'Yo' en la Biblia
- 1.Gé 1:29-Gé 30:28
- 2.Gé 30:30-Éx 3:11
- 3.Éx 3:12-Éx 30:6
- 4.Éx 30:36-Levítico 25:55
- 5.Levítico 26:1-Deuteronomio 1:39
- 6.Deuteronomio 1:42-Deuteronomio 31:29
- 7.Deuteronomio 32:3-Jueces 15:7
- 8.Jueces 15:11-1 Samuel 18:17
- 9.1 Samuel 18:18-2 Samuel 13:10
- 10.2 Samuel 13:13-1 Reyes 9:4
- 11.1 Reyes 9:5-2 Reyes 6:29
- 12.2 Reyes 7:12-2 Crónicas 29:10
- 13.2 Crónicas 32:13-Job 13:14
- 14.Job 13:18-Salmos 5:7
- 15.Salmos 6:2-Salmos 77:11
- 16.Salmos 81:5-Proverbios 20:9
- 17.Proverbios 20:22-Isaías 41:8
- 18.Isaías 41:9-Isaías 57:15
- 19.Isaías 57:16-Jeremías 17:10
- 20.Jeremías 17:16-Jeremías 33:14
- 21.Jeremías 33:25-Ezequiel 6:3
- 22.Ezequiel 6:7-Ezequiel 20:31
- 23.Ezequiel 20:33-Ezequiel 33:20
- 24.Ezequiel 33:27-Daniel 7:2
- 25.Daniel 7:4-Amós 7:2
- 26.Amós 7:8-Malaquías 1:10
- 27.Malaquías 1:14-Marcos 8:27
- 28.Marcos 8:29-Juan 5:34
- 29.Juan 5:36-Juan 14:11
- 30.Juan 14:12-Hechos 18:21
- 31.Hechos 20:22-1 Corintios 10:33
- 32.1 Corintios 11:1-Filemón 1:19
- 33.Filemón 1:20-Apocalipsis 22:18
He aquí ahora, si yo me apercibiere a juicio, sé que seré justificado.
¿Quién es el que pleiteará conmigo? Porque si ahora yo callara, moriría.
Llama luego, y yo responderé; o yo hablaré, y respóndeme tú.
¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme conocer mi prevaricación y mi pecado.
Entonces llamarás, y yo te responderé, a la obra de tus manos desearás.
Tu misma boca te condenará, y no yo; y tus mismos labios testificarán contra ti.
Escúchame; yo te mostraré, y te contaré lo que he visto;
También yo hablaría como vosotros. Deseo que vuestra alma estuviera en lugar de la mía, que yo os tendría compañía en las palabras, y sobre vosotros movería mi cabeza.
Pero yo os alentaría con mis palabras, y la consolación de mis labios detendría el dolor.
Estaba yo tranquilo, y El me sacudió, me agarró por la nuca y me hizo pedazos; también me hizo su blanco.
Yo cosí cilicio sobre mi piel, y cargué mi cabeza de polvo.
Mas los años contados vendrán, y yo andaré el camino por donde no volveré.
Si yo espero, el Seol es mi casa; en las tinieblas hice mi cama.
Sea así que realmente haya yo errado, conmigo se quedará mi yerro.
He aquí yo clamaré agravio, y no seré oído; daré voces, y no habrá juicio.
Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño; forastero fui yo en sus ojos.
Todos mis íntimos amigos me aborrecieron; y los que yo amaba, se tornaron contra mí.
Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo;
Al cual yo tengo que ver por mí, y mis ojos lo han de ver, y no otro, aunque mis riñones se consuman dentro de mí.
Soportadme, y yo hablaré; y después que hubiere hablado, escarneced.
¿Hablo yo á algún hombre? Y ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu?
Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, y toma temblor mi carne.
He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, y las imaginaciones que contra mí forjáis.
¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla.
Yo sabría lo que él me respondería, y entendería lo que me dijere.
Allí el justo razonaría con El, y yo sería librado para siempre de mi Juez.
He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; y al occidente, y no lo percibiré.
Si al norte él obrare, yo no lo veré; al mediodía se esconderá, y no lo veré.
Por lo cual yo me espantaré delante de su rostro; consideraré, y lo temeré.
¿Por qué no fui yo cortado delante de las tinieblas, ni cubrió con oscuridad mi rostro?
Nunca tal me acontezca que yo os justifique; hasta morir no quitaré de mí mi integridad.
Yo os enseñaré lo que hay en la mano de Dios; no esconderé lo que hay acerca del Omnipotente.
cuando hacía resplandecer su candela sobre mi cabeza, a la luz de la cual yo caminaba en la oscuridad;
como era yo en los días de mi juventud, cuando el favor de Dios {estaba} sobre mi tienda;
cuando lavaba yo mis caminos con manteca, y la piedra me derramaba ríos de aceite!
Cuando yo salía a la puerta de la ciudad, cuando en la plaza tomaba mi asiento,
porque yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que no tenía quien le ayudara.
Venía sobre mí la bendición del que estaba a punto de perecer, y el corazón de la viuda yo llenaba de gozo.
Yo era ojos al ciego, y pies al cojo.
Y decía yo: En mi nido moriré, y como arena multiplicaré días.
Yo les sonreía cuando ellos no creían, y no abatían la luz de mi rostro.
Calificaba yo el camino de ellos, y sentábame en cabecera; Y moraba como rey en el ejército, Como el que consuela llorosos.
Mas ahora los más mozos de días que yo, se ríen de mí; cuyos padres yo desdeñara ponerlos con los perros de mi ganado.
Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, en los cuales pereció el tiempo?
Y ahora yo soy su canción, y soy hecho a ellos refrán.
Porque yo conozco que me conduces a la muerte; y a la casa determinada a todo viviente.
¿Por ventura no lloré yo al afligido? Y mi alma ¿no se entristeció sobre el menesteroso?
Cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal; Y cuando esperaba luz, la oscuridad vino.
Hice pacto con mis ojos; ¿cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?
sea yo pesado en balanzas de justicia, y que Dios conozca mi integridad.
siembre yo, y otro coma, y mis renuevos sean arrancados.
¿qué haría yo cuando Dios se levantare? Y cuando él visitara, ¿qué le respondería yo?
si he alzado contra el huérfano mi mano, porque vi que yo tenía apoyo en la puerta,
Porque temí el castigo de Dios, contra cuya alteza yo no tendría poder.
Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, y me lo ceñiría como una corona.
Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, y me lo ataría en lugar de corona.
Yo le contaría el número de mis pasos, y como príncipe me llegaría a él.
Y respondió Eliú hijo de Baraquel, buzita, y dijo: Yo soy menor de días y vosotros viejos; por tanto he tenido miedo, y he temido de declararos mi opinión.
Yo decía: Los días hablarán, y la muchedumbre de años declarará sabiduría.
Por tanto yo dije: Escuchadme; declararé yo también mi conocimiento.
He aquí yo he esperado a vuestras palabras, he escuchado vuestros argumentos, entre tanto que buscábais palabras.
Ahora bien, él no dirigió a mí sus palabras, ni yo le responderé con vuestras razones.
Y yo esperé, porque no hablaban, antes pararon, y no respondieron más.
Por eso yo también responderé mi parte, también yo declararé mi opinión.
Que no haga yo acepción de persona, ni use lisonja con nadie.
He aquí yo abriré ahora mi boca, y mi lengua hablará en mi boca.
Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho: De lodo soy yo también formado.
De cierto tú dijiste a oídos míos, y yo oí la voz de tus palabras que decían:
Yo soy limpio y sin rebelión; y soy inocente, y no hay iniquidad en mí.
He aquí en esto no has hablado justamente; yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.
Escucha, Job, y óyeme; calla, y yo hablaré.
Y si tuvieres palabras, respóndeme; habla, porque yo te quiero justificar.
porque Job ha dicho: Yo soy justo, y Dios me ha quitado mi derecho.
En mi juicio fue mentiroso, mi saeta es gravosa sin haber yo prevaricado.
Porque de Dios es decir: Yo perdoné, no destruiré.
Enséñame tú lo que yo no veo; que si hice iniquidad, no lo haré más.
¿Por ventura acabará por ti su obra, que no quieras tú, o quieras, o yo? Di lo que sabes.
Deseo yo que Job sea probado ampliamente, para que haya respuestas contra los hombres inicuos.
¿Piensas ser conforme a derecho esto que dijiste: Más justo soy yo que Dios?
Porque dices: `` ¿Qué ventaja será para ti? ¿Qué ganaré yo por no haber pecado?"
Yo te responderé razones, y a tus compañeros contigo.
¿Por ventura cuando yo hablare le será contado? ¿Cuando alguno se anegare le será dicho?
Ahora ciñe como varón tus lomos; yo te preguntaré, y hazme saber tú.
¿Dónde estabas cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes entendimiento.
cuando puse yo nubes por vestidura suya, y por su faja oscuridad?
lo cual tengo yo reservado para el tiempo de la angustia, para el día de la guerra y de la batalla?
Al cual yo puse casa en la soledad, y sus moradas en la tierra salada.
He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.
Cíñete ahora como varón tus lomos; yo te preguntaré, y explícame.
y yo también te confesaré que podrá salvarte tu diestra.
He aquí ahora behemot, al cual yo hice contigo; hierba come como buey.
¿Quién me ha anticipado, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío.
Yo no ocultaré sus mentiras, ni lo de su fuerza ni la belleza de su orden.
Yo sé que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
¿Quién es el que esconde el consejo sin conocimiento? Por tanto yo denunciaba lo que no entendía; cosas maravillosas, que no las sabía.
Y yo envestí mi rey sobre Sion, el monte de mi santidad.
Yo recitaré el decreto. El SEÑOR me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy.
Yo me acosté, y dormí, y desperté; porque el SEÑOR me sustentaba.
Sabed pues, que el SEÑOR hizo apartar al pío para sí; el SEÑOR oirá cuando yo a él clamare.
Y yo en la multitud de tu misericordia entraré en tu Casa; adoraré hacia el santo Templo tuyo con tu temor.
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