2313 casos

'Él' en la Biblia

Cuando él oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a su encuentro y {le} suplicaba que bajara y sanara a su hijo, porque estaba al borde de la muerte.

El padre entonces se dio cuenta que {fue} a la hora en que Jesús le dijo: Tu hijo vive. Y creyó él y toda su casa.

Pero él les respondió: El mismo que me sanó, me dijo: ``Toma tu camilla y anda."

Vosotros habéis enviado {a preguntar} a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad.

Unos decían: El es; {y} otros decían: No, pero se parece a él. El decía: Yo soy.

Entonces los fariseos volvieron también a preguntarle cómo había recibido la vista. Y él les dijo: Me puso barro sobre los ojos, y me lavé y veo.

Entonces dijeron* otra vez al ciego: ¿Qué dices tú de El, ya que te abrió los ojos? Y él dijo: Es un profeta.

pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; o quién le abrió los ojos, nosotros no lo sabemos. Preguntadle a él; edad tiene, él hablará por sí mismo.

Por eso sus padres dijeron: Edad tiene; preguntadle a él.

Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.

y por causa de vosotros me alegro de no haber estado allí, para que creáis; pero vamos a {donde está} él.

porque por causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.

Jesús, hallando un asnillo, se montó en él; como está escrito:

En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre.

Entonces la criada que cuidaba la puerta dijo* a Pedro: ¿No eres tú también {uno} de los discípulos de este hombre? {Y} él dijo*: No lo soy.

Y el que {lo} ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que vosotros también creáis.

Después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió {permiso} a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato concedió el permiso. Entonces él vino, y se llevó el cuerpo de Jesús.

Entonces llegó* también Simón Pedro tras él, entró al sepulcro, y vio* las envolturas de lino puestas {allí,}

Entonces los otros discípulos le decían: ¡Hemos visto al Señor! Pero él les dijo: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, y meto el dedo en el lugar de los clavos, y pongo la mano en su costado, no creeré.

Porque David no ascendió a los cielos, pero él {mismo} dice: DIJO EL SEÑOR A MI SEÑOR: ``SIENTATE A MI DIESTRA,

Entonces Pedro, junto con Juan, fijando su vista en él, {le} dijo: ¡Míranos!

Y estando él asido de Pedro y de Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, corrió al pórtico llamado de Salomón, donde ellos estaban.

Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró. Al entrar los jóvenes, la hallaron muerta, y {la} sacaron y {le} dieron sepultura junto a su marido.

Habiendo oído {esto,} entraron al amanecer en el templo y enseñaban. Cuando llegaron el sumo sacerdote y los que estaban con él, convocaron al concilio, es decir, a todo el senado de los hijos de Israel, y enviaron {órdenes} a la cárcel para que los trajeran.

Porque hace algún tiempo Teudas se levantó pretendiendo ser alguien; y un grupo como de cuatrocientos hombres se unió a él. Y fue muerto, y todos los que lo seguían fueron dispersos y reducidos a nada.

Después de él, se levantó Judas de Galilea en los días del censo, y llevó {mucha} gente tras sí; él también pereció, y todos los que lo seguían se dispersaron.

Y alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y cayendo sobre {él}, lo arrebataron y {lo} trajeron en presencia del concilio.

Y al fijar la mirada en él, todos los que estaban sentados en el concilio vieron su rostro como el rostro de un ángel.

Y él dijo: Escuchad{me,} hermanos y padres. El Dios de gloria apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes que habitara en Harán,

Entonces él salió de la tierra de los caldeos y se radicó en Harán. Y de allí, después de la muerte de su padre, {Dios} lo trasladó a esta tierra en la cual ahora vosotros habitáis.

Y Jacob descendió a Egipto, y {allí} murió él y {también} nuestros padres.

Pensaba que sus hermanos entendían que Dios les estaba dando libertad por medio de él, pero ellos no entendieron.

Al ver esto, Moisés se maravillaba de la visión, y al acercarse para ver mejor, vino {a él} la voz del Señor:

Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos arremetieron a una contra él.

Y él respondió: ¿Cómo podré, a menos que alguien me guíe? E invitó a Felipe a que subiera y se sentara con él.

Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y El {respondió:} Yo soy Jesús a quien tú persigues;

Los hombres que iban con él se detuvieron atónitos, oyendo la voz, pero sin ver a nadie.

Había en Damasco cierto discípulo llamado Ananías; y el Señor le dijo en una visión: Ananías. Y él dijo: Heme aquí, Señor.

y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista.

Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.

Como a la hora novena del día, vio claramente en una visión a un ángel de Dios que entraba a {donde} él {estaba} y le decía: Cornelio.

había en él toda {clase de} cuadrúpedos y reptiles de la tierra, y aves del cielo.

``Envía, pues, a Jope, y haz llamar a Simón, que también se llama Pedro; él está hospedado en casa de Simón {el} curtidor, junto al mar."

Cuando fijé mis ojos en él y lo observaba, vi cuadrúpedos terrestres, fieras, reptiles y aves del cielo.

y él nos contó cómo había visto al ángel de pie en su casa, el cual le dijo: ``Envía a Jope y haz traer a Simón, que también se llama Pedro,

Cuando habían pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que conduce a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salieron y siguieron por una calle, y enseguida el ángel se apartó de él.

{Herodes} estaba muy enojado con los de Tiro y de Sidón; pero ellos, de común acuerdo se presentaron ante él, y habiéndose ganado a Blasto, camarero del rey, pedían paz pues su territorio era abastecido por el del rey.

Ahora, he aquí, la mano del Señor está sobre ti; te quedarás ciego y no verás el sol por algún tiempo. Al instante niebla y oscuridad cayeron sobre él, e iba buscando quien lo guiara de la mano.

Este escuchaba hablar a Pablo, el cual, fijando la mirada en él, y viendo que tenía fe para ser sanado,

Pero mientras los discípulos lo rodeaban, él se levantó y entró en la ciudad. Y al día siguiente partió con Bernabé a Derbe.

Pablo quiso que éste fuera con él, y lo tomó y lo circuncidó por causa de los judíos que había en aquellas regiones, porque todos sabían que su padre era griego.

Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.

Y él los tomó en aquella {misma} hora de la noche, y les lavó las heridas; enseguida fue bautizado, él y todos los suyos.

Los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas; y después de recibir órdenes de que Silas y Timoteo se unieran a él lo más pronto posible, partieron.

También disputaban con él algunos de los filósofos epicúreos y estoicos. Y algunos decían: ¿Qué quiere decir este palabrero? Y otros: Parece ser un predicador de divinidades extrañas --porque {les} predicaba a Jesús y la resurrección.

Pero algunos se unieron a él y creyeron, entre los cuales estaban Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y otros con ellos.

Y Pablo, después de quedarse muchos días más, se despidió de los hermanos y se embarcó hacia Siria, y con él iban Priscila y Aquila. Y en Cencrea se hizo cortar el cabello, porque tenía hecho un voto.

Llegaron a Efeso y los dejó allí. Y entrando él a la sinagoga, discutía con los judíos.

Cuando él quiso pasar a Acaya, los hermanos lo animaron, y escribieron a los discípulos que lo recibieran; y cuando llegó, ayudó mucho a los que por la gracia habían creído,

Entonces él dijo: ¿En qué {bautismo,} pues, fuisteis bautizados? Ellos contestaron: En el bautismo de Juan.

Y Pablo dijo: Juan bautizó con el bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en aquel que vendría después de él, es decir, en Jesús.

Y habiendo enviado a Macedonia a dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto, él se quedó en Asia por algún tiempo.

También algunos de los asiarcas, que eran amigos de Pablo, enviaron a él y repetidamente le rogaron que no se aventurara {a presentarse} en el teatro.

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