6293 casos

'Se' en la Biblia

Y mientras hablaba con él, el {rey} le dijo: ¿Acaso te hemos constituido consejero real? Detente. ¿Por qué {buscas que} te maten? Entonces el profeta se detuvo, y dijo: Yo sé que Dios ha determinado destruirte, porque has hecho esto y no has escuchado mi consejo.

Tú dijiste: ``He aquí, he derrotado a Edom"; y tu corazón se ha envanecido para gloriarte. Quédate ahora en tu casa; ¿por qué quieres provocar el mal, de modo que caigas tú y Judá contigo?

Y subió Joás, rey de Israel, y él y Amasías, rey de Judá, se enfrentaron en Bet-semes, que pertenece a Judá.

Y {tomó} todo el oro y la plata, todos los utensilios que se encontraban con Obed-edom en la casa de Dios, los tesoros de la casa del rey y {también} los rehenes, y se volvió a Samaria.

Y desde el día en que Amasías se apartó de seguir al SEÑOR, conspiraron contra él en Jerusalén, y él huyó a Laquis; pero lo persiguieron hasta Laquis y allí lo mataron.

Y los amonitas pagaron tributo a Uzías, y su fama se divulgó hasta la frontera de Egipto, pues llegó a ser muy poderoso.

Y en Jerusalén hizo máquinas {de guerra} inventadas por hombres hábiles para poner{las} en las torres y en las esquinas, para arrojar flechas y grandes piedras. Por eso su fama se extendió lejos, porque fue ayudado en forma prodigiosa hasta que se hizo fuerte.

Pero cuando llegó a ser fuerte, su corazón se hizo tan orgulloso que obró corruptamente, y fue infiel al SEÑOR su Dios, pues entró al templo del SEÑOR para quemar incienso sobre el altar del incienso.

y se opusieron al rey Uzías, y le dijeron: No te corresponde a ti, Uzías, quemar incienso al SEÑOR, sino a los sacerdotes, hijos de Aarón, que son consagrados para quemar incienso. Sal del santuario, porque has sido infiel y no recibirás honra del SEÑOR Dios.

Pero Uzías, con un incensario en su mano para quemar incienso, se llenó de ira; y mientras estaba airado contra los sacerdotes, la lepra le brotó en la frente, delante de los sacerdotes en la casa del SEÑOR, junto al altar del incienso.

Y el sumo sacerdote Azarías y todos los sacerdotes lo miraron, y he aquí, {tenía} lepra en la frente; y le hicieron salir de allí a toda prisa, y también él mismo se apresuró a salir, porque el SEÑOR lo había herido.

Y Jotam se hizo poderoso porque ordenó sus caminos delante del SEÑOR su Dios.

Y los hijos de Israel se llevaron cautivos de sus hermanos a doscientos mil, mujeres, hijos e hijas; y tomaron también mucho botín de ellos y se llevaron el botín a Samaria.

Entonces algunos de los jefes de los hijos de Efraín: Azarías, hijo de Johanán, Berequías, hijo de Mesilemot, Ezequías, hijo de Salum, y Amasa, hijo de Hadlai, se levantaron contra los que venían de la batalla,

Y se levantaron los hombres que habían sido designados por nombre y tomaron a los cautivos, y del botín vistieron a todos los desnudos y les dieron vestidos y sandalias; les dieron de comer y de beber y los ungieron, y condujeron en asnos a todos los débiles y los llevaron a Jericó, ciudad de las palmeras, junto a sus hermanos; entonces volvieron a Samaria.

Porque los edomitas habían venido de nuevo y atacado a Judá y se habían llevado {algunos} cautivos.

También los filisteos habían invadido las ciudades de las tierras bajas y del Neguev de Judá, y habían tomado Bet-semes, Ajalón, Gederot y Soco con sus aldeas, Timna con sus aldeas, y Gimzo con sus aldeas; y se establecieron allí.

Ahora {he decidido} en mi corazón hacer un pacto con el SEÑOR, Dios de Israel, para que el ardor de su ira se aparte de nosotros.

Entonces se levantaron los levitas: Mahat, hijo de Amasai, y Joel, hijo de Azarías, de los hijos de los coatitas; y de los hijos de Merari, Cis, hijo de Abdi, y Azarías, hijo de Jehalelel; y de los gersonitas, Joa, hijo de Zima, y Edén, hijo de Joa;

Y {éstos} reunieron a sus hermanos, se santificaron y entraron para limpiar la casa del SEÑOR, conforme al mandamiento del rey según las palabras del SEÑOR.

Entonces el rey Ezequías se levantó temprano y reunió a los príncipes de la ciudad y subió a la casa del SEÑOR.

Los levitas se colocaron con los instrumentos {musicales} de David, y los sacerdotes con las trompetas.

Mientras toda la asamblea adoraba, también los cantores cantaban y las trompetas sonaban; todo esto {continuó} hasta que se consumió el holocausto.

Después de consumido el holocausto, el rey y todos los que estaban con él se inclinaron y adoraron.

Entonces el rey Ezequías y los oficiales ordenaron a los levitas que cantaran alabanzas al SEÑOR con las palabras de David y del vidente Asaf. Cantaron alabanzas con alegría, y se inclinaron y adoraron.

Pero los sacerdotes eran pocos, y no pudieron desollar todos los holocaustos; por eso sus hermanos los levitas los ayudaron hasta que se acabó la obra y hasta que los {otros} sacerdotes se hubieron santificado. Porque los levitas fueron más cuidadosos para santificarse que los sacerdotes.

Entonces se regocijó Ezequías con todo el pueblo por lo que Dios había preparado para el pueblo, pues todo sucedió rápidamente.

porque no la habían podido celebrar a su debido tiempo, pues los sacerdotes no se habían santificado en número suficiente, ni el pueblo se había reunido en Jerusalén.

Y los mensajeros fueron por todo Israel y Judá con cartas de mano del rey y de sus príncipes, conforme al mandamiento del rey, diciendo: Hijos de Israel, volveos al SEÑOR, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, para que El se vuelva a aquellos de vosotros que escapasteis {y} que habéis quedado de la mano de los reyes de Asiria.

Y no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres, sino someteos al SEÑOR y entrad en su santuario, que El ha santificado para siempre, y servid al SEÑOR vuestro Dios para que su ardiente ira se aparte de vosotros.

Pasaron, pues, los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y de Manasés y hasta Zabulón, pero los escarnecían y se burlaban de ellos.

No obstante, algunos hombres de Aser, de Manasés y de Zabulón se humillaron y vinieron a Jerusalén.

Y se reunió mucha gente en Jerusalén en el mes segundo para celebrar la fiesta de los panes sin levadura; una asamblea muy grande.

Y se levantaron y quitaron los altares que {había} en Jerusalén; también quitaron todos los altares de incienso y {los} arrojaron al torrente Cedrón.

Entonces mataron {los corderos de} la Pascua el {día} catorce del mes segundo. Y los sacerdotes y los levitas, avergonzados, se santificaron y trajeron holocaustos a la casa del SEÑOR.

Y se colocaron en sus puestos según su costumbre, conforme a la ley de Moisés, hombre de Dios; los sacerdotes rociaban la sangre {que recibían} de mano de los levitas.

Porque {había} muchos en la asamblea que no se habían santificado; por eso los levitas {estaban} encargados de la matanza de los {corderos} de la Pascua por todo el que {estaba} inmundo, para santificar{los} al SEÑOR.

Pues una {gran} multitud del pueblo, es decir, muchos de Efraín y de Manasés, de Isacar y de Zabulón, no se habían purificado; no obstante, comieron la Pascua contrario a lo escrito. Empero Ezequías oró por ellos, diciendo: Que el buen SEÑOR perdone

Y los hijos de Israel que se hallaban en Jerusalén celebraron con gran alegría la fiesta de los panes sin levadura {por} siete días; y los levitas y los sacerdotes alababan al SEÑOR día tras día, {cantando} con instrumentos resonantes al SEÑOR.

Porque Ezequías, rey de Judá, había contribuido a la asamblea mil novillos y siete mil ovejas; y los príncipes habían contribuido a la asamblea mil novillos y diez mil ovejas; y gran número de sacerdotes se santificaron.

Y se regocijó toda la asamblea de Judá, junto con los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo que vino de Israel, tanto los peregrinos que vinieron de la tierra de Israel como los que habitaban en Judá.

Entonces los sacerdotes levitas se levantaron y bendijeron al pueblo; y se oyó su voz, y su oración llegó hasta su santa morada, hasta los cielos.

Tan pronto como se divulgó la orden, los hijos de Israel proveyeron en abundancia las primicias de grano, mosto, aceite, miel y de todo producto del campo; y trajeron el diezmo de todo en abundancia.

y el sumo sacerdote Azarías, de la casa de Sadoc, le dijo: Desde que se comenzaron a traer las ofrendas a la casa del SEÑOR, hemos tenido bastante para comer y ha sobrado mucho, porque el SEÑOR ha bendecido a su pueblo; y esta gran cantidad ha sobrado.

Y el registro genealógico {incluía} todos los niños, las mujeres, los hijos y las hijas de toda la asamblea, porque se consagraban fielmente en santidad.

Cuando vio Ezequías que Senaquerib había venido y que se proponía hacer guerra contra Jerusalén,

Y se reunió mucha gente y cegaron todas las fuentes y el arroyo que fluía por la región, diciendo: ¿Por qué han de venir los reyes de Asiria y hallar tanta agua?

Se edificó ciudades y adquirió rebaños y ganados en abundancia, porque Dios le había dado muchísimas riquezas.

Y cuando oró a El, {Dios} se conmovió por su ruego, oyó su súplica y lo trajo de nuevo a Jerusalén, a su reino. Entonces Manasés supo que el SEÑOR {era} Dios.

Además, no se humilló delante del SEÑOR como su padre Manasés se había humillado, sino que Amón aumentó {su} culpa.

E hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR y anduvo en los caminos de su padre David; no se apartó ni a la derecha ni a la izquierda.

Ellos a su vez {lo} dieron a los carpinteros y a los constructores para comprar piedra de cantería y maderas para trabazones, y hacer vigas para los edificios que los reyes de Judá habían dejado que se arruinaran.

También han tomado el dinero que se encontraba en la casa del SEÑOR, y lo han entregado en manos de los encargados y de los obreros.

Id, consultad al SEÑOR por mí y por los que quedan en Israel y en Judá, acerca de las palabras del libro que se ha encontrado; porque grande es el furor del SEÑOR que se derrama sobre nosotros, por cuanto nuestros padres no han guardado la palabra del SEÑOR, haciendo conforme a todo lo que está escrito en este libro.

`Por cuanto me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses para provocarme a ira con todas las obras de sus manos, por tanto mi furor se derramará sobre este lugar, y no se apagará.'"

porque se enterneció tu corazón y te humillaste delante de Dios cuando oíste sus palabras contra este lugar y contra sus habitantes, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos y lloraste delante de mí, ciertamente te he oído --declara el SEÑOR.

Después el rey se puso en pie en su lugar e hizo pacto delante del SEÑOR de andar en pos del SEÑOR y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos con todo su corazón y con toda su alma, para cumplir las palabras del pacto escritas en este libro.

Además, hizo suscribir {el pacto} a todos los que se encontraban en Jerusalén y en Benjamín. Y los habitantes de Jerusalén hicieron conforme al pacto de Dios, el Dios de sus padres.

Y Josías quitó todas las abominaciones de todas las tierras que pertenecían a los hijos de Israel, e hizo que todos los que se encontraban en Israel sirvieran al SEÑOR su Dios. Mientras él vivió no se apartaron de seguir al SEÑOR, Dios de sus padres.

Así fue preparado el servicio; los sacerdotes se colocaron en sus puestos y los levitas según sus clases, conforme al mandato del rey.

Así se preparó todo el servicio del SEÑOR en aquel día para celebrar la Pascua y para ofrecer holocaustos sobre el altar del SEÑOR, conforme al mandato del rey Josías.

No se había celebrado una Pascua como ésta en Israel desde los días del profeta Samuel; tampoco ninguno de los reyes de Israel había celebrado una Pascua como la que celebró Josías con los sacerdotes, los levitas y todos los de Judá e Israel que estaban presentes, y los habitantes de Jerusalén.

Esta Pascua se celebró en el año dieciocho del reinado de Josías.

Sin embargo, Josías no quiso retirarse de él, sino que se disfrazó para combatir contra él; tampoco escuchó las palabras de Necao {que venían} de boca de Dios, sino que vino a entablar batalla en la llanura de Meguido.

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR su Dios; y no se humilló delante del profeta Jeremías que le hablaba por boca del SEÑOR.

También se rebeló contra el rey Nabucodonosor que le había hecho jurar {fidelidad} por Dios. Pero endureció su cerviz y obstinó su corazón {en vez} de volverse al SEÑOR, Dios de Israel.

para que se cumpliera la palabra del SEÑOR por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubiera gozado de sus días de reposo. Todos los días de su desolación reposó hasta que se cumplieron los setenta años.

Y en el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del SEÑOR por boca de Jeremías, el SEÑOR movió el espíritu de Ciro, rey de Persia, y éste envió a proclamar de palabra y también por escrito, por todo su reino, diciendo:

En el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del SEÑOR por boca de Jeremías, el SEÑOR movió el espíritu de Ciro, rey de Persia, y {éste} hizo proclamar por todo su reino y también por escrito, diciendo:

Entonces se levantaron los jefes de las {casas} paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos cuyo espíritu Dios había movido a subir para edificar la casa del SEÑOR que está en Jerusalén.

También el rey Ciro sacó los objetos de la casa del SEÑOR que Nabucodonosor se había llevado de Jerusalén y había puesto en la casa de sus dioses;

Estos buscaron {en} su registro de genealogías, pero no se hallaron, y fueron considerados inmundos y {excluidos} del sacerdocio.

Y el gobernador les dijo que no comieran de las cosas santísimas hasta que un sacerdote se levantara con Urim y Tumim.

Cuando llegó el mes séptimo, y los hijos de Israel {estaban ya} en las ciudades, el pueblo se reunió como un solo hombre en Jerusalén.

Entonces Jesúa, hijo de Josadac, con sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Salatiel, con sus hermanos, se levantaron y edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer holocaustos sobre él, como está escrito en la ley de Moisés, hombre de Dios.

Desde el primer día del mes séptimo comenzaron a ofrecer holocaustos al SEÑOR, pero los cimientos del templo del SEÑOR no se habían echado todavía.

Entonces Jesúa {con} sus hijos y sus hermanos, Cadmiel con sus hijos, los hijos de Judá {y} los hijos de Henadad {con} sus hijos y sus hermanos los levitas, se presentaron {todos} a una para dirigir a los obreros en la casa de Dios.

Cuando los albañiles terminaron de echar los cimientos del templo del SEÑOR, se presentaron los sacerdotes en sus vestiduras, con trompetas, y los levitas, hijos de Asaf, con címbalos, para alabar al SEÑOR conforme a las instrucciones del rey David de Israel.

Y cantaban, alabando y dando gracias al SEÑOR: Porque El es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba a gran voz alabando al SEÑOR porque se habían echado los cimientos de la casa del SEÑOR.

Pero muchos de los sacerdotes y levitas y jefes de {casas} paternas, los ancianos que habían visto el primer templo, cuando se echaban los cimientos de este templo delante de sus ojos, lloraban en alta voz mientras muchos daban gritos de alegría;

y el pueblo no podía distinguir entre el clamor de los gritos de alegría y el clamor del llanto del pueblo, porque el pueblo gritaba en voz alta, y se oía el clamor desde lejos.

Cuando se enteraron los enemigos de Judá y de Benjamín de que el pueblo del destierro estaba edificando un templo al SEÑOR, Dios de Israel,

se llegaron a Zorobabel y a los jefes de {casas} paternas, y les dijeron: Vamos a edificar con vosotros, porque, como vosotros, buscamos a vuestro Dios, y le hemos estado ofreciendo sacrificios desde los días de Esar-hadón, rey de Asiria, que nos trajo aquí.

a fin de que se investigue en el libro de las Memorias de tus padres. Y en el libro de las Memorias hallarás y sabrás que esa ciudad es una ciudad rebelde y perjudicial a los reyes y a las provincias, y que en tiempos pasados se han incitado rebeliones dentro de ella; por eso fue devastada esa ciudad.

Y por mí fue proclamado un decreto; se investigaron los hechos, y se ha descubierto que esa ciudad en tiempos pasados se ha levantado contra los reyes, y que en ella se ha fomentado rebelión e insurrección;

que reyes poderosos han reinado sobre Jerusalén, gobernando todas {las provincias} más allá del Río, y que se les pagaba tributo, impuesto y peaje.

Y cuidaos de no ser negligentes en cumplir este {asunto;} ¿por qué se ha de aumentar el daño en perjuicio de los reyes?

Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, se levantaron entonces y comenzaron a reedificar la casa de Dios en Jerusalén; y los profetas de Dios estaban con ellos apoyándolos.

Sepa el rey que hemos ido a la provincia de Judá, a la casa del gran Dios, que está siendo edificada con piedras enormes y vigas empotradas en las paredes; y esta obra se adelanta con gran esmero y prospera en sus manos.

Sin embargo, en el año primero de Ciro, rey de Babilonia, el rey Ciro proclamó un decreto de que se reedificara esta casa de Dios.

Entonces aquel Sesbasar vino {y} puso los cimientos de la casa de Dios que {está} en Jerusalén; y desde entonces hasta ahora se sigue construyendo, pero aún no está terminada."

Y ahora, si al rey {le parece} bien, que se busque en la casa del tesoro del rey que está allí en Babilonia, {a ver} si es que fue proclamado un decreto de parte del rey Ciro para reedificar esta casa de Dios en Jerusalén; y que se nos envíe la decisión del rey en cuanto a este {asunto.}

Entonces el rey Darío proclamó un decreto, y buscaron en los archivos donde se guardaban los tesoros allí en Babilonia.

En el año primero del rey Ciro, el rey Ciro proclamó un decreto: ``{En cuanto} a la casa de Dios en Jerusalén, que sea reedificado el templo, el lugar donde se ofrecen los sacrificios, y que se conserven sus cimientos, con su altura de sesenta codos y su anchura de sesenta codos;

con tres hileras de piedras enormes y una hilera de madera; y que los gastos se paguen del tesoro real.

``Y que también se devuelvan los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, los cuales Nabucodonosor sacó del templo en Jerusalén y trajo a Babilonia, y que se lleven a sus lugares en el templo en Jerusalén y sean colocados en la casa de Dios."

Además, este es mi decreto en cuanto a lo que habéis de hacer por estos ancianos de Judá en la reedificación de esta casa de Dios: del tesoro real de los tributos del otro lado del río se han de pagar todos los gastos a este pueblo, y esto sin demora.

Resultados de Búsqueda por Versiones

Resultados de Búsqueda por Libro

Todos los Libros

Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso