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'Señor' en la Biblia

Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu siervo para más lejos, y me has mirado como a un hombre excelente, oh SEÑOR Dios.

Oh SEÑOR, por amor de tu siervo y según tu corazón, has hecho toda esta grandeza, para hacer notorias todas tus grandezas.

SEÑOR, no hay semejante a ti, ni hay Dios sino tú, según todas las cosas que hemos oído con nuestros oídos.

Tú has constituido a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, el SEÑOR, has venido a ser su Dios.

Ahora pues, SEÑOR, la palabra que has hablado acerca de tu siervo y de su casa, sea firme para siempre, y haz como has dicho.

Permanezca, pues, y sea engrandecido tu nombre para siempre, a fin de que se diga: El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, es Dios para Israel. Y sea la casa de tu siervo David firme delante de ti.

Ahora pues, SEÑOR, tú eres el Dios que has hablado de tu siervo este bien;

y ahora has querido bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti; porque tú, SEÑOR, la has bendecido, y será bendita para siempre.

Y puso David guarnición en Siria, la de Damasco, y los sirios fueron hechos siervos de David, trayéndole presentes; porque el SEÑOR salvaba a David dondequiera que iba.

los cuales el rey David dedicó al SEÑOR, con la plata y el oro que había tomado de todos estos gentiles, de Edom, de Moab, de los hijos de Hamón, de los filisteos, y de Amalec.

Y puso guarnición en Edom, y todos los idumeos fueron siervos de David; porque el SEÑOR guardaba a David dondequiera que iba.

Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga el SEÑOR lo que bien le pareciere.

Y dijo Joab: Añada el SEÑOR a su pueblo cien veces otros tantos. Rey señor mío, ¿no son todos estos siervos de mi señor? ¿Para qué procura mi señor esto, para que sea por culpabilidad a Israel?

Y habló el SEÑOR a Gad, vidente de David, diciendo:

Vé, y habla a David, y dile: Así dijo el SEÑOR: Tres cosas te propongo; escoge de ellas una que yo haga contigo.

Y viniendo Gad a David, le dijo: Así dijo el SEÑOR:

Escógete, o tres años de hambre; o que por tres meses seas consumido delante de tus enemigos, y que la espada de tus adversarios te alcance; o por tres días la espada del SEÑOR y pestilencia en la tierra, y que el ángel del SEÑOR destruya en todo el término de Israel; mira pues qué he de responder al que me ha enviado.

Entonces David dijo a Gad: Estoy en gran angustia; ruego que yo caiga en la mano del SEÑOR; porque sus misericordias son muchas en extremo, y que no caiga yo en manos de hombres.

Así el SEÑOR dio pestilencia en Israel, y cayeron de Israel setenta mil hombres.

Y envió el SEÑOR el ángel a Jerusalén para destruirla; pero estando él destruyendo, miró el SEÑOR, y se arrepintió de aquel mal. Y dijo al ángel que destruía: Basta; detén tu mano. Y el ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Ornán, el jebuseo.

Y alzando David sus ojos, vio al ángel del SEÑOR, que estaba entre el cielo y la tierra, teniendo una espada desnuda en su mano extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio.

Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar al pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; mas estas ovejas, ¿qué han hecho? SEÑOR Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no haya plaga en tu pueblo.

Y dijo el ángel del SEÑOR a Gad que dijera a David, que subiera y compusiera un altar al SEÑOR en la era de Ornán, el jebuseo.

Entonces David subió, conforme a la palabra de Gad que le había dicho en nombre del SEÑOR.

Y dijo David a Ornán: Dame este lugar de la era, en que edifique un altar al SEÑOR, y dámelo por su cabal precio, para que cese la plaga del pueblo.

Y Ornán respondió a David: Tómalo para ti, y haga mi señor el rey lo que bien le pareciere; y aun los bueyes daré para el holocausto, y los trillos para leña, y trigo para el presente; yo lo doy todo.

Entonces el rey David dijo a Ornán: No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio; porque no tomaré para el SEÑOR lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto sin costo.

Y edificó allí David un altar al SEÑOR, en el cual sacrificó holocaustos y sacrificios pacíficos, e invocó al SEÑOR, el cual le respondió por fuego desde los cielos en el altar del holocausto.

Y cuando el SEÑOR habló al ángel, él volvió su espada a la vaina.

Entonces viendo David que el SEÑOR le había oído en la era de Ornán, el jebuseo, sacrificó allí.

Y el tabernáculo del SEÑOR que Moisés había hecho en el desierto, y el altar del holocausto, estaban entonces en el lugar alto de Gabaón;

mas David no pudo ir allá a consultar a Dios, porque estaba espantado a causa de la espada del ángel del SEÑOR.

Y dijo David: Esta será la Casa del SEÑOR Dios, y éste será el altar del holocausto para Israel.

Y dijo David: Salomón mi hijo es aún muchacho y tierno, y la Casa que se ha de edificar al SEÑOR ha de ser magnífica por excelencia, para nombre y honra en todas las tierras; ahora pues yo le aparejaré lo necesario. Y preparó David antes de su muerte en gran abundancia.

Llamó entonces David a Salomón su hijo, y le mandó que edificara Casa al SEÑOR Dios de Israel.

Y dijo David a Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve el edificar templo al nombre del SEÑOR mi Dios.

Mas vino a mí palabra del SEÑOR, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has traído grandes guerras; no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí.

Ahora pues, hijo mío, sea contigo el SEÑOR, y seas prosperado, y edifiques Casa al SEÑOR tu Dios, como él ha dicho de ti.

Y el SEÑOR te dé entendimiento y prudencia, y él te dé mandamientos para Israel; y que tú guardes la ley del SEÑOR tu Dios.

Entonces serás prosperado, si guardares para hacer los estatutos y derechos que el SEÑOR mandó a Moisés sobre Israel. Esfuérzate pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.

He aquí, yo en mi estrechez he preparado para la Casa del SEÑOR cien mil talentos de oro, y un millar de millares de talentos de plata; no tiene peso el bronce ni el hierro, porque es mucho. Asimismo he preparado madera y piedra, a lo cual tú añadirás.

Del oro, de la plata, del bronce, y del hierro, no hay número. Levántate pues, y a la obra; que el SEÑOR será contigo.

¿No es con vosotros el SEÑOR vuestro Dios, el cual os ha dado quietud de todas partes? Porque él ha entregado en mi mano los moradores de la tierra, y la tierra ha sido sujetada delante del SEÑOR, y delante de su pueblo.

Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestras almas en buscar al SEÑOR vuestro Dios; y levantaos, y edificad el santuario del SEÑOR Dios, para traer el arca del pacto del SEÑOR, y los santos vasos de Dios, a la Casa edificada al nombre del SEÑOR.

De éstos, veinticuatro mil para dar prisa a la obra de la Casa del SEÑOR; y gobernadores y jueces, seis mil;

además cuatro mil porteros; y cuatro mil para alabar al SEÑOR, con los instrumentos que David había hecho para rendir alabanzas.

Los hijos de Amram: Aarón y Moisés. Y Aarón fue apartado para ser dedicado a las más santas cosas, él y sus hijos para siempre, para que quemaran incienso delante del SEÑOR, y le ministraran, y bendijeran en su nombre, para siempre.

Estos son los hijos de Leví según las casas de sus padres, cabezas paternas en su censo, contados por sus nombres, por sus cabezas, los cuales hacían obra en el ministerio de la Casa del SEÑOR, de veinte años arriba.

Porque David dijo: El SEÑOR ha dado reposo a su pueblo Israel, y habitará en Jerusalén para siempre.

Y su puesto era a la mano de los hijos de Aarón, para servir en la Casa del SEÑOR, en los atrios y en las cámaras, y en la purificación de toda cosa santificada, y en la obra del servicio de la Casa de Dios;

y para que asistieran cada mañana todos los días a confesar y alabar al SEÑOR, y asimismo por la tarde;

y para ofrecer todos los holocaustos al SEÑOR los sábados, nuevas lunas, y solemnidades por la cuenta y forma que tenían, continuamente delante del SEÑOR.

Y para que tuvieran la guarda del tabernáculo del testimonio, y la guarda del santuario, y la guarda de los hijos de Aarón sus hermanos, en el ministerio de la Casa del SEÑOR.

Estos fueron ordenados en su ministerio, para que entraran en la Casa del SEÑOR, conforme a su derecho, en el ministerio de Aarón su padre, de la manera que le había mandado el SEÑOR Dios de Israel.

De Jedutún, los hijos de Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Hasabías, y Matatías: seis, bajo la mano de su padre Jedutún, el cual profetizaba con arpa, para confesar y alabar al SEÑOR.

Y todos éstos estaban bajo la dirección de su padre en la música, en la Casa del SEÑOR, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio de la Casa de Dios, bajo la mano del rey, de Asaf, de Jedutún, y de Hemán.

Y el número de ellos con sus hermanos instruidos en la música del SEÑOR, todos los entendidos, fue doscientos ochenta y ocho.

De éstos se hizo la distribución de los porteros, por los principales de los varones de la guardia contra sus hermanos de dos en dos, para ministrar en la Casa del SEÑOR.

Los hijos de Jehieli, Zetam y Joel su hermano, tuvieron a su cargo los tesoros de la Casa del SEÑOR.

de lo que habían consagrado de las guerras y de los despojos, para reparar la Casa del SEÑOR.

De los hebronitas, Hasabías y sus hermanos, hombres de valor, que eran mil setecientos, presidían a Israel al otro lado del Jordán, al occidente, en toda la obra del SEÑOR, y en el servicio del rey.

Y no tomó David el número de los que eran de veinte años abajo, por cuanto el SEÑOR había dicho que él había de multiplicar a Israel como las estrellas del cielo.

Y levantándose el rey David, puesto en pie dijo: Oídme, hermanos míos, y pueblo mío. Yo tenía en mi corazón edificar una Casa, para que en ella reposara el arca del pacto del SEÑOR, y para el estrado de los pies de nuestro Dios; y había ya aparejado todo para edificar.

Pero el SEÑOR el Dios de Israel me eligió de toda la casa de mi padre, para que perpetuamente fuera rey sobre Israel; porque de Judá escogió el capitán; y de la casa de Judá la casa de mi padre; y de entre los hijos de mi padre en mí tomó contentamiento para ponerme por rey sobre todo Israel;

y de todos mis hijos (porque el SEÑOR me ha dado muchos hijos,) eligió a mi hijo Salomón para que él se siente en el trono del reino del SEÑOR sobre Israel.

Ahora pues, delante de los ojos de todo Israel, congregación del SEÑOR, y en oídos de nuestro Dios, guardad y buscad todos los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios, para que poseáis la buena tierra, y la dejéis por heredad a vuestros hijos después de vosotros perpetuamente.

Mira, pues, ahora que el SEÑOR te ha elegido para que edifiques casa para santuario; esfuérzate, y hazla.

Asimismo la traza de todas las cosas que había recibido por el Espíritu, para los atrios de la Casa del SEÑOR, y para todas las cámaras en derredor, para los tesoros de la Casa de Dios, y para los tesoros de las cosas santificadas;

también para los órdenes de los sacerdotes y de los levitas, y para toda la obra del ministerio de la Casa del SEÑOR, y para todos los vasos del ministerio de la Casa del SEÑOR.

Además, oro puro por peso para el altar del incienso; asimismo para la semejanza del carro de los querubines de oro, que con las alas extendidas cubrían el arca del pacto del SEÑOR.

Todas estas cosas por escrito de la mano del SEÑOR que fue sobre mí, dijo David, y me hizo entender todas las obras del diseño.

Dijo más David a Salomón su hijo: Anímate y esfuérzate, y ponlo por obra; no temas, ni desmayes, porque el SEÑOR Dios, mi Dios, será contigo; él no te dejará, ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra del servicio de la casa del SEÑOR.

Dijo también el rey David a toda la congregación: Solamente a Salomón mi hijo ha elegido Dios; él es joven y tierno, y la obra es grande; porque el palacio no es para hombre, sino para el SEÑOR Dios.

y oro para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata, y para toda la obra de manos de los obreros. ¿Y quién quiere consagrar hoy la ofrenda de sus manos al SEÑOR?

Y cado uno dio las piedras preciosas con que se halló para el tesoro de la casa del SEÑOR, en mano de Jehiel, el gersonita.

Y se alegró el pueblo de haber contribuido de su voluntad; porque con perfecto corazón ofrecieron voluntariamente al SEÑOR.

Asimismo el rey David se alegró mucho, y bendijo al SEÑOR delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh SEÑOR, Dios de Israel, nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo.

Tuya es, oh SEÑOR, la magnificencia, y el poder, y la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh SEÑOR, es el reino, y la altura sobre todos los que están por cabeza.

Oh SEÑOR Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos aparejado para edificar Casa a tu santo Nombre, de tu mano es, y todo es tuyo.

SEÑOR, Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, nuestros padres, conserva perpetuamente esta voluntad en los pensamientos del corazón de tu pueblo, y encamina su corazón a ti.

Después de esto David dijo a toda la congregación: Bendecid ahora al SEÑOR vuestro Dios. Entonces toda la congregación bendijo al SEÑOR Dios de sus padres; e inclinándose adoraron delante del SEÑOR, y del rey.

Y sacrificaron víctimas al SEÑOR, y ofrecieron al SEÑOR holocaustos al día siguiente, mil becerros, mil carneros, mil ovejas con sus libaciones, y muchos sacrificios por todo Israel.

Y comieron y bebieron delante del SEÑOR aquel día con gran gozo; y dieron la segunda vez la investidura del reino a Salomón hijo de David, y le ungieron al SEÑOR por príncipe, y a Sadoc por sacerdote.

Y Salomón se sentó en el trono del SEÑOR por rey en lugar de David su padre, y fue prosperado; y todo Israel le escuchó.

Y el SEÑOR engrandeció en extremo a Salomón ante los ojos de todo Israel, y le dio gloria del reino, cual ningún rey la tuvo antes de él en Israel.

Y Salomón hijo de David fue confirmado en su reino; y el SEÑOR su Dios estaba con él, y le magnificó grandemente.

Y fue Salomón, y con él toda la congregación, al lugar alto que había en Gabaón; porque allí estaba el tabernáculo del testimonio de Dios, que Moisés siervo del SEÑOR había hecho en el desierto.

Asimismo el altar de bronce que había hecho Bezaleel hijo de Uri hijo de Hur, estaba allí delante del tabernáculo del SEÑOR, al cual Salomón y la congregación fueron a buscar.

Subió, pues, Salomón allá delante del SEÑOR, al altar de bronce que estaba en el tabernáculo del testimonio, y sacrificó sobre él mil holocaustos.

sea pues ahora firme, oh SEÑOR Dios, tu palabra con mi padre David; porque tú me has puesto por rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra.

Determinó, pues, Salomón edificar Casa al nombre del SEÑOR, y otra casa para su reino.

He aquí yo tengo que edificar Casa al nombre del SEÑOR mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso aromático delante de él, y para la colocación continua de los panes de la proposición, y para holocaustos de la mañana y la tarde; y para los sábados, nuevas lunas, y fiestas solemnes del SEÑOR nuestro Dios; lo cual ha de ser perpetuo en Israel.

Entonces Hiram rey de Tiro respondió por escrito, y lo envió a Salomón: Porque el SEÑOR amó a su pueblo, te ha puesto por rey sobre ellos.

Y además decía Hiram: Bendito sea el SEÑOR el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que dio al rey David hijo sabio, conocedor, cuerdo y entendido, que edifique Casa al SEÑOR, y casa para su reino.

hijo de una mujer de las hijas de Dan, mas su padre fue de Tiro; el cual sabe obrar en oro, plata, bronce, y hierro, en piedra y en madera, en púrpura y cárdeno, en lino y en carmesí; asimismo para esculpir toda clase de figuras, e inventar toda suerte de diseño que se le propusiere, con tus sabios, y con los sabios de mi señor David tu padre.

Ahora pues, enviará mi señor a sus siervos el trigo, y la cebada, el aceite, y el vino, que ha dicho;

y calderos, y palas, y garfios; y todos sus vasos hizo Hiram su padre al rey Salomón para la Casa del SEÑOR, de bronce purísimo.

Acabada toda la obra que hizo Salomón para la Casa del SEÑOR, metió Salomón en ella las cosas que David su padre había dedicado; y puso la plata, y el oro, y todos los vasos, en los tesoros de la Casa de Dios.

Entonces Salomón juntó en Jerusalén a los ancianos de Israel, y todas las cabezas de las tribus, príncipes de las familias de los hijos de Israel, para que trajeran el arca del pacto del SEÑOR de la ciudad de David, que es Sion.

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