83 casos en 6 traducciones

'Sus' en la Biblia

Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.

Y dije: Ruégote, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande, y terrible, que guarda el pacto y la misericordia á los que le aman y guardan sus mandamientos;

pero {si} se vuelven a Mí y guardan Mis mandamientos y los cumplen, aunque sus desterrados estén en los confines de los cielos, de allí los recogeré y los traeré al lugar que he escogido para hacer morar Mi nombre allí.'

Y dije al rey: El rey viva para siempre. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas del fuego?

Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y consideré los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas del fuego.

Y les dije: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas del fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no seamos más en oprobio.

Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios era buena sobre mí, y asimismo las palabras del rey, que me había dicho. Y dijeron: Levantémonos, y edifiquemos. Y confortaron sus manos para bien.

Y les volví respuesta, y les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos; porque vosotros no tenéis parte, ni justicia, ni memoria en Jerusalén.

Y se levantó Eliasib el sumo sacerdote con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos la santificaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, santificándola hasta la torre de Hananeel.

Y los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos.

E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; mas sus grandes no prestaron su cerviz a la obra de su Señor.

Y la puerta Vieja restauraron Joiada hijo de Paseah, y Mesulam hijo de Besodías; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos.

Junto a ellos restauró Salum hijo de Halohes, príncipe de la mitad de la región de Jerusalén, él con sus hijas.

La puerta del Valle la restauró Hanún con los moradores de Zanoa; ellos la reedificaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos, y mil codos en el muro hasta la puerta del Muladar.

Y reedificó la puerta del Muladar, Malquías hijo de Recab, príncipe de la provincia de Bet-haquerem; él la reedificó, y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos.

Y Salum hijo de Colhoze, príncipe de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la reedificó, y la enmaderó, y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé de la huerta del rey, hasta las gradas que descienden de la ciudad de David.

Después de él restauraron sus hermanos, Bavai hijo de Henadad, príncipe de la mitad de la región de Keila.

Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Les han de permitir? ¿Han de sacrificar? ¿Han de acabar en tiempo? ¿Han de resucitar de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?

Oye, oh Dios nuestro, cómo somos despreciados. Devuelve su oprobio sobre sus cabezas y entrégalos por despojo en una tierra de cautividad.

Entonces puse por los bajos del lugar, detrás del muro, y en las alturas de los peñascos, puse el pueblo por familias con sus espadas, con sus lanzas, y con sus arcos.

Sucedió que nuestros enemigos se enteraron que lo sabíamos y que Dios había desbaratado sus planes; entonces todos nosotros volvimos a la muralla, cada uno a su trabajo.

Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban y el que tocaba el shofar estaba junto a mí.

Entonces fue grande el clamor del pueblo y de sus mujeres contra los judíos sus hermanos.

Y ahora, dado que la carne de nuestros hermanos es como nuestra carne, y sus hijos son como nuestros hijos; y he aquí que nosotros sujetamos nuestros hijos y nuestras hijas a esclavitud, y hay algunas de nuestras hijas sujetas; mas no hay facultad en nuestras manos para rescatarlas, porquenuestras tierras y nuestras viñas son de otros.

Y les dije: ``Nosotros, conforme a nuestras posibilidades, hemos redimido a nuestros hermanos Judíos que fueron vendidos a las naciones; y ahora, ¿venderían ustedes aun a sus hermanos para que sean vendidos a nosotros?" Ellos se quedaron callados y no hallaron respuesta que dar.

Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares, y sus casas, y hasta la centésima parte del dinero y del grano, del vino y del aceite que demandáis de ellos.

También sacudí los pliegues de mi manto y dije: Así sacuda Dios de su casa y de sus bienes a todo hombre que no cumpla esta promesa; así sea sacudido y despojado. Y toda la asamblea dijo: ¡Amén! Y alabaron al SEÑOR. Entonces el pueblo hizo conforme a esta promesa.

Mas los primeros capitanes que fueron antes de mí, cargaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino sobre cuarenta siclos de plata; a más de esto, sus criados se enseñoreaban sobre el pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de Dios.

Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanballat, conforme á estas sus obras, y también de Noadías profetisa, y de los otros profetas que hacían por ponerme miedo.

Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todos los gentiles que estaban en nuestros alrededores, y cayeron mucho en sus ojos, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.

También contaban delante de mí sus buenas obras, y a él le referían mis palabras. Y enviaba Tobías cartas para atemorizarme.

y les dije: No se abrirán las puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol; y estando todavía los porteros en sus puestos, se cerrarán y atrancarán las puertas. Designad también guardias de los habitantes de Jerusalén, unos en su {puesto de} guardia, y otros delante de su casa.

Y puso Dios en mi corazón que juntara los principales, los magistrados, y el pueblo, para que fueran empadronados por el orden de sus linajes; y hallé el libro de la genealogía de los que habían subido antes, y encontré en él escrito:

Y éstos son los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Adón, e Imer, los cuales no pudieron mostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel:

sin sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete; y entre ellos había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras.

Sus caballos, setecientos treinta y seis; sus mulos, doscientos cuarenta y cinco;

{sus} camellos, cuatrocientos treinta y cinco; {sus} asnos, seis mil setecientos veinte.

Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los del pueblo, los netineos, y todo Israel, en sus ciudades. Y venido el mes séptimo, los hijos de Israel estaban en sus ciudades.

y que hicieran saber, y pasar pregón por todas sus ciudades y por Jerusalén, diciendo: Salid al monte, y traed ramos de oliva, ramos de pino, ramos de arrayán, ramos de palmas, y ramos de todo árbol espeso, para hacer cabañas como está escrito.

Salió, pues, el pueblo, y trajeron, y se hicieron cabañas, cada uno sobre su terrado, en sus patios, en los patios de la Casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín.

y diste señales y maravillas en Faraón, y en todos sus siervos, y en todo el pueblo de su tierra; porque sabías que habían hecho soberbiamente contra ellos; e hiciste nombre grande, como lo es en este día.

Y los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad; sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies.

También les diste reinos y pueblos, y se {los} repartiste con {sus} límites. Y tomaron posesión de la tierra de Sehón, rey de Hesbón, y la tierra de Og, rey de Basán.

Y multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los metiste en la tierra, de la cual habías prometido a sus padres que habían de entrar en ella para heredarla.

Porque los hijos vinieron y poseyeron la tierra; y humillaste delante de ellos a los moradores de la tierra, a los cananeos, los cuales entregaste en su mano, a sus reyes, y a los pueblos de la tierra, para que hicieran de ellos a su voluntad.

Y los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron; y en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tus muchas miseraciones les dabas salvadores, que los salvaren de mano de sus enemigos.

Mas teniendo reposo, se volvían a hacer lo malo delante de ti; por lo cual los dejaste en mano de sus enemigos, que se enseñorearon de ellos; pero convertidos clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías, y según tus miseraciones muchas veces los libraste.

Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras.

He aquí que hoy somos siervos, henos aquí, siervos en la tierra que diste á nuestros padres para que comiesen sus fruto y su bien.

y sus hermanos Sebanías, Hodías, Kelita, Pelaías, Hanán;

Y el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros, cantores, netineos, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, sus mujeres, sus hijos e hijas, y todo sabio y entendido.

Fortificados con sus hermanos, sus nobles, vinieron en juramento de maldición de que andarían en la ley de Dios, que fue dada por mano de Moisés, siervo de Dios; y que guardarían y pondrían por obra todos los mandamientos del SEÑOR nuestro Señor, sus juicios y sus estatutos;

Y éstos son las cabezas de la provincia que moraron en Jerusalén; mas en las ciudades de Judá habitaron cada uno en su posesión en sus ciudades, de Israel, de los sacerdotes, levitas, netineos, y de los hijos de los siervos de Salomón.

y sus hermanos los que hacían la obra de la Casa, ochocientos veintidós; y Adaías hijo de Jeroham, hijo de Pelalías, hijo de Amsi, hijo de Zacarías, hijo de Pasur, hijo de Malquías,

y sus hermanos, príncipes de familias, doscientos cuarenta y dos; y Amasai hijo de Azareel, hijo de Azai, hijo de Mesilemot, hijo de Imer,

y sus hermanos, valientes de fuerza, ciento veintiocho, capitán de los cuales era Zabdiel, hijo de Gedolim.

y Matanías hijo de Micaía, hijo de Zabdi, hijo de Asaf, el principal, el que empezaba las alabanzas y acción de gracias al tiempo de la oración; y Bacbuquías el segundo de entre sus hermanos; y Abda hijo de Samúa, hijo de Galal, hijo de Jedutún.

Y los porteros, Acub, Talmón, y sus hermanos, guardas en las puertas, ciento setenta y dos.

Y tocante a las aldeas y sus tierras, algunos de los hijos de Judá habitaron en Quiriat-arba y sus aldeas, y en Dibón y sus aldeas, y en Jecabseel y sus aldeas;

en Hazar-sual, en Beerseba, y en sus aldeas;

en Siclag, en Mecona, y en sus aldeas;

en Zanoa, en Adulam, y en sus aldeas; en Laquis y sus tierras, y en Azeca y sus aldeas. Y habitaron desde Beerseba hasta el valle de Hinom.

Y los hijos de Benjamín desde Geba en Micmas en Aía, en Bet-el y sus aldeas;

Salú, Amoc, Hilcías, y Jedaías. Estos eran los príncipes de los sacerdotes y sus hermanos en los días de Jesúa.

Y los levitas: Jesúa, Binúi, Cadmiel, Serebías, Judá, y Matanías, que con sus hermanos oficiaba en los cantos de alabanza.

Y Bacbuquías y Uni, sus hermanos, delante de ellos en las guardas.

Las cabezas de los levitas: Hasabías, Serebías, Jesúa hijo de Cadmiel, y sus hermanos delante de ellos, para alabar y para rendir gracias, conforme al estatuto de David varón de Dios, guardando su turno.

Y a la dedicación del muro de Jerusalén buscaron a los levitas de todos sus lugares, para traerlos a Jerusalén, para hacer la dedicación con alegría, con acción de gracias y con cánticos, con címbalos, salterios y cítaras.

y sus hermanos, Semaías, Azarael, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá y Hanani, con los instrumentos musicales de David varón de Dios; y Esdras escriba, delante de ellos.

Y todo Israel en días de Zorobabel, y en días de Nehemías, daba raciones á los cantores y á los porteros, cada cosa en su día: consagraban asimismo sus porciones á los Levitas, y los Levitas consagraban parte á los hijos de Aarón.

Por tanto, reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Entonces reuní a los levitas y los restablecí en sus puestos.

Y puse sobre los cilleros a Selemías sacerdote, y a Sadoc escriba, y de los levitas, a Pedaías; y a mano de ellos Hanán hijo de Zacur, hijo de Matanías; porque eran tenidos por fieles, y de ellos eran el repartir a sus hermanos.

Acuérdate de mí, oh Dios, en orden a esto, y no raigas mis misericordias que hice en la Casa de mi Dios, y en sus guardas.

" ¿No hicieron lo mismo sus padres, y nuestro Dios trajo sobre nosotros y sobre esta ciudad toda esta aflicción? Ustedes, pues, aumentan {Su} furor contra Israel al profanar el día de reposo."

y sus hijos la mitad hablaban Asdod, y conforme a la lengua de cada pueblo; porque no sabían hablar judaico.

Y reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y los juramenté, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, o para vosotros.

Limpiélos pues de todo extranjero, y puse á los sacerdotes y Levitas por sus clases, á cada uno en su obra;

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