3857 casos en 6 traducciones

'Tú' en la Biblia

Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Gozo hallas, amada! El Señor es contigo; bendita entre las mujeres.

Y he aquí, Elisabet tu parienta, también ella ha concebido hijo en su vejez; y éste es el sexto mes para ella que era llamada la estéril;

Porque he aquí, cuando llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.

Y le dijeron: ¿Por qué? Nadie hay en tu parentela que se llame con este nombre.

Y , niño: profeta del Altísimo serás llamado; porque irás delante de la faz del Señor, para aparejar sus caminos;

porque han visto mis ojos tu Salud,

(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean manifestados los pensamientos de muchos corazones.

Y cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con dolor.

pues si adorares delante de mí, serán todos tuyos.

Y les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído haber sido hechas en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.

``Déja{nos}. ¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios."

Y salían también demonios de muchos, dando voces, y diciendo: eres el Cristo, el Hijo de Dios. Mas él riñéndoles no les dejaba hablar; porque sabían que él era el Cristo.

Y respondiendo Simón, le dijo: Maestro, habiendo trabajado toda la noche, nada hemos tomado; mas en tu palabra echaré la red.

Y él le mandó que no lo dijera a nadie; mas ve, le dijo, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu limpieza, como mandó Moisés, para que les conste.

Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados, (dice al paralítico): A ti digo, levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.

Y mirándolos a todos alrededor, dice al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restituida sana como la otra.

¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y la viga que está en tu propio ojo no consideras?

¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, deja, echaré fuera la paja que está en tu ojo, no mirando la viga, que está en tu ojo? Hipócrita, echa primero fuera de tu ojo la viga, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.

Jesús iba con ellos, pero cuando ya no estaba lejos de la casa, el centurión envió a unos amigos, diciendo: ``Señor, no te molestes más, porque no soy digno de que entres bajo mi techo;

Y como los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, diciendo: ¿Eres aquel que había de venir, o esperaremos a otro?

Este es de quien está escrito: He aquí, envío mi ángel delante de tu faz, El cual aparejará tu camino delante de ti.

Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no diste agua para mis pies; y ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha limpiado con los cabellos de su cabeza.

Y dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.

Y le fue dado aviso, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera, que quieren verte.

Al ver a Jesús, gritó y cayó delante de El, y dijo en alta voz: `` ¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes."

Estando aún él hablando, vino uno del príncipe de la sinagoga a decirle: Tu hija está muerta, no des trabajo al Maestro.

Y Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y , ve, y anuncia el Reino de Dios.

Y , Capernaum, que hasta los cielos estás levantada, hasta el Hades serás abatida.

¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser prójimo del que cayó en {manos de} los salteadores?

Y él dijo: El que usó con él de misericordia. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz lo mismo.

Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos; sea tu Nombre santificado. Venga tu Reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

La lámpara del cuerpo es el ojo; pues si tu ojo fuere sincero, también todo tu cuerpo será resplandeciente; mas si fuere malo, también tu cuerpo será tenebroso.

Así que, siendo todo tu cuerpo resplandeciente, no teniendo alguna parte de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara de resplandor te alumbra.

Pues cuando vas al magistrado con tu adversario, procura en el camino librarte de él; para que no te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel.

Cuando Jesús la vio, la llamó, y le dijo: Mujer, libre eres de tu enfermedad.

Cuando fueres llamado de alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más honrado que esté por él convidado,

Y dijo también al que le había convidado: Cuando ofrezcas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos, no sea que ellos a su vez también te conviden y tengas ya tu recompensa.

ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.

Y él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha matado el becerro grueso, por haberle recibido salvo.

Mas él respondiendo, dijo al padre: He aquí tantos años te sirvo, no habiendo traspasado jamás tu mandamiento, y nunca me has dado un cabrito para hacer banquete con mis amigos;

El entonces le dijo: Hijo, siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.

mas era necesario hacer banquete y regocijarnos, porque éste tu hermano estaba muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.

Y le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo.

Y él dijo: Cien batos de aceite. Y le dijo: Toma tu obligación, y siéntate presto, y escribe cincuenta.

Después dijo a otro: ¿Y , cuánto debes? Y él dijo: Cien coros de trigo. Y él le dijo: Toma tu obligación, y escribe ochenta.

Y le dijo Abraham: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; mas ahora éste es consolado aquí, y atormentado.

¿No le dice antes: Adereza qué cene, y arremángate, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe?

Y como vino a aquel lugar Jesús, mirando, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose en tu casa.

Y vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas.

Y vino otro, diciendo: Señor, he aquí tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo;

Entonces él le dijo: Mal siervo, de tu boca te juzgo. Sabías que yo era hombre recio, que quito lo que no puse, y que siego lo que no sembré;

diciendo: ¡Oh si también conocieras, a lo menos en este tu día, lo que toca a tu paz! Mas ahora está encubierto a tus ojos.

y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti; y no dejarán sobre ti piedra sobre piedra; por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.

Y un poco después, viéndole otro, dijo: Y de ellos eras. Y Pedro dijo: Hombre, no soy.

Y uno de los malhechores que estaban colgados, le injuriaba, diciendo: Si eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.

Y respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes a Dios, estando en la misma condenación?

Y respondiendo el uno, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿ solo peregrino eres en Jerusalén, y no has sabido las cosas que en ella han acontecido estos días?

Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres Elías? Dijo: No soy. ¿Eres el profeta? Y respondió: No.

Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué pues bautizas, si no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?

Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: eres Simón, hijo de Jonás; serás llamado Cefas (que quiere decir, Piedra).

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