'Muerte' en la Biblia
Pues el Seol no te expresa gratitud, {ni} la muerte te alaba. Los que descienden a la fosa no pueden esperar tu fidelidad.
Se dispuso con los impíos su sepultura, pero con el rico fue en su muerte, aunque no había hecho violencia, ni había engaño en su boca.
Por tanto, yo le daré parte con los grandes y con los fuertes repartirá despojos, porque derramó su alma hasta la muerte y con los transgresores fue contado, llevando El el pecado de muchos, e intercediendo por los transgresores.
Y escogerá la muerte en lugar de la vida todo el remanente que quede de este linaje malvado, los que queden en todos los lugares adonde los he arrojado --declara el SEÑOR de los ejércitos.
Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios, exterminando a los niños de las calles, a los jóvenes de las plazas.
Y será que cuando te digan: `` ¿Adónde iremos?", les responderás: ``Así dice el SEÑOR: `Los {destinados} para la muerte, a la muerte; los {destinados} para la espada, a la espada; los {destinados} para el hambre, al hambre, y los {destinados} para el cautiverio, al cautiverio.'"
Pero tú, oh SEÑOR, conoces todos sus planes de muerte contra mí. No perdones su iniquidad ni borres de tu vista su pecado; sean derribados delante de ti, en el tiempo de tu ira actúa contra ellos.
Y dirás a este pueblo: ``Así dice el SEÑOR: `He aquí, pongo delante de vosotros el camino de la vida y el camino de la muerte.
Y los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, diciendo: ¡Sentencia de muerte para este hombre!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como habéis oído con vuestros propios oídos.
Dijeron los jefes y todo el pueblo a los sacerdotes y a los profetas: Que no haya sentencia de muerte para este hombre, porque en nombre del SEÑOR nuestro Dios nos ha hablado.
¿Acaso le dieron muerte Ezequías, rey de Judá, y todo Judá? ¿No temió él al SEÑOR y suplicó el favor del SEÑOR, y el SEÑOR se arrepintió del mal que había pronunciado contra ellos? Nosotros, pues, estamos cometiendo un gran mal contra nosotros mismos.
Pero la mano de Ahicam, hijo de Safán, estaba con Jeremías, de manera que no fue entregado en manos del pueblo para que le dieran muerte.
Entonces dijeron los oficiales al rey: Den muerte ahora a este hombre, porque él desanima a los hombres de guerra que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo diciéndoles tales palabras; pues este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal.
`Vendrá y herirá la tierra de Egipto; los que sean para la muerte, a la muerte, los que para el cautiverio, al cautiverio, y los que para la espada, a la espada.
Por tanto, he aquí, vienen días --declara el SEÑOR-- en que castigaré a sus ídolos, y por toda su tierra gemirán los heridos de muerte.
Después sacó los ojos a Sedequías, y el rey de Babilonia lo ató con grillos de bronce y lo llevó a Babilonia y lo puso en prisión hasta el día de su muerte.
Entonces el rey de Babilonia los hirió y les dio muerte en Ribla en la tierra de Hamat. Así fue llevada Judá al destierro lejos de su tierra.
y {para} su sustento, se le dio de continuo una ración de parte del rey de Babilonia, una porción para cada día, todos los días de su vida hasta el día de su muerte.
Mira, oh SEÑOR, que estoy angustiada; hierven mis entrañas, mi corazón se revuelve dentro de mí, porque he sido muy rebelde. En la calle la espada {me} deja sin hijos, en la casa es como la muerte.
`Me habéis profanado ante mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, dando muerte a algunos que no debían morir y dejando con vida a otros que no debían vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira.'"
¿Acaso me complazco yo en la muerte del impío --declara el Señor DIOS-- y no en que se aparte de sus caminos y viva?
Pues yo no me complazco en la muerte de nadie --declara el Señor DIOS--. Arrepentíos y vivid.
``Te harán bajar al sepulcro, y morirás con la muerte de los que mueren en el corazón de los mares.
``Con la muerte de los incircuncisos morirás a manos de extraños, porque yo he hablado" --declara el Señor DIOS.'"
para que no se exalten en su altura ninguno de los árboles junto a las aguas, ni alcen su copa entre las nubes, ni confíen en su altura sus poderosos bien regados. Porque todos han sido entregados a la muerte, a las profundidades de la tierra, entre los hijos de los hombres, con los que descienden a la fosa.'
Diles: ``Vivo yo" --declara el Señor DIOS-- ``que no me complazco en la muerte del impío, sino en que el impío se aparte de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos. ¿Por qué habéis de morir, oh casa de Israel?"
Después fue Daniel adonde {estaba} Arioc, a quien el rey había designado para dar muerte a los sabios de Babilonia. Fue y le habló así: No des muerte a los sabios de Babilonia; llévame ante el rey, y declararé al rey la interpretación.
¿Los libraré del poder del Seol? ¿Los redimiré de la muerte? ¿Dónde están, oh muerte, tus espinas? ¿Dónde está, oh Seol, tu aguijón? La compasión estará oculta a mi vista.
Entonces tus valientes serán atemorizados, oh Temán, de modo que todo hombre será cortado del monte de Esaú con muerte violenta.
Y ahora, oh SEÑOR, te ruego que me quites la vida, porque mejor me es la muerte que la vida.
Y sucedió que al salir el sol, dispuso Dios un sofocante viento solano, y el sol hirió la cabeza de Jonás y él desfallecía, y deseaba con {toda} su alma morir, diciendo: Mejor me es la muerte que la vida.
Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tienes acaso razón para enojarte por causa de la planta? Y él respondió: Tengo razón para enojarme hasta la muerte.
Además, el vino traiciona al hombre arrogante, de modo que no se queda en casa. Porque ensancha su garganta como el Seol, y es como la muerte, que nunca se sacia; reúne para sí todas las naciones, y recoge para sí todos los pueblos.
y estuvo allá hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor habló por medio del profeta, diciendo: DE EGIPTO LLAME A MI HIJO.
EL PUEBLO ASENTADO EN TINIEBLAS VIO UNA GRAN LUZ, Y A LOS QUE VIVIAN EN REGION Y SOMBRA DE MUERTE, UNA LUZ LES RESPLANDECIO.
Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte.
En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su reino.
He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y escribas, y le condenarán a muerte;
Entonces les dijo*: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo.
Y los principales sacerdotes y todo el concilio procuraban obtener falso testimonio contra Jesús, con el fin de darle muerte,
¿qué os parece? Ellos respondieron y dijeron: ¡Es reo de muerte!
Cuando llegó la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo contra Jesús para darle muerte.
Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús.
Y le rogaba* con insistencia, diciendo: Mi hijita está al borde de la muerte; {te ruego} que vengas y pongas las manos sobre ella para que sane y viva.
Y les decía: En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios después de que haya venido con poder.
He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles.
Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte.
Y les dijo*: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad.
Y los principales sacerdotes y todo el concilio, procuraban obtener testimonio contra Jesús para darle muerte, pero no lo hallaban.
Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos le condenaron, {diciendo} que era reo de muerte.
PARA DAR LUZ A LOS QUE HABITAN EN TINIEBLAS Y EN SOMBRA DE MUERTE, para guiar nuestros pies en el camino de paz.
Y por el Espíritu Santo se le había revelado que no vería la muerte sin antes ver al Cristo del Señor.
porque tenía una hija única, como de doce años, que estaba al borde de la muerte. Pero mientras El iba, la muchedumbre le apretaba.
Pero en verdad os digo que hay algunos de los que están aquí, que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios.
Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo dar muerte a Jesús, pues temían al pueblo.
Y {Pedro} le dijo: Señor, estoy dispuesto a ir contigo tanto a la cárcel como a la muerte.
Ni tampoco Herodes, pues nos lo ha remitido de nuevo; y he aquí que nada ha hecho que merezca la muerte.
Y él les dijo por tercera vez: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho éste? No he hallado en El ningún delito {digno de} muerte; por tanto, le castigaré y {le} soltaré.
y cómo los principales sacerdotes y nuestros gobernantes le entregaron a sentencia de muerte y le crucificaron.
Cuando él oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a su encuentro y {le} suplicaba que bajara y sanara a su hijo, porque estaba al borde de la muerte.
En verdad, en verdad os digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida.
En verdad, en verdad os digo que si alguno guarda mi palabra, no verá jamás la muerte.
Los judíos le dijeron: Ahora sí sabemos que tienes un demonio. Abraham murió, y {también} los profetas, y tú dices: ``Si alguno guarda mi palabra no probará jamás la muerte."
Cuando Jesús {lo} oyó, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella.
Pero Jesús había hablado de la muerte de Lázaro, mas ellos creyeron que hablaba literalmente del sueño.
y muchos de los judíos habían venido a {casa de} Marta y María, para consolarlas por {la muerte de su} hermano.
Pero El decía esto para indicar de qué clase de muerte iba a morir.
Entonces Pilato les dijo: Llevadle vosotros, y juzgadle conforme a vuestra ley. Los judíos le dijeron: A nosotros no nos es permitido dar muerte a nadie.
Para que se cumpliera la palabra que Jesús había hablado, dando a entender de qué clase de muerte iba a morir.
Esto dijo, dando a entender la clase de muerte con que {Pedro} glorificaría a Dios. Y habiendo dicho esto, le dijo*: Sígueme.
a quien Dios resucitó, poniendo fin a la agonía de la muerte, puesto que no era posible que El quedara bajo el dominio de ella.
y disteis muerte al Autor de la vida, al que Dios resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.
Entonces él salió de la tierra de los caldeos y se radicó en Harán. Y de allí, después de la muerte de su padre, {Dios} lo trasladó a esta tierra en la cual ahora vosotros habitáis.
Este {rey,} obrando con astucia contra nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres, a fin de que expusieran {a la muerte} a sus niños para que no vivieran.
Y Saulo estaba de completo acuerdo con {ellos} en su muerte. En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles.
Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote,
Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Y también le dieron muerte, colgándole en una cruz.
Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que sobrevino cuando {la muerte de} Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando la palabra a nadie, sino sólo a los judíos.
Y aunque no hallaron causa para {darle} muerte, pidieron a Pilato que le hiciera matar.
Y perseguí este Camino hasta la muerte, encadenando y echando en cárceles tanto a hombres como a mujeres,
y hallé que lo acusaban sobre cuestiones de su ley, pero no de ningún cargo que mereciera muerte o prisión.
Si soy, pues, un malhechor y he hecho algo digno de muerte, no rehúso morir; pero si ninguna de esas cosas de que éstos me acusan es {verdad,} nadie puede entregarme a ellos. Apelo al César.
Pero yo encontré que no había hecho nada digno de muerte; y como él mismo apeló al emperador, he decidido enviarlo.
Y esto es precisamente lo que hice en Jerusalén; no sólo encerré en cárceles a muchos de los santos con la autoridad recibida de los principales sacerdotes, sino que también, cuando eran condenados a muerte, yo daba mi voto contra {ellos}.
y mientras se retiraban, hablaban entre ellos, diciendo: Este hombre no ha hecho* nada que merezca muerte o prisión.
los cuales, cuando me interrogaron, quisieron ponerme en libertad, pues no encontraron causa para condenarme a muerte.
los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican.
Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida.
Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron;
Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que había de venir.
Porque si por la transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
para que así como el pecado reinó en la muerte, así también la gracia reine por medio de la justicia para vida eterna, mediante Jesucristo nuestro Señor.
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
Porque si hemos sido unidos {a El} en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también {en la semejanza} de su resurrección,
sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; ya la muerte no tiene dominio sobre El.
¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno {como} esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?
¿Qué fruto teníais entonces en aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de esas cosas es muerte.
Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas {despertadas} por la ley, actuaban en los miembros de nuestro cuerpo a fin de llevar fruto para muerte.
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