'Su' en la Biblia
- 1.Gé 1:11-Gé 18:19
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- 10.Levítico 22:13-Números 6:11
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- 12.Números 22:22-Deuteronomio 2:32
- 13.Deuteronomio 2:33-Deuteronomio 24:1
- 14.Deuteronomio 24:2-Josué 10:30
- 15.Josué 10:33-Jueces 9:16
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- 17.Rut 1:8-1 Samuel 14:45
- 18.1 Samuel 14:46-1 Samuel 27:1
- 19.1 Samuel 27:3-2 Samuel 13:32
- 20.2 Samuel 13:33-1 Reyes 4:7
- 21.1 Reyes 4:25-1 Reyes 16:3
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- 25.1 Crónicas 7:21-1 Crónicas 24:3
- 26.1 Crónicas 24:19-2 Crónicas 15:9
- 27.2 Crónicas 15:12-2 Crónicas 32:3
- 28.2 Crónicas 32:7-Nehemías 4:22
- 29.Nehemías 5:6-Job 2:4
- 30.Job 2:5-Job 21:10
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- 35.Salmos 98:2-Salmos 110:5
- 36.Salmos 110:7-Salmos 150:2
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- 38.Proverbios 17:5-Proverbios 29:11
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- 40.Isaías 1:3-Isaías 22:24
- 41.Isaías 23:3-Isaías 44:18
- 42.Isaías 44:20-Jeremías 2:7
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- 45.Jeremías 46:21-Lamentaciones 2:20
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- 57.Hechos 7:10-Romanos 16:15
- 58.1 Corintios 1:9-1 Tesalonicenses 2:12
- 59.1 Tesalonicenses 2:19-2 Pedro 2:8
- 60.2 Pedro 2:12-Apocalipsis 16:10
- 61.Apocalipsis 16:12-Apocalipsis 22:19
Fiel es Dios, por el cual sois llamados a la confraternidad de su Hijo, Jesús el Cristo, Señor nuestro.
para que ninguna carne se jacte en su presencia.
Pero Dios nos lo reveló a nosotros por su Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su salario conforme a su labor.
De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun (se nombra) entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre.
y Dios que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder.
Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre hiciere, fuera del cuerpo está; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
Mas por evitar las fornicaciones, cada uno tenga su mujer, y cada una tenga su marido.
La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido; e igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la mujer.
Quisiera más bien que todos los hombres fueran como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios; uno a la verdad así, y otro así.
y si se apartare, que se quede sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no despida a su mujer.
pero el que se casó tiene cuidado de las cosas que son del mundo, cómo ha de agradar a su mujer.
Hay diferencia entre la mujer casada y la virgen, La mujer no casada tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en el cuerpo como en el espíritu; mas la casada tiene cuidado de las cosas que son del mundo, cómo ha de agradar a su marido.
Mas, si a alguno parece cosa fea en su hija, que pase ya de edad, y que así conviene que se haga, haga lo que quisiere, no peca; cásese.
Pero el que está firme en su corazón, y no tiene necesidad, sino que tiene libertad de su voluntad, y determinó en su corazón esto, el guardar su hija, bien hace.
La mujer casada está atada a la ley, mientras vive su marido; mas si su marido muriere, libre es; cásese con quien quisiere, con tal que sea en el Señor.
Mas no en todos hay esta ciencia, porque algunos con conciencia del ídolo hasta ahora, las comen como sacrificado a ídolos; y su conciencia, siendo flaca, es contaminada.
De esta manera, pues, pecando contra los hermanos, e hiriendo su flaca conciencia, contra Cristo pecáis.
¿Quién jamás peleó a sus expensas? ¿Quién planta viña, y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el ganado, y no come de la leche del ganado?
Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.
porque del Señor es la tierra y su plenitud.
Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos, no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud.
Todo varón que ora o profetiza cubierta la cabeza, afrenta su cabeza.
Mas toda mujer que ora o profetiza no cubierta su cabeza, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiera rapado.
Por lo cual, la mujer debe tener potestad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.
Porque cada uno toma antes para comer su propia cena; y el uno tiene hambre, y el otro está embriagado.
Y si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os juntéis para juicio. Las demás cosas ordenaré cuando llegue.
porque lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está en vosotros.
Si alguno, a su parecer, es profeta, o espiritual, reconozca lo que os escribo, porque son mandamientos del Señor.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia hacía mí no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que fue conmigo.
Mas cada uno en su orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
mas Dios le da el cuerpo como quiso, y a cada simiente su propio cuerpo.
Cada primer sábado, cada uno de vosotros aparte en su casa, guardando lo que por la bondad de Dios pudiere; para que cuando yo llegare, no se hagan entonces colectas.
Las Iglesias de Asia os saludan. Os saludan mucho en el Señor Aquila y Priscila, con la Iglesia que está en su casa.
Mas a Dios gracias; el cual hace que siempre triunfemos en el Cristo Jesús y manifiesta el olor de su conocimiento por nosotros en todo lugar.
Y si el ministerio de muerte en la letra grabado en piedras, fue para gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieran poner los ojos en la faz de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,
y no como Moisés, que ponía un velo sobre su faz, para que los hijos de Israel no pusieran los ojos en su cara, cuya gloria había de perecer.
y no sólo con su venida, sino también con la consolación con que él fue consolado acerca de vosotros, haciéndonos saber vuestro deseo (grande), vuestro lloro, vuestro celo por mí, para que así me gozara más.
Por tanto, tomamos consolación de vuestra consolación, pero mucho más nos gozamos por el gozo de Tito, que haya sido recreado su espíritu por todos vosotros.
que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo permaneció, y su profunda pobreza abundó en riquezas de su bondad.
Porque ya sabéis la gracia del Señor nuestro, Jesús el Cristo, que por amor de vosotros se hizo pobre, siendo rico; para que vosotros con su pobreza fuerais enriquecidos.
Pues a la verdad recibió la exhortación; mas estando también muy solícito, de su voluntad partió para ir a vosotros.
Cada uno como propuso en su corazón (haga): no con tristeza, o por necesidad; porque Dios ama al dador alegre.
como está escrito: Derramó, dio a los pobres; su justicia permanece para siempre.
Gracias a Dios por su don inefable.
Mas temo que como la serpiente engañó a Eva con su astucia, sean corrompidos así vuestros sentidos en alguna manera, y caigan de la simplicidad que es en el Cristo.
Mas cuando quiso Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,
revelar a su Hijo en mí, para que le predicara entre los gentiles, luego no consulté con carne y sangre;
Y a su disimulación consentían también los otros judíos; de tal manera que aun Bernabé fue también llevado de ellos en su hipocresía.
A Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como de muchos; sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.
Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo, nacido de mujer, nacido súbdito de la ley,
Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre.
Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la sierva y a su hijo; porque no será heredero el hijo de la sierva con el hijo de la libre.
Así que cada uno examine su obra, y entonces tendrá gloria sólo respecto de sí mismo, y no en otro.
Porque cada cual llevará su carga.
Porque el que siembra en su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra en el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
No nos faltemos, pues, de hacer bien; que a su tiempo segaremos, si no hubiéremos faltado.
el cual nos señaló desde antes el camino para ser adoptados en hijos por Jesús, el Cristo, en sí mismo, por el buen querer de su voluntad,
para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado;
en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por las riquezas de su gracia,
descubriéndonos el misterio de su voluntad, por el buen querer de su voluntad, según lo que se había propuesto en sí mismo,
En él digo, en quien asimismo tuvimos herencia, quien nos señaló desde antes el camino conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad,
para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros que antes esperamos en el Cristo.
Que es las arras de nuestra herencia, para la redención de la posesión adquirida para alabanza de su gloria.
alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál sea la esperanza de su llamado, y cuáles sean las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
y cuál sea aquella supereminente grandeza de su potencia en nosotros los que creemos, por la operación de la potencia de su fortaleza,
la cual obró en el Cristo, resucitándole de los muertos, y colocándole a su diestra en los lugares celestiales,
la cual es su cuerpo, y él es la plenitud de ella: el cual llena todas las cosas en todos.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su mucha caridad con que nos amó,
para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
deshaciendo en su carne las enemistades, que eran la ley de los mandamientos en orden a ritos, para edificar en sí mismo los dos en un nuevo hombre, haciendo la paz,
Que los gentiles sean juntamente herederos, e incorporados, y consortes de su Promesa en el Cristo por el Evangelio;
del cual yo soy hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado, según la operación de su potencia.
que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser corroborados con potencia en el hombre interior por su Espíritu.
del cual, todo el cuerpo compuesto y bien ligado entre sí por el alimento que cada vínculo suministre, que recibe según la operación de cada miembro conforme a su medida, toma aumento de cuerpo edificándose en caridad.
Así que esto digo, y requiero en el Señor, que no andéis más como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su sentido.
Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la ceguedad de su corazón;
Por lo cual, dejando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
Porque ninguno aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y regala, como también el Señor a su Iglesia;
porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
Por esto dejará el hombre al padre y a la madre, y se unirá a su mujer, y serán dos en una carne.
Así también haga cada uno de vosotros, cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer que tenga en reverencia a su marido.
Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza.
porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
porque por la obra del Cristo estuvo cercano a la muerte, poniendo su vida para suplir vuestra falta en mi servicio.
por conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte,
cuyo fin será la perdición, cuyo dios es el vientre, y su gloria está en su vergüenza; que sienten lo terrenal.
el cual transformará el cuerpo de nuestra bajeza, para ser semejante al cuerpo de su gloria, por la operación con la cual puede también sujetar a sí todas las cosas.
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir a Dios que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y entendimiento espiritual;
Corroborados de toda fortaleza, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y tolerancia con gozo;
que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el Reino de su amado Hijo,
en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados.
y por él reconciliar todas las cosas a sí mismo, pacificando por la sangre de su madero, así lo que está en la tierra como lo que está en los cielos.
en el cuerpo de su carne por medio de la muerte, para haceros santos, y sin mancha, e irreprensibles delante de él;
Que ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las tribulaciones del Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia;
Que nadie os gobierne a su voluntad con pretexto de humildad y religión de ángeles, metiéndose en lo que no ha visto, andando hinchado en el vano sentido de su carne,
Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas, y a la Iglesia que está en su casa.
Y esperar a su Hijo de los cielos, al cual resucitó de los muertos: a Jesús, el cual nos libró de la ira que ha de venir.
y os encargábamos que anduvierais como es digno de Dios, que os llamó a su Reino y gloria.
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- 25.1 Crónicas 7:21-1 Crónicas 24:3
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- 27.2 Crónicas 15:12-2 Crónicas 32:3
- 28.2 Crónicas 32:7-Nehemías 4:22
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- 31.Job 21:16-Job 38:33
- 32.Job 38:41-Salmos 25:10
- 33.Salmos 25:13-Salmos 65:6
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- 36.Salmos 110:7-Salmos 150:2
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- 39.Proverbios 29:14-Cantares 8:12
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- 44.Jeremías 22:18-Jeremías 46:16
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