'Vosotros' en la Biblia
- 1.Gé 9:2-Levítico 11:7
- 2.Levítico 11:8-Números 28:30
- 3.Números 29:1-Deuteronomio 30:19
- 4.Deuteronomio 31:5-Rut 4:9
- 5.Rut 4:10-2 Crónicas 13:8
- 6.2 Crónicas 13:9-Isaías 29:11
- 7.Isaías 30:13-Jeremías 34:21
- 8.Jeremías 35:6-Ezequiel 47:22
- 9.Daniel 1:10-Mateo 7:15
- 10.Mateo 9:29-Lucas 8:10
- 11.Lucas 9:13-Juan 7:34
- 12.Juan 7:36-Hechos 7:51
- 13.Hechos 7:52-1 Corintios 3:18
- 14.1 Corintios 3:23-2 Corintios 8:10
- 15.2 Corintios 8:13-Filipenses 1:25
- 16.Filipenses 1:26-2 Tesalonicenses 3:11
- 17.2 Tesalonicenses 3:13-1 Juan 3:5
- 18.1 Juan 3:15-Apocalipsis 22:21
Entonces les tocó los ojos, diciendo: Hágase en vosotros según vuestra fe.
Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros.
Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.
Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
El que os recibe a vosotros, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
Y él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si cayere ésta en una fosa en sábado, no le echa mano, y la levanta?
Y si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios.
Y él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros es concedido saber los misterios del Reino de los cielos; mas a ellos no les es concedido.
Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no {lo} vieron; y oír lo que vosotros oís, y no {lo} oyeron.
Oíd, pues, vosotros la parábola del que siembra:
Mas Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer.
Y él respondiendo, les dijo: ¿Por qué también vosotros traspasáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?
Pero vosotros decís: Cualquiera que dijere al padre o a la madre: Es ya ofrenda mía a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte,
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, diciendo:
Y Jesús dijo: ¿También vosotros sois aún sin entendimiento?
Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tomasteis pan?
El les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy?
Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación infiel y torcida! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de sufrir? Traédmelo acá.
Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra, de toda cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
Así también hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonareis de vuestros corazones cada uno a su hermano sus ofensas.
Y Jesús les dijo: De cierto os digo, que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando se siente el Hijo del hombre en el trono de su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que fuere justo. Y ellos fueron.
Le dicen: Porque nadie nos ha contratado. Les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que fuere justo.
Mas entre vosotros no será así; sino el que quisiere entre vosotros hacerse grande, será vuestro servidor;
Y el que quisiere entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo;
Y parándose Jesús, los llamó, y dijo: ¿Qué queréis que haga por vosotros?
Diciéndoles: Id a la aldea que está delante de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos.
Y les dice: Escrito está: Mi Casa, Casa de oración será llamada; mas vosotros cueva de ladrones la habéis hecho.
¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Ellos dijeron*: El primero. Jesús les dijo*: En verdad os digo que los recaudadores de impuestos y las rameras entran en el reino de Dios antes que vosotros.
Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia (rectitud), y no le creisteis; y los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, nunca os arrepentisteis después para creerle.
Por tanto os digo, que el Reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que hagan el fruto de él.
Y de la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que es dicho de Dios a vosotros, que dice:
Mas vosotros, no queráis ser llamados Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos.
El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo.
Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cerráis el Reino de los cielos delante de los hombres; que ni vosotros entráis, ni a los que están entrando dejáis entrar.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque coméis las casas de las viudas, y por pretexto hacéis larga oración; por esto llevaréis mas grave juicio.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque rodeáis el mar y la tierra por hacer un prosélito; y cuando fuere hecho, le hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros.
¡Ay de vosotros, guías ciegos! Que decís: Cualquiera que jurare por el Templo es nada; mas cualquiera que jurare por el oro del Templo, deudor es.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más importante de la ley: el juicio y la misericordia y la fe; esto era necesario hacer, y no dejar lo otro.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque limpiáis lo que está de fuera del vaso o del plato; mas por dentro están llenos de robo y de incontinencia.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad.
Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres; mas por dentro, llenos estáis de hipocresía e iniquidad.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos,
Así que, testimonio dais a vosotros mismos, que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.
¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres!
Por tanto, he aquí, yo envío a vosotros profetas, y sabios, y escribas; y de ellos, a unos mataréis y colgaréis de un madero, y a otros de ellos azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad.
Para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo, hasta la sangre de Zacarías, hijo de Berequías, al cual matasteis entre el Templo y el altar.
Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas.
Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de venir a la hora que no pensáis.
Entonces el Rey dirá a los que estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Porque siempre tienen pobres con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.
Y comiendo ellos, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar.
Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día, cuando lo tengo que beber nuevo con vosotros en el Reino de mi Padre.
Entonces Jesús les dice: Todos vosotros seréis escandalizados en mí esta noche; porque escrito está: Heriré al Pastor, y las ovejas de la manada serán dispersas.
Mas después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.
En aquella hora dijo Jesús a la multitud: ¿Como a ladrón habéis salido con espadas y con bastones a prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el Templo, y no me prendisteis.
Y viendo Pilato que nada adelantaba, antes se hacía más alboroto, tomando agua se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros.
Pilato les dijo: Una guardia tenéis; id, aseguradla como vosotros sabéis.
E id presto, decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos; y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis; he aquí, os lo he dicho.
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del siglo. Amén.
Y les dijo: A vosotros es dado saber el misterio del Reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas;
Les dijo también: Mirad lo que oís: con la medida que medís, os medirán otros, y será añadido a vosotros los que oís.
Y él les dijo: Venid vosotros aparte al lugar desierto, y reposad un poco. Porque había muchos que iban y venían, que aun no tenían lugar de comer.
Respondiendo él, les dijo: Dadles de comer vosotros. Y le dijeron: ¿Qué vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer?
Y respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo con los labios me honra, mas su corazón lejos está de mí.
Y vosotros decís: Basta si dijere un hombre al padre o a la madre: Todo Corbán (quiere decir, don mío a Dios) todo aquello con que pudiera valerte;
Y les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar?
Entonces él les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Y respondiendo Pedro, le dice: ¡Tú eres el Cristo!
Y respondiendo él, le dijo: ¡Oh generación infiel! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tengo de sufrir? Traédmelo.
Y llegó a Capernaum; y así que estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?
Buena es la sal; mas si la sal fuere desabrida, ¿con qué la adobaréis? Tened en vosotros mismos sal; y tened paz los unos con los otros.
Y El les dijo: ¿Qué queréis que haga por vosotros?
Mas no será así entre vosotros: antes cualquiera que quisiere hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor;
y cualquiera de vosotros que quisiere hacerse el primero, será siervo de todos.
Y les dice: Id al lugar que está delante de vosotros, y luego entrados en él, hallaréis un pollino atado, sobre el cual ningún hombre ha subido; desatadlo y traedlo.
Y les enseñaba diciendo: ¿No está escrito que mi Casa, Casa de oración será llamada por todas las naciones? Y vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también a vosotros vuestras ofensas.
Porque si vosotros no perdonareis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.
No es Dios de muertos, mas Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis.
Mas vosotros mirad por vosotros; porque os entregarán en los concilios, y en las sinagogas seréis azotados; y delante de gobernadores y de reyes seréis llamados por causa de mí, por testimonio a ellos.
Y cuando os trajeren para entregaros, no premeditéis qué habéis de decir, ni lo penséis; mas lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
Mas vosotros mirad; he aquí os lo he dicho antes todo.
Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
Y las cosas que a vosotros digo, a todos las digo: Velad.
que siempre tendréis los pobres con vosotros, y cuando quisiereis les podréis hacer bien; mas a mí no siempre me tendréis.
Y cuando se sentaron a la mesa y comieron, dijo Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me ha de entregar.
Y Jesús les dijo*: Todos vosotros os apartaréis, porque escrito está: ``HERIRE AL PASTOR, Y LAS OVEJAS SE DISPERSARAN."
Mas después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.
Cada día estaba con vosotros enseñando en el Templo, y no me tomasteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras.
Pero id, decid a sus discípulos y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir en vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que puede Dios, aun de estas piedras, levantar hijos a Abraham.
Y alzando él los ojos á sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres; porque vuestro es el reino de Dios.
Mas ¡ay de vosotros, ricos! Porque tenéis vuestro consuelo.
¡Ay de vosotros, los que estáis hartos! Porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! Porque lamentaréis y lloraréis.
¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres dijeren bien de vosotros! Porque así hacían sus padres a los falsos profetas.
Mas a vosotros los que oís, digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen;
Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también vosotros.
Porque ha venido Juan el Bautista, que no come pan, ni bebe vino, y vosotros decís: ``Tiene un demonio."
Y él dijo: A vosotros es dado conocer los misterios del Reino de Dios; mas a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.
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