'Manos' en la Biblia
Y daré a este pueblo gracia ante los ojos de los egipcios; y sucederá que cuando os vayáis, no os iréis con las manos vacías,
les dijeron: Mire el SEÑOR sobre vosotros, y juzgue; pues habéis hecho heder nuestro olor delante del Faraón y de sus siervos, dándoles la espada en las manos para que nos maten.
Y le respondió Moisés: Saliendo yo de la ciudad extenderé mis manos al SEÑOR, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que del SEÑOR es la tierra.
Y salido Moisés de la presencia de Faraón y de la ciudad, extendió sus manos al SEÑOR, y cesaron los truenos y el granizo; y la lluvia no cayó más sobre la tierra.
Y Moisés respondió: Tú también nos darás en nuestras manos sacrificios y holocaustos, que sacrifiquemos al SEÑOR nuestro Dios.
Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, en el lugar de tu morada, que tú has aparejado, oh SEÑOR; en el santuario del Señor, que han afirmado tus manos.
Y los hijos de Israel les decían: Ojalá hubiéramos muerto a manos del SEÑOR en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.
Y las manos de Moisés estaban pesadas; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro del otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.
Mas el que no armó asechanzas, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te pondré lugar al cual ha de huir.
Asimismo el que robare una persona, y la vendiere, o si fuere hallado en sus manos, morirá.
Guardarás la fiesta de los panes sin levadura. Siete días comerás pan sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo señalado del mes de Abib, pues en él saliste de Egipto. Y nadie se presentará ante mí con las manos vacías.
Y yo pondré tu término desde el mar Bermejo hasta el mar de Filistea, y desde el desierto hasta el río; porque pondré en vuestras manos los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti.
Y con ellos vestirás a Aarón tu hermano, y a sus hijos con él; y los ungirás, y llenarás sus manos, y los santificarás, para que sean mis sacerdotes.
Y les ceñirás el cinto, a Aarón y a sus hijos, y les atarás los chapeos (tiaras), y tendrán el sacerdocio por fuero perpetuo; y llenarás las manos de Aarón y de sus hijos.
Y harás llegar el novillo delante del tabernáculo del testimonio, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del novillo.
Asimismo tomarás un carnero, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero.
Tomarás luego el otro carnero, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero:
Y matarás el carnero, y tomarás de su sangre, y pondrás sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, y sobre el lóbulo de las orejas de sus hijos, y sobre el dedo pulgar de las manos derechas de ellos, y sobre el dedo pulgar de los pies derechos de ellos, y esparcirás la sangre sobre el altar alrededor.
y lo has de poner todo en las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos; y lo mecerás agitándolo delante del SEÑOR.
Después lo tomarás de sus manos, y lo harás arder sobre el altar sobre el holocausto, por olor agradable delante del SEÑOR. Es ofrenda encendida al SEÑOR.
Y comerán aquellas cosas con las cuales fue hecha la reconciliación, para llenar sus manos para ser santificados; mas el extranjero no comerá, porque son santas.
Y de ella se lavarán Aarón y sus hijos sus manos y sus pies.
también se lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su simiente por sus generaciones.
el cual los tomó de las manos de ellos, y lo formó con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
Y aconteció, que cuando llegó él al campamento, y vio el becerro y las danzas, el furor se le encendió a Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte.
Redimirás con una oveja el primer nacido de asno; y si no {lo} redimes, quebrarás su cerviz. Redimirás a todo primogénito de tus hijos; y nadie se presentará ante mí con las manos vacías.
Además todas las mujeres sabias de corazón hilaban con sus manos, y traían lo que habían hilado: cárdeno, o púrpura, o carmesí, o lino fino.
Y Moisés y Aarón y sus hijos se lavaban en ella sus manos y sus pies.
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