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'Él' en la Biblia

Pero Ezequías, después de haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los moradores de Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira del SEÑOR en los días de Ezequías.

Pero a causa de los embajadores de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acaecido en aquella tierra, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón.

Porque él reedificó los altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a los Baales, e hizo bosques, y adoró a todo el ejército de los cielos, y a él sirvió.

Y cuando oró a él, fue oído; porque él oyó su oración, y le devolvió a Jerusalén, a su reino. Entonces conoció Manasés que el SEÑOR era Dios.

Y reparó el altar del SEÑOR, y sacrificó sobre él sacrificios pacíficos y de alabanza; y mandó a Judá que sirvieran al SEÑOR Dios de Israel.

Y conspiraron contra él sus siervos, y le mataron en su casa.

Y derribaron delante de él los altares de los Baales, e hizo pedazos las imágenes del sol, que estaban puestas encima; y los bosques, y las esculturas e imágenes de fundición, quebró y desmenuzó, y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que habían sacrificado a ellos.

A más de esto, declaró Safán escriba al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me dio un libro. Y leyó Safán en él delante del rey.

He aquí yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los moradores de él, todas las maldiciones que están escritas en el libro que leyeron delante del rey de Judá;

He aquí que yo te recogeré con tus padres, y serás recogido en tus sepulcros en paz; y tus ojos no verán todo el mal que yo traigo sobre este lugar, y sobre los moradores de él. Y ellos recitaron al rey la respuesta.

Y subió el rey a la Casa del SEÑOR, y con él todos los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén, y los sacerdotes, y los levitas, y todo el pueblo desde el mayor hasta el más pequeño; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la Casa del SEÑOR.

Y quitó Josías todas las abominaciones de todas las tierras de los hijos de Israel; e hizo a todos los que se hallaron en Israel que sirvieran solamente al SEÑOR su Dios. No se apartaron de en pos del SEÑOR Dios de sus padres, todo el tiempo que él vivió.

Después de todas estas cosas, luego de haber Josías preparado la Casa, Necao rey de Egipto subió a hacer guerra en Carquemis junto al Eufrates; y salió Josías contra él.

Y él le envió embajadores, diciendo: ¿Qué tenemos yo y tú, rey de Judá? Yo no vengo contra ti hoy, sino contra la casa que me hace guerra; y Dios dijo que me apresurara. Deja de oponerte a Dios, que está conmigo, no sea que te destruya.

Mas Josías no volvió su rostro de él, antes se disfrazó para darle batalla, y no escuchó las palabras de Necao, que eran de boca de Dios; y vino a darle la batalla en el campo de Meguido.

Sus siervos lo sacaron del carro y lo llevaron en el segundo carro que él tenía, y lo trajeron a Jerusalén donde murió, y fue sepultado en los sepulcros de sus padres. Y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por Josías.

Y subió contra él Nabucodonosor rey de Babilonia, y atado con cadenas de bronce lo llevó a Babilonia.

Los demás hechos de Joacim, y las abominaciones que hizo, y lo que en él se halló, he aquí todo está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá; y reinó en su lugar Joaquín su hijo.

Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la rebelión, rebelándose conforme a todas las abominaciones de los gentiles, y contaminando la Casa del SEÑOR, la cual él había santificado en Jerusalén.

Y el SEÑOR el Dios de sus padres envió a ellos por mano de sus mensajeros, levantándose de mañana y enviando; porque él tenía compasión de su pueblo, y de su habitación.

Los que quedaron de la espada, los pasaron a Babilonia; y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los persas;

Así dice Ciro rey de los persas: El SEÑOR Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha encargado que le edifique Casa en Jerusalén, que es en Judá. ¿Quién de vosotros hay de todo su pueblo? El SEÑOR su Dios sea con él, y suba.

¿Quién hay entre vosotros de todo su pueblo? Sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la Casa al SEÑOR Dios de Israel (él es Dios), la cual está en Jerusalén.

Entonces se levantó Jesúa hijo de Josadac, y sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel, y sus hermanos, y edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios.

Y asentaron el altar sobre sus basas, porque tenían miedo de los pueblos de las tierras, y ofrecieron sobre él holocaustos al SEÑOR, holocaustos a la mañana y a la tarde.

Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y decían: Porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová, porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová.

vinieron a Zorobabel, y a las cabezas de los padres, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscaremos a vuestro Dios, y a él sacrificamos desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo subir aquí.

Mas después que nuestros padres se ensañaron contra el Dios de los cielos, él los entregó en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, caldeo, el cual destruyó esta Casa, e hizo transportar el pueblo a Babilonia.

También es dado por mí mandamiento, que cualquiera que mudare este decreto, sea derribado un madero de su casa, y enhiesto, sea colgado en él; y su casa sea hecha muladar por esto.

Este Esdras subió de Babilonia, el cual era escriba diligente en la ley de Moisés, que dio el SEÑOR Dios de Israel; y le concedió el rey, según la mano del SEÑOR su Dios sobre él, todo lo que pidió.

Y subieron con él a Jerusalén de los hijos de Israel, y de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros, y netineos, en el séptimo año del rey Artajerjes.

Y él llegó a Jerusalén en el quinto mes; era el año séptimo del rey.

Porque el primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, según la buena mano de su Dios sobre él.

de los hijos de Secanías y de los hijos de Paros, Zacarías, y con él, genealogía de varones, ciento cincuenta;

de los hijos de Pahat-moab, Elioenai, hijo de Zeraías, y con él doscientos varones;

de los hijos de Adín, Ebed, hijo de Jonatán, y con él cincuenta varones;

de los hijos de Elam, Jesaías, hijo de Atalías, y con él setenta varones;

y de los hijos de Sefatías, Zebadías, hijo de Micael, y con él ochenta varones;

de los hijos de Joab, Obadías, hijo de Jehiel, y con él doscientos dieciocho varones;

y de los hijos de Selomit, el hijo de Josifías, y con él ciento sesenta varones;

y de los hijos de Bebai, Zacarías, hijo de Bebai, y con él veintiocho varones;

y de los hijos de Azgad, Johanán, hijo de Hacatán, y con él ciento diez varones;

y a Hasabías, y con él a Isaía (Jesaías) de los hijos de Merari, a sus hermanos y a sus hijos, veinte;

Y publiqué ayuno allí junto al río de Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para buscar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para toda nuestra hacienda.

Al cuarto día fue luego pesada la plata, el oro, y los vasos, en la Casa de nuestro Dios, por mano de Meremot hijo de Urías sacerdote, y con él Eleazar hijo de Finees; y con ellos Jozabad hijo de Jesúa, y Noadías hijo de Binúi, levitas;

y que el que no viniera dentro de tres días, conforme al acuerdo de los príncipes y de los ancianos, perdiera toda su hacienda, y él fuera apartado de la congregación de los de la transmigración.

que vino Hanani, uno de mis hermanos, él y ciertos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.

Y fue en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino, y lo di al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia,

Entonces el rey me dijo (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Hasta cuándo será tu viaje, y cuándo volverás? Y el asunto agradó al rey, y me envió, y yo le señalé el tiempo.

Y les volví respuesta, y les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos; porque vosotros no tenéis parte, ni justicia, ni memoria en Jerusalén.

Y junto a él edificaron los hombres de Jericó, y a su lado edificó Zacur, hijo de Imri.

A su lado hizo reparaciones Uziel, hijo de Harhaía, de los orfebres; y junto a él hizo reparaciones Hananías, uno de los perfumistas; ellos restauraron a Jerusalén hasta la muralla Ancha.

Asimismo restauró junto a ellos, y frente a su casa, Jedaías hijo de Harumaf; y junto a él restauró Hatús hijo de Hasabnías.

Junto a ellos restauró Salum hijo de Halohes, príncipe de la mitad de la región de Jerusalén, él con sus hijas.

Y reedificó la puerta del Muladar, Malquías hijo de Recab, príncipe de la provincia de Bet-haquerem; él la reedificó, y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos.

Y Salum hijo de Colhoze, príncipe de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la reedificó, y la enmaderó, y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé de la huerta del rey, hasta las gradas que descienden de la ciudad de David.

Después de él restauró Nehemías hijo de Azbuc, príncipe de la mitad de la región de Bet-sur, hasta delante de los sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la casa de los Valientes.

Tras él restauraron los levitas, Rehum hijo de Bani; junto a él restauró Hasabías, príncipe de la mitad de la región de Keila en su parte.

Después de él restauraron sus hermanos, Bavai hijo de Henadad, príncipe de la mitad de la región de Keila.

Y junto a él restauró Ezer hijo de Jesúa, príncipe de Mizpa, la otra medida frente a la subida de la armería de la esquina.

Después de él se enfervorizó a restaurar Baruc hijo de Zabai la otra medida, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Eliasib sumo sacerdote.

Tras él restauró Meremot hijo de Urías hijo de Cos la otra medida, desde la entrada de la casa de Eliasib, hasta el cabo de la casa de Eliasib.

Después de él restauraron los sacerdotes, los varones de la campiña.

Después de él restauró Binúi hijo de Henadad la otra medida, desde la casa de Azarías hasta el rincón de la esquina.

Palal hijo de Uzai, enfrente de la esquina y la torre alta que sale de la casa del rey, que está en el patio de la cárcel. Después de él, Pedaías hijo de Faros.

Después de él restauraron los Tecoitas la otra medida, enfrente de la grande torre que sobresale, hasta el muro de Ophel.

Después de ellos restauró Sadoc hijo de Imer, enfrente de su casa; y después de él restauró Semaías hijo de Secanías, guarda de la puerta oriental.

Tras él restauró Hananías hijo de Selemías, y Hanún hijo sexto de Salaf, la otra medida. Después de él restauró Mesulam, hijo de Berequías, enfrente de su cámara.

Después de él restauró Malquías hijo del refinador, hasta la casa de los netineos y de los tratantes, enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina.

Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Aun lo que ellos edifican, si subiere una zorra derribará su muro de piedra.

Y fue que habiendo oído Sanbalat, Tobías, y Gesem el árabe, y los demás de nuestros enemigos, que había yo edificado el muro, y que en él no quedaba portillo (aunque hasta aquel tiempo no había puesto puertas en las portadas),

Vine luego en secreto a casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado; el cual me dijo: Juntémonos en la casa de Dios dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte.

Porque muchos en Judá se habían conjurado con él, porque era yerno de Secanías hijo de Ara; y Johanán su hijo había tomado la hija de Mesulam, hijo de Berequías.

También contaban delante de mí sus buenas obras, y a él le referían mis palabras. Y enviaba Tobías cartas para atemorizarme.

Y puso Dios en mi corazón que juntara los principales, los magistrados, y el pueblo, para que fueran empadronados por el orden de sus linajes; y hallé el libro de la genealogía de los que habían subido antes, y encontré en él escrito:

Y Esdras el escriba estaba sobre un púlpito de madera, que habían hecho para ello; y junto a él estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías, y Maasías, a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías, y Mesulam.

Y abrió Esdras el libro a la vista de todo el pueblo, pues él estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso en pie.

y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste con él pacto para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo, y del gergeseo, para darla a su simiente; y cumpliste tu palabra, porque eres justo.

Y dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio de él en seco; y a sus perseguidores echaste en lo profundo, como una piedra en grandes aguas.

Y los levitas {eran} Jesúa, Binúi, Cadmiel, Serebías, Judá {y} Matanías, encargado, él y sus hermanos, de los cánticos de acción de gracias.

Y el segundo coro iba del lado opuesto, y yo en pos de él, con la mitad del pueblo sobre el muro, desde la torre de los Hornos hasta el muro ancho;

Aquel día se leyó en el libro de Moisés oyéndolo el pueblo, y fue hallado en él escrito, que los amonitas y moabitas no debían entrar jamás en la congregación de Dios;

Y venido a Jerusalén, entendí el mal que había hecho Eliasib en atención a Tobías, haciendo para él cámara en los patios de la Casa de Dios.

¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su Dios y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun a él hicieron ofender las mujeres extranjeras.

en el tercer año de su reinado hizo banquete a todos sus príncipes y siervos, teniendo delante de él la fuerza de Persia y de Media, gobernadores y príncipes de provincias,

para mostrar él las riquezas de la gloria de su reino, y la honra de la hermosura de su grandeza, por muchos días, ciento ochenta días.

Al séptimo día, cuando el corazón del rey estaba alegre por el vino, él ordenó a Mehumán, a Bizta, a Harbona, a Bigta, a Abagta, a Zetar y a Carcas, los siete eunucos que servían en la presencia del rey Asuero,

Y la reina Vasti no quiso venir a la orden del rey, enviada por mano de los eunucos; y se enojó el rey mucho, y se encendió en él su ira.

y estaban junto a él, Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsena, y Memucán, siete príncipes de Persia y de Media que veían el rostro del rey, y se sentaban los primeros en el reino):

Si parece bien al rey, salga mandamiento real delante de él, y se escriba entre las leyes de Persia y de Media, que no sea traspasado: Que no venga más Vasti delante del rey Asuero; y dé el rey su reino a su compañera que sea mejor que ella.

Después de estas cosas, cuando el furor del rey Asuero se había aplacado, él se acordó de Vasti, de lo que ella había hecho y de lo que se había decretado contra ella.

Entonces dijeron los siervos del rey, sus oficiales: Busquen para él jóvenes vírgenes de buen parecer;

Y aquella joven agradó en sus ojos, y halló misericordia delante de él; por lo que hizo darle prestamente lo necesario para su purificación y sus raciones, dándole también siete convenientes doncellas de la casa del rey; y la pasó con sus doncellas a lo mejor de la casa de las mujeres.

Y cuando le llegó el tiempo de Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, que él se había tomado por hija, para venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester la gracia de todos los que la veían.

Y el rey amó a Ester sobre todas las mujeres, y halló gracia y misericordia delante de él más que todas las vírgenes; y puso la corona del reino en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti.

Y Ester, según le tenía mandado Mardoqueo, no había declarado su nacimiento ni su pueblo; porque Ester hacía lo que decía Mardoqueo, como cuando estaba en crianza con él.

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