4005 casos

'Sus' en la Biblia

Hay otra enfermedad maligna que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal;

Todo lo he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.

y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es redes y lazos; y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará preso en ella.

Por lo cual yo di mi corazón a conocer sabiduría, y a ver la ocupación que se hace sobre la tierra (porque hay quien ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos).

Ciertamente a todo esto di mi corazón, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; y que no sabe el hombre ni el amor ni el odio por todo lo que pasa delante de él.

Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fortaleza; aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras.

¡Bienaventurada, tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas, y no por el beber!

El fin de todo el sermón es oído: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es toda la felicidad del hombre.

Atráeme en pos de ti, correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; nos gozaremos y alegraremos en ti; acordarémonos de tus amores más que del vino. Los rectos te aman.

la higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor; levántate, oh compañera mía, hermosa mía, y vente.

Sus columnas hizo de plata, su solado de oro, su cielo de grana, su interior enlosado de amor, por las doncellas de Jerusalén.

Levántate, Aquilón, y ven, Austro; sopla sobre mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta.

Su cabeza, es como oro finísimo; sus cabellos crespos, negros como el cuervo.

Sus ojos, son como palomas junto a los arroyos de las aguas, que se lavan con leche; como palomas que están junto a la abundancia.

Sus mejillas, son como una era de especias aromáticas, como fragantes flores; sus labios, son como lirios que destilan mirra que trasciende.

Sus manos, son como anillos de oro engastados de jacintos; su vientre, es como blanco marfil cubierto de zafiros.

Sus piernas, son como columnas de mármol fundadas sobre basas de fino oro; su vista es como el Líbano, escogido como los cedros.

Yo dije: Subiré a la palma, me asiré de sus ramas. Y tus pechos serán ahora como racimos de vid, y el aliento de tu nariz como de manzanas;

Ponme como un sello sobre tu corazón, como un sello sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor; duro como el Seol los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.

Yo soy muro, y mis pechos son como torres, desde que fui en sus ojos como la que halla paz.

Y juzgará entre los gentiles, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán más para la guerra.

Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos; ni sus carros tienen número.

Además está su tierra llena de ídolos, y a la obra de sus manos se han arrodillado, a lo que fabricaron sus dedos.

Aquel día el hombre arrojará en las cuevas de los topos, y de los murciélagos, sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorara;

Pues arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído; porque la lengua de ellos y sus obras han sido contra el SEÑOR, para irritar los ojos de su majestad.

El SEÑOR vendrá a juicio contra los ancianos de su pueblo, y contra sus príncipes; porque vosotros habéis devorado la viña, y el despojo del pobre está en vuestras casas.

Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, desamparada, se sentará en tierra.

Y creará el SEÑOR sobre toda la morada del Monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá cobertura.

Por esta causa se encendió el furor del SEÑOR contra su pueblo; y extendiendo contra él su mano, lo hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, antes está su mano todavía extendida.

No habrá entre ellos cansado, ni quien tropiece; ninguno se dormirá, ni le tomará sueño; a ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la correa de sus zapatos.

Sus saetas amoladas, y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecerán como de pedernal; y las ruedas de sus carros como torbellino.

Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación; y en sus cielos se oscurecerá la luz.

Y encima de él estaban serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.

Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos; para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda; ni se convierta, y haya para él sanidad.

Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra que tú aborreces será dejada de sus dos reyes.

he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de río, impetuosas y muchas, es a saber, al rey de Asiria con todo su poder: el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas;

y pasando hasta Judá, inundará, y sobrepujará, y llegará hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emmanuel.

Mas el SEÑOR ensalzará los enemigos de Rezín contra él, y juntará sus enemigos;

Por tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus jóvenes, ni de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia; porque todos son falsos y malignos, y toda boca habla despropósitos. Con todo esto no cesará su furor, antes todavía su mano está extendida.

Como halló mi mano los reinos de los ídolos, siendo sus imágenes más que Jerusalén y Samaria;

Como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré también así a Jerusalén y a sus ídolos?

Mas acontecerá que después que el Señor hubiere acabado toda su obra en el Monte de Sion, y en Jerusalén, visitaré sobre el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y sobre la gloria de la altivez de sus ojos.

Porque dijo: Con la fortaleza de mi mano lo he hecho, y con mi sabiduría; porque he sido prudente; y quité los términos de los pueblos, y saqueé sus tesoros, y derribé como valientes a los que estaban sentados;

Por tanto el Señor DIOS de los ejércitos, enviará flaqueza sobre sus gordos; y debajo de su gloria encenderá encendimiento, como encendimiento de fuego.

Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinas.

Sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

Y diréis en aquel día: Cantad al SEÑOR; invocad su nombre. Haced célebres en los pueblos sus obras. Recordad como su nombre es engrandecido.

Y se llenarán de terror; angustias y dolores los invadirán; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrarán al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas.

Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no derramarán su lumbre; el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no echará su resplandor.

Sus niños serán estrellados delante de ellos; sus casas serán saqueadas, y forzadas sus mujeres.

mas dormirán allí bestias fieras; y sus casas se llenarán de hurones; allí habitarán hijas del búho, y allí saltarán sátiros.

Y en sus palacios gritarán gatos cervales; y dragones en sus casas de deleite; y abocado está a venir su tiempo, y sus días no se alargarán.

El Seol abajo se espantó de ti; te despertó muertos que en tu venida salieran a recibirte, hizo levantar de sus tronos a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de los gentiles.

Que puso el mundo como un desierto? ¿Que asoló sus ciudades? ¿Que a sus presos nunca abrió la cárcel?

Aparejad sus hijos para el matadero por la iniquidad de sus padres; no se levanten, ni posean la tierra, ni llenen la faz del mundo de ciudades.

Aúlla, oh puerta, clama, oh ciudad; desleída Filistea toda tú, porque humo vendrá del aquilón; no quedará uno solo en sus asambleas.

Se ceñirán de cilicio en sus plazas; en sus terrados y en sus calles todos aullarán, descendiendo en llanto.

Mi corazón dará gritos por Moab; sus fugitivos subirán con lloro por la subida de Luhit hasta Zoar, novilla de tres años, levantarán grito de quebrantamiento por el camino de Horonaim.

Por lo cual lo que cada uno guardó, y sus riquezas sobre el arroyo de los sauces serán llevadas.

Hemos oído la soberbia de Moab; en extremo soberbio; su soberbia, y su arrogancia, y su altivez; mas sus mentiras no serán firmes.

Porque las vides de Hesbón fueron taladas, y las vides de Sibma; señores de los gentiles hollaron sus generosos sarmientos; que habían llegado hasta Jazer, y se cundieron por el desierto; sus nobles plantas se extendieron; pasaron el mar.

Pero ahora el SEÑOR habló, diciendo: Dentro de tres años, como cuenta los años un jornalero, será abatida la gloria de Moab, con toda su gran multitud; y sus residuos serán pocos, pequeños, y no fuertes.

Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el aceituno, que quedan ahí dos o tres granos en la punta de la rama, cuatro o cinco frutos en sus ramas, dice el SEÑOR Dios de Israel.

En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel.

Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los bosques, ni a las imágenes del Sol.

Y el espíritu de Egipto se desvanecerá en medio de él, y destruiré su consejo; y preguntarán a sus imágenes, a sus mágicos, a sus espiritistas y a sus adivinos.

Porque todas sus redes serán rotas; y se entristecerán todos los que hacen estanques para criar peces.

Se han desvanecido los príncipes de Zoán; se han engañado los príncipes de Menfis; engañaron a Egipto las esquinas de sus familias.

Y será por señal, y por testimonio al SEÑOR de los ejércitos en la tierra de Egipto; porque al SEÑOR clamarán a causa de sus opresores, y él les enviará Salvador y Príncipe que los libre.

Y he aquí este carro de hombres viene, un par de caballeros. Después habló, y dijo: Cayó; cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra.

Y acaeció, que tus hermosos valles fueron llenos de carros; y soldados pusieron de hecho sus haces a la puerta.

Y lo vestiré de tus vestiduras, y le fortaleceré con tu talabarte; y entregaré en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá.

¿No era ésta vuestra ciudad alegre, su antigüedad de muchos días? Sus pies la llevarán a peregrinar lejos.

Extendió su mano sobre el mar; hizo temblar los reinos. El SEÑOR mandó sobre Canaán que sus fuerzas sean debilitadas.

Mira, la tierra de los Caldeos. Este pueblo no era antes; Assur la fundó para los que habitaban en el desierto; levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas.

He aquí que el SEÑOR vacía la tierra, y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir sus moradores.

Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron hallados culpables. Por esta causa fueron consumidos los moradores de la tierra, y los hombres se apocaron.

Y extenderá su mano por en medio de él, como la extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia con los miembros de sus manos;

Como la mujer encinta cuando se acerca el parto, gime, y da gritos con sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh SEÑOR.

Porque he aquí, que el SEÑOR sale de su lugar, para visitar la iniquidad del morador de la tierra contra él; y la tierra descubrirá su sangre, y no encubrirá más sus muertos.

Con medida la castigarás en sus vástagos. El reprime su recio viento en el día del aire solano.

De otra manera la ciudad fortalecida será asolada; la morada será desamparada, y dejada como un desierto; allí se apacentará el becerro, allí tendrá su majada, y acabará sus ramas.

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