'Sabios' en la Biblia
Y acaeció que a la mañana su espíritu se atormentó; y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios: y les contó el Faraón sus sueños, mas no había quién los declarase al Faraón.
Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se junte con nuestros enemigos, y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.
Entonces llamó también el Faraón sabios y encantadores; e hicieron también lo mismo los encantadores de Egipto con sus encantamientos;
Y tú hablarás a todos los sabios de corazón, a quienes yo he llenado de Espíritu de sabiduría; para que hagan los vestidos de Aarón, para santificarle para que sea mi sacerdote.
Y todos los sabios de corazón entre los que hacían la obra, hicieron el tabernáculo de diez cortinas, de lino torcido, y de cárdeno, y de púrpura y carmesí; las cuales hicieron de obra primorosa, con querubines.
Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes.
Y tomé los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por príncipes sobre vosotros, príncipes de millares, y príncipes de cientos, y príncipes de cincuenta, y príncipes de diez, y gobernadores a vuestras tribus.
No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos.
¡Deseo que fueran sabios, que entendieran esto, entendieran su postrimería!
Y de los hijos de Isacar, doscientos príncipes, entendidos en los tiempos, y sabios de lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.
Y el número de ellos con sus hermanos sabios en música del SEÑOR, todos los sabios, fue doscientos ochenta y ocho.
Hijo de una mujer de las hijas de Dan, mas su padre fue de Tiro; el cual sabe obrar en oro, y plata, y bronce, y hierro, en piedra y en madera, en púrpura y cárdeno, en lino y en carmesí; asimismo para esculpir todas figuras, y inventar toda suerte de diseño que se le propusiere, con tus sabios, y con los sabios de mi señor David tu padre.
Entonces despaché a Eliezer, y a Ariel, y a Semaías, y a Elnatán, y a Jarib, y Elnatán, y a Natán, y a Zacarías, y a Mesulam, principales; asimismo a Joiarib y a Elnatán, sabios;
Preguntó entonces el rey a los sabios que sabían los tiempos (porque así era la costumbre del rey para con todos los que sabían la ley y el derecho;
Contó luego Amán a Zeres su mujer, y a todos sus amigos, todo lo que le había acontecido; y le dijeron sus sabios, y Zeres su mujer: Si de la simiente de los judíos es el Mardoqueo, delante de quien has comenzado a caer, no lo vencerás; antes caerás por cierto delante de él.
Que prende a los sabios en su astucia, y el consejo de sus adversarios es entontecido.
lo que los sabios nos contaron de sus padres, y no lo encubrieron;
No los grandes son los sabios, ni los viejos entienden el derecho.
Que nos enseña más que a las bestias de la tierra, y nos hace sabios más que las aves del cielo.
Por tanto los hombres lo temerán; todos los sabios de corazón no lo verán.
Pues se ve que mueren todos los sabios; el loco y el ignorante perecen, y dejan a otros sus riquezas.
Entended, necios del pueblo; y locos, ¿cuándo seréis sabios?
para entender parábola y declaración; palabras de sabios, y sus enigmas.
Los sabios heredarán la honra; mas los locos sostendrán deshonra.
Escuchad al castigo, y sed sabios; y no lo menospreciéis.
Los sabios guardan la sabiduría; mas la boca del loco es calamidad cercana.
Hay quienes hablan como dando estocadas de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.
El que anda con los sabios, sabio será; mas el que se allega a los locos, será destruido.
En la boca del loco está la vara de la soberbia; mas los labios de los sabios los guardarán.
La corona de los sabios es su sabiduría; mas lo que distingue a los locos es su locura.
La lengua de los sabios adornará la sabiduría; mas la boca de los locos hablará locura.
Los labios de los sabios esparcen sabiduría; mas no así el corazón de los locos.
El burlador no ama al que le corrige; ni se allega a los sabios.
La oreja que escucha la corrección de vida, entre los sabios morará.
El corazón del entendido adquiere sabiduría; y el oído de los sabios busca la ciencia.
Hay oro y multitud de piedras preciosas; mas los labios sabios son vaso precioso.
Los pensamientos con el consejo se ordenan; y con sabios consejos se hace la guerra.
Inclina tu oído, y oye las palabras de los sabios, y pon tu corazón a mi sabiduría;
Porque con sabios consejos harás la guerra; y la salud está en la multitud de consejeros.
También estas cosas pertenecen a los sabios. Tener acepción de personas en el juicio no es bueno.
Los hombres burladores enlazan la ciudad; mas los sabios apartan la ira.
Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, y las mismas son más sabias que los sabios:
El corazón de los sabios está en la casa del luto; mas el corazón de los locos, en la casa del placer.
Ciertamente a todo esto di mi corazón, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; y que no sabe el hombre ni el amor ni el odio por todo lo que pasa delante de él.
Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes la gracia; sino que tiempo y ocasión acontece a todos.
Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados, las de los maestros de las congregaciones, puestas por debajo de un Pastor.
¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!
Ciertamente son necios los príncipes de Zoán; el consejo de los prudentes consejeros de Faraón se ha desvanecido. ¿Cómo diréis por Faraón: Yo soy hijo de los sabios, e hijo de los reyes antiguos?
por tanto, he aquí que yo volveré a hacer obra admirable entre este pueblo con un milagro espantoso; porque la sabiduría de sus sabios se perderá, y la prudencia de sus prudentes se desvanecerá.
que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros, que hago tornar atrás los sabios, y desvanezco su sabiduría;
El Señor DIOS me dio lengua de sabios, para saber dar en su sazón palabra al cansado: despertará de mañana, de mañana me despertará mi oído, para que oiga, como los sabios.
Porque mi pueblo es loco; no me conocieron los hijos ignorantes y los no entendidos; sabios para mal hacer, y para bien hacer no supieron.
¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley del SEÑOR tenemos con nosotros? Ciertamente, he aquí que en vano se cortó la pluma, por demás fueron los escribas.
Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron presos; he aquí que aborrecieron la palabra del SEÑOR; ¿y qué sabiduría tienen?
¿Quién no te temerá, oh Rey de los gentiles? Porque a ti compete ello ; porque entre todos los sabios de los gentiles, y en todos sus reinos, no hay semejante a ti.
De Edom. Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: ¿No hay más sabiduría en Temán? ¿Ha perecido el consejo en los sabios? ¿Se corrompió su sabiduría?
Cuchillo sobre los caldeos, dijo el SEÑOR, y sobre los moradores de Babilonia, y sobre sus príncipes, y sobre sus sabios.
Y embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus capitanes y a sus nobles y sus fuertes; y dormirán sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, el SEÑOR de los ejércitos es su Nombre.
Los moradores de Sidón y de Arvad fueron tus remeros; tus sabios, oh Tiro, estaban en ti; ellos fueron tus pilotos.
Los ancianos de Gebal y sus sabios repararon tus hendiduras; todas las galeras del mar y los remeros de ellas fueron en ti para negociar tus negocios.
muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, y de buen parecer, y enseñados en toda sabiduría, y sabios en ciencia, y de buen entendimiento, y que tuviesen fuerzas para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos.
Por esto el rey con ira y con gran enojo, mandó que matasen a todos los sabios de Babilonia.
Y se publicó el mandamiento y los sabios eran llevados a la muerte y buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos.
Entonces Daniel habló avisada y prudentemente a Arioc, capitán de los de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia.
para demandar misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, y que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia.
Y él es el que muda los tiempos y las oportunidades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.
Después de esto Daniel entró a Arioc, al cual el rey había puesto para matar a los sabios de Babilonia; fue, y le dijo así: No mates a los sabios de Babilonia; llévame delante del rey, que yo le mostraré al rey la declaración.
Daniel respondió delante del rey, y dijo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos, ni adivinos lo pueden enseñar al rey.
Entonces el rey magnificó a Daniel, y le dio muchos y grandes dones, y lo puso por gobernador de toda la provincia de Babilonia, y por príncipe de los gobernadores sobre todos los sabios de Babilonia.
Por lo cual yo puse mandamiento para hacer venir delante de mí todos los sabios de Babilonia, que me mostrasen la declaración del sueño.
Beltasar, príncipe de los sabios, ya que he entendido que hay en ti espíritu de los ángeles santos de Dios , y que ningún misterio se te esconde, dime las visiones de mi sueño que he visto, y su declaración.
Yo el rey Nabucodonosor vi este sueño. Tú pues, Beltasar, dirás la declaración de él, porque todos los sabios de mi reino nunca pudieron mostrarme su interpretación; mas tú puedes, porque hay en ti espíritu de los ángeles santos de Dios .
El rey clamó en alta voz que hiciesen venir magos, caldeos, y adivinos. Habló el rey, y dijo a los sabios de Babilonia: Cualquiera que leyere esta escritura, y me mostrare su declaración, será vestido de púrpura, y tendrá collar de oro a su cuello; y en el reino se enseñoreará el tercero.
Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, y no pudieron leer la escritura, ni mostrar al rey su declaración.
Y ahora fueron traídos delante de mí, sabios, astrólogos, que leyesen esta escritura, y me mostrasen su declaración, pero no han podido mostrar la declaración del negocio.
Y los sabios del pueblo darán sabiduría a muchos; y caerán a cuchillo y a fuego, en cautividad y despojo, por algunos días.
Y algunos de los sabios caerán para ser purgados, y limpiados, y emblanquecidos, hasta el tiempo del fin, porque aun para esto hay plazo.
¿No haré que perezcan en aquel día, dijo el SEÑOR, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú?
Y cuando nació Jesús en Belén de Judea en días del rey Herodes, he aquí unos sabios vinieron del oriente a Jerusalén,
Entonces Herodes, llamando en secreto a los sabios, entendió de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
Herodes entonces, viéndose burlado de los sabios, se enojó mucho, y envió, y mató a todos los niños que había en Belén y en todos sus términos, de edad de dos años abajo, conforme al tiempo que había entendido de los sabios.
En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, que hayas escondido esto de los sabios y de los entendidos, y lo hayas revelado a los niños.
Por tanto, he aquí, yo envío a vosotros profetas, y sabios, y escribas; y de ellos, a unos mataréis y colgaréis de un madero, y a otros de ellos azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad.
Mas los fariseos y los sabios de la ley, desecharon el consejo de Dios contra sí mismos, no siendo bautizados de él.
En aquella misma hora Jesús se alegró en espíritu, y dijo: Te confieso, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, que escondiste estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños; así, Padre, porque así te agradó.
A griegos y a bárbaros, a sabios y a no sabios soy deudor.
Diciéndose ser sabios, se hicieron fatuos,
Unánimes entre vosotros; no altivos, mas acomodándoos a los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
Porque vuestra obediencia es divulgada por todos los lugares; así que me gozo de vosotros; mas quiero que seáis sabios en cuanto al bien, y innocentes en cuanto al mal.
Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y reprobaré la inteligencia de los entendidos.
Porque mirad, hermanos, vuestra vocación: que no sois muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles;
antes lo que es la locura del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo que es la flaqueza del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte;
Porque la sabiduría de este mundo, locura es acerca de Dios; porque escrito está: El, que prende a los sabios en la astucia de ellos.
Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.
Como a sabios hablo; juzgad vosotros lo que digo.
Porque de buena gana toleráis los locos, siendo vosotros sabios;
Mirad, pues, cómo andéis avisadamente; no como locos, sino como sabios;
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