'Puertas' en la Biblia
Tau Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos.
y las puertas de afuera se cerrarán, por la bajeza de la voz de la muela; y se levantará a la voz del ave, y todas las hijas de canción serán humilladas;
Las mandrágoras han dado olor, y a nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas, nuevas y añejas, que para ti, oh amado mío, he guardado.
Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, desamparada, se sentará en tierra.
Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba; y la Casa se llenó de humo.
Levantad bandera de ejemplo sobre un alto monte; alzad la voz a ellos; alzad la mano para que entren por puertas de príncipes.
Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades.
Anda pues, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, entre tanto que pasa la ira.
Yo dije: En el cortamiento de mis días iré a las puertas del Seol, privado soy del resto de mis años.
Así dice el SEÑOR a su Mesías, a Ciro, al cual yo tomé por su mano derecha, para sujetar gentiles delante de él, y desatar lomos de reyes. Para abrir delante de él puertas; y las puertas no se cerrarán:
Yo iré delante de ti, y los rodeos enderezaré; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos;
Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y todo tu término de piedras de gran precio.
Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que sea traída a ti fortaleza de gentiles, y sus reyes guiados.
Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción y quebrantamiento en tus términos; mas a tus muros llamarás Salud, y a tus puertas Alabanza.
Pasad, pasad por las puertas. Barred el camino al pueblo. Allanad, allanad la calzada; quitad las piedras, alzad bandera a los pueblos.
Porque he aquí que yo convoco todas las familias de los reinos del aquilón, dijo el SEÑOR; y vendrán, y pondrá cada uno su asiento a la entrada de las puertas de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y en todas las ciudades de Judá.
Ponte a la puerta de la Casa del SEÑOR, y predica allí esta palabra, y di: Oíd palabra del SEÑOR, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar al SEÑOR.
Se enlutó Judá, y sus puertas se despoblaron; oscureciéronse en tierra, y subió el clamor de Jerusalén.
Y los aventé con aventador hasta las puertas de la tierra; desahijé, desperdicié mi pueblo; no se tornaron de sus caminos.
Así me dijo el SEÑOR: Ve, y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y a todas las puertas de Jerusalén,
y diles: Oíd la palabra del SEÑOR, reyes de Judá, y todo Judá, y todos los moradores de Jerusalén que entráis por estas puertas.
Así dijo el SEÑOR: Guardaos por vuestras vidas, y no traigáis carga en el día del sábado, para meter por las puertas de Jerusalén;
Porque será, si vosotros me oyereis, dijo el SEÑOR, no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en el día del sábado, sino que santificareis el día del sábado, no haciendo en él ninguna obra;
Entrarán por las puertas de esta ciudad, los reyes y los príncipes, que se sientan sobre el trono de David, en carros y en caballos, ellos y sus príncipes, los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre.
Mas si no me oyereis para santificar el día del sábado, y para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en día de sábado, yo haré encender fuego en sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.
Y di: Oye palabra del SEÑOR, oh rey de Judá que estás sentado sobre el trono de David, tú, y tus criados, y tu pueblo que entran por estas puertas.
Porque si efectivamente obedeciereis esta palabra, entrarán por las puertas de esta Casa los reyes sentados por David sobre su trono, montados en carros y en caballos, él, y sus criados, y su pueblo.
En sepultura de asno será enterrado, arrastrándole y echándole fuera de las puertas de Jerusalén.
Levantaos, subid a gente pacífica, que vive confiadamente, dice el SEÑOR, que ni tienen puertas ni cerrojos, que viven solos.
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; y en vano trabajarán pueblos y naciones en el fuego para salvarla, y se cansarán.
Dálet: Las calzadas de Sion tienen luto, porque no hay quien venga a las solemnidades; todas sus puertas están asoladas, sus sacerdotes gimen, sus vírgenes afligidas, y ella tiene amargura.
Tet: Sus puertas fueron echadas por tierra, destruyó y quebrantó sus cerrojos; su rey y sus príncipes son llevados entre los gentiles; no hay ley; sus profetas tampoco hallaron visión del SEÑOR.
Lámed: Nunca los reyes de la tierra, ni todos los que habitan en el mundo, creyeron que el enemigo y el adversario entrara por las puertas de Jerusalén.
Para que el corazón desmaye, y las ruinas se multipliquen; en todas las puertas de ellos he puesto espanto de espada. ¡Ay! Que es hecho para que relumbre, y es aderezado para degollar.
La adivinación fue a su mano derecha, sobre Jerusalén, para poner capitanes, para abrir la boca a la matanza, para levantar la voz en grito, para poner ingenios contra las puertas, para fundar baluarte, y edificar fuerte.
Con la multitud de sus caballos te cubrirá el polvo de ellos; con el estruendo de los caballeros, y de las ruedas, y de los carros, temblarán tus muros, cuando entrare por tus puertas como por portillos de ciudad destruida.
Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué Palabra sale del SEÑOR.
y dirás: Subiré contra la tierra de aldeas sin muros, iré contra los reposados, y que habitan confiadamente; todos ellos habitan sin muro, no tienen cerrojos ni puertas;
Y estaba enlosado al lado de las puertas, en proporción a la longitud de los portales, era el enlosado más bajo.
Y en las puertas del Templo había labrados de querubines y palmas, así como estaban hechos en las paredes, y grueso madero sobre la delantera de la entrada por fuera.
Y delante de las cámaras había un corredor de diez codos de ancho a la parte de adentro, con viaje de un codo; y sus puertas hacia el norte.
Y el corredor que había delante de ellas era semejante al de las cámaras que estaban hacia el norte; conforme a su longitud, asimismo su anchura, y todas sus salidas; conforme a sus puertas, y conforme a sus entradas.
Y conforme a las puertas de las cámaras que estaban hacia el mediodía, a la puerta que salía al principio del camino, del camino delante del muro que está hacia el oriente a los que entran.
Y serán ministros en mi Santuario, porteros a las puertas de la Casa, y sirvientes en la Casa; ellos matarán el holocausto y la víctima al pueblo, y ellos estarán delante de ellos para servirles.
Y será que cuando entraren por las puertas del atrio interior, se vestirán de vestimentas de lino; no asentará sobre ellos lana, cuando ministraren en las puertas del atrio de adentro, y en el interior.
Y el sacerdote tomará de la sangre del pecado, y pondrá sobre los postes de la Casa, y sobre los cuatro ángulos del patio del altar, y sobre los postes de las puertas del atrio de adentro.
Y las puertas de la ciudad serán según los nombres de las tribus de Israel, tres puertas al norte: la puerta de Rubén, una; la puerta de Judá, otra; la puerta de Leví, otra.
Y a la parte del oriente cuatro mil quinientas cañas, y tres puertas: la puerta de José, una; la puerta de Benjamín, otra; la puerta de Dan, otra.
Y a la parte del mediodía, cuatro mil quinientas cañas por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, otra; la puerta de Zabulón, otra.
Y a la parte del occidente cuatro mil quinientas cañas, y sus tres puertas: la puerta de Gad, una; la puerta de Aser, otra; la puerta de Neftalí, otra.
Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Hiere el umbral, y estremézcanse las puertas; y córtales en piezas la cabeza de todos; y al postrero de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien se fugue, ni quien escape.
El día que estando tú delante, llevaban extraños cautivo su ejército, y los extraños entraban por sus puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos.
Las puertas de los ríos se abrirán, y el palacio será destruido.
He aquí, tu pueblo será como mujeres en medio de ti; las puertas de tu tierra se abrirán de par en par a tus enemigos; fuego consumirá tus barras.
Y rebaños de ganado harán en ella majada, todas las bestias de los gentiles; el onocrótalo también y el erizo dormirán en sus umbrales; su voz cantará en las ventanas; y asolación será en las puertas, porque su enmaderamiento de cedro será descubierto.
Estas son las cosas que haréis: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad en vuestras puertas verdad y juicio de paz;
Oh Líbano, abre tus puertas, y queme fuego tus cedros.
¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o atiende el fuego de mi altar de balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dijo el SEÑOR de los ejércitos, ni de vuestra mano me será agradable el presente.
Mas yo también te digo, que tú eres Pedro una piedra pequeña, y sobre la piedra grande edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas.
Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
Y como fue tarde aquel día, el primero de los sábados, y estando las puertas cerradas donde los discípulos estaban juntos por miedo de los judíos, vino Jesús, y se puso en medio, y les dijo: Paz tengáis.
Y ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Vino Jesús, las puertas cerradas, y se puso en medio, y dijo: Paz tengáis.
Mas el ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel, y sacándolos, dijo:
diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas que estaban delante de las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro.
mas las asechanzas de ellos fueron entendidas por Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle.
Y el sacerdote de Júpiter, que estaba delante de la ciudad de ellos, trayendo toros y guirnaldas delante de las puertas, quería con el pueblo sacrificarles.
Entonces fue hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos soltaron.
Y despertado el carcelero, como vio abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los presos habían huido.
Así que, toda la ciudad se alborotó, y se agolpó el pueblo; y tomando a Pablo, le arrastraron fuera del Templo; y luego las puertas fueron cerradas.
Y tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel.
Al oriente tres puertas; al aquilón tres puertas; al mediodía tres puertas; al poniente tres puertas.
Y el que hablaba conmigo, tenía una caña de oro, para medir la ciudad, y sus puertas, y su muro.
Y las doce puertas son doce perlas, en cada una, una; cada puerta era de una perla. Y la plaza de la Ciudad era de oro puro como vidrio muy resplandeciente.
Y sus puertas nunca serán cerradas de día, porque allí no habrá noche.
Bienaventurados los que hacen sus mandamientos, para que su potencia y potestad sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la Ciudad.
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