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'Señor' en la Biblia

Por tanto, varones burladores, que estáis enseñoreados sobre este pueblo, que está en Jerusalén, oíd la palabra del SEÑOR.

Porque el SEÑOR se levantará como en el monte Perazim, como en el valle de Gabaón se enojará; para hacer su obra, su extraña obra, y para hacer su operación, su extraña operación.

Por tanto, no os burléis ahora, para que no se aprieten más vuestras ataduras; porque consumación y destrucción sobre toda la tierra he oído del Señor DIOS de los ejércitos.

Del SEÑOR de los ejércitos serás visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor.

Porque el SEÑOR extendió sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró vuestros ojos; cubrió de sueño vuestros profetas, y vuestros principales videntes.

Entonces los humildes crecerán en alegría en el SEÑOR; y los pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel.

Por tanto, el SEÑOR que rescató a Abraham, dice así a la casa de Jacob: No será por ahora confundido Jacob, ni su rostro se pondrá pálido;

Por tanto, el SEÑOR os esperará para tener misericordia de vosotros, y por tanto será ensalzado teniendo de vosotros misericordia; porque el SEÑOR es Dios de juicio; bienaventurados todos los que a él esperan.

Entonces dará el Señor lluvia á tu sementera, cuando la tierra sembrares; y pan del fruto de la tierra; y será abundante y pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en anchas dehesas.

Y la luz de la luna será como la luz del Sol; y la luz del Sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que soldará el SEÑOR la quebradura de su pueblo, y curará la llaga de su herida.

He aquí que el nombre del SEÑOR viene de lejos: su rostro encendido, y grave de sufrir; sus labios llenos de ira; y su lengua, como fuego que consume.

Vosotros tendréis canción, como en la noche en la cual se celebra Pascua; y alegría de corazón, como el que va con flauta, para venir al Monte del SEÑOR, al Fuerte de Israel.

Y el SEÑOR hará oír la potencia de su voz; y hará ver el descender de su brazo, con furor de rostro, y llama de fuego consumidor, con dispersión, con avenida, y piedra de granizo.

Porque Assur, que hirió con palo, con la voz del SEÑOR será quebrantado.

Y en todo mal paso habrá báculo, que el SEÑOR hará hincar sobre él con tamboriles y vihuelas; y con fuerza del cielo peleará contra ella.

Porque Tofet está diputada desde ayer para el rey de Babilonia, también está aparejada; la cual ahondó y ensanchó su hoguera de fuego, y mucha leña. El soplo del SEÑOR, como arroyo de azufre, que la encienda.

Y el egipcio hombre es, no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu, de manera que al extender el SEÑOR su mano, caerá el ayudador, y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.

Porque el SEÑOR me dijo a mí de esta manera: Como el león, y el cachorro del león, brama sobre su presa, contra el cual, si se llega cuadrilla de pastores, no temerá por sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos; así el SEÑOR de los ejércitos descenderá a pelear por el Monte de Sion, y por su collado.

Y de miedo se pasará a su fortaleza; y sus príncipes tendrán pavor de la bandera, dice el SEÑOR, a quien hay fuego en Sion, y a quien hay horno en Jerusalén.

El mezquino nunca más será llamado liberal, ni será dicho generoso el avariento. Porque el mezquino hablará mezquindades, y su corazón fabricará iniquidad, para hacer la impiedad; y para hablar escarnio contra el SEÑOR; dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.

Pues el necio habla necedades, y su corazón se inclina hacia el mal, para practicar la impiedad y hablar falsedad contra el SEÑOR, para mantener con hambre al hambriento y para privar de bebida al sediento.

Oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros, a ti esperamos; tú que fuiste fortaleza de su pueblo al principio, sé también nuestra salud en tiempo de la tribulación.

Ahora me levantaré, dice el SEÑOR; ahora seré ensalzado, ahora seré engrandecido.

Porque ciertamente allí será fuerte a nosotros el SEÑOR, lugar de riberas, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera, ni por él pasará gran navío.

Porque el SEÑOR está airado sobre todos los gentiles, y enojado sobre todo el ejército de ellos; los destruirá y los entregará al matadero.

Llena está de sangre la espada del SEÑOR, engrasada está de grosura, de sangre de corderos y de cabritos, de grosura de riñones de carneros; porque el SEÑOR tiene sacrificio en Bosra, y grande matanza en tierra de Edom.

Porque será día de venganza del SEÑOR, año de pagamentos en el pleito de Sion.

Preguntad de lo que está escrito en el libro del SEÑOR, y leed, si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca mandó y su mismo Espíritu los ayuntó.

Florecerá profusamente, y también alabará y cantará con júbilo; la honra del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del SEÑOR, la hermosura del Dios nuestro.

Y si me dijeres: En el SEÑOR nuestro Dios confiamos, ¿no es éste aquel cuyos altos y cuyos altares hizo quitar Ezequías, y dijo a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis?

Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor; y yo te daré dos mil caballos, si pudieres tú dar caballeros que cabalguen sobre ellos.

¿Cómo, pues, harás volver el rostro de un capitán de los más pequeños siervos de mi Señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y hombres de a caballo?

¿Y por ventura vine yo ahora a esta tierra para destruirla sin el SEÑOR? El SEÑOR me dijo: Sube a esta tierra para destruirla.

Y dijo Rabsaces: ¿Me envió mi señor a ti y a tu señor, a que dijera estas palabras, o a los hombres, que están sobre el muro para comer su estiércol, y beber su orina con vosotros?

Ni os haga Ezequías confiar en el SEÑOR, diciendo: Ciertamente el SEÑOR nos librará; no será entregada esta ciudad en la mano del rey de Asiria.

Mirad no os engañe Ezequías diciendo: El SEÑOR nos librará. ¿Libraron los dioses de los gentiles cada uno a su tierra de la mano del rey de Asiria?

¿Qué dios hay entre todos los dioses de estas tierras, que haya librado su tierra de mi mano, para que el SEÑOR libre de mi mano a Jerusalén?

Aconteció, pues, que el rey Ezequías, al oír esto, rasgó sus vestidos, y cubierto de cilicio vino a la Casa del SEÑOR.

Quizá oirá el SEÑOR tu Dios las palabras de Rabsaces, al cual envió el rey de Asiria su señor a blasfemar al Dios vivo, y a reprender con las palabras, que oyó el SEÑOR tu Dios; alza pues, oración tú por el remanente que aún ha quedado.

Y les dijo Isaías: Diréis así a vuestro Señor: Así dice el SEÑOR: No temas por las palabras, que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria.

Y tomó Ezequías las cartas de mano de los mensajeros, y las leyó; y subió a la Casa del SEÑOR, y las extendió delante del SEÑOR.

Entonces Ezequías oró al SEÑOR, diciendo:

Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y oye; abre, oh SEÑOR, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Senaquerib, el cual ha enviado sus mensajeros a blasfemar al Dios viviente.

Ciertamente, oh SEÑOR, los reyes de Asiria destruyeron todas las tierras, y sus comarcas;

Ahora pues, SEÑOR Dios nuestro, líbranos de su mano, para que todos los reinos de la tierra conozcan, que solo tú, oh SEÑOR, eres Dios.

Entonces Isaías hijo de Amoz, envió a decir a Ezequías: El SEÑOR Dios de Israel dice así: Acerca de lo que me rogaste sobre Senaquerib rey de Asiria,

esto es lo que el SEÑOR habló de él: ¿Te ha menospreciado? Ha hecho escarnio de ti oh virgen hija de Sion? ¿Meneó su cabeza a tus espaldas oh hija de Jerusalén?

Por mano de tus siervos vituperaste al Señor, y dijiste: Yo con la multitud de mis carros subiré a las alturas de los montes, a las laderas del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus hayas escogidas; vendré después a lo alto de su límite, al monte de su Carmelo.

Porque de Jerusalén saldrá remanente, y del Monte de Sion escapadura; el celo del SEÑOR de los ejércitos hará esto.

Por tanto, así dice el SEÑOR acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; no vendrá delante de ella escudo, ni será echado sobre ella baluarte.

Por el camino que vino, se tornará; y no entrará en esta ciudad, dice el SEÑOR:

Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración al SEÑOR.

Y dijo: Oh SEÑOR, te ruego te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón; y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro.

Entonces vino palabra del SEÑOR a Isaías, diciendo:

Ve, y di a Ezequías: El SEÑOR Dios de David tu padre dice así: Tu oración he oído, y tus lágrimas he visto; he aquí que yo añado a tus días quince años.

Y esto te será señal de parte del SEÑOR, que el SEÑOR hará esto, que ha dicho:

Dije: No veré al SEÑOR, al SEÑOR en la tierra de los vivientes; no veré más hombre alguno entre los habitantes del mundo.

Como la grulla, y como la golondrina me quejaba; gemía como la paloma; alzaba en lo alto mis ojos: Señor, violencia padezco; confórtame.

Señor, aun a todos los que vivirán, en estos quince años anunciaré la vida de mi espíritu en ellos; y cómo me hiciste dormir, y después me has dado vida.

El SEÑOR está listo para salvarme; por tanto cantaremos nuestros Salmos en la Casa del SEÑOR todos los días de nuestra vida.

Y Ezequías había dicho ¿Qué señal será que tengo que subir a la Casa del SEÑOR?

Entonces dijo Isaías a Ezequías: Oye palabra del SEÑOR de los ejércitos:

He aquí, que vienen días, en que todo lo que hay en tu casa, sea llevado a Babilonia, y todo lo que tus padres han guardado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice el SEÑOR.

Y dijo Ezequías a Isaías: La palabra del SEÑOR, que has hablado, es buena. Y dijo: A lo menos, haya paz y verdad en mis días.

Hablad según el corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido; que su iniquidad es perdonada; que doble ha recibido de la mano del SEÑOR por todos sus pecados.

La hierba se seca, y la flor abierta se cae; porque el Espíritu del SEÑOR sopló en ella. Ciertamente hierba es el pueblo.

He aquí, que el Señor DIOS vendrá con fortaleza; y su brazo se enseñoreará. He aquí que su salario viene con él, y su obra delante de su rostro.

Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino. Pero tú te regocijarás en el SEÑOR, te gloriarás en el Santo de Israel.

para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano del SEÑOR hace esto, y que el Santo de Israel lo crió.

Alegad por vuestra causa, dice el SEÑOR; traed vuestros fundamentos, dice el Rey de Jacob.

Así dice el SEÑOR Dios, el Creador de los cielos, y el que los extiende; el que extiende la tierra y sus verduras; el que da resuello al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan:

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