2007 casos

'Un' en la Biblia

Había una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y vino contra ella un gran rey, y la sitió, y edificó contra ella grandes baluartes;

y se halló en ella un hombre pobre, sabio, el cual libró la ciudad con su sabiduría; sin embargo, nadie se acordó de aquel hombre pobre.

Hay un mal que he visto debajo del sol, como el error emanado del príncipe;

Porque aunque un hombre viviere muchos años, y se alegrase en todos ellos; acuérdese sin embargo, que los días de las tinieblas serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad.

Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados, las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor.

Mi amado es para mí un manojito de mirra, que reposa toda la noche entre mis pechos.

Pasando de ellos un poco, hallé luego al que ama mi alma; trabé de él, y no lo dejé, hasta que lo metí en casa de mi madre, y en la cámara de la que me engendró.

El rey Salomón se hizo un carruaje de madera del Líbano.

Tus labios, como un hilo de grana, y tu habla hermosa; tus mejillas, como cachos de granada entre tus guedejas.

Hermosa eres tú, oh amada mía, como Tirsa; de desear, como Jerusalén; imponente como un ejército con sus banderas.

¿Quién es ésta que se muestra como el alba, hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como un ejército con sus banderas?

¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté; allí tuvo dolores tu madre, allí tuvo dolores la que te dio a luz.

Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo: Porque fuerte como la muerte es el amor; duros como el sepulcro los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.

Si ella es muro, edificaremos sobre él un palacio de plata; y si fuere puerta, la guarneceremos con tablas de cedro.

Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un pequeño remanente, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.

En aquel tiempo siete mujeres echarán mano de un hombre, diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente permítenos ser llamadas por tu nombre, y así quitar nuestro oprobio.

Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sión, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel.

La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.

Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas:

Y acontecerá en aquel tiempo, que un hombre criará una vaca y dos ovejas;

Y me allegué a la profetisa, la cual concibió y dio a luz un hijo. Y me dijo Jehová: Ponle por nombre Maher-salal-has-baz.

Y Jehová cortará de Israel cabeza y cola, rama y caña en un mismo día.

Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama, que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos.

Y los árboles que quedaren en su bosque, serán en número que un niño los pueda contar.

Y cortará con hierro la espesura del bosque, y el Líbano caerá ante un poderoso.

Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará.

Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz a ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes.

que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades; que a sus presos nunca abrió la cárcel?

Pero tú has sido echado de tu sepulcro como vástago abominable, como ropa de muertos atravesados a espada, que descienden hasta las piedras de la fosa; como un cadáver pisoteado.

Pero ahora Jehová ha hablado, diciendo: Dentro de tres años, como los años de un jornalero, será abatida la gloria de Moab, con toda su gran multitud; y el remanente será muy pequeño y débil.

Carga de Damasco. He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será un montón de ruinas.

Y entregaré a Egipto en manos de un señor cruel; y un rey violento se enseñoreará de ellos, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

y gritó: ¡Un león! Mi señor, sobre la atalaya estoy yo continuamente de día, y paso las noches enteras sobre mi guarda:

Y he aquí que viene carro de hombres, con un par de jinetes. Después habló, y dijo: ¡Ha caído, ha caído Babilonia! Y todas las imágenes de sus dioses quebró en tierra.

Porque así me ha dicho Jehová: De aquí a un año, semejante a años de jornalero, toda la gloria de Cedar será desecha;

Y acontecerá en aquel día, que Tiro será puesta en olvido por setenta años, como días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro canción como de ramera.

Temblará la tierra, temblará como un borracho, y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará.

Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete como por un momento, en tanto que pasa la indignación.

Porque la ciudad fortificada será desolada, la habitación será abandonada y dejada como un desierto; allí pastará el becerro, allí tendrá su majada, y consumirá sus ramas.

He aquí, Jehová tiene un fuerte y poderoso; que es como turbión de granizo y como tormenta destructora; como ímpetu de recias aguas desbordadas, los derribará a tierra con su mano.

Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá;

La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; para que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, y enlazados, y presos.

Porque habéis dicho: Hemos hecho un pacto con la muerte, e hicimos un acuerdo con el infierno; cuando pase el turbión del azote, no llegará a nosotros, pues hemos hecho de la mentira nuestro refugio, y en la falsedad nos hemos escondido.

Porque no se trilla el eneldo con el trillo, ni sobre el comino rodará rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara.

Y la muchedumbre de tus extranjeros será como polvo menudo, y la multitud de los fuertes como tamo que pasa; y será repentinamente, en un momento.

Carga acerca de las bestias del Neguev: De la tierra de tribulación y angustia, de donde viene el leoncillo y el león, la víbora y la serpiente voladora, llevarán sus riquezas sobre los lomos de sus asnos, y sus tesoros sobre gibas de camellos, a un pueblo que no les será de provecho.

Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y anótala en un libro, para que quede hasta el día postrero, para siempre por todos los siglos.

Y lo quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo.

Mil huirán a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos; hasta que quedéis como mástil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre un collado.

He aquí que en justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio.

Se enlutó, enfermó la tierra: el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón es como un desierto; y Basán y el Carmelo fueron sacudidos.

Y todo el ejército del cielo se disolverá, y se enrollarán los cielos como un pergamino; y caerá todo su ejército, como se cae la hoja de la parra, y como se cae el higo de la higuera.

Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.

¿Cómo, pues, harás volver el rostro de un capitán de los más pequeños siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y hombres de a caballo?

He aquí que yo doy en él un espíritu, y oirá un rumor, y se volverá a su tierra; y yo haré que en su tierra caiga a espada.

Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y los que escapen del monte de Sión. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

Contaba yo hasta la mañana. Como un león molió todos mis huesos: De la mañana a la noche me acabarás.

Súbete sobre un monte alto, oh Sión, tú que traes buenas nuevas; levanta fuertemente tu voz, oh Jerusalén, tú que traes buenas nuevas; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡He aquí vuestro Dios!

He aquí que las naciones le son como la gota que cae de un cubo, y son contadas como el polvo de la balanza; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo.

El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva.

¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho?

De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él.

y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se humilla delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque tú eres mi dios.

Ninguno reflexiona en su corazón, ni tiene conocimiento o entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí; ¿haré del restante de ello una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol?

Verdaderamente tú eres un Dios que te encubres, oh Dios de Israel, el Salvador.

No hablé en secreto, en un lugar oscuro de la tierra; no dije a la simiente de Jacob: En vano me buscáis. Yo soy Jehová que hablo justicia, que anuncio rectitud.

Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez; en toda su fuerza vendrán sobre ti, por la multitud de tus hechicerías y por tus muchos encantamientos.

Y ahora ¿qué tengo yo aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado sin un por qué? Y los que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día.

Cuando clames, que te libren tus allegados; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí espera, tendrá la tierra por heredad, y poseerá mi santo monte.

Porque yo Jehová amo el derecho, y aborrezco el latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos un pacto eterno.

Entonces los gentiles verán tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará.

¿El que los condujo por los abismos, como un caballo por el desierto, sin que tropezaran?

El Espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste a tu pueblo, para hacerte un nombre glorioso.

Tus santas ciudades están desiertas, Sión es un desierto, Jerusalén una soledad.

Así dice Jehová: Como si alguno hallase mosto en un racimo, y dijese: No lo desperdicies, porque bendición hay en él; así haré yo por mis siervos, que no lo destruiré todo.

El que sacrifica buey, es como si matase un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que ofrece presente, como si ofreciese sangre de puerco; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo. Y porque han escogido sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones,

¿Quién oyó cosa semejante? ¿Quién vio tal cosa? ¿Dará a luz la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sión estuvo de parto, dio a luz sus hijos.

Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, y la gloria de los gentiles como un arroyo que se desborda; y mamaréis, y sobre el regazo seréis traídos, y sobre las rodillas seréis acariciados.

Destrucción tras destrucción es anunciada; porque toda la tierra es devastada; de repente son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas.

Miré, y he aquí la tierra fértil era un desierto, y todas sus ciudades estaban asoladas a la presencia de Jehová, delante del furor de su ira.

¡Oh quién me diese en el desierto un mesón de caminantes, para que dejase a mi pueblo, y de ellos me apartase! Porque todos ellos son adúlteros, congregación de prevaricadores.

Y convertiré a Jerusalén en un montón de ruinas, en guarida de dragones; y de las ciudades de Judá haré asolamiento, que no quede morador.

Sobre todos los lugares altos del desierto vinieron destructores; porque la espada de Jehová devorará desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; no habrá paz para ninguna carne.

Así me dijo Jehová: Ve, y cómprate un cinto de lino, y cíñelo sobre tus lomos, y no lo metas en agua.

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