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'Yo' en la Biblia

poniendo alabanza en los labios. Paz, paz al que está lejos y al que está cerca --dice el SEÑOR-- y yo lo sanaré.

¿Es tal el ayuno que yo escogí? ¿Para que el hombre aflija su alma? ¿Que encorve su cabeza, como junco; y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable al SEÑOR?

¿No es antes el ayuno que yo escogí, desatar los líos de impiedad, deshacer los haces de opresión, y soltar libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?

Entonces te deleitarás en el SEÑOR: y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te haré comer la heredad de Jacob tu padre, porque la boca del SEÑOR ha hablado.

Todos los rebaños de Cedar serán reunidos para ti, los carneros de Nebaiot estarán a tu servicio; subirán como {ofrenda} agradable sobre mi altar, y yo glorificaré la casa de mi gloria.

La gloria del Líbano vendrá a ti, hayas, pinos, y bojes juntamente, para honrar el lugar de mi Santuario; y yo honraré el lugar de mis pies.

Aunque fuiste abandonada y aborrecida, tanto que nadie por ti pasaba, yo haré de ti gloria perpetua, gozo de generación y generación.

Y mamarás la leche de los gentiles, el pecho de los reyes mamarás; y conocerás que yo soy el SEÑOR, el Salvador tuyo, y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

Entonces todos los de tu pueblo {serán} justos; para siempre poseerán la tierra, vástago de mi plantío, obra de mis manos, para que yo me glorifique.

Porque yo, el SEÑOR, soy amador del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto, que confirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo.

¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos bermejos? ¿Este hermoso en su vestido, que marcha con la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar.

Pisado he yo solo el lagar, y de los pueblos nadie fué conmigo: pisélos con mi ira, y hollélos con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y ensucié todas mis ropas.

Por vuestras iniquidades, y las iniquidades de vuestros padres juntamente, dice el SEÑOR: que hicieron perfume sobre los montes, y sobre los collados me afrentaron; por tanto, yo les mediré su obra antigua en su seno.

Así dijo el SEÑOR: Como si alguno hallara mosto en un racimo, y dijera: No lo eches a mal, que bendición hay en él; así haré yo por mis siervos, que no lo echaré a perder todo.

yo también os destinaré a la espada, y todos vosotros os arrodillaréis al degolladero, por cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no oísteis; sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que a mí me desagrada.

Mas os gozaréis y os alegraréis por siglo de siglo en las cosas que yo crearé: porque he aquí, que yo creo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo.

También yo escogeré sus escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron; e hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que a mí me desagrada.

Porque así dice el SEÑOR: He aquí que yo extiendo sobre ella paz, como un río; y la gloria de los gentiles como un arroyo que sale de madre; y mamaréis, y sobre el lado seréis traídos, y sobre las rodillas seréis regalados.

Porque yo entiendo sus obras y sus pensamientos. Tiempo vendrá para juntar todos los gentiles y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.

Y la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Yo veo una vara de almendro.

Y me dijo el SEÑOR: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.

Y vino a mí palabra del SEÑOR por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Yo veo una olla que hierve; y su faz está de la parte del aquilón.

Porque he aquí que yo convoco todas las familias de los reinos del aquilón, dijo el SEÑOR; y vendrán, y pondrá cada uno su asiento a la entrada de las puertas de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y en todas las ciudades de Judá.

Y yo pronunciaré mis juicios contra ellos por toda su maldad, porque me abandonaron, ofrecieron sacrificios a otros dioses y adoraron la obra de sus manos.

Tú, pues, ciñe tus lomos, y te levantarás, y les hablarás todo lo que te mandare; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos.

Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortalecida, y como columna de hierro, y como muro de bronce sobre toda la tierra, contra los reyes de Judá, contra sus príncipes, contra sus sacerdotes, y contra el pueblo de la tierra.

Yo os traje a una tierra fértil, para que comierais de su fruto y de sus delicias; pero vinisteis y contaminasteis mi tierra, y de mi heredad hicisteis abominación.

Y yo te planté de buen viñedo, simiente de Verdad toda ella, ¿cómo, pues, te me has tornado sarmientos de vid extraña?

¡Oh generación! Ved vosotros la palabra del SEÑOR. ¿He sido yo soledad a Israel, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Señores somos; nunca más vendremos a ti?

Y dices: Porque soy inocente, de cierto su ira se apartó de mí. He aquí yo entraré en juicio contigo, porque dijiste: No pequé.

Que yo lo había visto; que por todas estas causas en las cuales fornicó la rebelde Israel, yo la envié, y le di la carta de su repudio; y no tuvo temor la rebelde Judá su hermana, sino que también fue ella y fornicó.

Ve, y clama estas palabras hacia el aquilón, y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dice Jehová; no haré caer mi ira sobre vosotros: porque misericordioso soy yo, dice Jehová, no guardaré para siempre el enojo.

Pero yo dije: ¿Cómo te pondré por hijos, y te daré la tierra deseable, la heredad de codicia de los ejércitos de los gentiles? Y dije: Padre mío me llamarás, y no te apartarás de en pos de mí.

Alzad bandera en Sion, juntaos, no os detengáis; porque yo hago venir mal del aquilón, y quebrantamiento grande.

Viento más vehemente que éstos me vendrá a mí, porque ahora yo hablaré juicios con ellos.

Discurrid por las plazas de Jerusalén, y mirad ahora, y sabed, y buscad en sus plazas si halláis hombre, si hay alguno que haga juicio, que busque verdad; y yo perdonaré a la ciudad.

Por tanto, así dijo el SEÑOR Dios de los ejércitos: Porque hablasteis esta palabra, he aquí yo pongo en tu boca mis palabras por fuego, y a este pueblo por leños, y los consumirá.

He aquí yo traigo sobre vosotros gente de lejos, oh Casa de Israel, dice el SEÑOR; gente robusta, gente antigua, gente cuya lengua ignorarás, y no entenderás lo que hablare.

Sé precavida, oh Jerusalén, no sea que mi alma se aleje de ti; no sea que yo te convierta en desolación, en tierra despoblada.

Pero yo estoy lleno del furor del SEÑOR, estoy cansado de retener{lo}. Derráma{lo} sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes; porque serán apresados tanto el marido como la mujer, el viejo y el muy anciano.

¿Se han avergonzado de la abominación que han cometido? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun han sabido ruborizarse; por tanto caerán entre los que caigan; en la hora que yo los castigue serán derribados --dice el SEÑOR.

Por tanto, el SEÑOR dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos juntamente, el vecino y su cercano perecerán.

¿Es por ventura cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta Casa, sobre la cual es llamado mi nombre? He aquí que también yo veo, dijo el SEÑOR.

Porque nunca hablé yo con vuestros padres, ni les mandé de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto;

Sino que esto es lo que les mandé, diciendo: ``Escuchad mi voz y yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo, y andaréis en todo camino que yo os envíe para que os vaya bien."

Y edificaron los altos de Tofet, que es en el valle de Ben-Hinom, para quemar en fuego sus hijos y sus hijas, cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón.

Y se escogerá la muerte antes que la vida todo el resto que quedare de esta mala generación, en todos los lugares a donde arrojaré yo a los que quedaren, dijo el SEÑOR de los ejércitos.

Porque he aquí que yo envío sobre vosotros serpientes, basiliscos, contra los cuales no hay encantamiento; y os morderán, dijo el SEÑOR.

Por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos: He aquí que yo los fundiré, y los ensayaré; porque ¿cómo he de hacer por la hija de mi pueblo?

por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que a este pueblo yo les daré a comer ajenjo, y les daré a beber aguas de hiel.

Y los esparciré entre gentiles que no conocieron ellos ni sus padres; y enviaré espada en pos de ellos, hasta que yo los acabe.

¡Ay de mí, por mi quebrantamiento! Mi llaga es muy dolorosa. Pero yo dije: Ciertamente enfermedad mía es ésta, y debo sufrirla.

el cual mandé a vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: Oíd mi voz, y cumplid mis palabras, conforme a todo lo que os mando, y me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios;

``Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que cada cual anduvo en la terquedad de su malvado corazón. Por tanto, hice caer sobre ellos todas las palabras de este pacto, que yo {les} mandé cumplir y no lo cumplieron."

Se han vuelto a las iniquidades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar mis palabras, antes se fueron tras dioses ajenos para servirles; la Casa de Israel y la Casa de Judá invalidaron mi Pacto, el cual yo había concertado con sus padres.

Por tanto, así dijo el SEÑOR: He aquí yo traigo sobre ellos mal del cual no podrán salir; y clamarán a mí, y no los oiré.

Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración; porque yo no oiré el día que clamaren a mí en su aflicción.

Y yo como carnero o buey que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban contra mí designios, diciendo: Destruyamos el árbol con su fruto, y cortémoslo de la tierra de los vivientes, y no haya más memoria de su nombre.

Mas, oh SEÑOR de los ejércitos, que juzgas justicia, que pruebas los riñones y el corazón, vea yo tu venganza en ellos; porque a ti he descubierto mi causa.

por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos: He aquí que yo los visito; los jóvenes morirán a espada; sus hijos y sus hijas morirán de hambre;

y no quedará remanente de ellos; porque yo traeré mal sobre los varones de Anatot, año de su visitación.

Justo eres tú, oh SEÑOR, aunque yo dispute contigo; hablaré empero juicios contigo. ¿Por qué es prosperado el camino de los impíos? Tienen paz todos los que se rebelan completamente contra ti.

Así dijo el SEÑOR contra todos mis malos vecinos, que tocan la heredad que hice heredar a mi pueblo Israel: He aquí que yo los arrancaré de su tierra, y arrancaré de en medio de ellos la casa de Judá.

Entonces les has de decir: Así dijo el SEÑOR: He aquí que yo lleno de embriaguez a todos los moradores de esta tierra, y a los reyes que están sentados por David sobre su trono, y a los sacerdotes y los profetas, y todos a los moradores de Jerusalén;

Yo, también, descubrí tus faldas delante de tu cara, y tu vergüenza se manifestó.

Cuando ayunaren, yo no oiré su clamor, y cuando ofrecieren holocausto y ofrenda, no lo aceptaré; antes los consumiré con espada, y con hambre, y con pestilencia.

Y yo dije: ¡Ah! ¡ah! ¡Señor DIOS! He aquí que los profetas les dicen: No veréis espada, ni habrá hambre en vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera.

Entonces el SEÑOR me dijo: Mentira profetizan los profetas en mi nombre. Yo no los he enviado, ni les he dado órdenes, ni les he hablado; visión falsa, adivinación, vanidad y engaño de sus corazones ellos os profetizan.

Por tanto, así dijo el SEÑOR sobre los profetas que profetizan en mi nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: Espada ni hambre no habrá en esta tierra. Con espada y con hambre serán consumidos los tales profetas.

Tú que {lo} sabes, oh SEÑOR, acuérdate de mí, atiéndeme, y véngame de mis perseguidores. Conforme a tu paciencia, no dejes que sea yo arrebatado; sabes que por ti sufro oprobio.

Por tanto, así dijo el SEÑOR: Si te convirtieres, yo te convertiré, y delante de mí estarás; y si sacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.

Y te daré a este pueblo por fuerte muro de bronce, y pelearán contra ti, y no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dijo el SEÑOR.

Porque así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo haré cesar en este lugar, delante de vuestros ojos y en vuestros días, toda voz de gozo y toda voz de alegría, toda voz de esposo y toda voz de esposa.

Por tanto, yo os haré echar de esta tierra a tierra que ni vosotros ni vuestros padres habéis conocido, y allá serviréis a dioses ajenos de día y de noche; porque no os daré misericordia.

He aquí que yo envío muchos pescadores, dice el SEÑOR, y los pescarán; y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán de todo monte, y de todo collado, y de las cavernas de los peñascos.

Y habrá remisión en ti de tu heredad, la cual yo te di, y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conociste; porque fuego habéis encendido en mi furor, para siempre arderá.

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