'Hálito' en la Biblia

En su mano está el alma de todo viviente, y el hálito de todo ser humano.

que todo el tiempo que mi alma estuviere en mí, y hubiere hálito de Dios en mis narices,

Escondes tu rostro, se turban; les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo.

Dejaos del hombre, cuyo hálito está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?