviado.
Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: ¿Lázaro, ven fuera!
Y el que había muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo*: Desatadlo, y dejadlo ir.
Entonces Jesús dijo: Déjala, para que lo guarde para el día de mi sepultura.
Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis.
Jesús les respondió*, diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto.
El que ama su vida la pierde; y el que aborrece su vida en este mundo, la conservará para vida eterna.
Si alguno me sirve, que me siga; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor; si alguno me sirve, el Padre lo honrará.
Ahora mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: ``Padre, sálvame de esta hora"? Pero para esto he llegado a esta hora.
Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y {le} he glorificado, y de nuevo {le} glorificaré.
Respondió Jesús y dijo: Esta voz no ha venido por causa mía, sino por causa de vosotros.
Ya está aquí el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.
Entonces la multitud le respondió: Hemos oído en la ley que el Cristo permanecerá para siempre; ¿y cómo dices tú: ``El Hijo del Hombre tiene que ser levantado"? ¿Quién es este Hijo del Hombre?
Jesús entonces les dijo: Todavía, por un poco de tiempo, la luz estará entre vosotros. Caminad mientras tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas; el que anda en la oscuridad no sabe adónde va.
Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que seais hijos de la luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.
Jesús exclamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado.
Y el que me ve, ve al que me ha enviado.
Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final.
Porque yo no he hablado por mi propia cuenta, sino que el Padre mismo que me ha enviado me ha dado mandamiento {sobre} lo que he de decir y lo que he de hablar.
Y sé que su mandamiento es vida eterna; por eso lo que hablo, lo hablo tal como el Padre me lo ha dicho.
Jesús respondió, y le dijo: Ahora tú no comprendes lo que yo hago, pero lo entenderás después.
Pedro le contestó*: ¡Jamás me lavarás los pies! Jesús le respondió: Si no te lavo, no tienes parte conmigo.
Jesús le dijo*: El que se ha bañado no necesita lavarse, excepto los pies, pues está todo limpio; y vosotros estáis limpios, pero no todos.
Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No todos estáis limpios.
Entonces, cuando acabó de lavarles los pies, tomó su manto, y sentándose {a la mesa} otra vez, les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?
Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y tenéis razón, porque lo soy.
Pues si yo, el Señor y el Maestro, os lavé los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros.
Porque os he dado ejemplo, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
En verdad, en verdad os digo: un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió.
Si sabéis esto, seréis felices si lo practicáis.
No hablo de todos vosotros; yo conozco a los que he escogido; pero {es} para que se cumpla la Escritura: ``EL QUE COME MI PAN HA LEVANTADO CONTRA MI SU CALCAÑAR."
Os lo digo desde ahora, antes de que pase, para que cuando suceda, creáis que yo soy.
En verdad, en verdad os digo: el que recibe al que yo envíe, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
Habiendo dicho Jesús esto, se angustió en espíritu, y testificó y dijo: En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará.
Entonces Jesús respondió*: Es aquel a quien yo daré el bocado que voy a mojar. Y después de mojar el bocado, lo tomó* y se lo dio* a Judas, {hijo} de Simón Iscariote.
Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo*: Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
Entonces, cuando salió, Jesús dijo*: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en El.
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