'Amar' en la Biblia
Y sucederá que si obedecéis mis mandamientos que os ordeno hoy, de amar al SEÑOR vuestro Dios y de servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma,
(si guardas cuidadosamente todos estos mandamientos que te mando hoy, de amar al SEÑOR tu Dios y de andar siempre en sus caminos), entonces te añadirás tres ciudades más, además de estas tres.
pues te ordeno hoy amar al SEÑOR tu Dios, andar en sus caminos y guardar sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y te multipliques, a fin de que el SEÑOR tu Dios te bendiga en la tierra que vas a entrar para poseerla.
Solamente guardad cuidadosamente el mandamiento y la ley que Moisés, siervo del SEÑOR, os mandó, de amar al SEÑOR vuestro Dios, andar en todos sus caminos, guardar sus mandamientos y de allegarse a El y servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
Tened sumo cuidado, por vuestra vida, de amar al SEÑOR vuestro Dios.
al amar a aquellos que te odian y al odiar a aquellos que te aman. Pues hoy has demostrado que príncipes y siervos no son nada para ti; porque ahora en este día sé que si Absalón estuviera vivo y todos nosotros hoy estuviéramos muertos, entonces tú estarías complacido.
Y salió a su encuentro el vidente Jehú, hijo de Hananí, y dijo al rey Josafat: ¿Vas a ayudar al impío y amar a los que odian al SEÑOR, y con esto {traer} sobre ti la ira del SEÑOR?
tiempo de amar, y tiempo de odiar; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
Y a los extranjeros que se alleguen al SEÑOR para servirle, y para amar el nombre del SEÑOR, para ser sus siervos, a todos los que guardan el día de reposo sin profanarlo, y se mantienen firmes en mi pacto,
El te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda el SEÑOR de ti, sino sólo practicar la justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con tu Dios?
Y QUE AMARLE CON TODO EL CORAZON Y CON TODO EL ENTENDIMIENTO Y CON TODAS LAS FUERZAS, Y AMAR AL PROJIMO COMO A UNO MISMO, es más que todos los holocaustos y los sacrificios.
Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
Pues EL QUE QUIERE AMAR LA VIDA Y VER DIAS BUENOS, REFRENE SU LENGUA DEL MAL Y SUS LABIOS NO HABLEN ENGAÑO.
Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto.