3450 casos

'Tú' en la Biblia

Porque verdaderamente se juntaron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, al cual ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los Gentiles y los pueblos de Israel,

Reteniéndola, ¿no se te quedaba á ti? y vendida, ¿no estaba en tu potestad? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido á los hombres, sino á Dios.

Y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven á la tierra que te mostraré.

¿Quieres matarme, como mataste ayer al Egipcio?

No tienes parte ni suerte en este negocio; porque tu corazón no es recto delante de Dios.

Arrepiéntete pues de esta tu maldad, y ruega á Dios, si quizás te será perdonado el pensamiento de tu corazón.

Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él dijo: Yo soy Jesús á quien persigues: dura cosa te es dar coses contra el aguijón.

Y aun aquí tiene facultad de los príncipes de los sacerdotes de prender á todos los que invocan tu nombre.

Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y hazte tu cama. Y luego se levantó.

Así que, luego envié á ti; y has hecho bien en venir. Ahora pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oir todo lo que Dios te ha mandado.

Entonces la voz me respondió del cielo segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames común.

Y le dijo el ángel: Cíñete, y átate tus sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Rodéate tu ropa, y sígueme.

La cual Dios ha cumplido á los hijos de ellos, á nosotros, resucitando á Jesús: como también en el salmo segundo está escrito: Mi hijo eres , yo te he engendrado hoy.

Por eso dice también en otro lugar: No permitirás que tu Santo vea corrupción.

Tomando á éstos contigo, purifícate con ellos, y gasta con ellos, para que rasuren sus cabezas, y todos entiendan que no hay nada de lo que fueron informados acerca de ti; sino que también andas guardando la ley.

¿No eres aquel Egipcio que levantaste una sedición antes de estos días, y sacaste al desierto cuatro mil hombres salteadores?

Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, á quién persigues.

Y viniendo el tribuno, le dijo: Dime, ¿eres Romano? Y él dijo: Sí.

Mas no los creas; porque más de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales han hecho voto debajo de maldición, de no comer ni beber hasta que le hayan muerto; y ahora están apercibidos esperando tu promesa.

Y citado que fué, Tértulo comenzó á acusar, diciendo: Como por causa tuya vivamos en grande paz, y muchas cosas sean bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia,

Empero por no molestarte más largamente, ruégote que nos oigas brevemente conforme á tu equidad.

Mandando á sus acusadores que viniesen á ti; del cual mismo juzgando, podrás entender todas estas cosas de que le acusamos.

Porque puedes entender que no hace más de doce días que subí á adorar á Jerusalem;

Y Pablo dijo: Ante el tribunal de César estoy, donde conviene que sea juzgado. A los Judíos no he hecho injuria alguna, como sabes muy bien.

Mayormente sabiendo todas las costumbres y cuestiones que hay entre los Judíos: por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.

Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, á quien persigues.

Y Pablo dijo: ­Pluguiese á Dios que por poco ó por mucho, no solamente , mas también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas prisiones!

POR lo cual eres inexcusable, oh hombre, cuaquiera que juzgas: porque en lo que juzgas á otro, te condenas á ti mismo; porque lo mismo haces, que juzgas.

¿Y piensas esto, oh hombre, que juzgas á los que hacen tales cosas, y haces las mismas, que escaparás del juicio de Dios.?

He aquí, tienes el sobrenombre de Judío, y estás reposado en la ley, y te glorías en Dios,

¿, que te jactas de la ley, con infracción de la ley deshonras á Dios?

Porque la circuncisión en verdad aprovecha, si guardares la ley; mas si eres rebelde á la ley, tu circuncisión es hecha incircuncisión.

Mas la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo á Cristo:)

Que si algunas de las ramas fueron quebradas, y , siendo acebuche, has sido ingerido en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la grosura de la oliva;

No te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas á la raíz, sino la raíz á ti.

Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: la severidad ciertamente en los que cayeron; mas la bondad para contigo, si permanecieres en la bondad; pues de otra manera también serás cortado.

Porque si eres cortado del natural acebuche, y contra natura fuiste ingerido en la buena oliva, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán ingeridos en su oliva?

Porque: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; no codiciarás: y si hay algún otro mandamiento, en esta sentencia se comprende sumariamente: Amarás á tu prójimo como á ti mismo.

Mas ¿por qué juzgas á tu hermano? ó también, ¿por qué menosprecias á tu hermano? porque todos hemos de estar ante el tribunal de Cristo.

Empero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme á la caridad. No arruines con tu comida á aquél por el cual Cristo murió.

Y para que los Gentiles glorifiquen á Dios por la misericordia; como está escrito: Por tanto yo te confesaré entre los Gentiles, Y cantaré á tu nombre.

Porque si bendijeres con el espíritu, el que ocupa lugar de un mero particular, ¿cómo dirá amén á tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho.

Mas cuando vi que no andaban derechamente conforme á la verdad del evangelio, dije á Pedro delante de todos: Si , siendo Judío, vives como los Gentiles y no como Judío, ¿por qué constriñes á los Gentiles á judaizar?

Déle el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó en Efeso, lo sabes mejor.

Guárdate también de él; que en grande manera ha resistido á nuestras palabras.

El Señor Jesucristo sea con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén. \'

Y á la amada Apphia, y á Archîpo, compañero de nuestra milicia, y á la iglesia que está en tu casa:

Para que la comunicación de tu fe sea eficaz, en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros, por Cristo Jesús.

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