'Se' en la Biblia
BIENAVENTURADO el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Por tanto no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos.
¿POR qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan vanidad?
El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
Besad al Hijo, porque no se enoje, y perezcáis en el camino, Cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.
Salmo de David, cuando huía de adelante de Absalom su hijo. OH Jehová, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos se levantan contra mí.
Tú diste alegría en mi corazón, Más que tienen ellos en el tiempo que se multiplicó su grano y su mosto.
Desbarátalos, oh Dios; Caigan de sus consejos: Por la multitud de sus rebeliones échalos, Porque se rebelaron contra ti.
Y alegrarse han todos los que en ti confían; Para siempre darán voces de júbilo, porque tú los defiendes: Y en ti se regocijarán los que aman tu nombre.
Se avergonzarán, y turbaránse mucho todos mis enemigos; Volveránse y serán avergonzados subitáneamente.
Si no se convirtiere, él afilará su espada: Armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.
Su trabajo se tornará sobre su cabeza, Y su agravio descenderá sobre su mollera.
De la boca de los chiquitos y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer cesar al enemigo, y al que se venga.
Porque demandando la sangre se acordó de ellos: No se olvidó del clamor de los pobres.
Los malos serán trasladados al infierno, Todas las gentes que se olvidan de Dios.
Levántate, oh Jehová; no se fortalezca el hombre; Sean juzgadas las gentes delante de ti.
Por cuanto se alaba el malo del deseo de su alma, Y bendice al codicioso ó quien Jehová aborrece.
Tú lo tienes visto: porque tú miras el trabajo, y la vejación, para vengar le por tu mano: A ti se acoge el pobre, Tú eres el amparo del huérfano.
Al Músico principal: sobre Seminith: Salmo de David. SALVA, oh Jehová, porque se acabaron los misericordiosos: Porque se han acabado los fieles de entre los hijos de los hombres.
Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, Ahora me levantaré, dice Jehová: Pondrélos en salvo del que contra ellos se engríe.
Porque no diga mi enemigo, Vencílo: Mis enemigos se alegrarán, si yo resbalare.
Todos declinaron, juntamente se han corrompido: No hay quien haga bien, no hay ni siquiera uno.
Quién diese de Sión la salud de Israel! En tornando Jehová la cautividad de su pueblo, Se gozará Jacob, y alegraráse Israel.
Alegróse por tanto mi corazón, y se gozó mi gloria: También mi carne reposará segura.
Muestra tus estupendas misericordias, tú que salvas á los que en ti confían. De los que se levantan contra tu diestra.
Y la tierra fué conmovida y tembló; Y moviéronse los fundamentos de los montes, Y se estremecieron, porque se indignó él.
Y sacóme á anchura: Libróme, porque se agradó de mí.
Del un cabo de los cielos es su salida, Y su giro hasta la extremidad de ellos: Y no hay quien se esconda de su calor.
Detén asimismo á tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí: Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.
Al Músico principal: Salmo de David. ALEGRARASE el rey en tu fortaleza, oh Jehová; Y en tu salud se gozará mucho.
Clamaron á ti, y fueron librados: Esperaron en ti, y no se avergonzaron.
Remítese á Jehová, líbrelo; Sálvele, puesto que en él se complacía.
Heme escurrido como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron: Mi corazón fué como cera, Desliéndose en medio de mis entrañas.
Secóse como un tiesto mi vigor, Y mi lengua se pegó á mi paladar; Y me has puesto en el polvo de la muerte.
Acordarse han, y volveránse á Jehová todos los términos de la tierra; Y se humillarán delante de ti todas las familias de las gentes.
Porque de Jehová es el reino; Y él se enseñoreará de las gentes.
Dios mío, en ti confío; No sea yo avergonzado, No se alegren de mí mis enemigos.
Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será confundido: Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
Las angustias de mi corazón se han aumentado: Sácame de mis congojas.
Mira mis enemigos, que se han multiplicado, Y con odio violento me aborrecen.
Cuando se allegaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
Aunque se asiente campo contra mí, No temerá mi corazón: Aunque contra mí se levante guerra, Yo en esto confío.
No me entregues á la voluntad de mis enemigos; Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
Jehová es mi fortaleza y mi escudo: En él esperó mi corazón, y fuí ayudado; Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi canción le alabaré.
Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí: Jehová, sé tú mi ayudador.
Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar: Hase enflaquecido mi fuerza á causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Volvióse mi verdor en sequedades de estío. (Selah.)
Por tanto en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado.
En Jehová se gloriará mi alma: Oiránlo los mansos, y se alegrarán.
A él miraron y fueron alumbrados: Y sus rostros no se avergonzaron.
Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de saco; Afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se revolvía en mi seno.
Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; Juntáronse contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía: Despedazábanme, y no cesaban;
No se alegren de mí mis enemigos injustos: Ni los que me aborrecen sin causa hagan del ojo.
Júzgame conforme á tu justicia, Jehová Dios mío; Y no se alegren de mí.
Avergüencense, y sean confundidos á una los que de mi mal se alegran: Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.
Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.
Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz.
El Señor se reirá de él; Porque ve que viene su día.
Mas los impíos perecerán, Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros Serán consumidos: se disiparán como humo.
Vi yo al impío sumamente ensalzado, Y que se extendía como un laurel verde.
Porque mis iniquidades han pasado mi cabeza: Como carga pesada se han agravado sobre mí.
Mis amigos y mis compañeros se quitaron de delante de mi plaga; Y mis cercanos se pusieron lejos.
Porque dije: Que no se alegren de mí: Cuando mi pie resbalaba, sobre mí se engrandecían.
Ciertamente en tinieblas anda el hombre; Ciertamente en vano se inquieta: Junta, y no sabe quién lo allegará.
Y si venía á ver me, hablaba mentira: Su corazón se amontonaba iniquidad; Y salido fuera, hablába la.
Cosa pestilencial de él se ha apoderado; Y el que cayó en cama, no volverá á levantarse.
En esto habré conocido que te he agradado, Que mi enemigo no se holgará de mí.
Mientras se están quebrantando mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.
Por la voz del que me vitupera y deshonra, Por razón del enemigo y del que se venga.
No se ha vuelto atrás nuestro corazón, Ni tampoco se han apartado nuestros pasos de tus caminos.
Haste hermoseado más que los hijos de los hombres; La gracia se derramó en tus labios: Por tanto Dios te ha bendecido para siempre.
Y en tu gloria sé prosperado: Cabalga sobre palabra de verdad, y de humildad, y de justicia; Y tu diestra te enseñará cosas terribles.
Por tanto no temeremos aunque la tierra sea removida; Aunque se traspasen los montes al corazón de la mar.
Los príncipes de los pueblos se juntaron Al pueblo del Dios de Abraham: Porque de Dios son los escudos de la tierra; El es muy ensalzado.
Porque he aquí los reyes de la tierra se reunieron; Pasaron todos.
Y viéndola ellos así, maravilláronse, Se turbaron, diéronse priesa á huir.
Alegraráse el monte de Sión; Se gozarán las hijas de Judá Por tus juicios.
Los que confían en sus haciendas, Y en la muchedumbre de sus riquezas se jactan,
(Porque la redención de su vida es de gran precio, Y no se hará jamás;)
Pues se ve que mueren los sabios, Así como el insensato y el necio perecen, Y dejan á otros sus riquezas.
Como rebaños serán puestos en la sepultura; La muerte se cebará en ellos; Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana: Y se consumirá su bien parecer en el sepulcro de su morada.
No temas cuando se enriquece alguno, Cuando aumenta la gloria de su casa;
Salmo de Asaph. EL Dios de dioses, Jehová, ha hablado, Y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
Hazme oir gozo y alegría; Y se recrearán los huesos que has abatido.
Enseñaré á los prevaricadores tus caminos; Y los pecadores se convertirán á ti.
He aquí el hombre que no puso á Dios por su fortaleza, Sino que confió en la multitud de sus riquezas. Y se mantuvo en su maldad.
Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido: No hay quien haga bien, no hay ni aun uno.
Allí se sobresaltaron de pavor donde no había miedo: Porque Dios ha esparcido los huesos del que asentó campo contra ti: Los avergonzaste, porque Dios los desechó.
Porque extraños se han levantado contra mí, Y fuertes buscan mi alma: No han puesto á Dios delante de sí. (Selah.)
Agravios hay en medio de ella, Y el fraude y engaño no se apartan de sus plazas.
Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él:
Dios oirá, y los quebrantará luego, El que desde la antigüedad permanece (Selah); Por cuanto no se mudan, Ni temen á Dios.
Corránse como aguas que se van de suyo: En entesando sus saetas, luego sean hechas pedazos.
Pasen ellos como el caracol que se deslíe: Como el abortivo de mujer, no vean el sol.
Al Músico principal: sobre No destruyas: Michtam de David, cuando envió Saúl, y guardaron la casa para matarlo. LIBRAME de mis enemigos, oh Dios mío: Ponme en salvo de los que contra mí se levantan.
Sin delito mío corren y se aperciben: Despierta para venir á mi encuentro, y mira.
Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel, Despierta para visitar todas las gentes: No hayas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. (Selah.)
No los matarás, porque mi pueblo no se olvide: Hazlos vagar con tu fortaleza, y abátelos. Oh Jehová, escudo nuestro,
Anden ellos errantes para hallar qué comer: Y si no se saciaren, murmuren.
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