'Te' en la Biblia
- 1.Gé 3:10-Gé 31:16
- 2.Gé 31:27-Éx 20:4
- 3.Éx 20:5-Números 22:29
- 4.Números 22:33-Deuteronomio 12:28
- 5.Deuteronomio 12:32-Deuteronomio 26:3
- 6.Deuteronomio 26:10-Jueces 9:36
- 7.Jueces 10:15-1 Samuel 16:15
- 8.1 Samuel 16:16-2 Samuel 16:21
- 9.2 Samuel 17:1-1 Reyes 20:35
- 10.1 Reyes 20:36-1 Crónicas 29:19
- 11.2 Crónicas 1:7-Job 22:22
- 12.Job 22:23-Salmos 51:16
- 13.Salmos 51:19-Salmos 119:164
- 14.Salmos 119:175-Eclesiastés 9:10
- 15.Eclesiastés 11:9-Isaías 49:7
- 16.Isaías 49:8-Jeremías 15:11
- 17.Jeremías 15:14-Ezequiel 2:4
- 18.Ezequiel 2:6-Ezequiel 26:21
- 19.Ezequiel 27:4-Abdías 1:13
- 20.Abdías 1:14-Mateo 25:24
- 21.Mateo 25:27-Lucas 18:42
- 22.Lucas 19:21-Hechos 24:25
- 23.Hechos 26:1-Apocalipsis 21:9
Entonces Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenzó a dar razón por sí, diciendo:
mayormente sabiendo tú todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judíos, por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.
Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebraica: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.
Mas levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto te he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que apareceré a ti;
librándote de este pueblo y de los gentiles, a los cuales ahora te envío,
Y diciendo él estas cosas, (y dando razón de sí) Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco.
diciendo: Pablo, no temas; es necesario que seas presentado delante de César; y he aquí, Dios te ha dado a todos los que navegan contigo.
Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, cualquiera que juzgas; porque en lo mismo que juzgas al otro, te condenas a ti mismo; porque lo mismo haces, tú que juzgas a los otros.
¿O menosprecias las riquezas de su bondad, y paciencia, y longanimidad, ignorando que su bondad te guía al arrepentimiento?
He aquí, tú te llamas por sobrenombre judío; y estás apoyado en la ley, y te glorías en Dios,
y te confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,
Tú pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? ¿Tú, que predicas que no se ha de hurtar, hurtas?
¿Tú, que te jactas de la ley, con rebelión a la ley deshonras a Dios?
Y lo que naturalmente es prepucio, pero guarda perfectamente la ley, te juzgará a ti, que con la letra y con la circuncisión eres rebelde a la ley.
Como está escrito: Que por padre de muchos gentiles te he puesto delante de Dios, al cual creyó; el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como las que son.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.
ni por ser simiente de Abraham son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada simiente.
Porque la Escritura dice de Faraón: Que para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi potencia, y que mi Nombre sea anunciado por toda la tierra.
no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.
Bien; por su incredulidad fueron quebradas, mas tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, antes teme.
Que si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.
Porque el Cristo no se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperan, cayeron sobre mí.
pero que los gentiles glorifiquen a Dios por la misericordia; como está escrito: Por tanto yo te confesaré a ti entre los gentiles, y cantaré a tu Nombre.
Porque ¿quién te hace juzgar? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿de qué te glorías como si no lo hubieras recibido?
¿Eres llamado siendo siervo? No te dé cuidado; mas también si puedes hacerte libre, procúralo más.
Pero si te casas, no has pecado; y si una doncella se casa, no ha pecado. Sin embargo, ellos tendrán problemas en esta vida, y yo os {los} quiero evitar.
Porque si te ve alguno, a ti que tienes esta ciencia, sentado a la mesa en el lugar de los ídolos, ¿la conciencia de aquel que es débil, no será llevada a comer de lo sacrificado a los ídolos?
Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito; ni asimismo la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.
(porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salud te he socorrido; he aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de la salud).
Y El me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.
Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará el Cristo.
para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
Asimismo te ruego también a ti, hermano compañero, ayuda a éstas que trabajaron juntamente conmigo en el Evangelio, con Clemente también, y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
Harás como te rogué, que te quedaras en Efeso, cuando partí para Macedonia, para que requirieras a algunos que no enseñen diversa doctrina,
Ni presten atención á fábulas y genealogías sin término, que antes engendran cuestiones que la edificación de Dios que es por fe; así te encargo ahora.
Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías pasadas acerca de ti, milites por ellas buena milicia;
Esto te escribo con la esperanza que iré presto a ti;
Y si no fuere tan presto, para que sepas cómo te conviene conversar en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad.
No menosprecies el don que está en ti, que te es dado para profetizar mediante la imposición de las manos de los ancianos.
Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; sé diligente en esto, porque si así lo hicieres, a ti mismo te salvarás y a los que te oyen.
Te requiero delante de Dios y del Señor Jesús el Cristo, y de sus Angeles escogidos, que guardes estas cosas, sin perjuicio de nadie, no haciendo nada con parcialidad.
Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que testificó la buena profesión delante de Poncio Pilato,
Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, y apártate de las voces profanas de vanas cosas, y los argumentos del vano nombre de ciencia;
Por lo cual te aconsejo que despiertes el don de Dios, que está en ti por la imposición de mis manos.
Por tanto no te avergüences de dar testimonio del Señor nuestro, ni de mí, que estoy preso por él; antes sé participante de los trabajos del Evangelio por el poder de Dios,
Guarda, mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros, el tesoro que {te} ha sido encomendado.
Entiende lo que digo; que el Señor te dará entendimiento en todo.
Permanece tú en lo que has aprendido y en lo que te ha sido encargado, sabiendo de quién has aprendido;
y que sabes las Sagradas Escrituras desde la niñez, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús.
Te encargo solemnemente, en la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su manifestación y por su reino:
Procura venir antes del invierno. Eubulo te saluda, y Pudente, Lino, Claudia, y todos los hermanos.
Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieras lo que falta, y pusieras ancianos por las villas, así como yo te mandé;
Esto habla y exhorta, y reprende con toda autoridad. Nadie te desprecie.
Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, procura venir a mí en Nicópolis, porque he decidido pasar allí el invierno.
Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros. Amén.
Por lo cual, aunque tengo mucha resolución en Cristo de mandarte en lo que te conviene,
Ruégo te más bien por amor, siendo tal cual soy, Pablo viejo, y aun ahora prisionero de Jesucristo:
te ruego por mi hijo Onésimo, a quien he engendrado en mis prisiones,
el cual en otro tiempo te fue inútil, mas ahora a ti y a mí nos es útil;
el cual te vuelvo a enviar; tú pues, recíbele como a mí mismo.
Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta.
Yo Pablo lo escribí de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun a ti mismo te me debes.
Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que aun harás más de lo que digo.
Te saludan Epafras, mi compañero en la prisión por el Cristo Jesús.
Porque ¿A cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, hoy yo te he engendrado, Y otra vez: Yo seré a él Padre, y él me será a mí Hijo?
amaste la justicia, y aborreciste la maldad; por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.
Testificó sin embargo uno en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, que te acuerdas de él? ¿O el hijo del hombre, que lo visitas?
Diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré.
Así también el Cristo no se glorificó a sí mismo haciéndose Sumo Sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy:
diciendo: Que te bendeciré bendiciendo, y multiplicando, te multiplicaré.
(Los cuales sirven de ejemplo y sombra de las cosas celestiales, como fue respondido a Moisés cuando había de hacer el Tabernáculo: Mira, dice: haz todas las cosas conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte).
holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
Diciendo arriba: Sacrificio y presente, y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron, las cuales cosas se ofrecen según la Ley,
(habiéndole sido dicho: En Isaac te será llamada simiente);
además, habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige: HIJO MIO, NO TENGAS EN POCO LA DISCIPLINA DEL SEÑOR, NI TE DESANIMES AL SER REPRENDIDO POR EL;
Sean las costumbres vuestras sin avaricia, contentos de lo presente (porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.)
Pues el que dijo: NO COMETAS ADULTERIO, también dijo: NO MATES. Ahora bien, si tú no cometes adulterio, pero matas, te has convertido en transgresor de la ley.
Mas alguno dirá: Tú tienes la fe, y yo tengo las obras; muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
Y ahora te ruego, señora, (no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino aquel que nosotros hemos tenido desde el principio), que nos amemos unos a otros.
Los hijos de tu hermana elegida te saludan. Amén.
porque espero verte en breve, y hablaremos cara a cara. Paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú a los amigos por nombre.
{La} paz {sea} contigo. Los amigos te saludan. Saluda a los amigos, a cada uno por nombre.
Pues cuando el Arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió a usar de juicio de maldición contra él, antes le dijo: El Señor te reprenda.
Por lo cual ten memoria de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; si no, vendré presto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te enmendares.
No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo ha de enviar algunos de vosotros a la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
He aquí, yo doy de la sinagoga de Satanás, a los que se dicen ser judíos, y no lo son, mas mienten; he aquí, yo los constreñiré a que vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado.
Porque has guardado la Palabra de mi paciencia, yo te guardaré de la hora de la tentación, que ha de venir en todo el universo mundo, para probar a los que moran en la tierra.
Mas porque eres tibio, y no frío ni hirviente, yo te vomitaré de mi boca.
Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
Después de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que es necesario que sean hechas después de éstas.
Y fui al ángel, diciéndole que me diera el librito; y él me dijo: Toma, y trágalo; y él te hará amargar tu vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran potencia, y has reinado.
Y otro ángel salió del templo, clamando con alta voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar te es venida, porque la mies de la tierra está seca.
¿Quién no te temerá, oh Señor, y engrandecerá tu Nombre? Porque tú solo eres Santo; por lo cual todos los gentiles vendrán, y adorarán delante de ti, porque tus juicios son manifestados.
Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven, y te mostraré la condenación de la gran ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas;
Y el ángel me dijo: ¿Por qué te maravillas? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos.
Y los frutos del deseo de tu alma se apartaron de ti; y todas las cosas gruesas y excelentes te han faltado; y de aquí en adelante ya no hallarás más estas cosas.
Y vino a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete postreras plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven, yo te mostraré la Esposa, mujer del Cordero.
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